lunes, 7 de mayo de 2012

AMERICAN VAMPIRE

Guión: Scott Snyder

Dibujo: Rafael Albuquerque y otros

Editorial: DC

Formato: Comic book. 32 páginas

Precio: $3.99

Calificación: 9/10


Con una DC tremendamente alicaida desde la aparición de esas 52 nuevas series de las que tanto y tan mal se ha hablado desde Septiembre (y con razón, porque vaya el lamentable nivel que se gastan cuarenta y ocho o cuarenta y nueve de las cabeceras); al lector de siempre de la casa de Superman y Batman le han dejado muy pocas opciones. O sigue matando neuronas a mansalva con las idioteces que se publican mes a mes en el seno de la otrora gran editorial (de nuevo, en las 52); o se muda a Marvel (una opción que seguro le reportará bastantes alegrías dada la época de bonanza que vive La Casa de las Ideas desde hace unos años); o, para no cambiarse de chaqueta de forma tan radical, centra sus miras en Vertigo, una opción esta última que, aplicada a la colección que hoy nos ocupa, se convierte en imprescindible.

Niño mimado de la editorial gracias precisamente a su trabajo en esta American Vampire, Scott Snyder ha pasado en muy poco tiempo de ser un perfecto desconocido a convertirse en un guionista todoterreno que, para colmo, es el responsable de dos de esas cuatro series que vale la pena salvar de la quema de las nuevas 52. Me refiero, cómo no, a Batman y Swamp Thing. Con la primera, y ayudado de forma espléndida por Greg Capullo, Snyder ha dado en el clavo desde el primer número utilizando sus mejores artes narrativas para intentar renovar a tan vetusto personaje y siendo artífice incluso del actual Night of the Owls, el crossover que implica a las series del hombre murciélago. Pero donde Snyder realmente se la ha jugado es con Swamp Thing. Más que nada porque estaba claro que las comparaciones con la etapa de Alan Moore (el eterno referente a la hora de hablar de la Cosa del Pantano) iban a ser inevitables. Y aún habiéndose dado, el resultado de tan desigual combate no es para nada como se habría podido esperar, consiguiendo Snyder junto a un Yanick Paquette digno heredero del mejor Bisette, una serie tremendamente interesante que sabe como reciclar muchas de las ideas de Moore adaptándolas a los tiempos que corren.

Volviendo a American Vampire, cuando Snyder inicia la serie hace un par de años, lo hace de la mano de un padrino inigualable, un Stephen King que, junto al guionista, concreta la idea de arranque de la serie: narrar la historia del primer vampiro 100% norteamericano. Compartiendo con Snyder los créditos de guión de los cinco primeros números, el escritor de Maine centra sus primeros esfuerzos en un guión de cómic en firmar el relato del origen de Skinner Sweet, un ser cruento y salvaje cuyo indudable encanto gana al lector en muy pocas páginas aunque, siendo honestos, el trabajo de King quede muy por debajo de lo que Snyder concreta en el cuerpo principal de esos cinco primeros números en los que se nos presentara a Pearl Jones, la típica joven con sueños de fama en el Hollywood de los años 20 que terminará siendo convertida en una chupasangres muy particular. Ahora bien, si el descubrimiento de la serie en lo que respecta a guión es de gran calado, la parte gráfica no le va a la zaga, con un Rafael Albuquerque brillante que adorna de manera inmejorable los guiones de Snyder.

Para cuando American Vampire alcanza su número seis, la serie ya es alabada por doquier y Snyder, consciente de ello, cambia de rumbo para abandonar a Pearl momentáneamente y seguir a Cash MacCogan, jefe de policía en unas Vegas que Sweet pretende convertir en su nuevo feudo. Con el trabajo de Albuquerque al mismo nivel, Snyder concreta un arco argumental de cuatro números magníficos que dan paso a dos de transición que, dibujados por un Mateus Santolouco que no está a la altura de las circunstancias y se limita a intentar imitar el estilo del brasileño, nos devuelven a Pearl y Henry (los protagonistas de los seis primeros números) y sus intentos por llevar una vida "normal".

Y si hasta entonces la serie ya se ha elevado por méritos propios como lo mejor que Vertigo publica mes a mes junto a Scalped y Unwritten, lo que queda por venir es, sencillamente, espectacular. Consciente de que lo que tiene entre manos no debe ser desaprovechado, y poniendo en jaque toda su maquinaria, DC aprovecha el tirón de American Vampire para proponer a Snyder la escritura de una miniserie al margen de la central. Y así es como ve la luz Survival of the Fittest, cinco números que siguen a Felicia Book (una cazavampiros presentada en los números 6 al 9 de la serie) y Cash MacCogan en una aventura en Europa contra vampiros nazis. Dibujada con increíble talento por Sean Murphy (el responsable de la espléndida Joe the Barbarian), Survival of the Fittest podría haberse convertido por méritos propios en la mejor historia de la serie sino fuera porque, al tiempo que se publican sus cinco números, Snyder se saca de la manga en la cabecera principal el que es, hasta el momento, el mejor arco argumental. Recuperando a Pearl, Henry y, sobre todo, a un Skinner Sweet desatado, el guionista, con Alburquerque a su lado, nos traslada a otro campo de la Segunda Guerra Mundial, el del Pacífico, narrando una historia soberbia con un final de esos que dejan atónitos al lector y que, de forma muy inteligente, le sirve para poner un excelente punto y aparte en el desarrollo de la serie.

Con ello en mente, Snyder detiene momentáneamente el avance cronológico de la acción que hasta entonces hemos visto (el primer arco tiene lugar en los años veinte, el segundo en los treinta y el tercero en la década de los cuarenta) para ir hacia atrás en el tiempo y, en clave de western, arrojar luz sobre como Skinner Sweet se convirtió en vampiro. Con un guión que sigue sorprendiendo a cada nueva entrega, la sorpresa de los tres números en los que se desarrolla Beast of the Cave recae en esta ocasión en el dibujante elegido para la ocasión, ni más ni menos que el gran Jordi Bernet. Y poco más hay que añadir que el nombre de nuestro compatriota no deje ya implícito.

Y de la mano del dibujante de Torpedo nos metemos en el 2012, volviendo la serie a su cauce habitual y trasladándonos Snyder a los años 50 de la mano de un cazavampiros con chupa de cuero y peinado a lo Elvis que, esperemos, dará mucho de sí en un futuro de una serie que, hasta la fecha, no ha conocido bajón alguno en su calidad. Algo que se puede comprobar en el último número aparecido hasta la fecha (el 27), un ejemplar que abre nuevo arco argumental y que cuenta con dibujo de un Roger Cruz completamente mutado con respecto a lo que uno recordaba de su estilo a lo "Madureira". Detalle éste que no hace sino redundar en la sobresaliente apreciación que deja, mes tras mes, la lectura de American Vampire.

Sergio Benítez (VI)

2 comentarios:

Marione dijo...

Resulta increíble que a un recién llegado como Sneyder le hayan dado tanto poder en la nueva DC. Bien es cierto que el muchacho se lo merecía ya que cualquier cosa que toca reluce que da gusto.
Recuerdo cuando anunciaron los primeros números de esta serie y toda la publicidad se centraba en que Stephen King escribía una parte de la saga. Al final la parte de Sneyder resulto ser bastante mejor que la del bueno de King. Zapatero...
Saludazos

sebelo2 dijo...

Por qué metes a ZP en el ajo??..ah, no, que es lo del refrán :P
Abrazos,
Sergio