miércoles, 30 de septiembre de 2009

SUPERLÓPEZ vols. 1 al 3

Guión: Jan

Dibujo: Jan

Editorial: Ediciones B

Formato: Variados

Precio: Variados

Calificación: 8/10

Hacer una crítica, o recomicdación, como la llaman por aquí, de Superlópez no es tarea fácil. Mas que nada, porque corro el riesgo de dejarme llevar por la nostalgia, y valorar este tebeo (lo de cómic lo dejo para aquellas obras “made in USA”) por los recuerdos que nos trae, y no por el contenido en si. Afortunadamente, la materia prima es buena y, al menos los primeros álbumes del maestro JAN, han sabido envejecer muy bien.


Y es que, hace algunos añillos que, mezclados con mis primeros Spider-man, mis Vengadores, Batman y demás pijamismos de importación, descubrí la aportación española al género, en clave de humor (como no podía ser de otra manera al pasar por el tamiz español) y que muchas relecturas después, sigue arrancándome mas de una sonrisa. Así que, si ustedes me lo permiten, y a lo largo de como poco tres reseñas, repasaremos los primeros nueve álbumes del “único héroe con sabor a risa”, como se publicitaba entonces.


Corría el año 1979 cuando hacia su primera aparición Juan López, el tímido oficinista mas conocido como Superlópez, aunque no sería hasta cuatro años después cuando un servidor conocería, ya en forma de álbum, las ocho historias que conforman Las Aventuras de Superlópez que fueron publicadas originalmente de forma independiente. Es en la primera de estas historias de ocho paginas, donde se nos cuenta el origen del personaje, y más evidente se hace su parodia-homenaje hacia Superman, mientras que en las sucesivas se van aportando de forma progresiva elementos tan importantes como su trabajo de oficinista, o los imprescindibles secundaros, Jaime González y Luisa Lanas, sosias de los Jimmy Olsen y Lois Lane americanos.


También en las primeras historias se comienzan a construir las temas que luego serán bromas recurrentes, como la de Jaime intentando pillar a nuestro héroe holgazaneando en la oficina, o los gags derivados de sus dificultades para cambiarse de traje en el lavabo de la oficina. Es en estas historias auto-conclusivas donde JAN decide presentar su galería de villanos, formada por Luz Luminosa, capaz de cegar a López proyectando una deslumbrante luz sobre su calva, Chiclon, un robot hecho de chicle, o la Maza (este no necesita explicación), por citar algunos.


Pero donde el tebeo brilla con luz propia es en los pequeños gags que adornan la historia principal, como el del tipo que por fin llega a tiempo de coger el autobús después de veinte años sólo para ver como la Maza lo destroza, los intentos de López de conseguir un empleo frustrados por su supervelocidad, o cada uno de los finales de este álbum, inesperados y magistrales.


En los dos siguientes, que en realidad forman una sola historia, Superlópez ingresa en el Supergrupo, una parodia en toda regla de los Vengadores, momento que JAN aprovecha para comenzar a contar historias de mayor extensión, aunque sea en forma de pequeños capítulos con una trama común. Estos dos álbumes, El Supergrupo y ¡Todos contra uno, uno contra todos!, quizás resultan algo mas flojos, a tenor de lo que vendría después, y en ellos se presentan personajes como el Capitan Hispania, el Bruto o Latas, sus futuros compañeros de grupo. Aunque el gag de quien va a ser el líder del grupo, que siempre termina en una formidable pelea, pueda resultar algo repetitivo, también nos dejan muchos buenos momentos, como la visita al banco de superhéroes, la timba de póker con los demonios del circulo interior, o la pelea de cada miembro del Supergrupo con su doble.


En resumen, estos primeros álbumes suponen un perfecto ejemplo de imaginación y humor, algo de lo que carecen las más recientes aventuras del héroe, que sigue guionizando y dibujando el incombustible JAN, y resultan una compra imprescindible para todos los amantes de los tebeos, y si me apuran, incluso de los amantes de los comics.


Nota al pie: la vaguedad en la definición de los formatos y precios se debe a la gran cantidad de ediciones que a lo largo de los años han ido saliendo de Superlópez. Sí podemos indicar que, hoy por hoy, los más fáciles de encontrar son los Superhumor, que recopilan cinco de los álbumes originales en formato cartoné por el módico precio de quince euros.


Jose (17)

SANGRE ARMENIA

Guión: Guy Vidal

Dibujo: Florenci Clavé

Editorial: Glénat

Formato: Álbum Cartoné. 48 Páginas

Precio: 15€

Calificación: 8/10

El no ser esta una bitácora de actualidad comiquera no quiere decir que todos sus componentes anden pendientes a diario de lo que se va cociendo en la blogosfera y, por ende, en este mundillo que tanto nos fascina. Es por ello que el revuelo que se ha armado en las últimas dos semanas a raiz de la columna de opinión de Vicente Molina Foix no ha pasado inadvertido para el que esto suscribe. Al margen de descalificaciones inútiles contra la figura de este caballero, cuya opinión es tan respetable como la de cualquier hombre de a pie, lo que ha llamado mucho mi atención es que si algo parece derivarse de sus encendidas y negativas miras hacia el mundo del tebeo es una lamentable intolerancia a otras formas de cultura "menos nobles" que la literatura y una carencia absoluta de conocimientos acerca de lo que el noveno arte puede llegar a ofrecer. Llamar al cómic "una forma de entretenimiento muy menor" es despreciar los esfuerzos de muchos profesionales que día a día nos dejan una parte de si mismos sobre el papel impreso. Y no sólo eso, sino que es subestimar las infinitas posibilidades que el arte secuencial es capaz de alcanzar. Y como no hay mejor forma de demostrar algo que con un ejemplo, esta semana os traemos no uno, sino tres títulos que, aparecidos como novedades el viernes pasado sirven para echar por tierra cualquier afirmación que vaya en la línea de lo afirmado por Foix.

La elección de Sangre Armenia como el primero a recomicdar no es casual, ya que de las tres lecturas que he hecho este fin de semana me parece la más adecuada para empezar a plantar cara a aquellos que siguen creyendo que el cómic es cosa de críos. Nada más lejos de la realidad. Publicado a finales de los setenta en Francia con el título La Isla de los Perros, fue reeditado pocos años después y a color debido a la importancia que había adquirido en el país vecino. Ya titulado con su nombre actual, llama la atención que un tebeo tan políticamente comprometido como es Sangre Armenia haya tardado treinta años en editarse en nuestro país y también el hecho de que haya sido publicada en el mismo año en el que otra obra de temática idéntica, Medz Yeghren, llegara a nuestras librerias.

Más allá de esta ¿coincidencia?, lo cierto es que Sangre Armenia es uno de esos cómics cuya lectura, tanto por valores pedagógicos como históricos, debería estar recomendada para cualquier estudiante. Relatando el primer genocidio que se cometió contra el pueblo armenio por parte de los turcos a finales del s.XIX (Medz Yeghren narraba aquellos que tuvieron lugar durante la Primera Guerra Mundial), Vidal fabula acerca de las Masacres Hamidianas acaecidas entre 1894 y 1897 situando gran parte de la acción en una isla ficticia y tomando como protagonista de los hechos a un fotógrafo quebequés. Sin llegar a hacer tanta sangre de los acontecimientos como la que si desarrollaba Cossi, Vidal y Clavé trazan con precisión en las breves cuarenta y ocho páginas del álbum los orígenes del odio hacia el pueblo armenio y las atrocidades que aún hoy sin reconocer (quien quiera saber algo más que se pase por AQUI) se cometieron contra él. La engañosa brevedad del álbum no es capaz de ocultar la habilidad del guionista para, merced a pequeños detalles, narrar la complejidad de los acontecimientos sin que en ningún momento se le puedan achacar graves carencias; sí algún que otro problema de ritmo, pero nada relevante. El realismo de Clavé (artista del que volveremos a hablar en breve por este rincón) potencia las virtudes del guión y oculta esos pequeños defectos con una estructura sobria que sabe cuando echar mano de recursos potentes (esas fotos, las pocas páginas de una sola viñeta) y que se alimenta a la perfección de las grandes virtudes de un claroscuro trabajado con fuerza.

Sangre Armenia es, en definitiva, uno de esos títulos que probablemente pasarán bajo el radar de los más despitados sin levantar ningún tipo de alarmas y precisamente por ello, por ser un "cómic para minorías" (que no menor, eso nunca) es por lo que debería prestársele mucha más atención ya que, como apuntaba más arriba, es un tebeo MUY necesario.

Sergio Benítez (278)

martes, 29 de septiembre de 2009

KINGDOM COME

Guión: Mark Waid

Dibujo: Alex Ross

Editorial: DC

Formato: Slipcase HC. 340 Páginas

Precio: $75.00

Calificación: O.M

Hace algunos años (mas de los que me gustaría reconocer) DC inauguró una línea de especiales llamada Otros Mundos, sin periodicidad ni formato fijo, donde varios autores tenían la libertad de contar historias alternativas de los héroes más conocidos, que precisamente por tener lugar en universos o momentos distintos de los originales, contaba con una mayor libertad para hacer y deshacer. Entre estas obras, destacaron Batman: Luz de Gas, Batman: Drácula o JLA: El Clavo.


Paro cuando Kingdom Come llegó a las librerías, las historias etiquetadas como Otros Mundos no eran ya tan frecuentes, y a fuerza de publicar títulos del tipo Batman en el Oeste (en serio, la sacaron), todos nos preguntábamos si existía ya la necesidad de volver a contar este tipo de historias donde se sacaba a los héroes de su contexto habitual. La respuesta resultó ser afirmativa, ya que la publicación de Kingdom Come, originariamente en cuatro números, en formato prestigio, contaba la historia de Otros Mundos definitiva.


Con un Mark Waid en plena forma a los guiones, Kingdom Come nos introduce desde el principio en un universo completamente diferente al que todos conocemos, y para ello, nos presenta a Norman McCay, un anciano pastor que recibe la visita del Espectro, avisándole de los acontecimientos que se avecinan (la llegada del armagedon, nada menos), y a través de sus ojos, se nos irán contando, de paso, qué tiene este universo de diferente al que todos conocemos, por qué el Superman de este mundo ha decidido retirarse, qué ha sido de Batman o Wonder Woman, y sobre todo, quién es Magog y cuál es su papel en todo esto.


Contando con un guión más maduro que de costumbre Kingdom Come se apoya en no perder de vista la perspectiva del hombre de la calle que tan buen resultado le diera a la distinguida competencia y su Marvels, dándose además la casualidad de que el dibujante de ambas obras fuera el mismo, el inconmensurable Alex Ross: como en tantas otras obras, los guiones de Waid no habrían tenido el mismo impacto visual de haber estado dibujados por otro autor, aunque éste fuera Jim Lee. En este apartado, la labor de Alex Ross como ilustrador de la obra es esencial, y no podemos imaginarla de otra forma. Dejando a un lado los típicos cambios de traje y diseño de personajes que todo proyecto de Otros Mundos conlleva, el dibujante consigue que nos creamos a los protagonistas con sólo una mirada, y es que su Superman, es mucho Superman. Además, y para aquellos detractores del dibujante por sus últimos proyectos, aquí si hay una historia que contar, que no decepcionará a nadie.


Para rematar, a la DC se le ocurrió "regalar” a sus lectores (bueno, regalar no, que cuestan una pasta…) con un nuevo formato, llamado Absolute, con tapa dura, papel de mayor calidad y de mucho mayor tamaño que un HC, en el que publicar algunos de los comics ya editados. El resultado, que en títulos como Batman: Año Uno no marcan una gran diferencia, aquí suponen la forma perfecta y definitiva (espero, que llevo ya tres ediciones) de disfrutar de esta gran obra.


Jose (16)

SUPERMAN: FOR TOMORROW

Guión: Brian Azzarello

Dibujo: Jim Lee

Editorial: DC

Formato: 2 HC. 160 Páginas c/u

Precio: $24.99 c/u

Calificación: 6/10

No es la primera vez que lo comento y no será la última: nunca he sido muy amante de las historias de Superman ni del personaje en si. Siempre me ha parecido que como icono, Superman funciona a la perfección, pero en el papel (ojo, en el papel, el cine y la televisión son otra cosa) casi nunca he encontrado relatos sobre el personaje que me hayan apasionado (cosa que si me ha pasado con el otro icono DC, Batman).

Tras su estancia en Batman durante un año- en el cual vio la luz esa irregular saga que fue Hush (irregular por el guión no por su soberbio hacer)- Jim Lee necesitaba otro macroproyecto en el que embarcarse. ¿Y que mejor que tocar al otro peso pesado de DC?. Dicho y hecho, Lee era anunciado como el dibujante durante un año de la serie de Superman (así, a secas, ni Action Comics ni Adventures of Superman). A su lado, y como ya había pasado en Hush con Jeph Loeb, Lee traía a un guionista estrella de la casa: Brian Azzarello. Escritor de gran solidez, de Azzarello sobran casi todas las presentaciones que se le puedan hacer y que no recaigan en alabar la multipremiada 100 Bullets o sus salvajes incursiones en Hellblazer o Cage, por poner algún ejemplillo suelto. Con tamaños artistas como carta de presentación, los 12 números de Superman no podían pintar mejor. La pregunta es, ¿mantienen las expectativas creadas?.

La historia que nos cuenta For Tomorrow se desarrolla de forma bien diferenciada en cada uno de los dos tomos en los que ha sido recopilada: en el primero de ellos, Azzarello arranca aparentemente en mitad de la nada, dejando al lector ciertamente confuso con cómo se nos narran los hechos: Superman habla (más bien se confiesa) con un párroco mientras va desgranando los hechos que han llevado a la desaparición de un millón de personas a lo largo de todo el planeta. En un primer número escrito de forma excelsa, Azzarello nos deja ver el lado más humano de Superman, un lado que el guionista explorará a lo largo de todo el primer tomo. Con un comienzo tan atípico, el escritor engancha por esa forma tan cinematográfica de contar la historia a través de concisos flashbacks, devolviendo la acción al presente cada pocas páginas. Al margen de Superman y el padre Leone, forman parte del hilo conductor de esta primera parte de la saga el misterioso mercenario Orr, una máquina de matar llamada Equus y el déspota liberador de un imaginario país oriental, el general Nox. Conforme avanzan las páginas, descubrimos que tratando de acabar con las guerras intestinas de dicho país, el superhombre da con el artefacto que posiblemente es el responsable de la desaparición del comentado millón de habitantes del planeta. Afectado por el descubrimiento, Kal se lleva la máquina con la intención de averiguar su funcionamiento y así poder traer de vuelta a los desaparecidos, entre los que se encuentra su mujer, Lois Lane.

Llegamos así al ecuador de la trama. Con una primera parte brillante, en la que Azzarello no tira en exceso de las ya más que manidas espectaculares batallas (marca de las colecciones del Hombre de Acero) y se dedica a analizar los fundamentos de un personaje con casi 70 años de edad, el terreno queda preparado para rubricar de forma sobresaliente la maxiserie. Por desgracia, en los seis números que cierran For Tomorrow, el guionista pierde gran parte de la coherencia argumental de la que había hecho gala en el comienzo de su andadura y sus guiones van perdiendo fuelle y ganando en surrealismo conforme la narración llega a su fin. En esta segunda parte, el guionista si echa mano de una sucesión inconexa de batallas fundamentadas en lo que se supone la gran sorpresa del guión (que no voy a desvelar, tranquilos). Pero tal sorpresa no aguanta una peregrina y sucinta explicación, y menos aún el intenso uso que el escritor hace de la misma. Al final, el buen ritmo de los seis primeros números se pierde entre tanta conspiración y pelea sin sentido, acabando de forma mediocre lo que había empezado de manera brillante.

Si algo salva a la mediocridad de los guiones en la parte final, y ayuda sobremanera a sentar las bases de la historia en sus comienzos, es el espectacular dibujo de Lee. Como ya ocurriera en Hush, los lápices de Lee (acompañados por las tintas de su eterno colaborador Scott Williams) son lo mejor de la función y su Superman emana humanidad y humildad por los cuatro costados al tiempo que conserva ese aire de superhombre que lo sitúa por encima del resto de los mortales. El preciosista dibujo de Lee y su atención por el más ínfimo detalle hacen que cada página tenga que ser mirada al menos un par de veces para aprehender todo aquello que el dibujante plasma en tan poco espacio. Un trabajo digno de admiración y que demuestra porque Lee sigue siendo un fan-favourite, no importando muchas veces que la calidad de los guiones que le acompañan sea, como poco, olvidable.

Sergio Benítez (277)

lunes, 28 de septiembre de 2009

USAGI YOJIMBO

Guión: Stan Sakai

Dibujo: Stan Sakai

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: 20 Libros Rústica. 128-224 Páginas

Precio: 7.78-11.95€

Calificación: 9.5/10

Complicada la labor de recomicdación que hoy afrento. Por un lado tenemos al personaje en si, del cual se puede hacer una visión global y luego que cada uno decida si adquirir algún tomo suyo o no. Por otra parte la tentación de veinte tomos en castellano y veinticuatro en inglés, que me proporcionarían el descanso de recomicdaciones durante cinco o seis meses... La tentación es grande. Pero seguro que Sergio me mandaba a paseo como se me ocurriese semejante burrada, así que no hay más remedio que condensar, como las goticas que le han salido en el exterior al vasito de karkadé que me acompaña junto al teclado.

Corría el año 1984 cuando al señor Stan Sakai se le pasó por la imaginación un universo de personajes consistentes en animales atropomorfizados y ambientado en el Japón medieval. Según Sakai, los kami (dioses) son quienes hacen nacer a cada persona de manera diferente, pero siendo todos dignos del mismo respeto. Gatos, perros, rinocerontes, conejos, cerdos, zorros, murciélagos o serpientes, entre muchos otros, son personajes habituales en cada pueblo. Y entre todos ellos destaca un conejo: Usagi, porque al fin y al cabo alguien tenía que ser el prota de la serie.

Pues resulta que el amigo Miyamoto Usagi, conejo de largas orejas, decide tras la muerte de su señor emprender un viaje de autoaprendizaje como ronin. No, no hablamos de la serie limitada de Miller. Suponía que sabiáis de sobra que un ronin, que es literalmente hombre errante como una ola en el mar, es un samurai sin señor. Puede carecer de amo porque le haya ofendido por algo o a su amo se le crucen los cables y le retira su favor, o como en el caso de Usagi, que su amo la palme. Como curiosidad para el público, que sepáis que el personaje de Usagi está basado en el famoso ronin Miyamoto Mushashi, autor del tratado de artes marciales conocido como El libro de los cinco anillos (tenía un chiste preparado por lo del número en el título y que la última palabra podía ser utilizada como diminutivo, pero he decidido dejarlo estar).

La cuestión es que durante el viaje de peregrinación el conejo conoce a multitud de personajes: Gennosuke, el cazador de recompensas; Tomoe Ame, la guardiana de confianza del señor Noriyuki (a quien Usagi ha prestado servicio en más de una ocasión); Zato-Ino, el espachadín ciego (clara referencia a Zatoichi); Sanshobo, el samurái retirado a una vida de celibato; Kenichi, amigo de la infancia y rival en el amor y su hijo Jotaro... Usagi recorre los caminos de su tierra, prestando siempre su ayuda a los indefensos, y viéndose envuelto en multitud de intrigas políticas y sucesos sobrenaturales, siempre en busca de la paz interior. Además nos ofrece de vez en cuando retales de su juventud, cuando aprendía la senda del samurai.

Si os caen en gracia el tema de samuraises, ninjas, ronines, honor y tradiciones japonienses y demás, no dejéis de darle una oportunidad a la serie. Puede que al principio caigais en el error de pensar que se trata de un producto infantil por los dibujines, pero os aseguro que estariáis totalmente equivocados. La verdad es que, así en plan general y sin entrar en detalles de ninguna de las tramas, me parece que ya os he contado bastante sobre la serie.

Quizá sólo faltaría añadir una cosa: Durante éstos meses recomicdando (y por las tontunas de otro blog) creo que igual ya os podéis hacer una idea de mis gustos y opiniones como para saber cuál es vuestro grado de afinidad con ellos, y si os sirve ésto de algo os comento que en casa tengo todos y cada uno de los tomos. Y por éso precisamente la alta valoración. ¿O pensáis que si le hubiese puesto un seis tendría en casa la enooooorme cantidad de papel que suponen todos los tomos?

Y si mi opinión no os merece la pena, que sepáis que cada vez que un tomo de Planeta entra en casa yo nunca lo leo nada más llegar. Ese privilegio lo tiene mi mujer. Y después de que ella me lo deja comienza un peregrinaje por casa de mi hermano (dos lecturas más), su cuñada (otras tres), y vuelve a mi hogar. Luego pasa por dos sobrinos míos y ya descansa definitivamente en la estantería. Que digo yo que alguno de ellos se podría gastar los leuros en comprarse el tomo en lugar de gorronearme todos...

Saludos!

Nacho (17)

the HUNTER

Guión: Darwyn Cooke adaptando a Richard Stark

Dibujo: Darwyn Cooke

Editorial: IDW

Formato: Libro Cartoné. 144 Páginas

Precio: $24.99

Calificación: 10/10

Por mucho que uno sepa, o crea saber, sobre cine, siempre hay algún detalle que se le escapa. Mal común cuando además se tienen que ver varias películas a la semana sobre las que tener que escribir, llega un momento que el disco duro no da más de si, empezando las células grises a borrar datos antiguos de esos que te sirven en según que momentos para ser un Remington Steele cualquiera. El caso es que comenzando la lectura de este Hunter me di cuenta en seguida que, salvando ciertas diferencias (bastante nimias, todo sea dicho) me encontraba ante una adaptación de la misma novela que había servido a Brian Helgeland (el guionista de la inconmensurable L.A. Confidential) para rodar hace diez añitos su opera prima, la brillante Payback con Mel Gibson. Asombrado por haber olvidado que el guión de esta gran cinta de cine negro adaptaba una novela de Donald E.Westlake (firmada bajo su apodo de Richard Stark), mis sentimientos acerca de lo que llevaba leyendo ya un rato eran encontrados pues, ¿cómo iba a disfrutar de un tebeo cuya historia conocía al milímetro después de haber visto más de dos y tres veces la cinta?. La respuesta: Darwyn Cooke.

Muy poco hemos hablado por este blog de uno de los autores más fascinantes del momento (al menos para el que esto suscribe): tras haber trabajado en el campo de la animación en Batman Beyond, Cooke ha ido dejando desde esa primera incursión en el mundo del cómic que fue Batman: Ego, un rosario de trabajos que han ido cimentando sin ningún atisbo de duda su enorme reputación como artista de corte clásico en el que se puede confiar a ciegas. Títulos como la novela gráfica de Catwoman, la primera etapa del personaje en la serie de Brubaker o la magistral New Frontier no hacen sino avalar lo que estoy comentando. Y si algo se deriva de todos ellos, y de su poco (e injustamente) valorada incursión en Spirit, es la pasión de Cooke por la época dorada de los cómics y el cine negro. Así que resulta muy, pero que muy obvio que él fuera el elegido por el desaparecido Richard Stark para adaptar las novelas de Parker, la única ocasión en la que se ha usado el personaje utilizando su nombre.

Para aquellos que no hayan visto la película (¿a qué estáis esperando?) y quieran darle una oportunidad a un tebeo como la copa de un pino, vaya este resumen del argumento libre de spoilers, al menos de los grandes: Parker es un ladrón profesional al que su mujer y su socio engañaron para quedarse con la tajada de su último golpe. Dado por muerto, volverá para vengarse de todos los que lo traicionaron. A grandes rasgos este es el hilo narrativo que sigue The Hunter, un volumen en el que Cooke da el do de pecho con un trabajo sobresaliente en el que sería muy fácil alabar hasta la saciedad el estilo gráfico del artista: resulta una maravilla asombrosa comprobar como el (engañosamente) simple trazo del norteamericano es capaz de alcanzar la profundidad y madurez que se le ven en las páginas del volumen primorosamente editado por IDW. Situando la acción en el año en el que se escribió la novela (en lugar de traerla al presenta como hizo Helgeland), Cooke demuestra lo bien que sabe capturar el espíritu de la época al tiempo que mantiene una cualidad atemporal, haciendo que sus páginas reflejen tanto los años sesenta como la actualidad. La elección del autor a la hora de que el cómic carezca de color al margen de unas tonalidades de gris azulado es otra de esas que muestran a un genio del noveno arte, sobre todo teniendo en cuenta que su línea es lo suficientemente oscura para mostrar el tono crispado de la acción y que las manchas de sombreado no hacen sino acentuar la innata capacidad del dibujo para representar los claroscuros y potenciar la frialdad que muestran todos los personajes que aparecen.

Pero si sobresaliente resulta lo que el Cooke dibujante es capaz de plasmar, entonces la forma en la que adapta el texto de Stark es directamente de matrícula de honor: echando mano de numerosos recursos, el que más llama la atención es el constante cambio en la voz de la narración. Con un primer acto simplemente perfecto en el que el autor casi no hace uso del texto para narrar el devenir del personaje, Cooke va adoptando diferentes aproximaciones al storytelling: unas veces silente, otras con bocadillos de diálogo que ponen voz a los personajes, otras utilizando un narrador omniscente y siempre sin que se note un salto brusco entre ellas, haciendo el autor que la transición sea fluida y sin choques bruscos logrando renovar la atención del lector cada vez que uno de los cambios tiene lugar. Capturando mediante este recurso de forma inmejorable las variadas personalidades que aparecen en la acción, donde Cooke se explaya es en la definición de Parker, un antihéroe con todas las de la ley, un superviviente nato que de porte intimidatorio pero que al tiempo es retratado como una figura por la que sentir lástima. Por fuera será una roca fría, pero por dentro no es más que un hombre roto por una vida llena de miserias tapada con los lujos que le permiten los robos, y eso precisamente es lo que hace tan fascinante a The Hunter, el que al margen de ser un relato negro construido a la perfección y sin fisuras, sirva como un estudio brillante acerca de un personaje tan atractivo como Parker.

Sergio Benítez (276)

viernes, 25 de septiembre de 2009

RASL vol.1

Guión: Jeff Smith

Dibujo: Jeff Smith


Editorial: Cartoon Books


Formato: Álbum Rústica. 112 Páginas

Precio: $13.00


Calificación: 8.5/10


Muchas cosas quedaban clara cuando Jeff Smith concluía Bone hace ahora cinco años. La primera y fundamental es que, casi sin pretenderlo, había creado una Obra Maestra del noveno arte a la que además se le veía a la legua su carácter imperecedero. Mezclando fantasía heróica, romance, mucho humor y toques de drama épico con un estilo de dibujo que recordaba de forma inmediata al de Walt Kelly (creador de Pogo), el autor legaba para las generaciones futuras un cómic al que las muchas lecturas que se le han hecho (en sus variadas ediciones, desde la grapa a los tomos en color, pasando por los TPB o el One Volume Edition) no han afectado en cuanto a frescura e interés se refiere. En segundo lugar, y teniendo en consideración el mastodóntico éxito que había cosechado la serie a lo largo de sus trece años de publicación, en los que le dió tiempo a amasar diez premios Eisner y once Harvey, es que Smith lo iba a tener muy complicado para dar con un nuevo título mediante el que proseguir su carrera.

Complicado porque salir de debajo de la inmensa sombra que proyecta Bone es algo a lo que muy pocos estarían dispuestos. Complicado porque las comparaciones con las aventuras del simpático personaje y la cohorte que lo acompañó durante tantos años iban a ser inevitables. Y complicado sobre todo porque encontrar una historia que se alejara lo suficiente de la de su obra magna (con todo lo que esta llega a abarcar) se antojaba desde fuera como una tarea tan titánica como difícil. Pero eso sería sino contáramos con el hecho de que Smith es un genio capaz de sacarse de la manga lo que le venga en gana. Y así, como por arte de magia, el norteamericano nos regala ahora RASL.

La trama de la nueva serie, de la que poco se puede desvelar, sigue a un ladrón interdimensional que utiliza una máquina por él inventada para hacerse con obras de arte que en otras realidades no están tan bien custodiadas como en la nuestra. A partir de tan original premisa de partida, Smith construye, en los tres números de que consta el presente volumen, una historia apasionante, llena de matices, giros inesperados, personajes carismáticos (marca de la casa) y una trama que mezcla a placer la ciencia-ficción, el romance, el cómic noir y unas gotas nada desdeñables de drama. Y todo ello en, repito, ¡sólo tres números!. Acompañado de ese dibujo que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar en el pasado, y con una narrativa visual que no se cansa de explorar las fronteras del medio, RASL es un señor tebeo que se devora con avidez en poco menos de media hora, demostrando más allá de toda duda razonable que al sr.Smith aún le quedan muchas ideas en el tintero como para seguir llenando momentos inolvidables de lectura. Una auténtica gozada.

Sergio Benítez (275)

jueves, 24 de septiembre de 2009

EPICURO el SABIO

Guión: William Messner-Loebs

Dibujo: Sam Kieth


Editorial: Norma


Formato: Libro Cartoné. 160 Páginas


Precio: 24€


Calificación: 6.5/10


No se si alguna vez lo habré comentado, pero sino, creo que esta es tan buena ocasión como cualquier otra: si hoy en día mi colección constara de todo aquello que he ido adquiriendo durante los últimos quince años, dudo mucho que cupiera en mi casa. La explicación es muy sencilla. Como coleccionista de cómics he ido pasando por muchas (muchísimas) fases que han ido desde comprar cómics sin ton ni son a ver que me iba encontrando, a adquirir de forma compulsiva todo aquel manga que se me ponía a tiro o llevarme a casa tebeos por el mero hecho de tener una portada molona (sí, yo era uno de esos que me quedaba con la portada y tiraba el resto). Agotando una por una, la conclusión de cada una de ellas siempre solía ser la misma: tenía que vender todo el material que pudiera para poder seguir comprando y entrando en nuevas fases. Así, durante bastante tiempo, un par de tiendas de Sevilla fueron receptoras de abultadas cajas cada dos o tres meses, cajas que me malpagaban (o yo malvendía, para que vamos a engañarnos) pero que liberaban espacio de mis comprimidas estanterías. Con el tiempo decidí que en lugar de vender era mucho mejor regalar a mis amigos; y aquí que hable Mario, porque sinceramente he perdido la cuenta de lo que se ha podido llevar a su casa.

Y toda esta historia que, lo sé, podría haber resumido un pelín (por una vez os aguantáis, diantres) lleva obviamente a intentar justificar que en alguna de esas ventas multitudinarias los dos tomos de Epicuro el Sabio que Zinco editó en su día fueran introducidos por equivocación. Como quiera que me di cuenta mucho tiempo después de haberlos vendido, recuperarlos se hizo imposible hasta que a finales del mes pasado Norma tuvo a bien volver a publicarlos, esta vez en un sólo tomo en tapa dura que además incluye las historias cortas que salieron en aquellos prestigios de Piranha Press (también editados por Zinco y que nunca llegué a leer).

De esta relectura efectuada tantos años después resultan sorprendentes un par de cosas. La primera es lo bien que ha envejecido el material, manteniendo Epicuro toda la frescura que ostentara hace más de una década, primero en los guiones de Messner-Loebs y la forma en la que mete a todos los filósofos y fabulistas de la Grecia clásica haciendo mofa de sus elucubraciones (atención a como se ensaña con Platón y sus obras, tanto el mito de la caverna como La República) al tiempo que hace lo propio con la mitología de la civilización y su panteón de divinidades, explotando sobre todo la líbido de Zeus y los eternos celos de Hera; después en los dibujos de un Kieth detallista y caricaturesco que cuaja unas composiciones de páginas brillantes de las que si una conclusión puede sacarse es que el artista nunca tuvo miedo de jugar con unos encuadres y ángulos imposibles por un lado y viñetas de múltiples formas por otro.

La segunda, derivada directamente de esta, es que muy buena impresión tuvieron que dejar los volúmenes editados por Zinco cuando leyendo este que hoy recomicdamos podía recordar todo aquello que iba a ir sucediendo. Cierto es que la primera lectura de Epicuro fue una gratísima sorpresa. Y que además se hizo en una época en la que uno estaba acostumbrado a cómics de mutantes-dándose-leches-a-lo-largo-de-unos-pasillos-sin-fin. Pero algo especial tenía que tener para que mi memoria, saturada de cientos de cómics desde entonces, la guardara en un lugar tan reservado. Ese algo es, qué duda cabe, su carácter a contracorriente, las ganas de que el lector se lo pase bien al mismo tiempo que pueda aprender algo y la perfecta conjunción que se da entre guión y dibujo. Una comunión que desgraciadamente no se mantiene por igual a lo largo de todo el volumen, siendo la última historia (Los Chicos de Helena) antítesis de todo lo que he afirmado hasta ahora tanto a nivel de guión como, sobre todo, en los dibujos de un Kieth salido de madre. Mi consejo, si quieren seguirlo, es que a la hora disfrutar de Epicuro el Sabio se centren en los dos primeros capítulos, ojeen por encima el tercero y hagan caso omiso del cuarto, de esa manera les garantizo que podrán llevarse la mejor impresión posible de tan original cómic.

Sergio Benítez (274)

GÉNEROS DC: TOR

Guión: Joe Kubert

Dibujo: Joe Kubert

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Libro Rústica. 160 Páginas

Precio: 12.95€

Calificación: 7.5/10

Hablar de Joe Kubert es hablar de historia viva del noveno arte, una historia a la que hasta hace poco no había echado mucha cuenta, pero que de un tiempo a esta parte (como habréis podido comprobar de forma paulatina) me tira mucho más que cualquier cómic con colorines infográficos. El caso es que el patriarca de la saga de dibujantes era un autor al que me había acercado en el pasado de forma muy puntual, tanto que en mi tebeoteca sólo figuraba un trabajo suyo, la magnífica Yossel que Norma editara hace unos añitos. Una deuda imperdonable, lo sé, pero una que estoy dispuesto a ir resarciendo poco a poco y que Planeta, con las recientes publicaciones de El As Enemigo y este Tor me ha puesto algo más fácil.

Creado por el artista a principios de los años cincuenta (y no me voy a explayar en el recorrido editorial del personaje, que para eso ya está la excelente introducción de Roy Thomas) la idiosincrasia del personaje se resume en pocas palabras: aventuras de un homínido en la prehistoria. No hay nada más. Ni viajes en el tiempo ni situaciones rocambolescas tan propias de la época en la que Tor vió la luz, sólo la voluntad de Kubert por crear algo diferente y sus ganas de experimentar hasta dónde era capaz de llegar dentro de las fronteras del arte secuencial. Muchos años han pasado desde entonces, y contadas son las ocasiones en las que Kubert ha querido o podido acercarse a su personaje, correspondiendo este volumen a la miniserie de seis números publicado por DC el pasado 2008.

Para alguien que ya tiene ochenta y tres años, y que lleva trabajando más de setenta (empezó con sólo once añitos) si hay algo que llama la atención de las páginas de Tor, al margen de todos aquellos epítetos derivados de elegancia y clasicismo (el recurso de resumir lo pasado en una sóla página inicial es genial) que a uno se le ocurran, es lo asombrosamente contemporáneas que resultan todas y cada una de las páginas: ya sea por su soberbio storytelling, de cuya claridad y sencilla composición podrían aprender muchos artistas hot, sea por la facilidad con la que el artista caracteriza e inventa personajes y entornos, lo cierto es que en cuanto al aspecto gráfico poco (o nada) hay que repocharle a la serie.

En cuanto a los guiones, tampoco es cuestión de ir esperando un Watchmen cuando se tratan de aventuras en la prehistoria. Ahora bien, que el guión sea simple, no implica que sea burdo, dejando Kubert bien claro que si está donde está es por algo: en una decisión que se antoja brillante, Tor carece de diálogos, haciendo gala el artista de una prosa excelente y vivaraz para narrar con ritmo envidiable las aventuras de los diversos personajes que va presentando en el discurso de la acción. Con tan sólo unas líneas de estos textos de apoyo, y la ayuda de lo preciso de su dibujo, Kubert es capaz de definir a la perfección a cualquiera que se le ponga por delante, desde el protagonista hasta el monstruoso ser de cuatro brazos, pasando por los salvajes seres o la fémina de rigor. Vale que el discurrir podrá ser algo típico, y que las limitaciones autoimpuestas por el marco en el que se encuadra la serie no le dejen ir mucho más allá, pero el partido que saca el autor de cada página y cómo hace avanzar la acción son motivos más que suficientes para justificar la más que obligada compra de este entretenidísimo tebeo.

Sergio Benítez

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La LEYENDA de ROBIN de los BOSQUES

Guión: Manu Larcenet

Dibujo: Manu Larcenet

Editorial: Norma

Formato: Álbum Cartoné. 48 Páginas

Precio: 12€

Calificación: 6/10

Buenas tardes. ¿Cómo les va a todos? ¿Cómo? ¿Que qué hago yo aquí? ¿Que hoy no es mi día? ¿Que dónde se ha metido Toni? Hey, hey, hey... a mí que me registren. Yo he venido aquí a hablarles de la curiosa y simpática versión que ha realizado Manu Larcenet del arquero más famoso del bosque de Sherwood. Las preguntas se las hacen al jefe...y el jefe les dice que por circunstancias personales Toni ha tenido que tomarse un tiempo de descanso como recomicdador, prometiendo que volverá cuanto antes con renovadas fuerzas.

Y es que resulta que cuando Robin Hood pasa por el prisma de Larcenet nos encontramos con que no es un apuesto galán. Es más bien un vejete octogenario con alzheimer que vive en la Casa de Campo de Nottingham recordando tiempos mejores. Y además descubrimos que no estamos en la época de las caballerías y Ricardo Corazón de León no se nos ha marchado de excursión a las Cruzadas. Ni tan siquiera tenemos al malvado príncipe Juan ansiando el poder. No, estamos en la época actual. Y Larcenet nos mezcla ambas cosas con bastante buena mano.

Estructuradas en pequeñas historias de seis páginas que podrían pasar como autoconclusivas pero con cierta continuidad entre ellas (al igual que las clásicas historias de Mortadelo y Filemón, por poner un ejemplo) asistimos al declive del héroe. Durante el transcurso del viaje soltamos alguna que otra risotada al ver las encarnaciones que tienen sus compañeros Tuck, el Pequeño Juan o Lady Marian, incluso su incansable enemigo el Sherif de Nottingham. Y es que a lo largo de las cuarenta y ocho páginas Lacernet se burla de todos y cada uno de los clichés en los que se ha enfundado el famoso héroe, adaptandolos a su peculiar estilo.

Es, por supuesto, bastante más ligera e intrascendente que la otra obra del autor que ya recomicdé éste verano, pero no deja de estar simpática. Para pasar el rato. Aunque, desgraciadamente, también es bastante olvidable.

Una pedrada en la cabeza aparte merece el traductor de la obra, que ha metido grandes clásicos de la música popular autóctonos (Como una Ola de la Jurado, La Zarzamora de la Lola de España, Cántame de la María del Monte...), así como alusiones a Curro Jiménez y otras lindezas semejantes. Y es que no sé a ustedes, pero a un servidor le chirrían bastante estas españolizaciones y más aún cuando se piensa de dónde es el autor, y no puedo dejar de pensar cuáles serían las canciones y alusiones originales... Es más, creo que si lo lee alguien ajeno a nuestra cultura popular es bastante posible que ni tan siquiera le encuentre la gracia.

Pues eso, un ratito agradable con ésta ucronía (si se le quiere considerar así) del bandido que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Y según dice al principio del tomo, es por ésto que él es pobre...

Saludos!

Nacho (16)

La GLORIA de HERA

Guión: Serge Le Tendre

Dibujo: Christian Rossi

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Libro Cartoné. 96 Páginas

Precio: 10.95€

Calificación: 7/10

Las conclusiones sacadas de Tiresias, la obra de Le Tendre y Rossi recomicdada por aquí hace un par de meses, eran claras: un tebeo de guión mediocre y bastante confuso coronado por un dibujo estupendo. Tan inestable equilibrio (no sé ustedes, pero un buen guión es fundamental para atraerme a un cómic, por mucho que siempre haya defendido al noveno arte como una disciplina visual ante todo) no me hacía muy proclive a adquirir esta Gloria de Hera, pero dada la sequía de novedades europeas del presente mes, al final este segundo trabajo de la pareja de autores franceses ha terminado perfilándose como una de las pocas compras del presente mes. Una decisión de la que al final hasta tengo que alegrarme.

Y ello sobre todo porque el guión de Le Tendre se aleja claramente del tono serio y de corte trascendente de Tiresias para, haciendo uso de ese humor absurdo que tan bien ha caracterizado a muchos tebeos francófonos a lo largo de las décadas (y se me viene a la cabeza Astérix), mezclar historia y mitología a la hora de contarnos los logros de Alceo que según la versión clásica es hijo de Perseo y Andrómeda (los personajes principales de aquella Furia de Titanes a la que le ponía efectos especiales el gran Ray Harrihausen) y abuelo de Hércules y cuyo origen y destino queda aquí ligeramente trastocado por Le Tendre para asimilarlo al del famoso forzudo. Dejando de lado tan curiosa decisión (que en realidad sólo afecta al final de la narración y en consecuencia se podía haber abandonado en favor de una conclusión más fiel a la "realidad") el guión de La Gloria de Hera es ameno, divertido y mantiene a lo largo de su desarrollo una fresca capacidad para provocar la risa, sobre todo cuando el escritor se fija en su mejor hallazgo, el centauro Agrios, también sacado de la mitología griega, y un brabucón de armas tomar que sirve de perfecto contrapunto a la gravedad con la que suele ser descrito Alceo y todo aquello que le rodea.

Rossi responde de forma ajustada a esa mezcla tan bien obtenida entre comedia y drama con tintes épicos para superar su trabajo en Tiresias con un trazo al que, siendo igual de claro, sienta muy bien la frescura que exuda el guión. Documentado con exhaustividad, el artista caracteriza a sus personajes de tal forma que parezcan salidos de una vasija griega (pero sin exagerarlos como si lo hacía por ejemplo la Disney en su estupenda Hércules) para situarlos en una narrativa que se aleja del alto grado de confusión a la que sí llegaba en algunos momentos la anterior obra y que conforma, en definitiva, un tebeo sin ninguna pretensión que encuentra en su intrascendencia y ganas de hacer pasar un buen rato al lector sus más sólidos valores.

Sergio Benítez (272)

martes, 22 de septiembre de 2009

BATMAN: ARKHAM ASYLUM 15th ANNIVERSARY EDITION

Guión: Grant Morrison

Dibujo: Dave McKean

Editorial: DC

Formato: HC. 216 Páginas

Precio: $17.99

Calificación: O.M

Antes de nada, aprovecho para dedicar esta reseña a Mario, mi compañero de blog; y quién quiera saber porqué, además de por ser una excelente persona, que se lea su no menos excelente reseña de Batman: Secretos y los comentarios allí vertidos…


Como siempre, tiremos de nostalgia para situarnos. No hace tanto, los derechos de DC en España los tenía Ediciones Zinco, y como por aquellos entonces no había Previews ni Amazon que llevarse a la boca, pues uno pillaba casi todo lo que sacaban al mes, sin importarle lo que fuera, y es que cada mes, las novedades no llegaban a diez o doce. El caso es que llegó a mi kiosco un tomaco en tapa dura, y por tanto bastante caro, con su plastiquillo que impedía ver el contenido, y que llevaba por título Batman: Arkham Asylum, pero con una pinta de dar mucho miedo y parecerse poco al Batman que yo había leído hasta entonces.


Tras varios ahora lo cojo – ahora lo suelto, me lo llevé finalmente a casa, y la primera reacción al hojearlo y ver el dibujo fue: “la de cosas que podría haber hecho yo con dos mil pelas”. No es de extrañar, ya que el dibujo corre a cargo de Dave Mckean, y quien esté familiarizado con su obra, sabrá de lo que hablo. Utilizando todo tipo de técnicas, dibujo, acuarelas, fotografía, etc. el resultado era algo fascinante o repulsivo, según te diera, pero que iba como anillo al dedo para lo que quería contar Morrison. De hecho, siempre he pensado que si esta obra la hubiera dibujado cualquier otro, su impacto habría sido mucho menor, y que mi adoración debe mucho a que lo leí con dieciséis tacos, y que hasta entonces, no había leído nada similar, ni por asomo.


La historia, bastante sencilla de resumir, cuenta la llamada que Batman recibe desde el Manicomio Arkham, donde el Joker requiere su presencia, porque según él “Es donde debe estar, con los otros locos”. Una vez allí, deberá enfrentarse a cada uno de los reclusos para poder escapar, si en el proceso no acaba perdiendo la poca cordura que le queda. De forma paralela, Morrison nos va contando la historia de Amadeus Arkham, desde que era un niño hasta que decide abrir la prisión que da nombre a la obra.


Sin embargo, donde otros autores acabarían contando la misma historia una y otra vez, Morrison enlaza momentos soberbios uno tras otro, y pone al servicio de Mckean una historia enfermiza, protagonizada por un Joker repulsivo, que pregunta al Hombre Murciélago si Robin ya se afeita, que se lee con el corazón en un puño, y hasta con la preocupación de si estamos muy cuerdos por leer estas cosas.


Escenas como la conversación telefónica entre Batman y Joker antes de su llegada a Arkham, el descubrimiento de las terapias a las que están sometiendo a los reclusos (han ampliado tanto las opciones de Dos Caras, desde las dos de la moneda hasta las sesenta y cuatro del tarot, que ni siquiera puede decidir ya si debe o no ir al baño), la terapia de asociación de ideas a la que es sometido Batman, el test de Rorschach del Joker, o cada una de las entradas del diario de Amadeus, que resultan escalofriantes y fascinantes a partes iguales.


Merece especial mención la edición que DC publicó hace un par de años para celebrar el quinceavo aniversario de la aparición del cómic, que incluye las guías o bocetos de cada página, demostrando que Morrison podría dedicarse también a dibujar si quisiera, o el guión original de la obra, comentado por el escritor, donde cada imagen utilizada tiene su contraprestación en el Tarot, o en alguna antigua mitología. Desconozco si la edición española de este HC le ha hecho algún favor a la obra, más que nada, por la manía de Planeta de sacar todo en formato Absolute, venga a cuento o no.


Un abrazo, Mario, y recapacita, que esto es lo mejor que Morrison ha escrito en su vida…


Jose (15)

BATMAN. WHATEVER HAPPENED to the CAPED CRUSADER? HC

Guión: Neil Gaiman

Dibujo: Andy Kubert

Editorial: DC

Formato: Oversized HC. 128 Páginas

Precio: $24.99

Calificación: 9/10

Supongo que a estas alturas a ninguno de nuestros lectores habituales les va a sorprender lo que voy a afirmar en breves momentos, pero como uno no sabe quién se incorporará hoy a este espacio virtual, pues allá va: hace EONES que no me acercó a ninguna de las series regulares de Batman. Huyendo como siempre hago de (casi) todo lo que lleve implicito la palabra continuidad, creo que la última vez que me aproximé al personaje por un período largo de tiempo fue cuando la saga de Knightfall, hace más de una década. Ello no quita para que, de un modo u otro, haya estado medio informado de todo lo que en ese tiempo le ha ido pasando al personaje, ya sea con todo lo que se montó en Gotham, con las consecuencias del Hush (que sí me compre, y es que Jim Lee tira mucho) o con ese R.I.P que tanto gustaba a Mario y que responde a los manidos parámetros de maniobra comercial que tanto DC como Marvel han usado ya incontables veces, ¿o es que hay alguien que se crea que Bruce está muerto?...pues eso.

Pero como hasta de la bazofia argumental más grande siempre hay alguien capaz de sacar provecho, decidí que los dos numerillos que se recogen en este tomo de DC (que se completa con varias cosas más escritas por Gaiman para así justificar el gasto de veinticinco dólares/euros) bien podían valer el pequeño esfuerzo económico, un desembolso del que pocas veces en los últimos tiempos me he alegrado tanto de hacer tratándose de un cómic pijamero. Así de grande es lo creado por el escritor y Andy Kubert. La primera pregunta y por lo tanto la más obvia (que diría un supuesto arquitecto en cierta película de ciencia-ficción) es, ¿de qué va Whatever Happened to the Caped Crusader?. Pues muy sencillo. Huyendo de lo que hubiera sido esperable en un tebeo de estas características, llamado a servir de cierre a todo el embrollo que Morrison se montaba con R.I.P, Gaiman se saca de la chistera un truco digno del mejor prestidigitador del mundo, escribiendo dos números que son muestra viva de lo mejor que se ha dicho sobre el hombre murciélago en al menos dos décadas, las que han transcurrido desde la terna de los mejores títulos a él dedicados.

Para ello, el guionista escocés se plantea la imposible situación de un velatorio al que van apareciendo todos los personajes que le han secundado en sus muchos años de continuidad, ya sean estos los que están de su lado (como Gordon, los detectives de la Gotham Central, o sus inseparables Alfred, Dick o Jason), como todos sus archienemigos desde el Joker hasta Catwoman, pasando por cualquiera de la enorme galería que los diferentes equipos creativos han ido aportando a lo largo de las décadas. Una vez allí, y en un golpe que sólo puede ser calificar de genio, lo que Gaiman hace es poner en boca de todos y a través de varias historias, diferentes episodios de la vida de Batman que nunca tuvieron lugar pero que manifiestan en cierto modo el sentir de todos aquellos a los que la "muerte" del personaje toca de muy cerca. Y no, no me estoy refiriendo a los personajes de la página impresa, sino a nosotros los lectores.

Con la ayuda de un Kubert al que las tintas de Scott Williams sientan a las mil maravillas, Gaiman escribe no sólo uno de los mejores relatos cortos que recuerdo haber leído del personaje (el que pone en boca de Alfred), sino que además destila como muy pocos han sabido hacer antes la verdadera esencia del personaje adentrándose cuál preciso cirujano en la compleja personalidad de Batman (que no Bruce Wayne, cuidado) para arrojar novedosa luz sobre por qué hace lo que hace. Para cuando la historia va tocando a su fin, el tándem de autores se guarda un as en la manga en forma de varias páginas dobles de las que sólo puedo decir que son de esas que llegan a tocar la fibra sensible de cualquiera que alguna vez haya pasado por las páginas del tebeo queriendo llegar a ser el cruzado con capa. Como un ciclo que nunca tendrá fin, Gaiman y Kubert cierran con la última página el que debería ser reconocido como uno de los puntales de la historia del personaje en los años por venir al igual que hoy lo es ese fantástico análisis que Moore hiciera con Superman en Whatever Happened to the Man of Tomorrow?. Que llegue a serlo o no sólo el tiempo lo dirá. Que lo merezca es algo indiscutible.

Sergio Benítez (271)

lunes, 21 de septiembre de 2009

HULK: GRAY

Guión: Jeph Loeb

Dibujo: Tim Sale

Editorial: Marvel

Formato: HC. 160 Páginas

Precio: $21.99

Calificación: 5.5/10

Y así, a lo tonto, llegamos a la tercera obra cromática de la famosa pareja de la leyenda urbana. Con ésto espero que se haya compensado un poquito el equilibrio europeista-pijamero que tan delicadamente se mantiene en el blog.

Esta vez la trama está protagonizada por el gigante esmeralda antes de ser esmeralda. Cuando era gris en sus inicios y que, por cuestiones de problemas con el color en la imprenta, terminó cambiando al verde que era más sencillo de lograr. Si con Spidey teníamos una grabación en San Valentín destinada a Gwen y con DD era una carta a Karen Page, ahora asistimos a una sesión de charla-terapia entre Doc Samson y Bruce Banner en el supuesto aniversario de boda entre éste último y Betty. Una pena que el proyecto del Capi no haya cuajado. Sería curioso saber a qué personaje fallecido habría destinado el bueno de Steve sus sentimientos plañideros...

Bueno, pues en éste caso no he dejado lo mejor para el final, puesto que ésta es la que menos me ha gustado de las tres obras. A pesar de que Sale sigue cuajando unas páginas espectaculares dónde Hulk se nos muestra más monstruoso, más poderoso, más fuerza física en estado puro que nunca y nos deleita con viñetas dignas de enmarcar, la sensación de estar leyendo por enésima vez la misma historia que ya nos han contado pesa bastante durante la lectura. Y si añadimos el hecho de que el planteamiento inicial de la serie se nos antoja similar al de las dos obras cromáticas anteriores, el peso ya resulta aplastante.

Y eso que la cosa no está mal: se nos cuenta el origen (una vez más) y los sentimientos y reacciones del doctor Banner y su alter ego en sus primeros días. Pero es que cuando ya hemos visto cienes de veces al General Ross y su ejército perseguirle, a Hulk por el desierto montañoso de turno, los típicos helicópteros que irremediablemente terminarán estrellados y ardiendo... Pues eso, que ni tan siquiera los diálogos semi-psicoanalizantes entre Samson y Banner en forma de texto de apoyo logran levantar el interés.

Poco más que añadir. Aquí sí que encontramos a un Loeb en estado puro, en toda su magnificiencia y sin ponerse ésa peluca y barba que todos sabemos que esconde en su bolsita de Mercadona.

Bonito de ver y sencillo de olvidar.

Saludos!

Nacho (15)

BLANKETS

Guión: Craig Thompson

Dibujo: Craig Thompson


Editorial: Astiberri


Formato: Libro Cartoné. 600 Páginas


Precio: 35€


Calificación: 9/10


Hay gente con la que estás predestinado a llevarte bien, sea como sea. Jesús (no el hijo de Dios) es una de esas personas. Pareja de la prima de mi esposa (una mujer fascinante con la que se puede hablar de lo que a uno le venga en gana...la prima quiero decir, que piense eso de mi esposa es obvio), desde el momento en que nos conocimos y cruzamos dos palabras, me di cuenta de que Jesús pertenecía a ese raro tipo de amigos con los que nunca se te acaba el tema de conversación, sea este el que sea. Pero es que, para colmo, al interfecto le encantan el cine, los videojuegos (una pasión personal descubierta recientemente) y, cómo no, los cómics. Y aquí es donde entra en liza Blankets. Resulta que estando de visita en su casa hace unos meses, y repasando su incipiente aunque prometedora tebeoteca (en la que hay lugar para todo, desde manga a pijamismo pasando por un buen surtido de independiente y europeo), me encontré con la sorpresa de que había dos ejemplares del volumen de la obra de Thompson. Ante la pregunta "¿cómo es que tienes dos?", Jesús me contaba cómo, habiéndolo comprado en la web de la Fnac, estos se habían confundido y le habían mandado la edición en catalán. Ante la imposibilidad de leérselo en tal idioma, se había tenido que comprar otro en castellano, quedando la primera a merced de mis largos colmillos. Y no, no se catalán, pero como quiera que dicha lengua es (más o menos, que no se me mosquee ningún purista) una mezcla de español y francés, y del segundo recuerdo lo suficiente como para leerlo y enterarme de lo que pasa...pues no dude dos veces y me traje el tocho a casa para completar una carencia que Mario había calificado más de una vez de "imperdonable". Teniendo en cuenta que este es uno de esos cómics que el cofundador de esta bitácora califica sin despeinarse de "muy bonito" (y el que no se acuerde de lo que dicha palabra significa por estos lares que repase esta recomicdación) la ocasión la pintaban calva.

Inmersa de lleno en el mismo terreno autobiográfico que tan buenas sensaciones nos han dejado hasta ahora obras como Píldoras Azules, Epileptic, S, Mi Vida Mal Dibujada o Una Posibilidad Entre Mil, Blankets partía con una gran ventaja para ganarme, algo que hacía a las pocas páginas de comenzar al presentarnos a esos hermanos compartiendo cama y una de las mantas que dan título a la novela gráfica. Hablándonos desde un principio de tú a tú y con el corazón en la mano, Thompson dedica las primeras cincuenta páginas (aproximadamente) a rememorar varios hechos de su infancia, apuntalando su historia en dos pilares fundamentales, su rechazo inicial al mundo de los adultos, derivado de los abusos que tanto su hermano como él sufrieron por parte de un canguro (la persona que los cuidaba, no el animal) y, sobre todo, la fuerte influencia que durante gran parte de su vida ejerció la religión.

Del primero es obvio inferir que la gran capacidad que desde pequeño mostraba Thompson hacia el dibujo, sería interpretada por cualquier psicólogo como una manera del autor no ya de poder evadirse de la realidad que lo rodeaba, sino de crear su propia realidad para así moldearla a su antojo, algo sobre lo que inciden muchas de las páginas del volumen en las que el artista fantasea acerca del mundo en el que le ha tocado vivir . Pero sin duda alguna es la segunda la que lo marca de manera indefectible desde muy pequeño. Nacido en el seno de una familia cristiana fervorosamente creyente, Thompson es expuesto desde infante a las contradicciones y actitudes dogmáticas inherentes a la religión, provocando desde muy temprano los típicos sentimientos de culpa que siempre se asocian a las doctrinas religiosas. En este sentido, y siendo como es el autor dolorosamente franco en el cien por cien de la narración, resulta esclarecedor esa "única" masturbación que el adolescente, castrado de libertad por un "Dios" que impone reglas sin dar explicaciones, descubre una vez ha conocido a Raina, el primer amor y motor fundamental de Blankets en gran parte del devenir de la historia. Más allá del sentido explícito que el autor otorga al título con la manta que comparte con su hermano en las primeras páginas del libro, es la religión la primera manta figurativa que nos encontramos en el relato, una que siempre está dispuesta a cubrir a quiénes bajo ella se quieran cobijar, aunque pidiendo mucho a cambio.

Ahora bien, la manta sobre la que Thompson realmente reflexiona es aquella que, a partir de cierto punto, le proporciona el amor. En el terreno físico porque es la primera muestra de que Raina le ama, al confeccionarle una de las típicas american quilts hechas a partir de retazos de diferentes telas cada una con un significado especial. En el metafísico, porque es donde el autor encuentra por vez primera el solaz y paciego que hasta entonces se le ha negado de una forma u otra, volcándose el joven de tal manera en la relación con su primera novia que pierde totalmente la perspectiva de lo que para ella significa ese primer amor. Tal dosis de realidad (no sé a vosotros, pero a mi me pasó lo mismo con mi primera pareja) hace que el lector se vea arrastrado aún más por la espiral de genialidad que destilan las seiscientas páginas del volumen: alternando Thompson la narración entre tres tiempos (infancia, adolescencia y edad adulta) y moviéndose del primero al segundo a su antojo, la lectura de Blankets es apasionada y de una crudeza que en algunos momentos resulta desgarradora.

Es precisamente esa última cualidad la que aporta el último grano de grandeza a tan bellísima obra: huyendo de edulcorar la realidad, Thompson se mantiene fiel a sus experiencias y reflexiona sobre las mismas con una posición honesta desde la que va arrojando reflexiones, más o menos personales, más o menos universales, con las que el lector podrá identificarse o no, pero que seguro no le dejarán indiferente. Quizás la conclusión sea algo anticlimática, pero si algo dejan claro las dos últimas páginas es que Blankets está pensado primero como un vehículo de expresión personal que sirve al autor para verbalizar (en palabras e imágenes) todos aquellos demonios que siempre le han acosado y después, y esto puede llegar a antojarse una consecuencia imprevista, como una forma de compartir dichos demonios con el resto de la humanidad.

¡Ah!, casi se me olvidaba. Mario tenía razón. Es un tebeo "muy bonito".

Sergio Benítez (270)