domingo, 31 de agosto de 2008

SANTUARIO

Guión: Xavier Dorison

Dibujo: Christophe Bec

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Libro Cartoné. 196 Páginas

Precio: 18€

Calificación: 5/10

Que el arte secuencial siempre se ha dejado seducir por ese hermano mayor suyo que es el cine no es ningún secreto; y aunque ahora la tendencia parece haberse invertido y es el séptimo arte el que bebe los vientos por todo aquello que sepa a tebeos, es imposible no percatarse del marcado carácter cinematográfico que guardan muchas de las lecturas que por nuestras manos pasan al cabo del año. El Santuario al que ahora le dedicamos estas líneas es un ejemplo perfecto de lo que estamos comentando, avanzando un paso más en el acercamiento entre las dos disciplinas artísticas.

Ello es debido principalmente (aunque no de forma exclusica) a la labor de Christophe Bec. Como se apunta en la breve biografía incluida en la última página de la estupenda edición de Planeta, Bec no desdeña a la hora de dibujar el usar fotos y referencias de video para dotar de mayor realismo a lo que plasma sobre el papel. Esta tendencia, que no supondría una molestia si el dibujante ciñera su uso para fondos o planificación de viñetas, resulta un claro estorbo cuando Bec se empecina en llevar las referencias al paroxismo: todos o casi todos los personajes que "protagonizan" la historia son actores de Hollywood totalmente reconocibles, un detalle que convierte a los tres álbumes que conforman la historia en un auténtico "¿Quien es Quien?" en el que el lector se torna en involuntario jugador. Así, a lo largo de las casi doscientas páginas que alcanza el volúmen podemos identificar sin problemas a Scott Glenn, William Hurt, Bruce Willis, Johnny Depp, Morgan Freeman, Beau Bridges, Bruce Payne, Liev Schreiber, Ben Kingsley o Matt Le Blanc. Tal abotargamiento de caras reconocibles no pasaría de ser una anécdota sino fuera por la incapacidad de Bec para mantener un ritmo constante en la definición de los rostros de los personajes, siendo demasiado evidente cuando ha tirado de fotografías y cuando ha tenido que improvisar una angulación.

El handicap que la irregular labor de Bec plantea al acercarse a la lectura no pasaría de ser una mera distracción si no fuera porque Dorison también se deja tocar por la varita de las influencias obvias: toda la lectura de Santuario es un refrito nada disimulado de Abyss, El Submarino o Esfera bien sazonado con especias a lo Indiana Jones. Lo que me lleva a realizar una reflexión parecida a la efectuada con el dibujo, si el refrito se hubiese cocinado de forma correcta (como ha pasado innumerables veces en el cine) no habría mayores problemas, sobre todo si se tiene en cuenta que la dosificación de la acción y los constantes cambios de escenario planteados por Dorison amenizan mucho la lectura, pero este no es el caso. Dorison divaga por terrenos que en muchas ocasiones resultan demasiado oscuros, apoyándose en diálogos en los que cuesta saber qué personaje está "hablando" y resolviendo todo el argumento de forma abrupta y nada satisfactoria.

En la precipitada conclusión de la historia se intuye lo que podría haber sido un final que redondeara a la alza la escueta calificación otorgada. Lamentablemente el final se queda en tierra de nadie y vuelve a reflotar esa extraña sensación que siempre surje con la lecura de un cómic francés (y que se hace extensible a muchas producciones cinematográficas del pais vecino): son obras que crean enormes expectativas mientras las estás disfrutando, y que, no se sabe muy bien por qué, tienden a concluir pretendiendo llevar al lector/espectador a una profunda reflexión metafísica que, paradójicamente, casi nunca tiene lugar.

Sergio Benítez (19)

jueves, 28 de agosto de 2008

Mi MAMÁ ESTÁ en AMÉRICA y ha CONOCIDO a BUFFALO BILL

Guión: Jean Regnaud

Dibujo: Émile Bravo

Editorial: Ponent Mon

Formato: Tapa dura. 112 Páginas

Precio: 18 €

Calificación: 8,5/10

Dios, como no cambie mis hábitos de lectura creo que acabaré enganchado al prozac o a algo igualmente chungo. Si hace algunos días reseñaba ese clásico moderno que es Jimmy Corrigan y terminé por los suelos ahora le toca el turno a otra obra que quizás es bastante más colorida y vivaracha que la de Ware, aunque eso sí, preparaos para un final de infarto, y no porque el desenlace sea tipo thriller, no, más bien es porque los autores nos arrancarán el corazón y lo espachurrarán delante de nuestras narices.

Tras leer muy buenas críticas de este album por la red me dispuse a rebuscar en la comicteca de mi primo Santi con la sana esperanza de que se hubiera pasado por alguna tienda y lo hubiese adquirido. Y vaya si lo había adquirido. Después de surtirme de este Mi Mamá Está En América Y Ha Conocido A Buffalo Bill y otros tantos tomos me respatingué en mi sillón de lectura y, ¡ala! a disfrutar. Y que disfrute oigan.

Los autores de la obra, totalmente desconocidos por este vuestro servidor, se marcan una de las historias más tiernas que he tenido el gusto de leer. El guión de Jean Regnaud, que no Renaud (gracias Alvaro Pons), es bien sencillo: ¿Dónde está la madre del protagonista, un niño de seis años? Desde las primeras páginas, una vez que el lector se percata de por donde van a ir los tiros, nos tememos lo peor, la forma en que se resolverá la historia nos va a hacer apretar los dientes y rezar porque estemos equivocados.

El encargado de plasmar tan singular situación es Émile Bravo (éste sí está bien escrito), otro desconocido, el cual, a mi personalmente me ha dejado con la boca abierta. Un trazo sencillo y limpio retrata a la perfección las distintas situaciones en las que transcurre la acción: casa, escuela, casa de los abuelos, parque, etc.

Cada uno de los capítulos, a parte de estar perfectamente definido, no solo por la temática sino también por el empleo de un color distinto en el fondo de la página (el último tendrá un rojo oscuro bastante bien elegido), nos dejará pistas sobre el paradero de la madre. Creo recordar que el señor Alvaro Pons tituló la reseña de este comic El Fin De La Infancia, quizás me atrevería a añadir y de la Inocencia, que al fin y al cabo es lo que destila cada una de las páginas de este album.

El trabajo de los autores, que en un principio puede parecer fácil, es sencillamente espectacular. El retrato de la infancia que nos muestran es de ternura infinita, el mundo visto a través de los ojos de unos niños de seis años, con su imaginación funcionando al doscientos por ciento, dará pie a situaciones totalmente disparatadas y humorísticas, como la visita de un psicólogo a la escuela y la posterior confusión con las SS. Impagable.

Resumiendo, una historia bastante inteligente, de impecable factura y de final… bueno, ya me cuentan el final cuando la lean. Si ya lo decía la canción, sorpresas te da la vida, aunque algunas sean más agradables que otras. Prometo una próxima reseña más alegre, por su bien y por el mío, que esto no puede ser bueno, de verdad que no.

Marione (14)

lunes, 25 de agosto de 2008

ULTIMATE HULK vs. IRON MAN: ULTIMATE HUMAN

Guión: Warren Ellis

Dibujo: Cary Nord

Editorial: Marvel

Formato: Premiere HC Edition. 104 Páginas

Precio: $19.99

Calificación: 7/10


Mi primer contacto con el trabajo del prolífico Warren Ellis tuvo lugar con la miniserie de Starjammers a la que me acerqué por el dibujo de mi amigo Carlos Pacheco (ventajas de vivir en la misma comarca). Por más que por aquel entonces ya se alabara en los círculos especializados la labor de Ellis para acercar al mundo de los superhéroes lecturas más sesudas, yo no encontré nada en Starjammers que me hiciera pensar en esa línea. La miniserie era entretenida, sí, pero nada más.

No sería hasta años después cuando podría comprobar el auténtico potencial como renovador del género superheróico del que Ellis estaba haciendo gala. La responsabilidad de ello la tuvo una secuencia de colecciones que, en una reciente re-lectura, conservan intactas todo su potencial: Stormwatch, Authority y Planetary. La primera sirvió a Ellis para demostrar como podía darle la vuelta a una de las colecciones más arquetípicas surgidas bajo el sello Wildstorm (creado por Jim Lee en Image). Con la segunda, y reutilizando algunos personajes de Stormwatch, el guionista se encaramaba al Olimpo, creando una serie espectacular con un tremendo sentido de la narrativa cinematográfica, algo a lo que no era ajeno el brillante trabajo de Bryan Hitch a los lápices. Pero ninguna de estas dos nos podía tener preparados para el que sigue siendo su mejor (e inconcluso) trabajo hasta la fecha: Planetary servía de crisol a Ellis para verter todas sus pasiones, desde el cine a la televisión pasando por las novelas pulp y, por supuesto, los cómics. Reinterpretando las claves del género de superhéroes, Ellis nos ofrece con Planetary una de las obras cumbres del noveno arte de finales de los noventa.

Con esta carta de presentación, no es de extrañar que Marvel fijara sus ojos en él cuando hubo que aportar nuevas ideas al irregular universo Ultimate. Y así, tras la marcha de Bendis y Millar de Ultimate Fantastic Four, Ellis entraba como guionista de la colección, en la que permanecería doce números; dos interesantes arcos argumentales en los que se dejaba acompañar por los dibujos de los brillantes Stuart Immonen (con el que después colaboraría en la desternillante NextW.A.V.E) y Adam Kubert. Tras esta primera incursión, se encargaría a Ellis la elaboración de la primera gran saga del universo Ultimate: planteada como una trilogía, Ultimate Galactus seguía, a través de catorce números divididos en tres arcos (Nightmare, Secret y Extinction) la aparición del temido devorador de mundos. Con menos tino del que habitualmente ha demostrado, Ellis desbarraba a placer reinventándose (erróneamente) para la ocasión a un Galactus que nada tenía que ver con el original.

Y así llegamos a este Ultimate Human, una miniserie de cuatro números cuyo lugar en el devenir del universo Ultimate no queda muy claro, pero que al menos sirve para recuperar a un Ellis pletórico de ideas. La premisa argumental es muy simple: Bruce Banner acude a Tony Stark para suplicarle que le libre de Hulk. El genio se pone a trabajar en seguida mientras en la sombra la versión Ultimate del Lider trabaja para poder obtener la sangre de ambos héroes y así completar un ambicioso programa de creación de superhombres británicos. En las pocas páginas de que consta la serie, Ellis aporta datos más imaginativos acerca del Coloso Gris (que no Esmeralda) de lo que Millar fue capaz de apuntar en los Ultimates I y II, convirtiendo a Hulk en una máquina de supervivencia perfecta capaz de adaptarse a las condiciones más extremas (la gravedad en Venus, por ejemplo). Además, extrae una de sus creaciones del universo Marvel, el Pete Wisdom de Excalibur, para convertirlo en el Lider, y dedica a él todo un número sin que el endiablado ritmo de confrontaciones físicas de los dos primeros capítulos de la historia se resienta ni un ápice.

Pero si impresionante es la labor de Ellis, la de Nord no le va a la zaga. Explotando todos los recursos narrativos ensayados durante sus larga estancia en el (magnífico) Conan de Busiek, Nord plantea la lectura de Ultimate Human como si del visionado de una película se tratara, haciendo uso de una composición de página en formato widescreen con sólo tres viñetas, estructura que rompe en un par de ocasiones por necesidades argumentales. Esta decisión ayuda sobremanera a elevar el tono épico de la miniserie en lo que a los enfrentamientos se refiere, ajustándose además como un guante, a la narración en flashback del origen del Lider en el tercer número.

Aunque me haya ido alejando paulatinamente de todo lo que lleve Ultimate por delante (menos de la estupenda Spider-man, claro está), de cuando en cuando surgen proyectos como este que vuelven a atraer mi atención sobre la invención de Jemas y Quesada, un movimiento comercial que se las ha apañado solito para demostrar, sin lugar a dudas, su innecesaridad dentro del mercado editorial de La Casa de las Ideas.

Sergio Benítez (18)

viernes, 22 de agosto de 2008

JIMMY CORRIGAN EL CHICO MAS LISTO DEL MUNDO

Guión y dibujo: Chris Ware

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Cartoné. 384 Páginas

Precio: 30 €

Calificación: 10/10

Los que hayan leído alguna de mis anteriores reseñas sabrán que gusto de meter algún chascarrillo gracioso con el único fin de distraer al lector e intentar enmascarar mi falta de pericia a la hora de la redacción del texto. Pues bien, hoy no habrá chiste fácil, hoy toca retratarse y dar mi opinión “a palo seco” sobre uno de los comics más tristes y más difícil de leer que he tenido el gusto de echarme a la cara.

Tenía este Jimmy Corrigan El Chico Más Listo Del Mundo en la pila de tebeos para leer desde hacía ya unos meses pero fue hace una semana cuando me interesé por la obra de su autor, Chris Ware. Empecé a rebuscar por internet hasta empaparme bien de todo el trasfondo que envolvía a su ACME Novelty Library. Ni que decir tiene que quedé totalmente fascinado a la vez que obsesionado con todo lo relacionado con este autor.

Por fin me sentí preparado para abordar la que han llamado La Primera Novela Gráfica, haciendo memoria recordé que dicho título recaía sobre Contrato Con Dios de Eisner. Mmmmm, habrá que sacar conclusiones. Y vaya si las saqué. Jimmy Corrigan es una obra monumental, totalmente innovadora en su campo, su autor demuestra tener una inteligencia, un sentido de la ironía y un dominio de la narración que pocas veces se pueden ver en un medio como éste, la delicadeza y detallismo de las ilustraciones de Ware son casi enfermizas, resumiendo, ¡¡OBRA MAESTRA TOTAL Y ABSOLUTA!!

Hasta el más mínimo detalle tiene su razón de ser en esta obra: una viñeta de tamaño microscópico, una onomatopeya, un tono de color más oscuro que otro, la mueca que hace un personaje, los silencios, ohhh los silencios, tan importante es saber qué decir en cada momento como el saber cuándo estar callado, un manejo impresionante de esta técnica.

En cuanto a la dificultad apuntada en el primer párrafo, no solo se refiere a la narración utilizada por Ware, sino también al malestar que pueda causar la lectura de la obra. Jimmy Corrigan es, sin miedo a equivocarme, el tebeo más triste, gris, frio, no en sentido peyorativo, y nostálgico que me he leído nunca. La historia es bien sencilla, Jimmy es un joven de 30 años que ha crecido bajo la sombra de su controladora madre y sin una figura paterna en la que apoyarse, ya que éste los abandonó hace tiempo. Años más tarde el protagonista recibirá una carta de su padre invitándolo a conocerse. Lo que sigue a continuación es un viaje desolador hasta los sentimientos más humanos en este tipo de situaciones: ¿cómo será mi padre?, ¿le caeré bien?, ¿tendré más hermanos?, ¿cómo será su casa?, y un largo etcétera que nos hará sentir una empatía brutal con el personaje a la vez que haremos nuestras todas esas inseguridades y fobias.

La narración de Ware es original como pocas. Desde la sobrecubierta que envuelve al comic, el cual es un desplegable con un árbol genealógico de los Corrigan, nos damos cuenta que lo que tenemos entre manos es algo visto pocas veces. Hay que hacer un esfuerzo brutal para entender ciertos gráficos que nos encontraremos a lo largo del libro. La narración exige un nivel de concentración bastante alto, un mínimo detalle que se nos pase puede pasar factura en la comprensión total de la obra. Ware hará que nos sintamos mal, utiliza una serie de recursos que van encaminados a hacer la lectura totalmente incomoda, plúmbea, lenta, meticulosa. Con un uso de los silencios sencillamente magistrales, haciendo que el paso del tiempo sea un personaje más en esta obra. Unos flasbacks con los que conoceremos a los antepasados de Jimmy en los que los colores nos ayudarán a no perdernos en uno de esos viajes temporales.

Como ya habrán deducido, Jimmy Corrigan me ha gustado bastante, hasta tal punto que desde ya, forma parte de ese grupo de tebeos que tengo que releer todos los años, al menos una vez. No me cabe duda que con cada nueva lectura irán apareciendo nuevos detalles y nuevos matices que ese genio-dios que es Chris Ware ha ido desperdigando por las páginas. Las ilustraciones de Ware, cuyas influencias más claras son Winsor McCay y Frank King, son de una belleza y un detalle paroxística. Unos colores planos pero elegidos con precisión de relojero.

Y es que todo encaja a la perfección en esta obra. Lo dicho anteriormente, quizás la lectura exija un mínimo de atención y compromiso por parte del lector, pero la recompensa que obtendremos será desproporcionada. No entiendo como una obra tan sumamente deprimente puede proporcionarnos un estado de felicidad tan exacerbado como en el que estoy ahora mismo. Bueno, sí que lo entiendo, lo repetiré por si hay alguien durillo de oído: ¡¡OBRA MAESTRA TOTAL Y ABSOLUTA!! Ahora sí, que bien me he quedao oigan.
Marione (13)

martes, 19 de agosto de 2008

NEXT WORLD

Guión y Dibujo: Osamu Tezuka

Editorial: Glenat

Formato: Libro Cartoné. 312 Páginas

Precio: 10€

Calificación: 5/10

Dar una calificación de cinco a una obra de Tezuka es, probablemente, estar pidiendo a gritos que me tilden como poco de iconoclasta. Hacerlo para colmo con una de las que forman parte de su trilogía de Ciencia Ficción (que se completa con Lost World y Metrópolis) es casi un suicidio. No voy a ser yo el que niegue las inherentes facultades de Tezuka para narrar con pasmosa facilidad lo que se le ponga por delante. Ni tampoco pretendo destronar al Dios del Manga del puesto que se le otorgo merecidísimamente. Pero tampoco puedo pecar de freak y otorgar mayor calificación a una obra que, a mi humilde parecer, no merece las loas que sobre ella se vierten.

Coincidió que pocos días antes de acometer la lectura de Next World había tenido que repasar Metrópolis para el programa de televisión local en el que participo (si hay alguien de San Roque, en la provincia de Cádiz, sabrá de cuál hablo). El caso es que vista hoy, ochenta años después de su estreno, Metrópolis conserva intactas algunas de las cualidades que la convirtieron en objeto de culto con el paso de los años, por más que muchos intelectuales coetáneos a la época (entre los que se encontraban H.G.Wells o Buñuel) no vieran en ella todo lo que después se ha podido extraer de la cinta de Fritz Lang. Entre las que ha ido perdiendo, y sin querer entrar en lo afectado de sus interpretaciones o la inocente simpleza de su mensaje, está la claridad narrativa. Cierto es que nunca podremos ver la cinta tal y como Lang la concibió, pero incluso con lo que hay nos podemos hacer una idea bastante aproximada de lo confusa que, por momentos, resulta la película.

Algo así ocurre con Next World, un cómic que podría asimilarse a una simple comparación: Walt Disney interpretando el Metrópolis de Lang. Tengamos en cuenta que la fecha de publicación original de este manga es 1951 (cuando Tezuka contaba sólo con 23 años) y la influencia de los todopoderosos estudios sobre el autor nipón es todavía muy notable (nótese al respecto la anecdótica aparición de un cartel publicitario de Cenicienta en la página 132), sobre todo si como origen de esta tomamos las Silly Symphonies, aquellos cortos que sirvieron a Disney para experimentar nuevas técnicas en el campo de la animación.

Pero si las similitudes del dibujo de Tezuka con Disney aportan un gratificante efecto al resultado de la obra, es en el parecido con la labor de Lang (y su esposa) a los guiones donde Next World encuentra su Talón de Aquiles. Así como la versión que ha llegado de Metrópolis a nuestros días es incompleta, también lo es este Next World, del que el autor tuvo que eliminar unas cuatrocientas páginas para reducirlo de las setecientas iniciales a las trescientas que finalmente vieron la luz. Este recorte se nota a distancia cuando uno comienza a tener que hacer esfuerzos denodados por no perderse en una lectura fragmentada y con poca coherencia que acusa en exceso la época en la que está escrita (las referencias al temor por lo que la bomba atómica podría causar son un tópico habitual en la literatura y cine posterior a la Segunda Guerra Mundial).

Aquellos que ya estén rasgándose las vestiduras ante el sacrilegio que he cometido por criticar a Tezuka, que estén tranquilos, en poco tiempo podrán leer en este mismo espacio virtual la reseña de Adolf, con la que prometo expiar mis pecados. Mientras tanto vilipendien a un servidor si así lo desean, me acojo a esa libertad de expresión que tan prostituida está en estos días.

Sergio Benítez (17)

sábado, 16 de agosto de 2008

BATMAN/GRENDEL

Guión y Dibujo: Matt Wagner

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Libro Cartoné. 216 Páginas

Precio: 12.95€

Calificación: 5/10

Al margen de aquella estupenda actualización de la mitología artúrica que realizó con Mage, he de confesar que Matt Wagner nunca ha sido uno de esos autores a los que sigo con cierto interés. De ello son responsables las muchas aproximaciones frustradas que he realizado a su extensa bibliografía; de la cual, al margen del citado Mage, sólo he disfrutado de sus dos últimos proyectos para DC: Monster Men y Mad Monk. Movido por el pretérito recuerdo del entretenido segundo crossover entre el Señor de la Noche y Grendel Prime (para saber más sobre las diversas encarnaciones del personaje pasaos por la wikipedia), un ciborg venido del futuro, decidí adquirir el recopilatorio editado por Planeta que recoge los dos cruces de ambos personajes escritos y dibujados por Wagner.

El primer de ellos enfrenta a Batman con Hunter Rose, el Grendel con el que Matt Wagner inauguró la serie regular del mismo nombre. Rose, escritor de día, criminal de noche, viaja a Gotham con el oscuro y terrible propósito de desfigurar la cara de la esfinge que allí está siendo transportada (sic). Dicho pie argumental, que en manos del más hábil de los guionistas no daría ni para un complemento de 10 páginas; sirve a Wagner para llenar, en la edición original, dos largos prestigios de cerca de ¡sesenta páginas!. Como podrán imaginar tal longitud es aprovechada por el autor para desbarrar continuamente con un guión que usa (abusa) de un recurso muy cinematográfico: dividir el relato en cuatro voces que simultanean sus acciones. Usado de manera adecuada, dicho recurso, planteado en momentos concretos de la acción, hubiese servido para potenciar el dramatismo de la misma. Abusado y prostituido a todas y cada una de las páginas que conforman los dos prestigios, deviene en una lectura que por (demasiados) momentos se antoja confusa y de difícil aprehensión. Para colmo de males Wagner decide acompañar su enmarañada forma de estructurar el guión con unas páginas abigarradas de diminutas figuras en las que la simultaneidad de acciones por parte de los cuatro protagonistas dificulta aún más si cabe la comprensión de lo que está pasando.

Tres años después del primer crossover, Wagner es invitado de nuevo por DC (se nos escapa el por qué) para escribir un segundo cruce entre Batman y su querido personaje. Para entonces, el dibujante ha ido depurando se estilo hacia una mayor espectacularidad y claridad narrativas, con figuras de mayor tamaño, y un diseño de páginas que, esta vez sí, convence al lector, aunque el recurso gráfico de las pantallas de televisión (tan brillantemente imaginado por Miller en El Regreso del Señor de la Noche) lastre en algunos momentos el buen ritmo de la acción. Lo que no cambia mucho es la habilidad de Wagner para escribir un guión cuya originalidad trascienda los obvios préstamos de la saga de Terminator, añadiendo pocos elementos que sirvan al lector para desprenderse de la molesta sensación de estar revisitando el universo creado por Cameron.

El irregular ritmo de lectura del tomo, que se eterniza en su primer tramo, para ser devorado en poco tiempo en el segundo, no ayuda a que la percepción del trabajo de Wagner sume algún entero que consiga provocar en lector algo más que un bostezo. Batman/Grendel acaba siendo como una de tantas lecturas de usar y tirar, tan pronto hemos terminado con ella, nuestro cerebro comienza un proceso de borrado para impedir que la futilidad de la serie ocupe más memoria de la que debiera.

Sergio Benítez (17)

miércoles, 13 de agosto de 2008

BATMAN: el REGRESO del CABALLERO OSCURO

Guión y Dibujo: Frank Miller

Tinta: Klaus Janson

Color: Lynn Varley

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Absolute

Precio: 20 €

Calificación: 10/10

Creo recordar que en uno de los capítulos de la cuarta temporada de Los Simpsons titulado Marge Encadenada ocurría que la fémina en cuestión olvida pagar una botella de whisky Coronel Kentucky en el badulaque y Apu decide llevarla a juicio. Ya en los juzgados, el abogado que casi siempre suele representar a Burns, un tipo con gafitas y bastante estirado, se dirige al jurado y suelta algo así: “Señores del jurado, ¿a quién consideran más guapo a Tom Cruise o a Mel Gibson?” El juez le llama la atención y le pregunta que a donde quiere llegar. El abogado responde: “Estoy tan convencido de la culpabilidad de Marge Simpson que puedo perder el tiempo en hacer una encuesta sobre tíos macizos”.

Cuando mi compañero de blog Sergio me sugirió algo especial de cara al estreno de Batman El Caballero Oscuro pensé: Trabajo extra, aunque bastante gratificante ya que reseñaríamos algunas de las mejores historias del hombre murciélago. La cosa quedaba en dos reseñas normalitas y un peso pesado. En principio a mí me tocaría La Broma Asesina y a él El Regreso del Caballero Oscuro pero motivos logísticos propiciaron un cambio de última hora. Esto sumado a unas merecidas vacaciones y un tiempo bastante justo me obligaban a releer la obra ( y ya van…) y hacer cuatro reseñas en apenas tres días. Buf, no llegaba ni dopado. Pero no contaba con una lectura mega-rápida de una obra más o menos larga, y posiblemente, haya sido ésta última, la vez que más he disfrutado con el clásico de Miller.

Corría el año 1986 cuando aparecía en los quioscos y librerías especializadas el primero de los cuatro prestigios de los que se compondría The Dark Knight Returns, aquí llamada El Regreso Del Señor de La Noche, ahora rebautizado como El Regreso del Caballero Oscuro. No puedo imaginarme si Frank Miller era consciente de lo que iban a suponer esos cuatro cuadernillos para el futuro del cómic. Ya antes había trabajado para Marvel creando la que posiblemente sea la mejor etapa de Daredevil, coronada en 1985 con Born Again. Tras publicar como autor completo la sobrevalorada Ronin, también para DC, le tocó el turno al hombre murciélago.

La historia nos cuenta como un bien entrado en años y retirado Bruce Wayne decide traer de vuelta a su alter ego justiciero. Todo esto mientras los habitantes de Gotham City se ven aterrorizados por una banda llamada Los Mutantes. La jubilación del comisario Gordon está a la vuelta de la esquina y nadie sabe como afectará esto a la relación entre Batman y el cuerpo de Policía. Un nuevo Robin, un Superman al servicio del Gobierno de los USA, una nueva comisaria, el regreso de los enemigos clásicos, uno de los finales más épicos jamás escritos y un largo etcétera conforman una trama para nada compleja, pero contada de una manera totalmente innovadora. El elemento narrativo más poderoso es la televisión convirtiéndose en otro personaje más de la historia. Se nos muestran unos reporteros que intentan influir en la opinión pública hasta tal punto que cada paso que da cualquiera de los protagonistas es puesto en tela de juicio.

En el apartado gráfico cabe destacar la labor en equipo que realizan las tres personas encargadas de esta parcela. Los dibujos de Miller son absolutamente perfectos, nunca una narrativa fue tan fluida y exquisita. El uso contado de splash-pages está milimétricamente estudiado. Pero no sería justo dar todo el mérito a Miller, ya que el entintador Klaus Janson aporta a los lápices del primero el trazo adecuado para convertir las ilustraciones de Miller en las mejores de toda su carrera. Y como no podía ser de otra forma es la esposa del guionista-dibujante, Lynn Varley, la encargada de dar colorido a esta aventura. Sencillamente espectacular la paleta de colores elegida. Me gusta pensar que si una de estas tres personas no hubiese estado involucrada en el proyecto, éste hubiese sido algo más irregular. El destino quiso que esto no ocurriera.

Que El Regreso Del Caballero Nocturno es junto a Watchmen los dos patrones a seguir si se quiere hacer comic para adultos es algo que todo el mundo ya sabe, pero ¿cuánto de cierto tiene esta afirmación? Mi primera lectura de este clásico fue a los 14 o 15 años y bien que la disfruté. Por supuesto que no se pueden apreciar todos los matices de la historia pero creo que ésta es tan perfecta que se puede disfrutar a muchos niveles. Con cada relectura que se haga se irán descubriendo cosas nuevas que en principio han pasado desapercibidas. Espero encontrarme con detalles inexplorados en mi próximo encuentro con el anciano Bruce Wayne.

En cuanto al formato de la obra, ¿cuál de ellos? Siempre he sido partidario de que ciertas obras se deben tener, al menos por duplicado, una en su idioma original y otra, una buena edición patria. Para éste Dark Knight Returns me he agenciado tres: el TPB americano edición décimo aniversario, el tomo en tapa dura de Norma y el absolute de Planeta (hace poco en un viaje a Málaga me topé con los cuatro prestigios sueltos que publicó antaño Zinco y cometí el error de no comprarlos, quizás la próxima vez). Es esta última edición de Planeta la que he tenido el gusto de leer. El tan odiado formato absolute le viene de perlas a las ilustraciones de Miller. No le ocurre como a otros cómics del mismo tamaño en los que las páginas parecen estiradas quedando los dibujos totalmente deformados y viéndose bastante deslucido el trabajo final. En este caso el resultado es espectacular e inmejorable.

Y ahora toca el inevitable comentario sobre la secuela de Dark Knight Returns, El Contraataque del Caballero Nocturno. Supongo que fue un trabajo hecho por dinero, aunque no creo que el bueno de Frank tuviera necesidad de dólares ya que su Sin City era todo un éxito. Quizás realmente sentía la necesidad de volver a trabajar con los personajes. Para ser sincero no puedo dar una opinión completa ya que no he sido capaz de pasar del primer prestigio de los tres que conforman la secuela. No se si por sopor, por respeto a la obra original o por miedo a que sea mejor que la primera. Ni que decir tiene que esto último queda descartado ya que aun no he encontrado un opinión positiva sobre esta segunda obra.

Llegado a este punto comprenderán mejor la reacción del abogado de Los Simpsons: que El Regreso del Caballero Oscuro es la mejor historia jamás escrita sobre Batman está tan claro que no voy a perder mi tiempo ni les voy a hacer perder el suyo intentando convencerles de ello, eso deben descubrirlo por ustedes mismos, pero eso sí, yo personalmente me quedo con Mel Gibson, que Arma Letal es mucha Arma Letal.

Marione (12)

martes, 12 de agosto de 2008

BATMAN. The KILLING JOKE DELUXE EDITION

Guión: Alan Moore

Dibujo: Brian Bolland

Editorial: DC

Formato: HC. 64 Páginas

Precio: $17.99

Calificación: 10/10

Recuerdo perfectamente cuando fue la primera vez que oí hablar de The Killing Joke. Corría el año 1989 y aunque aún no coleccionaba cómics de forma seria, mi pasión por el cine me hacía comprar varias revistas todos los meses. Coincidiendo con el estreno del Batman de Tim Burton me encontré en mi kiosco habitual con un especial dedicado al personaje que no tardé en adquirir. En una de sus páginas, aparecía una reproducción de una de las páginas del cómic: aquella en la que Batman aparece saltando a través de un espejo. Maravillado por el dibujo (aunque la reproducción era pequeña) aquella página se mantuvo en mi memoria hasta que, unos siete u ocho años después, y siendo ya coleccionista, pude por fin disfrutar de tan magna obra. Y ya pueden imaginarse cómo me quedé.

Han pasado ya más de diez años desde aquella primera vez que leí The Killing Joke y aunque el prestigio original era uno de los tesoros de mi colección (y uno de los más leídos, a decir verdad) no pude resistir la tentación de pedir la nueva edición que con motivo del veinte aniversario había preparado DC. La mayor novedad de la misma, al margen de estar encuadernada en tapa dura (y completarse con una versión coloreada de la historia de Bolland para el Batman Black and White) era un nuevo coloreado por parte de su dibujante. Por fin íbamos a poder disfrutar de la obra tal y como la había concebido Bolland, y no con el excesivamente saturado color de un John Higgins que ahogaba las viñetas.

Aunque no esperaba que cambiara mucho, las dudas acerca de lo que Bolland haría con el color
fueron disipadas de un plumazo en cuanto abrí la primera página del tomo. Me van a perdonar la expresión pero, ¡cáspita! (hehehe) ¡qué cambio!. En pocas palabras, lo conseguido por Bolland hace que con esta nueva edición de The Killing Joke estemos hablando de un cómic totalmente diferente. Así de simple.

Hagamos aquí una pequeña parada para mirar atrás en el tiempo antes de seguir analizando esta nueva edición. Aún veinte años después de su primera aparición, The Killing Joke sigue conservando intactos todos los valores que la mantienen como una de las mejores historias escritas sobre Batman (y el Joker, por supuesto). El preciso análisis que Moore ofrece sobre el antagonismo de los dos personajes, se refleja en una lectura multi-facetada en la que la frontera entre cordura y locura es más fina que nunca. Moore escribe a Batman como una presencia imponente que casi no necesita la palabra para expresar sus objetivos. El Joker, situado en el extremo opuesto del espectro, y preso siempre de una verborrea incontrolable, adquiere con la interpretación de Moore una dualidad entre humanidad e inhumanidad de la que antes carecía (al menos en el primer término), explicando el guionista inglés su origen en secuencias de flashback perfectamente integradas en la trama. Además, Moore se permite crear, casi sin pretenderlo, a uno de los personajes claves en el Universo DC actual, dato este último que me guardaré por si hay algún lector que (incomprensiblemente) no se haya acercado a esta obra.

Volviendo sobre Bolland, hay que decir que cuando dibuja The Killing Joke, el artista está en el mejor momento de su dilatada carrera, y podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el presente tebeo es el pináculo de la misma. Poseedor de un dominio sin parangón sobre la fisonomía humana, el dibujante inglés se muestra además como un narrador visual de una habilidad extrema y los citados flashbacks son la mejor prueba de ello: cada viñeta inicial y final de los mismos está relacionada con las inmediatamente anteriores y posteriores, como si de un fundido entre dos fotogramas de una película se tratara, quedando definida la concatenación de acontecimientos y su unión temporal como pocas veces se ha podido ver en un cómic.

¿Y que pasa con el color?, se estarán preguntando. Bien, ya decía antes que la labor de John Higgins para la edición original siempre me pareció el talón de Aquiles de un cómic que podría haber sido perfecto. Baste decir que con el cambio efectuado por Bolland, The Killing Joke ya es perfecto. Al margen de que las técnicas de coloreado actuales permitan una mayor homogeneidad tonal y una mejor definición de sombras y luces, lo que realmente define a la labor de Bolland es una paleta muy homogénea y contenida de tonos apagados que explotan con toda su fuerza en el momento en el que el dibujante retoca los colores de los flashbacks. Desvistiéndose de cualquier adorno supérfluo, Bolland colorea las escenas del origen del Joker con una gama casi monocromática que sólo tira de tonalidades de gris y marrón, puntuando con sombras de rojo objetos al azar (o al menos eso parece) que nos van anunciando, de manera muy sutil, el claro protagonismo de dicho color en el futuro del Joker.

The Killing Joke es una Obra Maestra del Noveno Arte que, curiosamente, siempre ha sido considerada como un trabajo menor por parte de su guionista, el eterno inconformista Alan Moore. Les propongo desde aquí un simple ejercicio. Lean The Killing Joke y después háganse esta pregunta: si esto es una obra menor, ¿cómo deberán ser los mejores trabajos de Moore?. Les aseguro que la respuesta lleva por un único camino, la adquisición irremediable de todo aquello que haya pasado por las manos del escritor. Si ese termina su camino, enhorabuena, le esperan interminables horas de las mejores lecturas que se puedan encontrar en forma de viñetas.

Sergio Benítez (16)

lunes, 11 de agosto de 2008

BATMAN GÓTICO & BATMAN AND SON

Hola, soy Grant Morrison, ecléctico guionista británico de trabajos como New X Men, Arkham Asylum, JLA o Animal Man, sin duda alguna la obra mas redonda y mejor acabada de toda mi carrera. Siempre he sido un escritor un tanto rarito, de esos al que solo le dan para escribir miniseries, prestigios o alguna novela gráfica. Pero eso está cambiando desde hace algún tiempo. Sigo siendo rarito pero desde que escribí una etapa bastante comentada, para bien y para mal, del grupo más vendedor de Marvel ya me dan trabajos más largos y más importantes. Cuando entro en una serie nueva intento hacer más ruido que un elefante en una cacharrería. Por ejemplo, cuando empecé a escribir X Men lo primero que hice fue cambiar el nombre y el logo de la colección. Después diseñé unos trajes para los miembros del grupo que parecían sacados de un video de los Village People protagonizado por los actores de The Rocky Horror Show. Ahí es nada. Soy así de guay, lo sé. El caso es que cuando mi nombre aparece en los créditos de un tebeo se vende como churros. Algunas veces sale bien el experimento y otras no tanto.

Guión: Grant Morrison

Dibujo: Klaus Janson

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Tapa Blanda. 144 Páginas

Precio: 6,95 €

Calificación: 7,5/10

Recuerdo que hace ya algunos años escribí una historia para Leyendas de Batman, se llamaba Gótico. Esa me quedó bastante bien porque conseguí una trama de misterio en la que se mezclaban elementos sobrenaturales como la aparición de personas del pasado de Bruce Wayne que se creían muertas, sectas religiosas que daban bastante mal rollo, un asesino en serie, una Gotham City más oscura de lo habitual y un final muy En los Límites de la Realidad, bastante sorprendente, la verdad. Quise que el ritmo de la historia fuera pausado pero avanzando con paso firme. El dibujante elegido para la ocasión me pareció entonces perfecto para el tono de la historia: Klaus Janson. Su estilo suelto y sucio consiguió capturar de manera notable todas mis ideas enfermizas. Quizás su sentido de la anatomía no fuera el mejo, quizás no controlara del todo algunas proporciones, pero el señor Janson supo suplirlo con un descaro y una puesta en escena realmente espectaculares. Gran trabajo, sí señor.

Guión: Grant Morrison

Dibujo: Andy Kubert

Editorial: DC Comics

Formato: Tapa Dura. 200 Páginas

Precio: 24,99 $

Calificación: 3/10

Habiendo dejado tan buen sabor de boca con el personaje, también escribí esa locura psicópata que es Arkham Asylum, otro gran trabajo de crítica y un resultado final bastante grandilocuente; así que no fue de extrañar que los directivos de DC decidieran darme otro trabajo en la franquicia murciélaga. Y hace poco me dejaron las riendas de la serie cabecera. Y no fue lo único que me dieron, ya que tuve absoluta libertad para aplicar mis maravillosas e innovadoras ideas. Vamos, que sin cortarme un pelo fuí y le saqué un hijo secreto a Batman (¿cómo os quedáis?). Para ilustrar esta muestra de relación amor-odio paternofilial me encasquetaron a uno de los hermanos Kubert que venían rebotados de Marvel, en concreto fue ese que siempre dibuja a los personajes en cuclillas y con cara de estar apretando mucho, Andy Kubert. Ni que decir tiene que hace un gran trabajo, grandísimo, pero no llega a las cotas alcanzadas en Lobezno: Origen. Mezcla de espectacularidad y buena narración. Entonces, ¿por qué todo el mundo echa pestes de esta historia?. Pues muy sencillo, lo que falla en la historia es la forma de narrar que tengo, me quise pasar de enterado y la trama está más deslavazada que una bufanda hecha por un bizco. Para colmo en mitad de la historia hay un número de relleno ilustrado "por los pelos" por John Van Fleet y en el que sólo hay textos mezclados con dibujos en la línea de Stardust. Pelín pechazo, eso sólo le queda bien a Dave Sim en su Cerebus.

Total que ahora mismo estoy metido en otra saga de Batman llamada Batman RIP, je, je, que cantidad de maldades se me ocurren con este título; y la joya de la corona, Final Crisis, el evento que remodelará para siempre jamás el universo DC, y bla bla bla bla. Veremos a ver como las remato, si no siempre puedo echar mano de ciertas sustancias que me ayudan a, ejem, centrarme. Por cierto tienes un euro, es para coger el autobús, ¿no?, ¿y para llamar por teléfono? ¿Tampoco? Bueno pues me voy, que de alguna forma tendré que acabar estas historias. Digo yo.
Marione (11)

domingo, 10 de agosto de 2008

BATMAN: FULL CIRCLE

Guión: Mike W. Barr

Dibujo: Alan Davis


Editorial: DC


Formato: Prestigio. 64 Páginas


Precio: $5.95


Calificación: 7.5/10

Tras el éxito de crítica y lectores que tuvo la magnífica Año 1, DC, plenamente imbuida por esa particular filosofía norteamericana de "si algo funciona exprímelo hasta que deje de hacerlo", decidió sacar partido de la gallina de los huevos de oro y lanzar una miniserie bajo el título Año 2.

Guionizada por Mike W. Barr y con los dibujos de Alan Davis primero, y un primerizo Todd McFarlane después, la historia de Año 2 (ni de lejos del nivel de la escrita por Miller) desarollada a lo largo de cuatro números, se podría resumir como el doble enfrentamiento de Batman-Bruce con dos villanos, uno de ellos enmascarado, el otro, el matón que asesinó a sus padres.

Precisamente es este último, de nombre Joe Chill, el que servirá al mismo equipo creativo para, cinco años después, retomar al Segador en la aventura objeto de esta reseña.
Utilizando de nuevo a los mismos personajes principales que usaran en Año 2, Barr y Davis narran en Full Circle la aparición de un nuevo Segador en Gotham, mucho más despiadado que el original y que se enfretará, no sólo al caballero oscuro, sino a un joven Dick Grayson, el primer Robin.

Con el conocimiento del universo DC que le caracteriza, Barr escribe un tebeo correcto, perfectamente imbricado con los sucesos de Año 2 pero que, gracias a un par de clarificadores flashbacks puede ser disfrutado sin haber leído la miniserie.

En lo que a la parte gráfica respecta, se podrían analizar muchos aspectos, aunque la mayoría de ellos vendrían a redundar en una afirmación bastante simple: Alan Davis es uno de los mejores dibujantes de cómics de la historia. Punto. Entiendo que esta aserción y la manera en la que está hecha deje mucho que desear en cuanto a capacidad de argumentación acerca de la miríada de bondades que rodean al magistral trazo del británico, pero en lo tocante a Alan Davis hay muy poco que decir fuera de ella.

Lectura obligada dentro de la bibliografía del artista inglés, también lo fue (hasta cierto punto) mientras que Joe Chill mantuvo su status quo en el Universo DC. Con el cambio operado por las Infinite Crisis (un mal experimento si quieren mi opinión) tanto Año 2 como Full Circle quedaron fuera de la continuidad de Batman en un ejemplo más de lo poco que se respeta el pasado cuando el objetivo es fabricar muchos billetes verdes...una auténtica lástima.

Sergio Benítez (15)

sábado, 9 de agosto de 2008

BATMAN ESPADAS

Guión: James Robinson

Dibujo: Tim Sale

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Tapa Blanda. 88 Páginas

Precio: 5,95 €

Calificación: 7/10

No saben cuanto disfruto leer en foros, web de noticias, blogs o simplemente en páginas donde la gente opina sobre un tema en concreto el cómo Planeta DeAgostini fracasa de manera estrepitosa a la hora de publicar los comics de DC. Tan sólo puedo leer esas opiniones mientras me echo las manos a la cabeza. ¿Es que esta gente se ha olvidado de los chamacos de Vid, de los macuteros de Norma o de la irregularidad de Zinco?. No sé, creo que sí, que se han debido de olvidar ya que no encuentro otra explicación, al menos lógica. La labor que esta editorial viene realizando desde hace ya dos o tres años resulta cuanto menos notable. Puede que algunas veces no acierten con el formato, puede que haya tebeos que merezcan ser publicados antes que otros pero lo que nadie puede negar es que gran parte del catalogo de DC que durante años y años ha permanecido inédito o descatalogado en España está siendo recuperado en ediciones bastante dignas y con precios bastante ajustados.

¿Cómo si no iba yo a estar comentando este tomo de Leyendas de Batman?. Recordaba esta historia, Espadas, vagamente. Hace ya algunos años que mi primo Santi cayo en las garras del Noveno Arte. Al principio de sus compras compulsivas adquirió la colección completa de Leyendas, al menos lo publicado en nuestro país por Zinco. No todos los arcos argumentales tenían la misma calidad y de este Espadas se me quedó grabado el dibujo. Era un estilo bastante peculiar. Era espectacular, sí, pero no hacía que la narración se resintiese, al contrario, se ponía a su servicio y el resultado final era bastante curioso. Me parece genial la idea de Planeta de publicar arcos completos, no solo de Leyendas sino de miniseries en general del hombre murciélago.

La historia sin ser el colmo de la originalidad consigue mantener el suspense hasta el final, cuando todos los detalles que ha ido soltando el guionista confluyen hacia el mismo punto y se resuelve de manera magistral. Éste no es otro que James Robinson, guionista más que competente que ya me maravilló con su Edad de Oro, Starman o su aportación en los primeros números de la JSA. La trama consiste en la llegada a Gotham de un nuevo justiciero y Batman se pone en plan spaghetti western: “Este pueblo no es lo suficientemente grande para dos hijos de perra como nosotros, así que ya sabes”. Si a esto le añadimos un asesino en serie que tiene obsesionado al hombre murciélago nos podemos hacer una ligera idea de lo que nos vamos a encontrar en Espadas.

También sorprende de manera grata el trabajo de un primerizo Tim Sale, dibujante que años más tarde crearía una de las historias más laureadas de Batman, El Largo Halloween. Un dibujo muy dinámico, oscuro, de trazo limpio y simple, pero que se compenetra con el guión de manera perfecta. Una auténtica gozada visual.

Si Planeta continua con su política de recuperar material clásico creo que van a tener el apoyo, no solo mío, sino de todos los amantes al buen comic. Y es que gracias a esta colección me he podido hacer con esa otra maravilla que es Rostros de Matt Warner, también de la colección Leyendas, pero eso, eso es otra historia...¡y qué historia!.

Marione (10)

viernes, 8 de agosto de 2008

BATMAN: REIGN of TERROR

Guión: Mike W. Barr

Dibujo: José Luis García-López

Editorial: DC

Formato: Prestigio. 48 Páginas

Precio: $4.95

Calificación: 6.5/10

Las historias de Otros Mundos, planteadas como la respuesta de DC a los míticos What If? marvelitas, abundaron durante la década de los noventa. Inaugurada por la estupenda versión victoriana de Batman que Brian Augustyn y Mike Mignola imaginaron allá por 1989 en Gotham by Gaslight, fueron muchas las historias que, centrándose casi siempre en Superman, Batman, o la totalidad del Universo DC, se enmarcaron en este desaparecido concepto que básicamente consistía en sacar a los conocidos superhéroes de su entorno y plantearles un origen diferente. Así, podemos encontrar un Superman criado en la Rusia comunista de la mano de Mark Millar en Red Son; un Universo DC en el que Superman nunca existió relatado de forma genial por Alan Davis en las dos parte de The Nail; un Batman vampiro en la trilogía de Batman-Dracula con los góticos dibujos de Kelley Jones; un Superman cuya nave aterriza en plena era Artúrica en Kal, o este Batman que nos ocupa, donde Bruce Wayne es un militar en la época de la Revolución Francesa.

Este planteamiento da la oportunidad de re-imaginar a Batman dándole a la dualidad del personaje el mismo carácter que ya tuvieran clásicos de la literatura universal como la Pimpinela Escarlata de la Baronesa Emmuska Orczy o el propio Zorro. Así, mientras que Bruce Wayne vuelve de la guerra para convertirse en un superficial burgués que sólo piensa en divertirse, su alter ego, se ocupa de salvar a los aristócratas de morir guillotinados. El problema de la re-lectura que Barr plantea sobre Batman en este Reign of Terror no radica tanto en que su originalidad quede puesta en entredicho, sino en la precipitación las 48 páginas del prestigio imprimen al avance de la acción: las bruscas evoluciones de los personajes, sus súbitas apariciones y el atribulado final de la historia hubiesen necesitado de unas cuantas páginas más para poder llegar a ser creíbles; lo que no quita para que la lectura sea enormemente entretenida.

Al que no se le puede poner ninguna pega es a nuestro compatriota José Luis García-López. Desde que, por casualidad, cayera en mis manos hace muchos años la novela gráfica de StarRaiders (relacionada tangencialmente con la maxiserie de Atari Force), García-López se convirtió rápidamente en uno de mis dibujantes favoritos. Su perfecto dominio de la anatomía, su vibrante narrativa, y la fabulosa capacidad del dibujante para imaginar cualquier tipo de época o civilización, son algunas de las características que elevan muchos enteros la apreciación de títulos como Kal, Twilight, Cinder y Ashe o Deadman. Reign of Terror no es menos, y el dibujo del español consigue hacer un poco más grande una lectura que, en manos de otro artista, no hubiera pasado de lo anecdótico.

Sergio Benítez (14)