Dibujo: José Luis García-López
Editorial: DC
Formato: Prestigio. 48 Páginas
Precio: $4.95
Calificación: 6.5/10
Las historias de Otros Mundos, planteadas como la respuesta de DC a los míticos What If? marvelitas, abundaron durante la década de los noventa. Inaugurada por la estupenda versión victoriana de Batman que Brian Augustyn y Mike Mignola imaginaron allá por 1989 en Gotham by Gaslight, fueron muchas las historias que, centrándose casi siempre en Superman, Batman, o la totalidad del Universo DC, se enmarcaron en este desaparecido concepto que básicamente consistía en sacar a los conocidos superhéroes de su entorno y plantearles un origen diferente. Así, podemos encontrar un Superman criado en la Rusia comunista de la mano de Mark Millar en Red Son; un Universo DC en el que Superman nunca existió relatado de forma genial por Alan Davis en las dos parte de The Nail; un Batman vampiro en la trilogía de Batman-Dracula con los góticos dibujos de Kelley Jones; un Superman cuya nave aterriza en plena era Artúrica en Kal, o este Batman que nos ocupa, donde Bruce Wayne es un militar en la época de la Revolución Francesa.
Este planteamiento da la oportunidad de re-imaginar a Batman dándole a la dualidad del personaje el mismo carácter que ya tuvieran clásicos de la literatura universal como la Pimpinela Escarlata de la Baronesa Emmuska Orczy o el propio Zorro. Así, mientras que Bruce Wayne vuelve de la guerra para convertirse en un superficial burgués que sólo piensa en divertirse, su alter ego, se ocupa de salvar a los aristócratas de morir guillotinados. El problema de la re-lectura que Barr plantea sobre Batman en este Reign of Terror no radica tanto en que su originalidad quede puesta en entredicho, sino en la precipitación las 48 páginas del prestigio imprimen al avance de la acción: las bruscas evoluciones de los personajes, sus súbitas apariciones y el atribulado final de la historia hubiesen necesitado de unas cuantas páginas más para poder llegar a ser creíbles; lo que no quita para que la lectura sea enormemente entretenida.
Al que no se le puede poner ninguna pega es a nuestro compatriota José Luis García-López. Desde que, por casualidad, cayera en mis manos hace muchos años la novela gráfica de StarRaiders (relacionada tangencialmente con la maxiserie de Atari Force), García-López se convirtió rápidamente en uno de mis dibujantes favoritos. Su perfecto dominio de la anatomía, su vibrante narrativa, y la fabulosa capacidad del dibujante para imaginar cualquier tipo de época o civilización, son algunas de las características que elevan muchos enteros la apreciación de títulos como Kal, Twilight, Cinder y Ashe o Deadman. Reign of Terror no es menos, y el dibujo del español consigue hacer un poco más grande una lectura que, en manos de otro artista, no hubiera pasado de lo anecdótico.
Este planteamiento da la oportunidad de re-imaginar a Batman dándole a la dualidad del personaje el mismo carácter que ya tuvieran clásicos de la literatura universal como la Pimpinela Escarlata de la Baronesa Emmuska Orczy o el propio Zorro. Así, mientras que Bruce Wayne vuelve de la guerra para convertirse en un superficial burgués que sólo piensa en divertirse, su alter ego, se ocupa de salvar a los aristócratas de morir guillotinados. El problema de la re-lectura que Barr plantea sobre Batman en este Reign of Terror no radica tanto en que su originalidad quede puesta en entredicho, sino en la precipitación las 48 páginas del prestigio imprimen al avance de la acción: las bruscas evoluciones de los personajes, sus súbitas apariciones y el atribulado final de la historia hubiesen necesitado de unas cuantas páginas más para poder llegar a ser creíbles; lo que no quita para que la lectura sea enormemente entretenida.
Al que no se le puede poner ninguna pega es a nuestro compatriota José Luis García-López. Desde que, por casualidad, cayera en mis manos hace muchos años la novela gráfica de StarRaiders (relacionada tangencialmente con la maxiserie de Atari Force), García-López se convirtió rápidamente en uno de mis dibujantes favoritos. Su perfecto dominio de la anatomía, su vibrante narrativa, y la fabulosa capacidad del dibujante para imaginar cualquier tipo de época o civilización, son algunas de las características que elevan muchos enteros la apreciación de títulos como Kal, Twilight, Cinder y Ashe o Deadman. Reign of Terror no es menos, y el dibujo del español consigue hacer un poco más grande una lectura que, en manos de otro artista, no hubiera pasado de lo anecdótico.
Sergio Benítez (14)
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