Dibujo: Brian Bolland
Editorial: DC
Formato: HC. 64 Páginas
Precio: $17.99
Calificación: 10/10
Recuerdo perfectamente cuando fue la primera vez que oí hablar de The Killing Joke. Corría el año 1989 y aunque aún no coleccionaba cómics de forma seria, mi pasión por el cine me hacía comprar varias revistas todos los meses. Coincidiendo con el estreno del Batman de Tim Burton me encontré en mi kiosco habitual con un especial dedicado al personaje que no tardé en adquirir. En una de sus páginas, aparecía una reproducción de una de las páginas del cómic: aquella en la que Batman aparece saltando a través de un espejo. Maravillado por el dibujo (aunque la reproducción era pequeña) aquella página se mantuvo en mi memoria hasta que, unos siete u ocho años después, y siendo ya coleccionista, pude por fin disfrutar de tan magna obra. Y ya pueden imaginarse cómo me quedé.
Han pasado ya más de diez años desde aquella primera vez que leí The Killing Joke y aunque el prestigio original era uno de los tesoros de mi colección (y uno de los más leídos, a decir verdad) no pude resistir la tentación de pedir la nueva edición que con motivo del veinte aniversario había preparado DC. La mayor novedad de la misma, al margen de estar encuadernada en tapa dura (y completarse con una versión coloreada de la historia de Bolland para el Batman Black and White) era un nuevo coloreado por parte de su dibujante. Por fin íbamos a poder disfrutar de la obra tal y como la había concebido Bolland, y no con el excesivamente saturado color de un John Higgins que ahogaba las viñetas.
Hagamos aquí una pequeña parada para mirar atrás en el tiempo antes de seguir analizando esta nueva edición. Aún veinte años después de su primera aparición, The Killing Joke sigue conservando intactos todos los valores que la mantienen como una de las mejores historias escritas sobre Batman (y el Joker, por supuesto). El preciso análisis que Moore ofrece sobre el antagonismo de los dos personajes, se refleja en una lectura multi-facetada en la que la frontera entre cordura y locura es más fina que nunca. Moore escribe a Batman como una presencia imponente que casi no necesita la palabra para expresar sus objetivos. El Joker, situado en el extremo opuesto del espectro, y preso siempre de una verborrea incontrolable, adquiere con la interpretación de Moore una dualidad entre humanidad e inhumanidad de la que antes carecía (al menos en el primer término), explicando el guionista inglés su origen en secuencias de flashback perfectamente integradas en la trama. Además, Moore se permite crear, casi sin pretenderlo, a uno de los personajes claves en el Universo DC actual, dato este último que me guardaré por si hay algún lector que (incomprensiblemente) no se haya acercado a esta obra.
Volviendo sobre Bolland, hay que decir que cuando dibuja The Killing Joke, el artista está en el mejor momento de su dilatada carrera, y podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el presente tebeo es el pináculo de la misma. Poseedor de un dominio sin parangón sobre la fisonomía humana, el dibujante inglés se muestra además como un narrador visual de una habilidad extrema y los citados flashbacks son la mejor prueba de ello: cada viñeta inicial y final de los mismos está relacionada con las inmediatamente anteriores y posteriores, como si de un fundido entre dos fotogramas de una película se tratara, quedando definida la concatenación de acontecimientos y su unión temporal como pocas veces se ha podido ver en un cómic.
¿Y que pasa con el color?, se estarán preguntando. Bien, ya decía antes que la labor de John Higgins para la edición original siempre me pareció el talón de Aquiles de un cómic que podría haber sido perfecto. Baste decir que con el cambio efectuado por Bolland, The Killing Joke ya es perfecto. Al margen de que las técnicas de coloreado actuales permitan una mayor homogeneidad tonal y una mejor definición de sombras y luces, lo que realmente define a la labor de Bolland es una paleta muy homogénea y contenida de tonos apagados que explotan con toda su fuerza en el momento en el que el dibujante retoca los colores de los flashbacks. Desvistiéndose de cualquier adorno supérfluo, Bolland colorea las escenas del origen del Joker con una gama casi monocromática que sólo tira de tonalidades de gris y marrón, puntuando con sombras de rojo objetos al azar (o al menos eso parece) que nos van anunciando, de manera muy sutil, el claro protagonismo de dicho color en el futuro del Joker.
The Killing Joke es una Obra Maestra del Noveno Arte que, curiosamente, siempre ha sido considerada como un trabajo menor por parte de su guionista, el eterno inconformista Alan Moore. Les propongo desde aquí un simple ejercicio. Lean The Killing Joke y después háganse esta pregunta: si esto es una obra menor, ¿cómo deberán ser los mejores trabajos de Moore?. Les aseguro que la respuesta lleva por un único camino, la adquisición irremediable de todo aquello que haya pasado por las manos del escritor. Si ese termina su camino, enhorabuena, le esperan interminables horas de las mejores lecturas que se puedan encontrar en forma de viñetas.
Han pasado ya más de diez años desde aquella primera vez que leí The Killing Joke y aunque el prestigio original era uno de los tesoros de mi colección (y uno de los más leídos, a decir verdad) no pude resistir la tentación de pedir la nueva edición que con motivo del veinte aniversario había preparado DC. La mayor novedad de la misma, al margen de estar encuadernada en tapa dura (y completarse con una versión coloreada de la historia de Bolland para el Batman Black and White) era un nuevo coloreado por parte de su dibujante. Por fin íbamos a poder disfrutar de la obra tal y como la había concebido Bolland, y no con el excesivamente saturado color de un John Higgins que ahogaba las viñetas.
Aunque no esperaba que cambiara mucho, las dudas acerca de lo que Bolland haría con el color
fueron disipadas de un plumazo en cuanto abrí la primera página del tomo. Me van a perdonar la expresión pero, ¡cáspita! (hehehe) ¡qué cambio!. En pocas palabras, lo conseguido por Bolland hace que con esta nueva edición de The Killing Joke estemos hablando de un cómic totalmente diferente. Así de simple.
fueron disipadas de un plumazo en cuanto abrí la primera página del tomo. Me van a perdonar la expresión pero, ¡cáspita! (hehehe) ¡qué cambio!. En pocas palabras, lo conseguido por Bolland hace que con esta nueva edición de The Killing Joke estemos hablando de un cómic totalmente diferente. Así de simple.
Hagamos aquí una pequeña parada para mirar atrás en el tiempo antes de seguir analizando esta nueva edición. Aún veinte años después de su primera aparición, The Killing Joke sigue conservando intactos todos los valores que la mantienen como una de las mejores historias escritas sobre Batman (y el Joker, por supuesto). El preciso análisis que Moore ofrece sobre el antagonismo de los dos personajes, se refleja en una lectura multi-facetada en la que la frontera entre cordura y locura es más fina que nunca. Moore escribe a Batman como una presencia imponente que casi no necesita la palabra para expresar sus objetivos. El Joker, situado en el extremo opuesto del espectro, y preso siempre de una verborrea incontrolable, adquiere con la interpretación de Moore una dualidad entre humanidad e inhumanidad de la que antes carecía (al menos en el primer término), explicando el guionista inglés su origen en secuencias de flashback perfectamente integradas en la trama. Además, Moore se permite crear, casi sin pretenderlo, a uno de los personajes claves en el Universo DC actual, dato este último que me guardaré por si hay algún lector que (incomprensiblemente) no se haya acercado a esta obra.
Volviendo sobre Bolland, hay que decir que cuando dibuja The Killing Joke, el artista está en el mejor momento de su dilatada carrera, y podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el presente tebeo es el pináculo de la misma. Poseedor de un dominio sin parangón sobre la fisonomía humana, el dibujante inglés se muestra además como un narrador visual de una habilidad extrema y los citados flashbacks son la mejor prueba de ello: cada viñeta inicial y final de los mismos está relacionada con las inmediatamente anteriores y posteriores, como si de un fundido entre dos fotogramas de una película se tratara, quedando definida la concatenación de acontecimientos y su unión temporal como pocas veces se ha podido ver en un cómic.
¿Y que pasa con el color?, se estarán preguntando. Bien, ya decía antes que la labor de John Higgins para la edición original siempre me pareció el talón de Aquiles de un cómic que podría haber sido perfecto. Baste decir que con el cambio efectuado por Bolland, The Killing Joke ya es perfecto. Al margen de que las técnicas de coloreado actuales permitan una mayor homogeneidad tonal y una mejor definición de sombras y luces, lo que realmente define a la labor de Bolland es una paleta muy homogénea y contenida de tonos apagados que explotan con toda su fuerza en el momento en el que el dibujante retoca los colores de los flashbacks. Desvistiéndose de cualquier adorno supérfluo, Bolland colorea las escenas del origen del Joker con una gama casi monocromática que sólo tira de tonalidades de gris y marrón, puntuando con sombras de rojo objetos al azar (o al menos eso parece) que nos van anunciando, de manera muy sutil, el claro protagonismo de dicho color en el futuro del Joker.
The Killing Joke es una Obra Maestra del Noveno Arte que, curiosamente, siempre ha sido considerada como un trabajo menor por parte de su guionista, el eterno inconformista Alan Moore. Les propongo desde aquí un simple ejercicio. Lean The Killing Joke y después háganse esta pregunta: si esto es una obra menor, ¿cómo deberán ser los mejores trabajos de Moore?. Les aseguro que la respuesta lleva por un único camino, la adquisición irremediable de todo aquello que haya pasado por las manos del escritor. Si ese termina su camino, enhorabuena, le esperan interminables horas de las mejores lecturas que se puedan encontrar en forma de viñetas.
Sergio Benítez (16)
3 comentarios:
Efectivamente, Sergio. Un comic completamente nuevo. De hecho, una obra maestra completamente nueva. Gracias por la recomendación, merece la pena. Sin embargo, conservaré la edición de Norma en prestigio para comparar, y porque fue un regalo de cumpleaños de un amigo.
Pues sí Jose María, la verdad es que abrirlo recién llegó de EEUU fue toda una sorpresa. No me esperaba que el cambio de color pudiera influir tanto en la apreciación de un cómic que ya de por sí era MAGISTRAL.
Saludetes
Sergio
visualmente (y sobre todo gracias al coloreado de boland) es perfecta. pero el guion lo encuen tro sobrevalorado. no es malo ni nada de eso, pero creo que killing joke es obra maestra gracias a bolland mas que moore.
ni hablar de la torpeza del guionista al contarnos esa triste historia de joker, eliminando por completo su misterio y maldad.
alejandro.
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