viernes, 11 de mayo de 2012

ULTIMATE COMICS: SPIDER-MAN

Guión: Brian Michael Bendis

Dibujo: Sara Pichelli, Chris Samnee & David Márquez

Editorial: Marvel

Formato: Comic Book. 32 Páginas

Precio: $3.99

Calificación: 9.5/10

Aunque mi intención es centrar la atención de esta reseña en la nueva encarnación del Spider-man en el Universo Ultimate, es imposible hacerlo sin realizar primero un pequeño (o gran, a ver que termina saliendo) repaso a lo que este brillante proyecto de Brian Michael Bendis ha dado desde que comenzara su andadura a principios de siglo. Así que abrochénse los cinturones, pongan sus asientos en posición vertical y recojan su bandeja, porque vamos a empezar volando doce años en el pasado.

La historia, resumida o no, es más que conocida por todos: Joe Quesada y el infame Bill Jemas (¿dónde habrá ido a parar este singular personaje?), queriendo captar a toda una nueva generación de lectores a los que la dichosa continuidad echaba para atrás, se sacan de la manga el Universo Ultimate; versiones actualizadas de los personajes de siempre que, arrancando desde cero, planteen una apertura de negocio como la que se había vivido a principios de los sesenta de la mano de Stan Lee, Jack Kirby y Steve Ditko. Dicho y hecho, las tres primeras series del nuevo universo son un triunfo total en ventas, y las críticas alaban tanto la inventiva de Bendis a la hora de dar con nuevas y frescas fórmulas para con la encarnación de Peter Parker, como la brillantez y maestría de Millar (y Hitch) para reinventar el género superhéroico y regalarnos con esa obra maestra que es Ultimates. Menos laureadas son, no obstante, Ultimate X-Men (el abuso que se había hecho de los mutantes durante los ochenta y los noventa había dejado agotadas todas las posibles visiones que acerca de los hombres X se pudieran hacer); Ultimate Fantastic Four, que nunca termina de cuajar y parece más bien un cajón de sastre al que van a parar todas las ideas que se deshechan para la serie tradicional y, obviamente, todas las miniseries que van trufando la singladura de este joven experimento en sus primeros años de vida (¿alguien se acuerda del Ultimate Daredevil & Elektra que dibujó Larroca?).

Pero no nos vayamos por las ramas (habría muchísimo que hablar acerca de la validez a largo plazo de una idea que, transcurridos un par de años deja de tener sentido) y centrémonos en el feudo de Bendis que es Ultimate Spider-man. Como decíamos, desde un primer momento el escritor norteamericano establece de forma clara lo que será el rumbo de la serie: una constante reinvención de las claves que han ido marcando la historiografía de Peter Parker en el Universo Marvel tradicional actualizadas para el s.XXI. Y eso es algo que se observa desde el primer número, con un Bendis que, dejándose de rodeos, comienza presentando a Norman Osborn como directo responsable de la creación de la araña que picará a nuestro simpático vecino y que, tras introducir a (casi) todos los personajes principales de la vida del trepamuros, termina con una página que es la esencia misma de la frescura con la que Bendis caracterizará (y sigue caracterizando) a la serie: Peter, colgado boca abajo del techo de su habitación y un único bocadillo de diálogo con un genial "Cool!". No se puede decir más con menos.

A partir de ahí, y durante los ciento treinta y tres números que durará este primer volumen, Bendis somete al personaje a todo tipo de aventuras, tanto contra los malos malosos de siempre en nuevas versiones, como en lo que a su vida personal se refiere, teniendo nuestro héroe que decidir en un momento dado entre el amor de Mary Jane y la relación que comenzará a mantener con Kitty Pride (sí, Gatasombra, ¿no es un giro inesperado?). En el transcurso de todo ello, Bendis nunca perderá de vista ir haciendo evolucionar el carácter de alocado adolescente que Peter tiene al principio de la serie, llevando al lector de la mano por unos años que muchos ya habíamos dejado bastante atrás y reflejando de forma bastante fiel lo que supone ser joven en la sociedad actual. Y a su lado, durante 110 números ininterrumpidos....digámoslo de nuevo, 110 números ininterrumpidos, un Mark Bagley que saca partido de sus muchas carencias para dar el callo mes a mes y componer una obra que, sin él, no habría sido la misma. 

Acusando un comprensible cansancio tras tan prolongada andadura, Bagley dirá adiós a la serie en el número 110, introduciendo las últimas páginas de dicho ejemplar al que será nuevo dibujante durante los veintitrés que separan a Ultimate Spider-man del final de su primer volumen: Stuart Immonen. Obviamente, los lectores somos los más favorecidos con el cambio, y en los dos años que el artista está a los lápices de la serie, esta gana muchísimos enteros. Y entonces llega Ultimatum. Y todo vuelve a cambiar.

Aprovechando la inundación de Nueva York por parte de Magneto (con un número 133 sin diálogos realmente magistral y sobrecogedor), Bendis decide cerrar el primer volumen de la serie y abrir el segundo. El cambio más radical, más allá del título, que pasa de Ultimate Spider-man a Ultimate Comics: Spider-man, es el del dibujante. En los dos años que Immonen ha estado a los lápices de la colección, se ha convertido en una estrella y Marvel le llama para asuntos más serios (los New Avengers primero, Fear Itself, después) y se necesita un dibujante que prosiga aportando el frescor que sus dos artistas anteriores habían conseguido. Y el elegido es David Lafuente, un neófito que, en poco tiempo, se convertirá en un fan favourite, ayudando a Bendis a seguir manteniendo el interés por una serie que, sin que nadie lo sepa, está llamada a revolucionar todo el corpus central del Universo Ultimate.

Y es que la Marvel, viendo que el invento se les está yendo de las manos, decide hacer tabula rasa y para ello, están dispuestos a utilizar a Peter como catalizador de todo lo que supondrá el reinicio del Universo Ultimate. (MINIMOS SPOILER) Sin querer revelar mucho de lo que sucede, dejémoslo en que, tras unos acontecimientos que se precipitan de forma vertiginosa, Peter Parker muere, y con él, todo un mundo que enmudece por el obligado luto. Es indudable que el legado del Spider-man original se seguirá sintiendo durante muchísimo tiempo (y quién sabe si algún día se recurrirá al manido recurso de devolverlo a la vida) pero, por el momento, es hora de hacer borrón y cuenta nueva, que aquí, en realidad, no ha pasado nada. (FIN de SPOILER) Y sí, al final me ha quedado esto un poquito largo, lo siento.

Con un proyecto nuevo que le permite aún más libertad que la que ya había gozado en los casi ciento sesenta números anteriores, Bendis se encuentra ante un papel en blanco que llenar con lo que le plazca. Y es cuando entra en escena Miles Morales, un adolescente negro que, por un avatar del destino (su tío, un ladrón profesional, robó una araña geneticamente modificada de casa de Norman Osborn que terminará picándole) adquiere poderes similares a los que tenía Peter; con dos diferencias con respecto a aquellos, Miles es capaz de volverse invisible, y tiene una especie de ataque aguijón que inmoviliza a aquel contra quien lo utilice. 

Pero más allá de las sutiles diferencias, donde esta nueva andadura de la serie demuestra su valía es en la interminable capacidad de su guionista para seguir ofreciendo un producto que sorprende mes a mes, que hace que su contrapartida del universo tradicional palidezca en la comparación y que sigue captando, me atrevería a decir que como no lo hace ningún otro cómic, aquello que hace que los adolescentes sean esos inseguros proyectos de adultos que se mueven más por impulsos que dejándose llevar por el raciocinio. Y Miles no va a ser una excepción. Dotado de singular voz propia desde la primera viñeta en la que aparece, el nuevo Spider-man no lo tendrá fácil para salir adelante ni como superhéroe, ya sea por la inamovible y crítica posición de su padre en contra de los hombres y mujeres enmascarados, ya por la presencia de un tío que va a dar muchísimo juego en un futuro muy próximo, ni como adolescente, por los problemas normales asociados a esta crucial etapa de la vida.

Decía que la valía de este nuevo Ultimate Spider-man queda demostrada (y de qué manera) en la soberbia labor de Bendis; pero valorar sólo al guionista sería dejar de lado el otro fuerte de la colección, su aspecto gráfico. Quedénse con estos tres nombres porque van a dar mucho que hablar: Sara Pichelli, Chris Samnee y David Márquez. A la primera ya la habíamos visto en algún fill-in del segundo volumen de la serie, y aquí eclosiona en toda su fuerza con un estilo de dibujo que deja atónito a cada nueva página. Samnee también había dibujado algún número de relleno de la anterior etapa, así como en títulos tan dispares como el Sheperd's Tale de Serenity, el Area 10 de Vertigo Crime (publicado aquí por Panini Noir) o el Thor: the Mighty Avenger, pero los dos números que dibuja aquí son de lo mejor que ha hecho hasta la fecha. Y, por último, el tercero en discordia, David Marquez, un londinense de nacimiento y residente en Austin que, tras haber participado, por ejemplo, en el equipo de animación que creó ese bodrio llamado A Scanner Darkly (aquella cinta rotoanimada dirigida por Richard Linklater que no había quien se la tragara), saltó al mundo del cómic para llegar, en el número nueve, a un Ultimate Spider-man que se beneficia sobremanera de su increíble talento.

Quizás en otro momento comentemos por estas líneas los Ultimate X-Men (que hasta ahora son poco más que correctos) o los Ultimates, con los que Hickman está jugando a placer, dando mes a mes con un título que, no pudiéndose comparar con lo que Millar logró en los dos volúmenes originales, resulta un producto más que digno; pero por ahora quedénse con una idea mjuy clara, que Ultimate Spider-man es uno de los diez mejores títulos de superhéroes que se pueden leer en la actualidad. Nuff' said!!!!!!

Sergio Benítez (VII)

3 comentarios:

Marione dijo...

Este verano creo yo que le meto mano a esta serie y me la leo del tirón. Los primeros números son un ejercicio sobresaliente de como contar algo que hemos visto 1 millón de veces y nos interese como si fuera la primera.
A mi es que Bagley siempre me ha gustado así que el que se quedara 110 números me parece una gozada.
Y lo de Bendis no tiene nombre. Que después de tanto tiempo la serie siga teniendo tanto interés es de quitarse el sombrero. Y digo yo, si en lugar de este Ultimate Spiderman le hubiesen dado la versión Marvel de toda la vida, estaríamos hablando de otra etapa Lee/Ditko, Lee/Romita? Ahí queda eso.
Saludazos

PD--Peaso reseña, tú.

sebelo2 dijo...

Pues probablemente Mario, probablemente. Hoy por hoy no cabe duda de que el mejor Spiderman de Marvel no es, ni de lejos, el tradicional.
Saludetes,
Sergio
P.D: Muchas gracias ;)

Sección Amarilla Tequixquiac dijo...

Descarguen esos cómics aquí

http://nelapsi-orochi.blogspot.mx/