Guión: Brian Michael Bendis & VVAA Dibujo: Olivier Coipel, Bryan Hicth & VVAA
Editorial: Marvel
Formato: Comic-book
Precio: $1.99 a $4.99
Calificación: 8/10 serie central, 6/10 resto
Si es que no puede ser. Si dónde dije digo debí decir Diego y no habría habido ningún problema...
Cinco meses. Esos son los que, cuando me siento a escribir estas líneas, han transcurrido desde que leyera y escribiera la recomidación del último volumen del Thor de Straczynski (si, ya sé que se publicó la semana pasada, pero eso no significa que la escribiera entonces). Cinco meses en los que mi atención se ha centrado de forma exclusiva en el cómic europeo y español, algo de manga, y prácticamente nada de americano, al menos de DC o Marvel. Cinco meses en los que he intentado olvidarme de los superhéroes y he volcado mis miras en otros enfoques hacia el noveno arte que nada tienen que ver con los de las dos grandes majors norteamericanas. Un periodo de tiempo en el que ha habido de todo y en el que el las novedades saloneras han ocupado una buena parte de mis esfuerzos lectores (a propósito de éstas y de algún correo que hemos recibido, quería comentaros que este año no habrá cobertura como el pasado 2009, ya que las más de cuarenta novedades que he podido leer han encontrado su sitio en la página del periódico para el que trabajo*). Todo con tal de no volver a caer en las redes de ese pijamismo que tantos adeptos y detractores conoce en este mundillo.
Obviamente, los temores acerca de si iba a enterarme de algo o no, eran demasiado llamativos como para ser ignorados, pero se esfumaron en el momento en que, por un lado, leí el preludio y el Siege Cabal (dos especiales muy significativos, al menos a nivel de guión) y, por otro, me di cuenta de la íntima relación que todo el macroevento tenía con lo que había ido sucediendo en Thor. Situado ya pues en la temporalidad de lo que estaba a punto de sacudir el Universo Marvel, acometí una lectura en la que, como ya pasara con Secret Invasion (siempre bajo el fiable criterio de lo que Mario llegó a comentar de la misma por aquí), hay lugar para todo, desde cómics estupendos, hasta otros cuya inclusión no se entiende.
Comencemos por estos segundos. Entre ellos encontramos primero esos números sueltos de Thunderbolts, New Mutants o Mighty Avengers, los one-shot dedicados a Spider-man, el Capitán América y los Young Avengers y, dentro de las series que se suponen tienen mayor protagonismo en el evento, Dark Wolverine y los New Avengers. La inclusión de la primera cabecera mantiene un pulso entre la continuidad propia de la serie y los acontecimientos que la enlazan con el asedio a Asgard (porque de eso va todo el meollo de Siege...bueno, de eso y de más cosas que me callaré para no reventar a nadie lo que aquí acontece); sucediéndole más o menos lo mismo a la segunda, en contra de la que juega también un perjudicial baile de dibujantes que, en orden descendente, parten de un brillante Stuart Immonen para acabar en un Mike Mackone que nunca ha sido santo de mi devoción, pasando por un Daniel Acuña que no pega ni con cola. También en este primer grupo podríamos incluir a Thor, desangelada después de la marcha de Straczynski y Coipel.
Dejando atrás este olvidable bloque, entremos de lleno en lo que supone lo mejor del crossover. Y aquí hay tres ganadores claros: Siege Embedded, Dark Avengers y, por supuesto, la serie principal. La primera entronca con esa idea derivada de Marvels que en la Civil War fue el Front Line, esto es, una visión más realista de los acontecimientos desde el ojo del periodismo. Escrita con brío y muy buen humor por Brian Reed, e ilustrada por un Chris Samnee que mucho le debe a Michael Lark, la serie sigue a Ben Urich y un colega mientras intentan llegar a Asgard con la ayuda de un Volstagg cuyo protagonismo es bastante relevante al comienzo de la saga.
Sin haber leído los doce números previos (cosa que remediaré en breve), he de decir que Dark Avengers me ha parecido una lectura tremendamente intensa y lo mejor de todo Siege junto a la serie central: aquí Bendis hace lo que mejor sabe, definiendo a unos personajes al borde del abismo (magnífico ese Sentry) y unas situaciones de esas que se podrían calificar de "muy molonas". Para ello cuenta con la ayuda de un Deodato que sigue queriendo reinventarse (anda que no ha cambiado nada este hombre desde que lo conocimos en Catwoman) y que aquí nos ofrece un dibujo de cualidades hiperrealistas francamente espectacular.
Y llegamos por fin a Siege, la miniserie de cuatro números que engarza todo lo que va sucediendo en las títulos satélite. Dos cosas llaman la atención poderosamente de ella. Para empezar, el hecho de que en sólo cuatro números (en contraposición a los siete y ocho que se utilizaran en Civil War y Secret Invasion) Bendis sea capaz de condensar toda la información que le hace falta al lector para comprender lo que está pasando sin que lo que se narra sea en ningún momento confuso, pudiéndose prescindir de la lectura de todas las demás cabeceras sin que por ello tengamos que temer perdernos. Y en segundo lugar, el magnífico trabajo de un Olivier Coipel que confirma ser una de las mejores bazas con las que Marvel cuenta en la actualidad, capturando sin problemas el tono épico y grandilocuente con el que Bendis sazona el evento.
Finalizado éste y como transición hacia esa Heroic Age a la que tantísimo bombo se le está dando, el arquitecto detrás de todo nos ofrece de postre un New Avengers Finale que, al menos en sus intenciones, es reflejo del Avengers Dissasembled con el que, hace siete años, desembarcaba en La Casa de las Ideas. Desafortunadamente, este especial de algo más de cuarenta páginas palidece en la comparación con el título que sirvió de carta de presentación de Bendis, y tanto en alcance como en la excusa argumental que hace avanzar la acción (los Vengadores enfrentándose a Madame Mask y Nefaria) no encontramos aquí esa magia que hacia funcionar a la perfección el Dissasembled quedando al final el conjunto como un mero tebeo transitorio a lo que está por llegar. Tampoco ayuda a elevar la apreciación del especial el dibujo de un Bryan Hitch que necesita con urgencia recuperar el nivel que le conocimos en las dos series de Ultimates y que ha perdido ya en su estancia junto a Millar en los 4F ya en el Captain America Reborn.
Así que ya sabéis, si queréis poneros al tanto de lo que este Siege va a dar de sí cuando desembarque en España de la mano de Panini, obviad si os apetece todo lo que no sea la serie central, no os perderéis gran cosa, vuestro bolsillo os lo agradecerá y tendréis todos los datos que hacen falta de cara a esa Heroic Age que comenzaba la semana pasada en yanquilandia.
'Nuff Said!!!
*. Reitero que, si alguien quiere recibir de forma mensual un .pdf con el suplemento (y tener así recomicdaciones de las últimas novedades), me escriba un correo a la dirección de gmail de sebelo2.
Pero no podía durar. Y según a quién le preguntéis (¿eh, Mario?) era sólo cuestión de tiempo que volviera por unos fueros a los que he dedicado casi dos décadas de mi existencia. Y así era como, de buenas a primeras, y teniendo en cuenta que nada de lo que DC está sacando ahora mismo en el universo tradicional me llamaba la atención, decidía que iba a regresar por la puerta grande con el macroevento-llamado-a-redefinir-el-Universo-Marvel-una-vez-más-pero-en-esta-ocasión-de-forma-definitiva-te-lo-juro-por-Snoopy-o-sea. En otras palabras, que después de haber pasado por alto Secret Invasion, de haber abandonado los New Avengers allá por la Civil War, y los Mighty después del primer volumen; tras ignorar por completo el Dark Reign y todas sus consecuencias, de hacer caso omiso al lanzamiento de los Dark Avengers...después de todo eso, me iba a meter de cabeza con Siege.
Obviamente, los temores acerca de si iba a enterarme de algo o no, eran demasiado llamativos como para ser ignorados, pero se esfumaron en el momento en que, por un lado, leí el preludio y el Siege Cabal (dos especiales muy significativos, al menos a nivel de guión) y, por otro, me di cuenta de la íntima relación que todo el macroevento tenía con lo que había ido sucediendo en Thor. Situado ya pues en la temporalidad de lo que estaba a punto de sacudir el Universo Marvel, acometí una lectura en la que, como ya pasara con Secret Invasion (siempre bajo el fiable criterio de lo que Mario llegó a comentar de la misma por aquí), hay lugar para todo, desde cómics estupendos, hasta otros cuya inclusión no se entiende.
Comencemos por estos segundos. Entre ellos encontramos primero esos números sueltos de Thunderbolts, New Mutants o Mighty Avengers, los one-shot dedicados a Spider-man, el Capitán América y los Young Avengers y, dentro de las series que se suponen tienen mayor protagonismo en el evento, Dark Wolverine y los New Avengers. La inclusión de la primera cabecera mantiene un pulso entre la continuidad propia de la serie y los acontecimientos que la enlazan con el asedio a Asgard (porque de eso va todo el meollo de Siege...bueno, de eso y de más cosas que me callaré para no reventar a nadie lo que aquí acontece); sucediéndole más o menos lo mismo a la segunda, en contra de la que juega también un perjudicial baile de dibujantes que, en orden descendente, parten de un brillante Stuart Immonen para acabar en un Mike Mackone que nunca ha sido santo de mi devoción, pasando por un Daniel Acuña que no pega ni con cola. También en este primer grupo podríamos incluir a Thor, desangelada después de la marcha de Straczynski y Coipel.
Dejando atrás este olvidable bloque, entremos de lleno en lo que supone lo mejor del crossover. Y aquí hay tres ganadores claros: Siege Embedded, Dark Avengers y, por supuesto, la serie principal. La primera entronca con esa idea derivada de Marvels que en la Civil War fue el Front Line, esto es, una visión más realista de los acontecimientos desde el ojo del periodismo. Escrita con brío y muy buen humor por Brian Reed, e ilustrada por un Chris Samnee que mucho le debe a Michael Lark, la serie sigue a Ben Urich y un colega mientras intentan llegar a Asgard con la ayuda de un Volstagg cuyo protagonismo es bastante relevante al comienzo de la saga.
Sin haber leído los doce números previos (cosa que remediaré en breve), he de decir que Dark Avengers me ha parecido una lectura tremendamente intensa y lo mejor de todo Siege junto a la serie central: aquí Bendis hace lo que mejor sabe, definiendo a unos personajes al borde del abismo (magnífico ese Sentry) y unas situaciones de esas que se podrían calificar de "muy molonas". Para ello cuenta con la ayuda de un Deodato que sigue queriendo reinventarse (anda que no ha cambiado nada este hombre desde que lo conocimos en Catwoman) y que aquí nos ofrece un dibujo de cualidades hiperrealistas francamente espectacular.
Y llegamos por fin a Siege, la miniserie de cuatro números que engarza todo lo que va sucediendo en las títulos satélite. Dos cosas llaman la atención poderosamente de ella. Para empezar, el hecho de que en sólo cuatro números (en contraposición a los siete y ocho que se utilizaran en Civil War y Secret Invasion) Bendis sea capaz de condensar toda la información que le hace falta al lector para comprender lo que está pasando sin que lo que se narra sea en ningún momento confuso, pudiéndose prescindir de la lectura de todas las demás cabeceras sin que por ello tengamos que temer perdernos. Y en segundo lugar, el magnífico trabajo de un Olivier Coipel que confirma ser una de las mejores bazas con las que Marvel cuenta en la actualidad, capturando sin problemas el tono épico y grandilocuente con el que Bendis sazona el evento.
Finalizado éste y como transición hacia esa Heroic Age a la que tantísimo bombo se le está dando, el arquitecto detrás de todo nos ofrece de postre un New Avengers Finale que, al menos en sus intenciones, es reflejo del Avengers Dissasembled con el que, hace siete años, desembarcaba en La Casa de las Ideas. Desafortunadamente, este especial de algo más de cuarenta páginas palidece en la comparación con el título que sirvió de carta de presentación de Bendis, y tanto en alcance como en la excusa argumental que hace avanzar la acción (los Vengadores enfrentándose a Madame Mask y Nefaria) no encontramos aquí esa magia que hacia funcionar a la perfección el Dissasembled quedando al final el conjunto como un mero tebeo transitorio a lo que está por llegar. Tampoco ayuda a elevar la apreciación del especial el dibujo de un Bryan Hitch que necesita con urgencia recuperar el nivel que le conocimos en las dos series de Ultimates y que ha perdido ya en su estancia junto a Millar en los 4F ya en el Captain America Reborn.
Así que ya sabéis, si queréis poneros al tanto de lo que este Siege va a dar de sí cuando desembarque en España de la mano de Panini, obviad si os apetece todo lo que no sea la serie central, no os perderéis gran cosa, vuestro bolsillo os lo agradecerá y tendréis todos los datos que hacen falta de cara a esa Heroic Age que comenzaba la semana pasada en yanquilandia.
'Nuff Said!!!
*. Reitero que, si alguien quiere recibir de forma mensual un .pdf con el suplemento (y tener así recomicdaciones de las últimas novedades), me escriba un correo a la dirección de gmail de sebelo2.
Sergio Benítez (377)
2 comentarios:
Tomaaaaa. Peazo de recomicdacion macho. Cuando uno se mete en un marronazo de estos es lo que tiene.
Y sí, al final caias otra vez. Era cuestion de tiempo. ¿Hasta cuando puedes estar negando tus origenes? Pues eso.
De todas formas, siempre es bueno que la recaida haya sido con la mejor mierda del mercado. Y no, no me he leido este Siege, pero es que es de Tito Bendis. Y ese nota es mucho. Ya caera ya.
Saludazos
Siempre acabáis recayendo JOJOJO!
A mi esta saga, ni fu ni fa, lo mejor ha sido que no ha durado un año, por que vaya coñazo otra vez UN AÑO entero alrededor de un macrocrossover. Cuatro mesecitos y a otra cosa.
Visualmente es de 10, Coipel es mucho Coipel, el resto más o menos, tiene momentazos pero en general es otra saga-excusa para volver a cambiarlo todo. Y lo que me alegro de cierta muerte... ya era hora.
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