Dibujo: Hector Sevilla
Editorial: Alias Comics
Formato: Tomo 96 páginas
Precio: 9,99$
Calificación: 2/10
Por alguna extraña razón los coleccionistas de cómics tenemos la extraña tendencia a no dejar que nadie cercano a nosotros se deshaga de cualquier material de lectura, si antes se nos da la oportunidad de hacernos con él. Como cuando oímos a nuestras madres hacer limpieza, y cada intento de deshacerse de algo acaba en un “no lo vayas a tirar, eh?” Ya podemos estar hablando de las obras completas de Jeph Loeb en Superman/Batman, por las que no darías un duro, que si oyes a un amigo decir: lo tengo en casa y creo que lo voy a tirar, te sale de dentro: hombre, pásamelo, que tan malo no puede ser. Pues hacedme caso, a veces lo es.
Todo esto viene al caso porque, se no ser por mi amigo Javier, el comic que hoy reseño nunca habría caído en mis manos. Lo primero que me llamó la atención fue la cuidada edición que Alias Comics, una editorial americana totalmente desconocida para mi hasta la fecha, había realizado para un simple TP de diez dólares, con su papel imitando a cuero viejo, y sus brillos sobre el dibujo, que no hacían presagiar lo que esperaba adentro.
Y eso que la premisa no era del todo mala. Después de un accidente de coche, nuestra protagonista termina perdida (quizás encoma y soñando todo lo que le pasa) en un mágico mundo donde se convertirá en la Alicia del País de las maravillas, y pronto encontrará a personajes tan conocidos de la literatura infantil y juvenil como el Flautista de Hamelin, Caperucita Roja, Pinocho, o el joven protagonista de la Isla del tesoro. Y digo que el concepto no pintaba mal, porque la propia Fábulas bebe de las mismas fuentes, y es una de mis lecturas obligadas cada mes.
Pero si os habéis fijado en la nota que le pongo, está claro que Lullaby no es Fábulas, por mucho que se esfuercen sus creadores. La colección sigue a los personajes en su camino hacia la tierra de Oz, donde Hansel, Gretel y oros populares personajes irán desfilando por sus páginas sin ton ni son. Y ese es el principal problema de la serie, que no parece tener una idea clara de hacia donde se dirige la historia o los personajes, algunos son desaprovechados, otros llegan a resultar cargantes, y no existe un hilo argumental lo bastante fuerte como para soportar estas 96 páginas.
Del apartado gráfico, aspecto medianamente salvable el conjunto, se hace cargo Hector Sevilla, quien con un estilo amerimanga muy en la línea de Adam Warren, hace que la lectura sea mas entretenida, aunque las exageradas reacciones de los personajes, propias de personajes de anime, con mandíbulas desencajadas y enormes gotas de sudor en la frente, también resulten algo repetitivas.
En resumen, un refrito de ideas y personajes reinventados, sin guión en el que sustentarse, con dibujo pasable, que seguramente daban para una serie simpática y sin pretensiones, y que se queda en un divertimento a medias, con pocas probabilidades de relectura. Si a alguien le interesa, Norma editorial publicó este tomo y su secuela no hace mucho (sí, hasta una secuela hicieron). Ah, y si decido tirarlo, ¿lo quiere alguien?
1 comentario:
No sé que es peor, si que te dejaras convencer por Javi para que te "regalara" este tebeo, o que terminarás leyéndolo sabiendo lo que te esperaba...no tenemos remedio :P
Saludetes,
Sergio
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