Editorial: Bang Ediciones
Formato: Libro Rústica. 160 Páginas
Precio: 12.5€
Calificación: 8/10
Sábado por la mañana. Vuelta por el centro de Sevilla junto a Mario y Jose. Final de mes. Todas las novedades de los treinta días que acaban han sido convenientemente adquiridas. Aún queda algo de dinero en la cartera como para dos o tres cosillas más. Llegamos a la Fnac. Subimos a la última planta. Directos a la sección de cómics. La mirada vaga de aquí para allá parándose en esos tomos de Blueberry que algún día habrá que empezar a comprar. En las obras de Carlos Giménez que aún faltan en las estanterías. En las de Robert Crumb que también esperan su momento....y de repente, los ojos se clavan en un pequeño tomo rojo con un diseño minimalista de esos que uno no puede dejar pasar (esto de ser arquitecto tiene sus filias derivadas). Lo cojo. Lo hojeo. Y directamente me lo pongo bajo el brazo como una de las cosas seguras que terminarán pasando por caja.
Y que tenga la osadía de levantar la mano aquél al que nunca le haya pasado algo parecido. ¿Alguien?. ¿Nadie?...lo imaginaba.
Con Como un Lunes, Bang nos vuelve a sorprender (como ya hizo con Por Ver el Bicho Volar) gracias a una magnífica edición de un material tan desconocido como tremendamente atractivo. En este caso, lo que se recopilan aquí son algunas de las muchas "tiras" (por llamarlas de alguna manera) que su autor, James, lleva tiempo publicando via online. En ellas, el autor, con un trazo simple y una narrativa que economiza sobremanera los recursos, reflexiona, casi siempre desde el humor, sobre diversos aspectos de nuestra existencia. Utilizando a animales antropomorfizados, James nos deja entrever su, a veces cínica, a veces tierna, mirada acerca de temas tales como las relaciones de pareja, la muerte o el sexo. Arropado por la simplicidad visual a la que se acogen todas las páginas, y despojando a las mismas de cualquier asomo de diálogo, el mensaje que el autor nos quiere hacer llegar con cada una de ellas es de una inusitada fuerza que nos deja desarmados. Tal es el genio de James y lo mucho que vale la pena la pequeña inversión que supone la compra de este Como un Lunes.
Y que tenga la osadía de levantar la mano aquél al que nunca le haya pasado algo parecido. ¿Alguien?. ¿Nadie?...lo imaginaba.
Con Como un Lunes, Bang nos vuelve a sorprender (como ya hizo con Por Ver el Bicho Volar) gracias a una magnífica edición de un material tan desconocido como tremendamente atractivo. En este caso, lo que se recopilan aquí son algunas de las muchas "tiras" (por llamarlas de alguna manera) que su autor, James, lleva tiempo publicando via online. En ellas, el autor, con un trazo simple y una narrativa que economiza sobremanera los recursos, reflexiona, casi siempre desde el humor, sobre diversos aspectos de nuestra existencia. Utilizando a animales antropomorfizados, James nos deja entrever su, a veces cínica, a veces tierna, mirada acerca de temas tales como las relaciones de pareja, la muerte o el sexo. Arropado por la simplicidad visual a la que se acogen todas las páginas, y despojando a las mismas de cualquier asomo de diálogo, el mensaje que el autor nos quiere hacer llegar con cada una de ellas es de una inusitada fuerza que nos deja desarmados. Tal es el genio de James y lo mucho que vale la pena la pequeña inversión que supone la compra de este Como un Lunes.
Sergio Benítez (368)
3 comentarios:
Hay que ver lo que te gusta comprar a ciegas, maldito. Y eso que por el mismo precio te podias haber comprado uno de Blueberry pero, pa qu enegarlo, una compra de este tipo tiene su aquel. Es una especie de ruleta rusa impresa.
Aunque si sale mal no se pierde tanto. ¿No?
Saludazos
¿No se pierde tanto?
No sé si será por tiesura económica, dejadez lectora o cualquier otra circunstancia, pero para hacer un tiro a ciegas sobre una compra una de mis condiciones fundamentales es que el precio no supere una cifra más decimales, si llega a dos casi que lo dejo estar y me asesoro con conocidos, amigos o intennete...
Saludos!
Me alegra que aparezca por aqui porque realmente merece la pena. Tambien lo cogí a ciegas y no me arrepiento en absoluto, es de los que se relee, se remira una y otra vez para esbozar una sonrisa.
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