Guión: José Ortiz
Dibujo: José Ortiz
Editorial: Hitpress
Formato: Álbum Rústica. 48 Páginas
Calificación: 5.5/10
Si en la última ocasión que hablamos de José Ortiz, nos deshacíamos en elogios para con su magistral arte delante del tablero de dibujo, tanto de forma aislada como en comparación con el olvidable guión del que la obra en cuestión (aquellos Relatos del Nuevo Mundo) hacia gala; hoy nos situamos en el opuesto del espectro con un álbum de Tarzán que el español publicaba en 1979, año en el que también veía la luz otro título relacionado con el mítico personaje de Edgar Rice Burroughs, la serie El Nuevo Tarzán: veinte grapas editadas por Toutain y Hitpress en las que el dibujante compartía labor con otros compañeros, aunque la misma fuera anunciada como "el Tarzán de Ortiz".
Sea como fuere, tanto la cabecera en grapa, como los dos ábumes que vieron la luz bajo la extinta Hitpress (una editorial asociada a Toutain bajo la que se publicaron títulos como Dani Futuro) suponen, en líneas generales, un trabajo menor del artista español, ya sea en lo que se refiere a los guiones, sea en lo que atañe al dibujo. Centrándonos en lo que este álbum da de sí, lo cierto es que la historia se antoja más una anécdota mal estirada que algo que se trabajara medio a conciencia: Tarzán se va de la cabaña a no sé que ciudad y cuando vuelve, dos páginas después, descubre que Jane ha sido raptada por unos piratas. En la persecución, y para alargar algo la trama, se enfrenta con una boa y un triceratops (sic) para después averiguar que los piratas vienen de un lago mágico en el que habiitan los fallecidos en batallas navales de todas las épocas. Se enfrenta a los "malos"; rescata a Jane; y en un final más abrupto que el de Historias del Kronen, se acaba la historia con muy poco tino.
En lo que a la labor a los lápices, parece que sea este un trabajo de encargo de los meramente alimenticios, ya que sorprende lo pobre del normalmente profuso trazo del dibujante: dejando de un lado que Ortiz sea un narrador nato y que con dos líneas sea capaz de definir aquello que se le antoje, hay en este Tarzán (y en el de las grapas) una gran dejadez a la hora de acabar la página, quedando las expresiones de los personajes muy desdibujadas para lo que el artista nos tiene acostumbrados en otros de sus trabajos (de los que, descuidad, ya hablaremos por aquí) y no trabajando los fondos más allá de cuatro líneas mal repartidas para crear una montaña o una palmera. Como podréis imaginar, el resultado de tal "desgana" es un cómic al uso, sin mucho en dónde agarrarse y que tan pronto se lee como, desafortunadamente, se olvida.
Sea como fuere, tanto la cabecera en grapa, como los dos ábumes que vieron la luz bajo la extinta Hitpress (una editorial asociada a Toutain bajo la que se publicaron títulos como Dani Futuro) suponen, en líneas generales, un trabajo menor del artista español, ya sea en lo que se refiere a los guiones, sea en lo que atañe al dibujo. Centrándonos en lo que este álbum da de sí, lo cierto es que la historia se antoja más una anécdota mal estirada que algo que se trabajara medio a conciencia: Tarzán se va de la cabaña a no sé que ciudad y cuando vuelve, dos páginas después, descubre que Jane ha sido raptada por unos piratas. En la persecución, y para alargar algo la trama, se enfrenta con una boa y un triceratops (sic) para después averiguar que los piratas vienen de un lago mágico en el que habiitan los fallecidos en batallas navales de todas las épocas. Se enfrenta a los "malos"; rescata a Jane; y en un final más abrupto que el de Historias del Kronen, se acaba la historia con muy poco tino.
En lo que a la labor a los lápices, parece que sea este un trabajo de encargo de los meramente alimenticios, ya que sorprende lo pobre del normalmente profuso trazo del dibujante: dejando de un lado que Ortiz sea un narrador nato y que con dos líneas sea capaz de definir aquello que se le antoje, hay en este Tarzán (y en el de las grapas) una gran dejadez a la hora de acabar la página, quedando las expresiones de los personajes muy desdibujadas para lo que el artista nos tiene acostumbrados en otros de sus trabajos (de los que, descuidad, ya hablaremos por aquí) y no trabajando los fondos más allá de cuatro líneas mal repartidas para crear una montaña o una palmera. Como podréis imaginar, el resultado de tal "desgana" es un cómic al uso, sin mucho en dónde agarrarse y que tan pronto se lee como, desafortunadamente, se olvida.
Sergio Benítez (357)
2 comentarios:
Pues en el hipotético caso que lo viera por ahi ( que lo dudo), me estaras ayudando con la recomicdación a no comprarlo pues solo ver el nombre de Ortiz habria sido acicate para su compra segura.
Saludos.
Lo sé Toni, lo sé, ¿por qué si no te crees que cayó? :S
Saludetes,
Sergio
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