Guión: Jean DesbergDibujo: Enrico Marini
Editorial: Norma
Formato: 8 Vols. Rústica/Cartoné. 48 Pag. c/u
Precio: 9/13€
Calificación: 7.5/10
Hace un tiempo hablé de una colaboración anterior de Desberg y Marini y se me echaron todos al cuello por poner una nota por los suelos. Al menos hoy no voy a cometer ése error, más que nada por tener algo de aprecio a mi propia integridad física.
Desde el año 2001 vamos recibiendo nuestra dosis anual de éste El Escorpión, heredero directo de los folletines dumasianos, las películas errolflynneras y demás historias similares, y por el momento parece ser que la pareja de autores no tienen muy claro a dónde nos van a llevar. Y si es así, da la impresión que el final del viaje no está precisamente muy cercano...
Pero centrémonos en la historia. El Escorpión es un Sean Connery (sip, una vez más el prota de un comic de Marini se parece misteriosamente al actor) del siglo XVIII que se dedica a conseguir reliquias religiosas y venderlas al mejor postor. En uno de sus periplos se ve envuelto en una conspiración de la que forma parte el monseñor Trebaldi y su orden de monjes guerreros (¿alguien dijo Richelieu?). Así que Trebaldi pondrá precio a la cabeza del El Escorpión, con la excusa de que la marca que lleva en su omoplato con forma del animal que le ha hecho merecedor de su sobrenombre, es en realidad la marca del Diablo. Según el protagonista va huyendo de los secuaces de Trebaldi se irá descubriendo la misteriosa conspiración secreta y se relatará el pasado del protagonista. Pasado que, casualmente (y que pena que escribiendo no se pueda poner entonación de sarcasmo a las palabras) está relacionado con la misteriosa obsesión que tiene Trebaldi sobre su persona.
Y la verdad es que la cosa comienza bien, y gana interés en los primeros tomos. Hasta que llega un momento en que éste El Escorpión resulta ser un Frigodedo dejado en un banco al sol, y poco a poco se va derritiendo hasta que de su espectacular aspecto y promesa de un buen rato sólo queda un acuoso charquito.
Una lástima, la verdad. Quizá si no se hubiesen empeñado en estirar el tema y se hubiese planteado como seis albumes y punto, la cosa ganaría enteros. En cambio nos enfrentamos ahora a una serie abierta de la que desconocemos la duración y cuyos autores además de en ésta se embarcan en otros proyectos, con lo que corremos el riesgo de quedarnos colgados sin saber cómo quedarán las aventuras de éste Escorpión o que nos vayan ofreciendo tomos y tomos mareando la perdiz sin llegar a ningún sitio en concreto (que es la impresión que me ha dado en el octavo y último publicado).
De todas formas es una amena y entretenida lectura, bonitamente dibujada, en la que salen caballos y tipos con espadas. ¡El sueño de cualquier lector de comic europeo! ¿No es así, Mario?
Saludos!
Desde el año 2001 vamos recibiendo nuestra dosis anual de éste El Escorpión, heredero directo de los folletines dumasianos, las películas errolflynneras y demás historias similares, y por el momento parece ser que la pareja de autores no tienen muy claro a dónde nos van a llevar. Y si es así, da la impresión que el final del viaje no está precisamente muy cercano...
Pero centrémonos en la historia. El Escorpión es un Sean Connery (sip, una vez más el prota de un comic de Marini se parece misteriosamente al actor) del siglo XVIII que se dedica a conseguir reliquias religiosas y venderlas al mejor postor. En uno de sus periplos se ve envuelto en una conspiración de la que forma parte el monseñor Trebaldi y su orden de monjes guerreros (¿alguien dijo Richelieu?). Así que Trebaldi pondrá precio a la cabeza del El Escorpión, con la excusa de que la marca que lleva en su omoplato con forma del animal que le ha hecho merecedor de su sobrenombre, es en realidad la marca del Diablo. Según el protagonista va huyendo de los secuaces de Trebaldi se irá descubriendo la misteriosa conspiración secreta y se relatará el pasado del protagonista. Pasado que, casualmente (y que pena que escribiendo no se pueda poner entonación de sarcasmo a las palabras) está relacionado con la misteriosa obsesión que tiene Trebaldi sobre su persona.
Y la verdad es que la cosa comienza bien, y gana interés en los primeros tomos. Hasta que llega un momento en que éste El Escorpión resulta ser un Frigodedo dejado en un banco al sol, y poco a poco se va derritiendo hasta que de su espectacular aspecto y promesa de un buen rato sólo queda un acuoso charquito.
Una lástima, la verdad. Quizá si no se hubiesen empeñado en estirar el tema y se hubiese planteado como seis albumes y punto, la cosa ganaría enteros. En cambio nos enfrentamos ahora a una serie abierta de la que desconocemos la duración y cuyos autores además de en ésta se embarcan en otros proyectos, con lo que corremos el riesgo de quedarnos colgados sin saber cómo quedarán las aventuras de éste Escorpión o que nos vayan ofreciendo tomos y tomos mareando la perdiz sin llegar a ningún sitio en concreto (que es la impresión que me ha dado en el octavo y último publicado).
De todas formas es una amena y entretenida lectura, bonitamente dibujada, en la que salen caballos y tipos con espadas. ¡El sueño de cualquier lector de comic europeo! ¿No es así, Mario?
Saludos!
Nacho (37)
6 comentarios:
Yo El Escorpión dejé de leerlo (que no comprarlo) en el número 5 debido a mis ya consabidos problemas de memoria. Esperaré a que les de por terminarlo para leerlo del tirón, pero ya por el número en que lo abandoné se notaba lo del frigodedo que comentas ;)
Saludetes,
Sergio
Cuanta razon tienen tus palabras querido Nacho. Solo que si a los caballos y a las espadas añades una moza con un buen par de...ojos, ejem, entonces tenemos el estandar de los comics europeos.
Gozada maxima.
Saludazos
A mi me dejaron los tres o cuatro primeros según iban saliendo y sí muy bien al principio, ya sabeis...lo nuevo de Marini, epoca medieval, caballos y espadas, alguna que otra mozalbeta pero comprobar que los autores perdían el control de la saga y que hoy en día se alargue cada vez más....ha hecho que pierda el interes....
Si algun día sale en integral ( aunque pensandolo bien tendría que ser la madre de todos los megaintegrales.....)
Saludos.
Todavia lo tengo pendiente. De leer,claro. que lo compre hace semanas.
Salu2
Pues estoy bastante de acuerdo con el Post. Es cierto que tengo debilidad por el dibujo de Enrico Marini, pero siempre tengo la sensación de que las historias se quedan un tanto.... flojas. Ni que decir de lo que ocurre en Rapaces. No voy a falsear, me lo compro todo porque me gusta el dibujo, los caballos, la aventura y una par de... ojos y un buen cula.... vamos, que para ser de aventuras, tiene algo de erotico ¿no?
Le tengo cariño porque fue de lo primero que conocí, pero, hay que admitir lo evidente. Aunque el personaje sea muy carismático, me ha pasado como al resto, llega un momento en que voy a tener que releerlo todo para acordarme de la historia.
un saludo
Ana guerrerorojo
Esta es una de esas series que siempre he querido leer, al igual que Rapaces, y nunca me pongo a ello.
A ver si un año de estos...
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