Dibujo: J.H. Williams III
Editorial: Norma
Formato: Cartoné. 176 Páginas
Precio: 15€
Calificación: 7/10
Siempre que he hablado con algún aficionado al mundo del cómic acerca de Alan Moore he afirmado, sin miedo a errar, que la imaginación del guionista inglés es portentosa. Y lo he hecho sin haber leído la que sin duda resulta una de las muestras más paroxistas de la imaginación, no sólo del autor inglés, sino del cómic en general. Curiosamente, es la imaginación, su protagonismo en este mundo, y en otros muchos mundos, y la relevancia de esta en el ideario colectivo, la que pone en funcionamiento una serie en la que el guionista, acompañado de un J.H.Williams III visualmente desatado, dejan volar la que se ha dicho es, la herramienta más poderosa de la humanidad.
De manera similar a como Michael Ende hizo en su Historia Interminable con Fantasía a mediados de los ochenta, Moore describe en Promethea un mundo llamado Inmateria creado por la imaginación de la raza humana. En ese mundo, en el que todo es posible, habita Promethea, una suerte de superheroína que a lo largo de los años ha ido apareciendo en diversas encarnaciones, siempre apoyándose en la febril imaginación de un humano. La última en traerla a nuestro mundo es Sophie, una universitaria que, sin saberlo, se verá envuelta en un el eterno conflicto entre el bien y el mal.
A partir de esa premisa, Moore y Williams elaboran un tebeo cuyo disfrute reta constantemente al lector tanto intelectual como visualmente. En el primer campo, Moore sigue rompiendo barreras acercándonos a un mundo de fantasía que mezcla a la perfección personajes inventados por él con otros del acerbo cultural (como Caperucita) creando una lectura hojaldrada, en la que cada capa oculta muchas detrás, y con las que el guionista se va creciendo conforme avanza la historia.
En el terreno visual, Williams desarrolla aquí el que es su mejor trabajo. Rompiendo por completo la composición de página cerrada a la que se atañen los cómics de siempre, Williams plantea una narrativa visual abierta de extrema belleza que se va superando a si misma en cada paso de hoja, y que por no constreñirse, no lo hace ni siquiera al sentido de lectura tradicional, improvisando en las muchas páginas dobles que pueblan el tebeo nuevos recursos que dejarán con la boca abierta a quien este acostumbrado a la simplicidad de los cómics de mutantes (por poner un ejemplo).
La conjunción de ambos terrenos deviene en una creación única, en la que Moore desata su pasión por la magia y la construcción de universos cercanos pero a la vez extraños, universos en los que todo es posible. En este sentido son dignos de mención los dos últimos números contenidos en el tomo editado por Norma, en los que Sophie comienza a ser formada por todas las Prometheas que vivieron antes que ella. El derroche creativo del guionista unido a el esplendor visual de Williams concretan en esos dos números un perfecto ejemplo de lo que llega a dar de si el tándem. Un gran comienzo para una serie que promete, y mucho.
De manera similar a como Michael Ende hizo en su Historia Interminable con Fantasía a mediados de los ochenta, Moore describe en Promethea un mundo llamado Inmateria creado por la imaginación de la raza humana. En ese mundo, en el que todo es posible, habita Promethea, una suerte de superheroína que a lo largo de los años ha ido apareciendo en diversas encarnaciones, siempre apoyándose en la febril imaginación de un humano. La última en traerla a nuestro mundo es Sophie, una universitaria que, sin saberlo, se verá envuelta en un el eterno conflicto entre el bien y el mal.
A partir de esa premisa, Moore y Williams elaboran un tebeo cuyo disfrute reta constantemente al lector tanto intelectual como visualmente. En el primer campo, Moore sigue rompiendo barreras acercándonos a un mundo de fantasía que mezcla a la perfección personajes inventados por él con otros del acerbo cultural (como Caperucita) creando una lectura hojaldrada, en la que cada capa oculta muchas detrás, y con las que el guionista se va creciendo conforme avanza la historia.
En el terreno visual, Williams desarrolla aquí el que es su mejor trabajo. Rompiendo por completo la composición de página cerrada a la que se atañen los cómics de siempre, Williams plantea una narrativa visual abierta de extrema belleza que se va superando a si misma en cada paso de hoja, y que por no constreñirse, no lo hace ni siquiera al sentido de lectura tradicional, improvisando en las muchas páginas dobles que pueblan el tebeo nuevos recursos que dejarán con la boca abierta a quien este acostumbrado a la simplicidad de los cómics de mutantes (por poner un ejemplo).
La conjunción de ambos terrenos deviene en una creación única, en la que Moore desata su pasión por la magia y la construcción de universos cercanos pero a la vez extraños, universos en los que todo es posible. En este sentido son dignos de mención los dos últimos números contenidos en el tomo editado por Norma, en los que Sophie comienza a ser formada por todas las Prometheas que vivieron antes que ella. El derroche creativo del guionista unido a el esplendor visual de Williams concretan en esos dos números un perfecto ejemplo de lo que llega a dar de si el tándem. Un gran comienzo para una serie que promete, y mucho.
Sergio Benítez (26)
2 comentarios:
Buenas a ambos. La verdad es que el primer tomo de la serie cayó en mis manos de casualidad, y de modo casi completista, porque no seguía nada de este universo, y sobre todo, por volver a leer algo de Moore. aprovechando la edición de Norma.
Lo primero que agradecí fue encontrar un comic que se podía leer sin conocimiento previo del universo America´s Best(Cansado quizás de esa interrelación que cada vez resulta mas forzada en Marvel y DC. Cómo? Skrulls?, pues esto tiene que afectar a todos y cada uno...).
El caso es que, con esa libertad que da leer, por ejemplo Bone (Espero Recomicdación ya, Sergio), me metí de lleno en el comic, cuya lectura considero toda una experiencia.
Efectivamente, cada página resulta una brillante mezcla de colores, esctructuras de página y personajes sorprendentes, que hace muy facil una relectura, ante la imposibilidad de recordar todas las ideas que, como el Morrison de All Star Superman, Moore pone en cada página.
Como veo que va para largo, y sergio ha hecho hasta 3 reseñas, sigo en la 2, por si alguien tiene curiosidad.
Jose,
cuando tengas un rato ponte en contacto conmigo a través de la dirección:
lecturasrecomicdadas@gmail.com
Tengo una propuesta que hacerte (y no es indecente ;))
Muchas gracias por tu comentario, el Bone llegará cuando Graphix termine su edición en color.
Un abrazo
Sergio
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