
Dibujo: J.H. Williams III
Editorial: Norma
Formato: Cartoné. 192 Páginas c/u
Precio: 14€ c/u
Calificación: 8.5/10
El guionista inglés, capaz de moverse en una major como DC buscando siempre los entresijos en los que colar sus personalísimos proyectos, consigue con Promethea todo lo contrario a aquello en lo que se basa la idiosincrasia de una gran franquicia (como las de Superman, Batman o los mutantes), hacer el cómic que él quiere para él, sus amigos, y los cuatro locos que estén dispuestos a aventurarse en un tebeo en el que, durante dieciocho números, no pasa casi nada...al menos bajo ciertos estándares. Pero claro está, estamos hablando de un autor que jamás ha querido ser encorsetado en un género particular, cultivando, a lo largo de su extensa carrera, todos las posibles fronteras del mundo del tebeo.
Así, en los citados dieciocho números que quedan recogidos en los tres tomos que estamos reseñando, Moore se da el gustazo de, llegado el punto, no avanzar casi nada la narración en el sentido tradicional, y se dedica, durante buena parte de ellos, a impartirnos, cual venerable profesor de Oxford (aunque no me imagino a un profesor de la exclusiva universidad británica con esas barbas) una clase magistral sobre el mundo de la magia, la cosmología, el tarot, la religión y todo aquello que une a dichos conceptos. Y aunque muchas veces de la sensación de que el autor divaga, cuando se acaba un número de la serie dicha sensación se evapora, quedando un poso conceptual al que Moore va añadiendo pequeñas porciones de conocimiento en cada nuevo ejemplar de la colección.
Y si arriesgada es la apuesta del escritor por mantenerse al margen de convencionalismos y estereotipos, más lo resulta el inconmensurable trabajo de J.H.Williams III. El artista, del que ya afirmábamos que rompía con cualquier esquema pre-establecido en el que se quisiera enmarcar un simple tebeo, consigue con el trabajo desarrollado en estos tomos derribar cualquiera de las barreras que dibujantes menos arriesgados que él se afanan en levantar. En el primer volumen de la colección ya habíamos podido asistir a todo un recital de imaginación por parte del dibujante, pero nada de lo que allí admirábamos podía prepararnos para el do de pecho que el artista desarrolla página tras página. Siguiendo más o menos el orden de la numeración de la serie podemos encontrar: viñetas elaboradas a base de fotografías; todo un número montado en formato apaisado con viñetas en widescreen; otro en el que cada página es una splash page diseñada alrededor de las cartas del tarot; dibujos imitando al estilo de animación del Yellow Submarine de los Beatles; páginas enteras en las que los únicos colores son el rojo y el negro; un número en el que los fondos están pintados al óleo imitando las pinceladas del impresionismo y el expresionismo...y así podríamos seguir ad infinitum.
Queda claro con el último párrafo que si hay algo que no se podrá conseguir con esta reseña es abarcar toda la grandeza, tanto visual como conceptual, que encierra Promethea. Con más vehemencia de la usual les insto a la rápida adquisición de esta estupenda serie. Espero que tras leerla puedan comprender el porqué de tan apremiante recomicdación.