Dibujo: Luis Bustos
Editorial: Planeta DeAgostini
Formato: Libro Cartoné. 184 Páginas
Precio: 12.95€
Calificación: 8.5/10
Tengo que admitir que de todos los lanzamientos de ese "nuevo" sello Fórum que Planeta se ha sacado de la manga para este Salón, el único que me llamaba la atención, por su evocador título, era La Sangre de las Valkirias. Cuando las novedades de la editorial desembarcaron en la tienda y me dediqué a echarle un vistazo a todas y cada una de ellas, el citado título no consiguió atraparme lo suficiente y lo dejé, al lado del Bacterias y este Endurance, un cómic este último que sí me llamó bastante la atención por lo personal de su grafismo, pero que aparqué en aras de hacerme con otras cosas que estaban en la lista de obligados y porque, además, ya conocía la historia de Ernest Shackleton a través una estupenda película Imax que ví hace un par de años en mi última visita a Barcelona, no creyendo que, al margen de lo que dicha cinta me había contado, el trabajo de Bustos pudiera añadir algo más.
El caso es que un par de semanas más tarde, y con la sequía de novedades que ha sido este mes de Junio (y menos mal) volvía a hojear el tomito y, ¡qué demonios!, me dejé llevar por mi instinto, me lié la manta a la cabeza y lo compré, dispuesto al menos a recordar algunos detalles de la impresionante odisea que los veintiséis hombres que acompañaron al intrépido inglés vivieron en aras de una aventura casi imposible: cruzar la Antártida en trineo. Hazañas similares había había contado ya en el pasado con nombres tan ilustres, en un sentido u otro, como Admunsen o el Capitán Scott, y Shackleton, un soñador e inquieto personaje, perseguía repetir el triunfo del primero, intentando a toda costa evitar la tragedia que envolvió al segundo.
Para mostrarnos el viaje, Bustos opta inicialmente por una narración fragmentada en lo temporal, llevándonos hacia adelante y hacia atrás en el tiempo durante las primeras páginas para después abandonarla por un hilo conductor continuo que sigue a los intrépidos hombres en su viaje por el Atlántico hasta llegar al continente helado. A los guiones Bustos se descubre como un asombroso escritor de personajes, definiendo con precisión casi clínica (aunque no exento de pasión) a todos aquellos a los que otorga la capacidad del diálogo y dotándolos de unas personalidades que casi en ningún caso se ajustan a patrones estereotipados, un detalle que, sinceramente, es de agradecer. Así, a lo largo de las ciento ochenta y cuatro páginas de que consta el volumen, el autor sigue a unos personajes que por más que vivieran hace casi un siglo no se nos antojan anticuados, fundamental para que el énfasis que el español pone en la narración no se pierda en un sólo momento y el lector logre la empatía suficiente como para sufrir por el incierto destino de los personajes.
Gráficamente, la traslación de lo que Bustos idea para el guión es, a falta de más epítetos, impecable: con un estilo de dibujo que se asemeja al de David Rubín y una narrativa portentosa que no tiene miedo de experimentar con los recursos que sean necesarios (desde la inclusión de fotografías retocadas a la ruptura de la página tradicional, pasando por múltiples diseños de aviñetado), el dibujante refleja con intensa pasión las vicisitudes en las que se ve envuelta la tripulación del Endurance, evitando en todo momento caer en la monotonía, algo que consigue reinventándose con cada nueva página, en cada nueva viñeta, componiendo una lectura épica a la par que intimista en la que en ningún momento se pierde la perspectiva acerca de lo que se quiere transmitir: lo indómito y perseverante del espíritu humano, ya sea en la lucha de este contra si mismo y sus semejantes o contra la impávida naturaleza de los hielos eternos de la Antártida.
El caso es que un par de semanas más tarde, y con la sequía de novedades que ha sido este mes de Junio (y menos mal) volvía a hojear el tomito y, ¡qué demonios!, me dejé llevar por mi instinto, me lié la manta a la cabeza y lo compré, dispuesto al menos a recordar algunos detalles de la impresionante odisea que los veintiséis hombres que acompañaron al intrépido inglés vivieron en aras de una aventura casi imposible: cruzar la Antártida en trineo. Hazañas similares había había contado ya en el pasado con nombres tan ilustres, en un sentido u otro, como Admunsen o el Capitán Scott, y Shackleton, un soñador e inquieto personaje, perseguía repetir el triunfo del primero, intentando a toda costa evitar la tragedia que envolvió al segundo.
Para mostrarnos el viaje, Bustos opta inicialmente por una narración fragmentada en lo temporal, llevándonos hacia adelante y hacia atrás en el tiempo durante las primeras páginas para después abandonarla por un hilo conductor continuo que sigue a los intrépidos hombres en su viaje por el Atlántico hasta llegar al continente helado. A los guiones Bustos se descubre como un asombroso escritor de personajes, definiendo con precisión casi clínica (aunque no exento de pasión) a todos aquellos a los que otorga la capacidad del diálogo y dotándolos de unas personalidades que casi en ningún caso se ajustan a patrones estereotipados, un detalle que, sinceramente, es de agradecer. Así, a lo largo de las ciento ochenta y cuatro páginas de que consta el volumen, el autor sigue a unos personajes que por más que vivieran hace casi un siglo no se nos antojan anticuados, fundamental para que el énfasis que el español pone en la narración no se pierda en un sólo momento y el lector logre la empatía suficiente como para sufrir por el incierto destino de los personajes.
Gráficamente, la traslación de lo que Bustos idea para el guión es, a falta de más epítetos, impecable: con un estilo de dibujo que se asemeja al de David Rubín y una narrativa portentosa que no tiene miedo de experimentar con los recursos que sean necesarios (desde la inclusión de fotografías retocadas a la ruptura de la página tradicional, pasando por múltiples diseños de aviñetado), el dibujante refleja con intensa pasión las vicisitudes en las que se ve envuelta la tripulación del Endurance, evitando en todo momento caer en la monotonía, algo que consigue reinventándose con cada nueva página, en cada nueva viñeta, componiendo una lectura épica a la par que intimista en la que en ningún momento se pierde la perspectiva acerca de lo que se quiere transmitir: lo indómito y perseverante del espíritu humano, ya sea en la lucha de este contra si mismo y sus semejantes o contra la impávida naturaleza de los hielos eternos de la Antártida.
Sergio Benítez (193)
2 comentarios:
Y tercer y último comment del dia. No se si era por la portada, por la tematica o por intentar encontrar algo esperanzador entre las novedades Forum, pero este Endurance me daba muy buenas vibraciones desde el principio.
Este caera si o si. No se cuando, pero caera. Ademas el formato es muy salao, el precio tambien y si pa colmo esta bien, ya ni te digo.
Saludazos
Lo se, lo se. Te ha faltado un "te lo dije" ;).
Muy buena lectura, épica pero sin perder la dimensión humana.
Ya me dirás cuando te lo pillas.
Saludetes,
Sergio
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