Dibujo: Sagar Forniés
Editorial: Astiberri
Formato: Libro Rústica. 152 Páginas
Precio: 18€
Calificación: 6/10
Comencemos con una pequeña confesión: ni sabía hasta ahora quién era Andreu Martín, ni conocía Bajo la Piel, el anterior cómic de Sagar Forniés publicado por Astiberri allá por 2007 y que, al parecer (por lo que uno ha sido capaz de leer por la red) era un fantástico ejemplo de cómic noir, género al que se adhiere de lleno este Dimas, cuyo título, sacado del nombre del buen ladrón que crucificaron junto a Cristo, auguraba una lectura interesante (hasta el punto que un título pueda sugerir tal cosa), una impresión reforzada por el aspecto visual.
Y es que el trabajo de Forniés, de gran simplicidad, pero enormemente efectivo, resulta ser a la postre lo mejor de la lectura. Con un trazo sencillo, que no busca epatar al lector pero si narrar con la mayor soltura posible, Forniés se descubre, al menos ante el que esto suscribe, como un artista con gran potencial, que se maneja con habilidad por los resquicios de la profesión, tirando de recursos muy cinematográficos y potenciando ante todo un magnífico y personal uso del color. Este, es dado por el artista de forma atípica, optando el ¿aragonés? por apagar y reducir la paleta hasta tal punto que la gama cromática sirve como reflejo directo de las oscuras tonalidades argumentales por la que se mueve la historia.
Ésta, cosida con irregular habilidad por Martín, discurre por derroteros muy explorados en el séptimo arte, y aunque se detecta algo de crítica social (dirigida sobre todo hacia la perseguida actividad de las mafias de la Europa del Este y la trata de blancas) esta queda diluida en una trama que, si bien se lee con sostenido interés, no deja un poso de recuerdo que sobreviva más allá de la vaguedad con la que se podría resumir el argumento en un par de líneas. Además, no se entiende por qué motivo, si el desarrollo de la historia ha tenido espacio para poder respirar con comodidad, sin necesidad de aceleraciones molestas y cambios de ritmo brusco, el final se antoja tan brusco como abierto en extremo, no quedando claro desde ninguna perspectiva adónde pretende llevarnos el guionista con la última página: por más que ésta intente jugar con la simetría narrativa con respecto a la primera, y se adivinen ciertas intenciones para con el personaje (un hombre en perpetuo viaje a ninguna parte), no parece que la elección del escritor sea la más acertada, quedando al final Dimas como un tebeo correcto con algún momento destacable, pero poco más.
Y es que el trabajo de Forniés, de gran simplicidad, pero enormemente efectivo, resulta ser a la postre lo mejor de la lectura. Con un trazo sencillo, que no busca epatar al lector pero si narrar con la mayor soltura posible, Forniés se descubre, al menos ante el que esto suscribe, como un artista con gran potencial, que se maneja con habilidad por los resquicios de la profesión, tirando de recursos muy cinematográficos y potenciando ante todo un magnífico y personal uso del color. Este, es dado por el artista de forma atípica, optando el ¿aragonés? por apagar y reducir la paleta hasta tal punto que la gama cromática sirve como reflejo directo de las oscuras tonalidades argumentales por la que se mueve la historia.
Ésta, cosida con irregular habilidad por Martín, discurre por derroteros muy explorados en el séptimo arte, y aunque se detecta algo de crítica social (dirigida sobre todo hacia la perseguida actividad de las mafias de la Europa del Este y la trata de blancas) esta queda diluida en una trama que, si bien se lee con sostenido interés, no deja un poso de recuerdo que sobreviva más allá de la vaguedad con la que se podría resumir el argumento en un par de líneas. Además, no se entiende por qué motivo, si el desarrollo de la historia ha tenido espacio para poder respirar con comodidad, sin necesidad de aceleraciones molestas y cambios de ritmo brusco, el final se antoja tan brusco como abierto en extremo, no quedando claro desde ninguna perspectiva adónde pretende llevarnos el guionista con la última página: por más que ésta intente jugar con la simetría narrativa con respecto a la primera, y se adivinen ciertas intenciones para con el personaje (un hombre en perpetuo viaje a ninguna parte), no parece que la elección del escritor sea la más acertada, quedando al final Dimas como un tebeo correcto con algún momento destacable, pero poco más.
Sergio Benítez (181)
9 comentarios:
La verdad es que con el aluvión de novedades ni me había fijado en ésto. Pero la verdad es que no creo que acabe cayendo, para qué negarlo...
Saludos!
Casualidad, ayer miraba este tebeo en la web de Astiberri. Se me pusieron los dientes largos pero mejor me lo ahorro para coger alguna otra cosa. Probaré con Estafados de Robinson o ése de Korea del Sur cuyo nombre no recuerdo.
Saludetes
No me extraña que se te pasara Nachete, lo del Salón este año no ha sido normal y hay cosas que se escapan a nuestros afinados radares.
Y Ali, supongo que con lo de Corea te refieres a Pyongyang. Entre este y estafados me quedo con el primero, por si te sirve de algo.
Saludetes a los dos,
Sergio
A bote pronto no me acordaba del nombre. Es Pyongyang, sí. Gracias por el consejo. Robinson tendrá que esperar un poco más.
A mandar, Ali, a mandar ;).
Saludetes,
Sergio
Coincido en lo que dices, Sergio, sobre este comic. Yo me lo pille esperando ver un nuevo Bajo la piel, que tengo que decir que me gusto mucho, pero este Dimas, la historia no es na del otro mundo, a mi entender claro esta.
Pues entonces el Bajo la Piel caerá tarde o temprano. Era la recomicdación que me faltaba para terminar convencido.
Saludetes,
Sergio
Me da temorcillo que te compres comics recomicdados por mi y luego no te gusten, Sergio. Bajo la piel, para ser una de las primeras obras de los autores fue una muy agradable sorpresa, rendido homenaje al genero mas negro, el de LA Confidencial, el polar frances, etc....con personajes turbios en el limite, tono violento..El dibujo de Fornies en en este en blanco y negro, atipico como es este dibujante pero cuando esta de tandem con Sergi Alvarez es cuando estan más en estado de gracia. En Dimas, sin menospreciar a Andreu Martin y atribuyendole cosas buenas a la historia, lo veo mas como relato literario que guión de comic, demasiados topicos y una historia un poco difusa sin final y un aire rural que no me termina de enganchar.
Pues eso.
No temas en vano Toni, y menos aún con una opinión tan bien argumentada como la que acabas de dar.
Ya nos vamos conociendo y se cuando he de hacer caso a una recomicdación, y cuando no.
Gracias por tu prudencia.
Saludetes,
Sergio
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