SPACE DOG

Guión: Hendrik Dorgathen

Dibujo: Hendrik Dorgathen

Editorial: Dib-buks

Formato: Mini-TPB. 64 Páginas

Precio: 6 €

Calificación: 8.5/10

Si hay algo con lo que el aficionado al comic disfruta es haciendo listas. De las cosas que salen al mes siguiente, de lo que se tiene que comprar a largo y corto plazo, de lo que hay que pegarle una visual antes de decidirse o de lo que sale para algún salón en concreto. El de Barcelona es el que mayores quebraderos de cabeza puede dar. Y es que en estos días raro es el coleccionista de tebeos que no está ansioso por comprar gran cantidad de novedades.

Como complemento a estas listas se encuentran las apuestas personales. Esos tebeos de los que has visto la portada y poco más. Que has leído la escueta descripción que proporciona la editorial y aun así te dices: “Ésto tiene que molar” Ni que decir tiene que los experimentos mejor con gaseosa. No conviene arriesgarse con tomos como el Peter Pan o el libro de Kirby, mejor con algo menos doloso para el bolsillo.

Este Space Dog de Hendrik Dorgathen tenía todas las papeletas para acabar en mis estanterías. No conocía nada ni de la obra ni del autor pero esa portada con un perrete colorao vestido de astronauta y perdido en la inmensidad del espacio me dejó fascinado y, hombre, por seis euros…directo a la saca. Y la verdad es que ha merecido la pena el riesgo.

Que buen comic es Space Dog. Es más, yo lo definiría mejor como un tebeo "mu salao". Desde el formato, la historia y por supuesto el dibujo. Ya me advirtió mi compañero de blog que era un comic muy pequeño, y de verdad que lo es, pero solo en tamaño. Las dimensiones son un pelín más recortadas que las veneradas/odiadas Bibliotecas Marvel, aunque eso sí, este es a color. Un color muy vivo, de tonos cálidos, que le viene de perilla al trazo grueso de los dibujos de Dorgathen, el cual se destapa como un narrador de aúpa. No es fácil la labor del autor ya que resulta complicado el contar una historia sin diálogos. Cómic completamente mudo en el que las únicas herramientas con las que cuenta el guionista son las expresiones faciales de los personajes y los bocadillos llenos de dibujillos simplones, los cuales actúan de diálogos.

En cuanto a la historia, pues para no desentonar con el resto de la obra, es un cuento para niños pero con elementos un poco más para adultos. Así por encima, un perro vive tranquilamente en una granja haciendo lo que se supone que hacen todos lo perros, hasta que un día decide subirse a un tren que lo transportará hasta la ciudad. A partir de este momento entablará una amistad con un músico de jazz, será capturado por la NASA, visitará el espacio, unos simpáticos alienígenas lo abducirán y muchas más sorpresas a cada cual más descabellada. Lo dicho, una auténtica delicia.

Exquisito cómic el que me he encontrado tras la portada mencionada un poco más arriba. El riesgo estaba presente, algunas veces sale bien la cosa y otras sale mal. Ésta en concreto, al más puro estilo Hannibal Smith, ha salido realmente bien. Así que ya saben, si les sobra seis eurillos y no saben en que gastarlos, no lo duden ni por un momento, a por este Space Dog de cabeza. Para colmo cuesta lo mismo que Final Crisis. ¡Donde vamos a ir a parar!. Y sí, Final Crisis me ha dolido mucho. Pero mucho mucho. Y eso que tanto la obra de Morrison como la de Dorgathen tratan de sendas epopeyas cósmico-espaciales. Pero es que no hay color. La del cánido gana por goleada. Lo mismo es porque se entiende y todo.

Marione (2ª época #7)