Dibujo: Cristina Durán & Miguel A.Giner
Editorial: sins entido
Formato: Libro Rústica. 128 Páginas
Precio: 15€
Calificación: 9/10
Dice Álvaro Pons en su reseña, y dice bien, que Una Posibilidad Entre Mil no es un cómic sobre el que él pueda escribir de forma objetiva dado su conocimiento en primera persona del matrimonio de autores y su pequeña Laia. A tal aserción, yo puedo añadir que, el no conocer a Cristina y a Miguel, y por supuesto a su hija, no hace más fácil la labor de recomicdar un tebeo que es testimonio veraz y sincero sobre una situación que a muchos padres en potencia nos horroriza a priori, el que nuestro futuro hijo nazca con alguna discapacidad.
Ese sentimiento es plasmado con precisión en la primera página de la narración, en la que vemos a ambos autores llorando abatidos en un coche. Con sólo tres viñetas Cristina y Miguel nos sitúan sin lugar a equívocos en su dramática situación para, inmediatamente, llevarnos a tres meses antes, cuando su preciosa niña ve por primera vez la luz. A partir de ahí, los autores y padres nos cogen de la mano y pasean por un recorrido intenso e íntimo tanto de los hechos médicos concisos que van rodeando el devenir de los primeros meses de vida de su hija, como de la lucha interna de ambos, unos padres ilusionados que ven como su felicidad pende de un invisible hilo que nadie sabe localizar. A través de las magníficas ciento veintiocho páginas por las que se extiende lo que ambos tienen a bien compartir con nosotros los lectores, la cercanía que sentimos hacia ellos, cultivada por la franqueza con la que ambos nos hablan desde su aviñetado púlpito, es tal que, conforme la lectura llega a su fin, los sentimientos de congoja, alegría y alivio van agolpándose sucesivamente. Así de fuertes son los lazos emocionales que uno llega a atar con la historia, máxime sabiendo que ésta (al igual que pasaba con Arrugas) es tan real como la vida misma.
La parte gráfica, de una simplicidad brillante, ayuda sobremanera a que esa sensación de cercanía que el matrimonio de autores plantea quede clara desde el principio: no hay grandes alardes visuales, ni en el trazo, de corte caricaturesco; ni en el color, tratado con una reducida paleta bitonal de negro y gris verdoso orientada, qué duda cabe, a no distraer nuestra atención sobre nada que no sea Laia y su incierto futuro. Y huelga decirlo, pero lo consiguen, y de qué manera: haciendo que Una Posibilidad Entre Mil sea una lectura amena a la par que educativa que, al igual que ocurría con la citada obra de Paco Roca (o con Pedro y Yo, que ya se recomicdará por aquí) no busca en ningún momento la lágrima fácil y si consigue hacernos llorar, y lo logra, creánme, es porque en cada página palpita el amor de unos padres por su hija pequeña, algo tan grande que parecería imposible que una hoja impresa pudiera abarcar. El trabajo de Cristina y Miguel lo hace y desde aquí les doy mil gracias por dejarnos compartirlo.
Ese sentimiento es plasmado con precisión en la primera página de la narración, en la que vemos a ambos autores llorando abatidos en un coche. Con sólo tres viñetas Cristina y Miguel nos sitúan sin lugar a equívocos en su dramática situación para, inmediatamente, llevarnos a tres meses antes, cuando su preciosa niña ve por primera vez la luz. A partir de ahí, los autores y padres nos cogen de la mano y pasean por un recorrido intenso e íntimo tanto de los hechos médicos concisos que van rodeando el devenir de los primeros meses de vida de su hija, como de la lucha interna de ambos, unos padres ilusionados que ven como su felicidad pende de un invisible hilo que nadie sabe localizar. A través de las magníficas ciento veintiocho páginas por las que se extiende lo que ambos tienen a bien compartir con nosotros los lectores, la cercanía que sentimos hacia ellos, cultivada por la franqueza con la que ambos nos hablan desde su aviñetado púlpito, es tal que, conforme la lectura llega a su fin, los sentimientos de congoja, alegría y alivio van agolpándose sucesivamente. Así de fuertes son los lazos emocionales que uno llega a atar con la historia, máxime sabiendo que ésta (al igual que pasaba con Arrugas) es tan real como la vida misma.
La parte gráfica, de una simplicidad brillante, ayuda sobremanera a que esa sensación de cercanía que el matrimonio de autores plantea quede clara desde el principio: no hay grandes alardes visuales, ni en el trazo, de corte caricaturesco; ni en el color, tratado con una reducida paleta bitonal de negro y gris verdoso orientada, qué duda cabe, a no distraer nuestra atención sobre nada que no sea Laia y su incierto futuro. Y huelga decirlo, pero lo consiguen, y de qué manera: haciendo que Una Posibilidad Entre Mil sea una lectura amena a la par que educativa que, al igual que ocurría con la citada obra de Paco Roca (o con Pedro y Yo, que ya se recomicdará por aquí) no busca en ningún momento la lágrima fácil y si consigue hacernos llorar, y lo logra, creánme, es porque en cada página palpita el amor de unos padres por su hija pequeña, algo tan grande que parecería imposible que una hoja impresa pudiera abarcar. El trabajo de Cristina y Miguel lo hace y desde aquí les doy mil gracias por dejarnos compartirlo.
Sergio Benítez (183)
4 comentarios:
A mí Pedro y yo me pilló en un momento chungo (divertíos navegando por mi blog buscándolo, que no os lo voy a poner fácil) y me trastocó bastante.
Esperaba que con éste comic la flamante coraza de machote resistiría todos y cada uno de los embates ñoños y sensibleros que me pudiera echar en cara... Pero no fue así.
Vale que no pretende ser ñoña y sensiblera (el ñoño y sensiblero soy yo) pero sí que es cierto que te deja un poquito bastante descompuesto (y no me refiero a diarreas...)
Saludos!
A mi no me hace falta rebuscar, que la recuerdo perfectamente ;).
Y sí, te deja descompuesto, y supongo que mucho más si tienes un retoño en casa.
Saludetes Nachete,
Sergio
Me sigue recordando de manera bestial a los dibujos de Jim Mahfood, que por otra parte me encantan.
Si pa colmo esta obra esta entre las mu bonitas, apaga y vamonos.
Venga, venga, a la lista negra de cabeza.
Por cierto, lo que se habló en la charla de esta mañana, me recuerda que estamos en epoca de fichajes, y como un Florentino Perez cualquiera te has puesto a pagar clausulas de lo lindo.
Menudo equipazo. Pa el año que viene Champions fijo.
Saludazos
Jejejeje, ahora la gente se quedará con la duda...aunque no por mucho tiempo ;).
Saludetes,
Sergio
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