sábado, 20 de diciembre de 2008

CONTRATO con DIOS

A seis días del (temido) estreno de la particular visión que Frank Miller ha cuajado en celuloide acerca de Spirit, queremos dedicar un especial centrado en la figura de su creador, el maestro Will Eisner. A lo largo de seis recomicdaciones daremos un breve repaso a obras fundamentales de su carrera, empezando por aquella que reinventó el noveno arte y terminando, el día 25, con un extenso (o al menos esa es la intención) estudio centrado en The Spirit. Sin más preámbulos, os invitamos a adentraros en el fascinante mundo de un genio. Bienvenidos seáis.




Guión y Dibujo: Will Eisner

Editorial: DC

Formato: Libro Rústica. 200 Páginas

Precio: $12.95

Calificación: Obra Maestra

Ya que es la primera vez que vamos a hablar de Will Eisner en este blog, creo que es de recibo comenzar por el principio. Y no, no me refiero a realizar ahora una exhaustiva biografía del maestro, sino a comentar cuál fue mi primer contacto con su obra. No recuerdo el año exactamente, aunque lo más probable es que fuera a principios de los noventa. Por aquel entonces un incipiente coleccionista comenzaba a echarle el ojo a todo aquello que podía circular por sus manos. Teniendo en cuenta mi lugar de residencia en dichos años (mi ciudad natal) y la poca distribución que en el había de cómics, cualquier descubrimiento era un logro. Durante un tiempo, mis medios de conseguir tebeos se limitaban a una pequeña tienda que llevaba un peculiar anciano llamado Antonio y la paulatina transformación que estaba sufriendo mi videoclub habitual, abriéndose a comercializar los lanzamientos mensuales de Fórum, Norma y Zinco.

Fue precisamente en aquella pequeña cueva de Ali-Babá que era la tienda de Antonio que un día fui a dar con un retapado con varios de los números de The Spirit editados por Norma (si mal no recuerdo en uno de ellos estaba la historia de La Fortuna de los Portier). Prendado por un dibujo que no se parecía nada a los de los cómics de mutantes o Batman/Superman que por entonces compraba, la cosa quedó no obstante ahí, ya que no fui capaz de encontrar nada más de Eisner durante bastante tiempo.

La partida a Sevilla para cursar los estudios universitarios cambiaría por completo mi forma de leer y coleccionar cómics. De repente tenía a mi disposición varias tiendas de cómics (entre ellas la añorada Elektra) y acceso al catálogo de Previews. Poco tiempo después llegaría internet, y con él, el mayor punto de inflexión que se ha dado en mi vida como aficionado al cómic, Milehigh. Con compras constantes todos los meses de todo aquello que no había tenido la oportunidad de leer en años, pronto supe del servicio de pedidos de Previews que la tienda de Chuck Rozanski ofrecía (y sigue ofreciendo). Y si cuento todo esto es porque fue en el primero de estos pedidos donde incluí el volumen que ahora nos ocupa (este y, muy poco tiempo después, el número uno de los Spirit Archives).

Ansioso por recibir y leer lo que ya sabía por muchas fuentes era una obra seminal en la historia del noveno arte, no podía imaginar hasta que punto tan potente afirmación se quedaba corta. Y es que cuando una obra de arte llega a tener la consideración de clásico atemporal, es por algo.

Ocho años después de leer Contrato con Dios por primera vez, y aprovechando la oportunidad que me brindaba este especial que hemos preparado en lecturas reCOMICdadas, he vuelto a repasar la obra con la que Eisner daba el pistoletazo de salida a una nueva forma de hacer cómics, instaurando además un nuevo término que ya ha pasado a la historia, el de Novela Gráfica, pudiendo constatar que, como Casablanca, la obra ha ganado con los años. Mucho ha llovido desde que en 1978 Eisner publicara por primera vez este volumen que ni era una novela ilustrada ni un cómic con largas parrafadas, sino una suerte de hijo bastardo entre ambas fórmulas de lectura que ampliaba las constreñidas fronteras del cómic-book tradicional.

Para ello, Eisner saca todo el partido posible al abonado campo de experimentación que supuso para él los doce años en los que dibujó (interrumpidamente) The Spirit: la forma de diluir la viñeta hasta el punto de no acotarla en la gran mayoría del desarrollo del relato; el uso de la tipografía como parte fundamental de la historia (esas letras al inicio de Contrato con Dios parecen formar parte de la lluvia) o la miríada de recursos visuales que tanto ensayó en la citada publicación son algunos de los hitos sobre los que Eisner sigue incidiendo en el discurso visual y argumental que desarrolla aquí.

Pero claro, Contrato con Dios (y los otros tres relatos que lo acompañan, de los que me quedo con ese trágico The Super) no está protagonizado por un detective resucitado milagrosamente que se dedica a combatir al villano de turno, sino por gente corriente extraída de forma parcial de los recuerdos del propio autor. Al igual que hace con sus páginas, Eisner desdibuja los anquilosados límites que separan buenos de malos en sus guiones para Spirit, concretando en esta obra todo un discurso acerca de las muchas tonalidades de gris en las que se define el ser humano. Como analista de una sociedad (la americana formada por inmigrantes) y una época (los años treinta), Eisner no se conforma con ser mero observador, sino que se implica de lleno en la narración, arrastrando a los lectores en dicho proceso y presentándonos a toda una galería de personajes de carne y hueso, cuya tridimensionalidad queda enmascarada de forma consciente por el estilo cartoon del autor.

Podríamos seguir hablando durante muchos párrafos más acerca, no sólo de por qué Eisner es la figura que es dentro del noveno arte, sino también de por qué Contrato con Dios no ha envejecido ni un ápice en treinta años y cómo un tebeo de finales de los setenta puede seguir generando nuevas lecturas y sesudos debates. En lugar de ello os invitamos, con más fuerza si cabe de la que lo hemos hecho cuando una obra nos ha calado enormemente, primero a la obligada lectura (previa compra, obviamente) de este mayestático tebeo, después a que por favor compartáis con nosotros vuestras impresiones en la medida que así lo queráis. Lo dicho, una Obra Maestra del Arte Secuencial.

Sergio Benítez (84)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran reseña, si señor.

sebelo2 dijo...

Muchas gracias Toni. Quedan cinco más, así que atentos todos.
Saludetes
Sergio

Anónimo dijo...

pero,¿cúal es la trama del tebeo?.¿O son historias cortas?.Sacadme de dudas que,de Eisner,sólo conozco su Spirit.
Saludos

sebelo2 dijo...

A ver, la trama de la novela gráfica orbita alrededor de la vida en un edificio (como muchas otras obras de Eisner), y se estructura en cuatro relatos independientes de corte costumbrista en los que el autor refleja las miserias de la vida de una forma bastante peculiar, y no exenta de mucha ironía. Si sólo conoces Spirit, Contrato con Dios es el paso natural para introducirte en el otro ámbito de la obra de Eisner, aún más fascinante que lo que llegó a realizar con el detective.
Espero haber aclarado algo.
Saludetes Ali,
Sergio

Anónimo dijo...

bueno,habrá que echarle un vistazo.Sólo por los buenos ratos que pasaba leyendo los cómics de Spirit de mi viejo cuando era txikitin.Ya os contaré qué tal
Gracias de nuevo

otomano dijo...

Al fin el especial del MAESTRO Eisner. Gracias !