Dibujo: Lee Bermejo
Editorial: DC
Formato: HC. 128 Páginas
Precio: $19.99
Calificación: 7/10
Si se piensa con mentalidad yanqui, estaba claro que un cómic como el que hoy recomicdamos tenía todas las papeletas para ser editado después del monumental, gargantuesco y todos los epítetos superlativos que quieran ponerle, éxito de taquilla de The Dark Knight. Teniendo en cuenta que lo más alabado del filme de Nolan había sido la tremenda interpretación de Heath Ledger del Joker, era lógico que desde DC tenían que explotar la muy acertada personificación del caos mediante la que los hermanos Nolan identificaban al psicópata antagonista de Batman. Dicho y hecho, tres meses y medio después del estreno en julio de Dark Knight aparecía en Estados Unidos esta novela gráfica cuyo título no podría ser más escueto: Joker.
Pocos son los guionistas que a lo largo de la vida del personaje han sabido dotar al deformado asesino de la suficiente entidad como para hacerlo creíble: Moore lo consiguió, y cómo, en The Killing Joke. Morrison también hizo lo propio en Arkham Asylum. Y lo que se esperaba de Azzarello (lo que YO esperaba) es que al menos demostrara el mismo talentazo que lleva regalándonos desde hace diez años a los lectores impenitentes de 100 Bullets. El problema es que, ya sea por la presión de estar a la altura de lo que se espera de él; ya sea porque el guionista es consciente de que cualquier lector va a comparar la lectura que hace del personaje con la del taquillero filme o, porque realmente se le va de las manos, lo cierto es que en lo que a guión se refiere, Joker se queda finalmente a medio camino entre la genialidad de 100 Bullets y el carácter alimenticio de trabajos como Superman: For Tomorrow o el Wolverine:Logan.
Ello implica, de partida, que el cómic está increíblemente bien escrito, con unos personajes estupendos y algunas versiones bastante acertadas de ciertos eternos villanos del hombre murciélago como el Pingüino, el Acertijo o Killer Croc. Otras, como la de Harley Quinn, dan un nuevo giro bastante apropiado a la amante del Joker. Pero, ¡ay!, es en este último donde la cosa comienza a flaquear. Influido en exceso por la versión Ledgeriana del personaje, Azzarello intenta capturar para las páginas de Joker ese carácter caótico e imprevisible que la némesis de Batman tiene en el filme, consiguiéndolo en algunas ocasiones, pero no las suficientes como para afirmar con rotundidad que esta revisitación del personaje dará tanto que hablar en un futuro como lo hizo la de Moore en The Killing Joke. A esto hay que añadirle que la suerte de compañero/empleado-a-la-fuerza que el Joker se busca para la ocasión, y en boca del cual el guionista va desgranando la mayoría de la acción, no cuadra en el carácter de búsqueda de la identidad que Azzarello pretende darle al conjunto, desviando demasiado este Jonny Frost la atención del personaje principal, en ocasiones hasta de forma molesta.
Quién si sabe capturar la esencia malsana del personaje y plasmarla en unas cautivadoras páginas llenas de detalles es Bermejo: aunque quizás un artista como McKean, más surrealista y menos figurativo, hubiera sido capaz de imprimir una mayor fuerza a la hora de plasmar la locura del personaje, no es este el lugar para desmerecer la labor del dibujante de Lex Luthor: Man of Steel. A lo largo de las ciento veintiocho páginas del volumen, Bermejo da todo un recital visual que mezcla de forma aleatoria el lápiz entintado con viñetas coloreadas directamente sobre su acabado trazo. Ello confiere a la lectura cierto matiz alucinógeno, teniendo nuestra vista que acostumbrarse a las constantes variaciones que las alternancias entre uno y otro estilo configuran, siendo capaces de trasladar, en ocasiones mejor que el guión, el caos que ya hemos citado varias veces.
Aunque creo que es demasiado pronto para valorar si esta obra será recordada en un futuro como lo que sus creadores están pidiendo a gritos que sea, un punto de inflexión, una piedra angular, un nuevo rasero por el que medir las futuras historias del Joker que estén por venir; desde mi humilde posición me atrevería a afirmar que el trabajo realizado por Azzarello y Bermejo se queda a las puertas, a un par de hervores de haberlo conseguido. No es por nada, pero eso es mucho más de lo que muchos antes que ellos han conseguido. ¿Menos da una pedrada en un ojo?, ¿no?.
Pocos son los guionistas que a lo largo de la vida del personaje han sabido dotar al deformado asesino de la suficiente entidad como para hacerlo creíble: Moore lo consiguió, y cómo, en The Killing Joke. Morrison también hizo lo propio en Arkham Asylum. Y lo que se esperaba de Azzarello (lo que YO esperaba) es que al menos demostrara el mismo talentazo que lleva regalándonos desde hace diez años a los lectores impenitentes de 100 Bullets. El problema es que, ya sea por la presión de estar a la altura de lo que se espera de él; ya sea porque el guionista es consciente de que cualquier lector va a comparar la lectura que hace del personaje con la del taquillero filme o, porque realmente se le va de las manos, lo cierto es que en lo que a guión se refiere, Joker se queda finalmente a medio camino entre la genialidad de 100 Bullets y el carácter alimenticio de trabajos como Superman: For Tomorrow o el Wolverine:Logan.
Ello implica, de partida, que el cómic está increíblemente bien escrito, con unos personajes estupendos y algunas versiones bastante acertadas de ciertos eternos villanos del hombre murciélago como el Pingüino, el Acertijo o Killer Croc. Otras, como la de Harley Quinn, dan un nuevo giro bastante apropiado a la amante del Joker. Pero, ¡ay!, es en este último donde la cosa comienza a flaquear. Influido en exceso por la versión Ledgeriana del personaje, Azzarello intenta capturar para las páginas de Joker ese carácter caótico e imprevisible que la némesis de Batman tiene en el filme, consiguiéndolo en algunas ocasiones, pero no las suficientes como para afirmar con rotundidad que esta revisitación del personaje dará tanto que hablar en un futuro como lo hizo la de Moore en The Killing Joke. A esto hay que añadirle que la suerte de compañero/empleado-a-la-fuerza que el Joker se busca para la ocasión, y en boca del cual el guionista va desgranando la mayoría de la acción, no cuadra en el carácter de búsqueda de la identidad que Azzarello pretende darle al conjunto, desviando demasiado este Jonny Frost la atención del personaje principal, en ocasiones hasta de forma molesta.
Quién si sabe capturar la esencia malsana del personaje y plasmarla en unas cautivadoras páginas llenas de detalles es Bermejo: aunque quizás un artista como McKean, más surrealista y menos figurativo, hubiera sido capaz de imprimir una mayor fuerza a la hora de plasmar la locura del personaje, no es este el lugar para desmerecer la labor del dibujante de Lex Luthor: Man of Steel. A lo largo de las ciento veintiocho páginas del volumen, Bermejo da todo un recital visual que mezcla de forma aleatoria el lápiz entintado con viñetas coloreadas directamente sobre su acabado trazo. Ello confiere a la lectura cierto matiz alucinógeno, teniendo nuestra vista que acostumbrarse a las constantes variaciones que las alternancias entre uno y otro estilo configuran, siendo capaces de trasladar, en ocasiones mejor que el guión, el caos que ya hemos citado varias veces.
Aunque creo que es demasiado pronto para valorar si esta obra será recordada en un futuro como lo que sus creadores están pidiendo a gritos que sea, un punto de inflexión, una piedra angular, un nuevo rasero por el que medir las futuras historias del Joker que estén por venir; desde mi humilde posición me atrevería a afirmar que el trabajo realizado por Azzarello y Bermejo se queda a las puertas, a un par de hervores de haberlo conseguido. No es por nada, pero eso es mucho más de lo que muchos antes que ellos han conseguido. ¿Menos da una pedrada en un ojo?, ¿no?.
Sergio Benítez (175)
6 comentarios:
¿Sabes cuando le coges manía a algo desde el inicio y te autosugestionas de que no te interesa y que no merece la pena? Pues eso me pasó con éste Joker desde su primer anuncio.
Y a fecha de hoy sigo con la misma impresión.
Y si a eso añadimos que, según tu opinión, parece ser que no es para echar cohetes...
Pues más leuros pa la saca!!!
(He estado a punto de poner el comentario en rima, pero Goku me ha puesto los pies en el suelo y he decidido dejarlo estar)
Saludos!
A mi me parece un tomo excelentemente dibujado pero pobremente guionizado. No hay apenas nada destacable en el argumento y mucho menos recordable.
Lo dicho: muy bonito pero aburrido.
Pues sí, Nachete, ahorra eurillos tú que puedes que yo acabo de ver las novedades que SD distribuye esta semana y creo que entre pitos y flautas la cosa se me va a 100€ :S.
Y sí Yogur, bonito pero aburrido (o algo aburrido, no vamos a ser tan taxativos) es una descripción que le va como anillo al dedo.
Saludetes a los dos,
Sergio
A ver Sergio... 300 pavos en el Saló, 100 más ésta semana con SD... ¿tu me adoptarías? Comer como poco, no ensucio casi y soy capaz de no ducharme por no gastar agua.
Saludos!
Hola, por aquí estoy de vuelta.
Lo mio de Salon es un maremagnum confuso, un batiburrillo demencial que ya no se lo que es novedad del saló, lo que del siguiente mes, lo que es del anterior. Cuando uno no tenía amigo librero tenía esto mas controlado pero ahora...esto es el coño de la Bernarda.
Me lei La broma Asesina, y me ha gustado( en contra de lo que se pensaba mi librero), he disfrutado mucho de Bolland, la brevedad de la historia, esa fijación en un personaje perverso como Joker y su pasado. Lo dicho me ha gustado.
Saludos.
Si como dote te traes tu colección de cómics algo podríamos negociar Nachete, aunque ya te digo que no creo que a nuestras señoras les hiciera mucha gracia ;P (y el gasto se explica como se ha explicado todos los meses de mayo desde hace unos años, ahorrando mucho en los meses previos).
Y Toni, me das un alegrón con que te haya gustado Killing Joke. De aquí a nada te veo leyendo todas las series mutantes ;P.
Saludetes a los dos,
Sergio
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