Guión & Dibujo: David Petersen
Editorial: Archaia Studio Press
Formato: Libro Cartoné. 200 Páginas
Precio: $24.95
Calificación: 6.5/10
Soy el primero en afirmar que hoy en día vivir sin Internet sería casi imposible. Aunque sea de una generación que vivió largo tiempo hasta que los ordenadores fueron parte común de nuestras vidas, y ya estaba en la veintena cuando tuve mi primera conexión a la red, he de admitir que toda la cantidad de información que se puede encontrar en el ciberespacio y la de grandes amigos que he podido conocer primero a través del e-mail, después en persona, eran conceptos cuasi impensables en la era pre-internet. Ese acceso mayoritario a la información ha provocado que todo el mundo (TODO) pueda verter sus opiniones, más o menos fundadas, acerca de cualquier tema que le venga en gana, con las garantías del anonimato propias de este medio.
Ello implica que haya que tener mucho cuidado no tanto con lo que uno lee, sino con cómo lo lee y que veracidad le da. Podría poner muchos ejemplos de lo que digo, pero me ceñiré a dos muy llamativos, uno genérico, el otro particularizado. Ambos hacen referencia al concepto de hype (expectativa) que tan en boga ha puesto ese flujo de información masivo al que antes me refería. No es extraño que, con motivo del estreno de una cinta, la red comience a inundarse con críticas hiper-positivas o hiper-negativas (aquí no hay medias tintas) acerca de la misma. En el caso de las primeras, se va generando una expectación (hype) que en la mayoría de las ocasiones supera con mucho lo que realmente la cinta va a terminar ofreciéndonos.
El ejemplo particularizado al que me refería es, obviamente, Mouse Guard. Anunciada su publicación por Norma para el Salón del Cómic de 2008, fueron muchos sitios y blogs, los que se hicieron eco de la gran obra a la que podríamos tener acceso. Pasada la edición del evento barcelonés, fue curioso observar como esos mismos espacios virtuales se apresuraban a desdecirse con críticas que tachaban de muy irregular (o directamente malo) a la obra de David Petersen. Las preguntas que quedan en el aire son, ¿era realmente tan buena?, NO. ¿Tan execrable resulta?, TAMPOCO. ¿Qué pasa entonces con Mouse Guard?...sigan leyendo.
La respuesta a la última cuestión pasa por considerar toda esa gama de grises que las exacerbadas actitudes de los internautas (no todos, cuidado) siempre tienden a ignorar. Como concepto original, Mouse Guard no es del todo novedoso. Antropomorfizar animales es algo que la literatura lleva haciendo desde los tiempos de las pirámides. El cine también ha tenido su ración de animales parlanchines de mano de cualquier película de animación que se tercie. ¿Y el cómic?. Pues como buen hijo bastardo de los dos anteriores, ha reflejado en más de una ocasión animales que se comportan como humanos (ahí tenemos Blacksad). Pero el concepto que Petersen desarrolla en Mouse Guard va un poco más allá, imaginando el autor toda una sociedad matriarcal en pleno medievo que nada tiene que ver con lo que normalmente encontramos en los cómics de animalitos (y que suele ser una sociedad humana en la que las personas son sustituidas por otras especies).
En lo que fracasa Petersen (aunque no estrepitosamente) es en hacer interesante y compacta la lectura fragmentada en que deviene la recopilación de los seis números originalmente publicados en formato comic-book. Esas entradillas escritas que abren la lectura de cada número terminan por independizar demasiado un capítulo de otro, saltándose acontecimientos que el reducido formato elegido para la publicación no puede abarcar. La irregularidad que ello provoca es tal que hay números en los que Petersen se explaya durante páginas y páginas en mostrar lo bien que puede ilustrar una pelea con una serpiente o un grupo de cangrejos, mientras otros, sobre todo el que cierra el argumento, son resueltos a golpe de elipsis.
En la faceta meramente visual Petersen se descubre como un gran ilustrador...que no dibujante de cómics. Y es que tras finalizar la lectura de Mouse Guard uno no puede dejar de pensar lo bien que habría funcionado la historia como un cuento ilustrado, o incluso una novela gráfica al estilo de Stardust. Sea como sea, el sabor final que me ha dejado no ha sido lo suficientemente bueno como para querer volver a visitar el menudo universo de estos peleones ratones. Que no se diga que no lo he intentado...
Editorial: Archaia Studio Press
Formato: Libro Cartoné. 200 Páginas
Precio: $24.95
Calificación: 6.5/10
Soy el primero en afirmar que hoy en día vivir sin Internet sería casi imposible. Aunque sea de una generación que vivió largo tiempo hasta que los ordenadores fueron parte común de nuestras vidas, y ya estaba en la veintena cuando tuve mi primera conexión a la red, he de admitir que toda la cantidad de información que se puede encontrar en el ciberespacio y la de grandes amigos que he podido conocer primero a través del e-mail, después en persona, eran conceptos cuasi impensables en la era pre-internet. Ese acceso mayoritario a la información ha provocado que todo el mundo (TODO) pueda verter sus opiniones, más o menos fundadas, acerca de cualquier tema que le venga en gana, con las garantías del anonimato propias de este medio.
Ello implica que haya que tener mucho cuidado no tanto con lo que uno lee, sino con cómo lo lee y que veracidad le da. Podría poner muchos ejemplos de lo que digo, pero me ceñiré a dos muy llamativos, uno genérico, el otro particularizado. Ambos hacen referencia al concepto de hype (expectativa) que tan en boga ha puesto ese flujo de información masivo al que antes me refería. No es extraño que, con motivo del estreno de una cinta, la red comience a inundarse con críticas hiper-positivas o hiper-negativas (aquí no hay medias tintas) acerca de la misma. En el caso de las primeras, se va generando una expectación (hype) que en la mayoría de las ocasiones supera con mucho lo que realmente la cinta va a terminar ofreciéndonos.
El ejemplo particularizado al que me refería es, obviamente, Mouse Guard. Anunciada su publicación por Norma para el Salón del Cómic de 2008, fueron muchos sitios y blogs, los que se hicieron eco de la gran obra a la que podríamos tener acceso. Pasada la edición del evento barcelonés, fue curioso observar como esos mismos espacios virtuales se apresuraban a desdecirse con críticas que tachaban de muy irregular (o directamente malo) a la obra de David Petersen. Las preguntas que quedan en el aire son, ¿era realmente tan buena?, NO. ¿Tan execrable resulta?, TAMPOCO. ¿Qué pasa entonces con Mouse Guard?...sigan leyendo.
La respuesta a la última cuestión pasa por considerar toda esa gama de grises que las exacerbadas actitudes de los internautas (no todos, cuidado) siempre tienden a ignorar. Como concepto original, Mouse Guard no es del todo novedoso. Antropomorfizar animales es algo que la literatura lleva haciendo desde los tiempos de las pirámides. El cine también ha tenido su ración de animales parlanchines de mano de cualquier película de animación que se tercie. ¿Y el cómic?. Pues como buen hijo bastardo de los dos anteriores, ha reflejado en más de una ocasión animales que se comportan como humanos (ahí tenemos Blacksad). Pero el concepto que Petersen desarrolla en Mouse Guard va un poco más allá, imaginando el autor toda una sociedad matriarcal en pleno medievo que nada tiene que ver con lo que normalmente encontramos en los cómics de animalitos (y que suele ser una sociedad humana en la que las personas son sustituidas por otras especies).
En lo que fracasa Petersen (aunque no estrepitosamente) es en hacer interesante y compacta la lectura fragmentada en que deviene la recopilación de los seis números originalmente publicados en formato comic-book. Esas entradillas escritas que abren la lectura de cada número terminan por independizar demasiado un capítulo de otro, saltándose acontecimientos que el reducido formato elegido para la publicación no puede abarcar. La irregularidad que ello provoca es tal que hay números en los que Petersen se explaya durante páginas y páginas en mostrar lo bien que puede ilustrar una pelea con una serpiente o un grupo de cangrejos, mientras otros, sobre todo el que cierra el argumento, son resueltos a golpe de elipsis.
En la faceta meramente visual Petersen se descubre como un gran ilustrador...que no dibujante de cómics. Y es que tras finalizar la lectura de Mouse Guard uno no puede dejar de pensar lo bien que habría funcionado la historia como un cuento ilustrado, o incluso una novela gráfica al estilo de Stardust. Sea como sea, el sabor final que me ha dejado no ha sido lo suficientemente bueno como para querer volver a visitar el menudo universo de estos peleones ratones. Que no se diga que no lo he intentado...
Sergio Benítez (96)
9 comentarios:
Es muy bonita a la vista, no cabe duda. Pero la historia... Yo creo que peca de bendismismo, perdón de narrativa descomprimida. Hay veces que pasar y pasar páginas de bonitas postales sin que ocurra gran cosa te irrita más que te alegra.
Este tomo es fast-food, se devora en pocos minutos. Y aunque el tamaño del formato propicia la escasa narrativa, ésa cantidad de páginas debería de dar más de sí.
Sí, es fast-food, te lo zampas en un plis y tienes la sensación de no saber si has comido o no.
Saludos!
¿Qué decir?. Pues que amén a todo ;).
Saludetes
Sergio
No sé, no sé...
A mi es que se salga de formato TP, HC o Absolute me da que pensar... es mi forma de no dejar que el gafapastismo invada mi vida...
Eso sí, al ojearlo me ha parecido precioso pero, si la historia flojea...
Ah, Sergio, gran crítica, y me has "matao" con el verbo Antropomorfizar. hay que ver lo que sabe mi amigo...
Un abrazo. J
Jajajaja.
Espero seguir sorprendiéndote en el futuro ;).
Un abrazo,
Sergio
Buena reseña,si señor
Gracias, Ali. Se hace lo que se puede ;).
Saludetes
Sergio
De lo que hablas en tu reseña me es familiar.
He tenido este comic dos veces en la mano a punto de llevarlo al mostrador, atraido por lo que habia oido hablar, de lo que iba y del aspecto, pero algo me hizo no cogerlo ;)
Me alegro al final de no haberlo hecho, ya que habrá antes otras cosas que comprar, pero si un día me lo encuentro en la biblioteca me lo cogere para leerlo.
Saludos.
Coincido con lo dicho.
El dibujo: una preciosidad. El guión: una castaña.
Saludos.
Jajajaja, gran minirecomicdación Jolan ;).
Saludetes y Bienvenido,
Sergio
P.D: me ha gustado mucho tu blog, añadido quedas a los enlaces para seguirte con regularidad.
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