Dibujo: Andy Kubert
Editorial: Planeta DeAgostini
Formato: TPB 160 Páginas
Precio: 11,95 €
Calificación: 8.5/10
Desde siempre me ha atraído poderosamente la ciencia ficción más aventurera. Asimov, Bradbury o Clarke son sólo algunos autores del género que han pasado por mis manos. Aún así, no me considero un experto en el tema ni mucho menos, pero sí que sé reconocer cuando hay una buena historia de por medio.
El cómic se ha aliado bastantes veces con este género que cuenta con tantos amantes como detractores. De esta unión han salido maravillas como los Metabarones, Incales o Tabernas Galácticas. Pero también otro tipo de obra más mainstream y menos sesuda, ya sean Odiseas Cósmicas, Aniquilaciones o tipos con cohetes, perdón, mochila con propulsión en la espalda.
Adam Strange. El Hombre De Dos Mundos aúna dos corrientes que son de mi debilidad. Por un lado la ciencia ficción antes mencionada y por otro, las historias ochenteras. Con un regusto completamente pulp , los autores se marcan una grandísima historia en la que no faltan traiciones, guerras, conspiraciones, líos de faldas, saltos temporales, rayos transportadores y otros mundos desconocidos, que en un medio como el cómic, no parecen tan desconocidos como deberían ser.
El poco pródigo Richard Bruning cuenta en la interesantísima introducción del tomo su amor al género espacial desde su tierna infancia. Amigo Richard, no hace falta que lo jures. Maravilloso guión, que con un ritmo que ya quisieran algunos hoy en día, con unas sorpresas-cliffhangers del copón y muchísimas aventuras, hacen de este tomo una compra obligada.
Los hermanos Kubert son los encargados de plasmar las ideas de Bruning. El planeta Rann nunca lució tan bien, y eso que no conozco en demasía las aventuras de Strange. Pero es que Andy se desata de tal manera en esta miniserie que solo le he visto algo igual de bueno en su larga carrera, su Lobezno: Origen. Ayudando en las tareas de coloreado se encuentra su hermano Adam. No conocía esta faceta del mayor de los Kubert, y tampoco esperaba el nivel con el que la desempeña. Para que se hagan una ligera idea, bien se podría definir como el Isanove de los ochenta.
Ha sido todo un descubrimiento este tomo que desde los tiempos de Zinco se había convertido en una espinita que no me podía sacar. Ahora gracias a Planeta (muy apropiado, por otra parte) puedo dormir un poco mejor por las noches. Y para mi próximo cumpleaños ya sé lo que quiero. Hala, a mover cielo y tierra hasta dar con una mochila propulsora. ¿Eso lo traerán en el Toys ´R´Us? Espero que sí porque creo que el metro no llega hasta Rann.
Marione (55)
5 comentarios:
Tranquilo Mario, no precisas de una mochila propulsora, basta con coincidir en el momento y lugar exacto en que aparecerá el siguiente rayo zeta...
Me acabas de recordar ésos tomitos de Zinco que están escondidos por alguna parte de mis estantes y que tengo la necesidad imperiosa de releer.
La pena fue que tras ésta proposición inicial para una buena serie la cosa no cuajara.
Saludos!
Desde luego que si la cosa hubiese seguido por este camino, podria haber sido algo realmente grande.
Por cierto, ¿que tal la de Diggle y Ferry?
Ahora con Planeta, estoy descubriendo cosas publicadas hace años por Zinco y no sabia lo que me estaba perdiendo. De hecho, estoy leyendo y disfrutando mas el material antiquisimo que el modernete. Cosas de la edad.
Saludazos!
A mi la ciencia ficción me gusta hasta en la sopa. Es posiblemente mi género ( aderezado a la vez con un poquito de fantasia heroica, no mucho). De todo tipo desde la apocaliptica, la literaria y seria, la aventurera como esta, me da igual, con tal de que haya hipótesis futuras, naves, planetas, espacio-tiempo, razas, virus, aliens, etc, etc, etc,.....
Por eso este tomo de planeta si lo veo me lo comprare.
Saludos desde el futuro.
El problema del de Diggle y Ferry es que es un prólogo de la Guerra de Rann-Thanagar que aparece en la Crisis infinita, luego en 52 y deriva a Mistery of Space y la última serie que creo que acaba de terminar.
La serie no está mal, pero el final abierto para continuar luego en todo el fregao que sigue te deja un sabor de boca un poco agridulce.
De todas formas entre ambas series a Adam se le puede ver también el la JLA de Morrison que sirve de enlace entre la situación en que queda el personaje al final de El hombre de dos mundos y la serie de Ferry.
Por cierto, Ferry en la serie está que se sale.
¿La recomiendo? Si te da igual que no tenga final...
Saludos!
Coincido más o menos en las apreciaciones de Nachete sobre el Adam Strange de Ferry: es cierto que como preludio de La Guerra de Rann-Tanaghar, su final queda atado indefectiblemente al comienzo de esta, ahora bien, como lectura independiente a mi me pareció una gozada, y ese final abierto tiene un cierto regusto a Twilight Zone que a mi me encantó.
Y lo de Ferry en esta serie NO ES NORMAL.
Saludetes,
Sergio
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