martes, 11 de agosto de 2009

GREEN LANTERN: RAGE of the RED LANTERNS

Guión: Geoff Johns

Dibujo: I. Reis, S. Davis y M. McKone


Editorial: DC


Formato: HC. 176 Páginas


Precio: $24.99

Calificación: 6.5/10


Tenía que pasar. De hecho, era inevitable y sólo cuestión de tiempo que Johns, ya sea por motu propio o por las nocivas influencias del amado Dan Didio, empezara a bajar el nivel de la que hasta ahora era, fuera de toda duda (y siempre para el que esto suscribe) la mejor serie de todo el panorama pijamero en DC. Pero claro, tarde o temprano el super-mega-chachi evento anual tenía que recalar en las páginas del superhéroe esmeralda, porque el que Johns hubiera podido montar lo de las Sinestro Corps War sin implicar a ninguna serie más del Universo DC había sido, a todas luces, un espejismo. Duradero sí, pero espejismo al fin y al cabo. Blackest Night está a la vuelta de la esquina y eso significa que hay que acelerar sin remedio lo que el guionista había ido preparando con tranquilidad desde hacia unos cuantos números.

Y ese es precisamente el peor problema (que no el único) de este volumen, lo acelerado de su desarrollo. Teniendo que meter gran cantidad de acontecimientos, la narrativa de Johns es todo menos descomprimida. No es que me queje de ello (Dios me libre) pero parece que la prisa por llegar a tiempo a la saga-llamada-a-cambiar-de-nuevo-la-faz-del-universo-DC-y-esta-vez-de-verdad-de-la-buena siente más mal que bien a lo que hasta ahora habíamos venido leyendo. Así, los siete números incluídos en este tomo de tapa dura, van deshilvanando los acontecimientos a un ritmo frenético, sin que al lector casi le de tiempo de aprehender qué diantres está pasando. Con este ritmo incesante, la acción va pasando de un sitio a otro como si de una telenovela fuera, acortando las "escenas" a su mínima expresión, y saltando de aquí para allá sin orden aparente.

Pero claro, a todo se acostumbra uno, y ese ritmo frenético no es más que una pátina inicial bajo el que se ocultan otros problemillas menores. El más llamativo de estos (a parte del dibujo, que comentaremos más abajo) es lo ridículo de algunos de los nuevos cuerpos de Lanterns que van apareciendo. A algunos como Atrocitus (el que será líder de los Red Lanterns), o los Sinestro Corps los conocíamos ya de volúmenes anteriores. Otros como las Star Sapphires habían sido brevemente introducidas hacía varios números. Pero, no contento con cuatro grupos, Johns se saca de la manga tres más: los Alpha Lanterns, los Orange Lanterns y los Blue Lanterns. El primero resulta de la nueva escritura de las leyes del libro de Oa que los guardianes están haciendo. Como quiera que ahora la fuerza letal les está permitida a los Green Lanterns, los azules seres han decidido formar un cuerpo de policía dentro de la policía que ya son aquellos, combinando a algunos de sus miembros con tecnología Manhunter (sic). El segundo es brevemente apuntado en varias de las páginas del presente volumen mientras que el tercero resulta una de las decisiones argumentales más ridículas que se puedan imaginar. Alimentándose de la esperanza de los demás para el uso de su poder (enorme, dicho sea de paso) los Blue Lanterns serán al parecer puntales en lo que está por venir, y Hal Jordan no será ajeno a ello, máxime si tenemos en cuenta esa absurda transformación que sufre al final del último número aquí incluído producida por la influencia de uno de los azulados nuevos protagonistas (atención a la absurda transformación del segundo de sus miembros).

En lo que al dibujo respecta, y dejando a un lado que Ivan Reis sigue haciendo un trabajo estupendo (ojalá el fuera el único a cargo de la parte visual del tebeo), Mike McKone y Shane Davis hacen lo que pueden. El primero ha ido variando sensiblemente su estilo (para mejor, todo sea dicho) desde que lo descubriera, hace ya unos añitos, en las páginas de la Justice League of America o, después en series como Teen Titans o los 4F de Straczynski. Aún así, la rigidez de sus personajes, la simplicidad de su storytelling, y la parquedad en detalles de su dibujo, hace que su elección parezca más errónea que acertada. El segundo, un dibujante totalmente desconocido (al menos para el que esto suscribe), parece un cruce imposible entre Barry Kitson
y alguno de los clones que le salieron en su momento a Rob Liefeld (se me viene a la cabeza Stephen Platt) algo que, aunque sea en sólo un número, no da muy buenos resultados. Un mal extendido a todo el tomo que esperemos (aunque dudamos) Johns sepa resarcir en el siguiente recopilatorio...si es que Didio no lo impide.

Sergio Benítez (234)

2 comentarios:

Marione dijo...

Oooooooooooooooooooooooooooooooh. Si hace poco el bueno de Johns fallaba en Superman ahora le toca el turno a uno de los valores seguros, Green Lantern.

Mucho se esta hablando sobre la influencia de los editores jefes sobre tal o cual guionista: Stranguiski en Marvel, Johns en DC. Pero esta influencia, ¿solo es a estos guionistas o es a todos?

De estos dos se sabe porque han rajado, ¿al resto le pasa lo mismo pero callan como putas en cuaresma?

Ahi dejo la pregunta.

Saludazos

sebelo2 dijo...

Pues yo diría que sí, pero es especular por especular....por otra parte algo muy habitual en la red. Y lo de Johns y el Extrawkisky es una pena, pero si así se las gastan los de las grandes editoriales, que después no vengan con quejas de que las ventas bajan.
Saludetes,
Sergio