domingo, 28 de diciembre de 2008

JUEZ DREDD MEGACITY BLUES



Guión: Alan Grant y John Wagner

Dibujo: Simon Bisley


Editorial: Norma

Formato: Álbum 48 Páginas

Calificación: 8/10


Hace poco, en el especial dedicado a Will Eisner, una de las reseñas de las que me encargué fue Pequeños Milagros, una recopilación de historias cortas, que si te cogía en un día tontorrón bien podías dejar caer algunas lagrimillas. Ahora le toca el turno a otro tomo compuesto, también, por historietas de escasa longitud, y al igual que las de Eisner, también podemos ponernos a llorar, pero por otros motivos bien distintos.

Cuando se es un zagal cuya indumentaria principal son las camisetas negras de grupos heavilones y el hobby principal es leer tebeos, no puedes ir por ahí diciendo que tus lecturas favoritas son los comics de Disney y los Pumby, no. Lo que te pide el cuerpo son cafradas tipo Lobo o mucho 2000 AD, vamos, el Juez Dredd para más señas.

Recuerdo perfectamente cuando me compré este volumen de Cimoc Extra Color. Que manera de fardar: “Esto es lo que leen los tipos chungos de barrio y no esas apestosidades de los mutantes”. Pasan los años y con un poco más de calma y sentido común casi sigo pensando lo mismo, pero es evidente que muchas cosas ha cambiado.

Las historias de Dredd hay que tomarlas como lo que son, un autentico desenfreno de violencia (ultraviolencia si lo dibuja Bisley), consignas de lo más fascistoide, motoristas zumbados, mujerzuelas de las más cachondas y humor negro y grueso en cantidades industriales. ¿Es entonces un comic de ésos que se califican como trabajo menor? ¡Por favor! Pues claro que no. Después de un buen tiempo sin releerme esta Canción Triste de la Megaciudad puedo decir que ya quisiera yo envejecer tan bien como este tebeo.

Los guiones de Alan Grant y John Wagner siguen teniendo ese halo de gamberrismo, descaro e incorrección política de hace algunos años, y siguen provocando, al menos a mí, carcajadas a troche y moche. Las situaciones planteadas en cada una de las historias no pueden ser más absurdas, y es justamente ahí donde reside el principal acierto y encanto de estos guiones.

Si a ésto añadimos un ilustrador de estilo enfermizo y exagerado, que además sea un auténtico Heavy Metal Warrior como Simon Bisley, pues apaga y vámonos. Menudo recital de sangre, puñetazos, desmembramientos y demás escenitas dignas de la trastienda de una casquería se marca el bueno de Simon.

Lo dicho un poco más arriba haciendo referencia a la juventud de este tierno infante bien se podría aplicar a edades un poco más avanzadas. Quizás haya colgado las camisetas negras de música ratonera pero en cuanto a las lecturas, la cosa se ha movido poco. Así que si quieres ser un auténtico embrutesio de la vida y que no te tachen de nenaza…¡MIRATE EN EL PUÑO DE DREDD!

Marione (46)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo. De echo todavía dudo de que lo que he leído no lo haya escrito yo mismo.
Es igual, pajas mentales a parte, creo que personajes como Dredd o el mismo Lobo son imprescindibles en el mundillo comiquero, pues oxigenan, entretienen, escandalizan y divierten.
¿alguien da mas?