sábado, 27 de diciembre de 2008

PUTA FÁBRICA

Guión: Jean-Pierre Levaray

Dibujo: Efix

Editorial: La Oveja Roja

Formato: Libro Rústica. 136 Páginas

Precio: 14.50€

Calificación: 6/10

Habiendo nacido en una zona muy industrializada, desde pequeño me acostumbré al peculiar skyline que las acerías, petroquímicas y refinerías dibujaban en las noches con sus miles de puntos de luz creando cualquiera de los escenarios de fondo de Blade Runner. Y aunque tengo conocidos que trabajaban o trabajan en dichas fábricas, siempre sentí curiosidad por saber cómo sería la vida de un obrero cualquiera, con esos peculiares turnos (dos mañanas, dos tardes, dos noches...y cuatro días de descanso) que obligan a perderse muchos momentos de la vida familiar. Y eso es precisamente lo que Jean-Pierre Levaray reflejaba en su libro Putain D'Usine. Tras obtener bastante éxito en el país vecino con sus inusuales memorias laborales, Levaray se planteó un paso que, aunque chocante para nosotros, no lo es tanto si se considera el abultado mercado francés del tebeo, convertir su novela en cómic.

Publicado en España bajo el joven sello La Oveja Roja, Puta Fábrica supone una mirada caleidoscópica a un mundo, el de los trabajadores de industrias, que Levaray desgrana en diecisiete capítulos de longitud desigual: tan pronto nos encontramos con una pequeña anécdota que no ocupa más de una página por las dos caras, tan pronto el autor se extiende a lo largo de diecisiete para narrarnos la desesperación que supone verse despedido. La mirada que el escritor vierte sobre esta amarga vida está cargada de resentimiento e ironía y no deja de ser chocante que, aún despotricando de ella como hace a lo largo de las más de ciento treinta páginas que componen el tomo, Levaray siga hoy en día trabajando en la Puta Fábrica.

Una fábrica que es universal, que el autor no intenta particularizar en casi ningún momento para poder dotar de mayor fuerza a su mensaje; mensaje que pierde fuerza si no se ha vivido en algún momento en las mismas circunstancias. Este hecho, unido a la desigualdad de longitud en los capítulos, provoca que la lectura de Puta Fábrica varíe demasiado en intensidad, algo que Efix ayuda a paliar con su maravillosa labor a los lápices. El joven dibujante echa mano de todos los recursos a su alcance para dotar de idiosincrasia propia a la lectura independiente de cada capítulo, mostrándose ante nuestros ojos como un eficaz artista tanto a lápiz, como en tonalidades de grises o negros y blancos que recuerdan mucho a las contrastadas páginas de Eduardo Risso.

Puta Fábrica no es brillante, pero si muy amena. Queda lejos de servir de vehículo para poder plantear un debate firme y sesudo acerca de la orientación que debería darse al trabajo del obrero, pero sí muestra, aunque sólo sea de forma sesgada, que el espíritu humano encuentra solaz hasta en las más adversas condiciones. Su discurso queda ciertamente deslavazado por lo episódico de la lectura, pero un paseo calmado por la misma que no pretenda engullir el tomo de una sentada, deja tiempo para que afloren ciertas enseñanzas vitales que permiten entrever valores de humanidad y compañerismo que nunca está de más recordar.

Sergio Benítez (87)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ni idea de este comic, ni de la editorial, ni de los autores.........eso si la portada me gusta....aunque ya tengo que empezar a discriminar mis compras, ya que hasta ahora me estaba pillando casi todo lo que salía...

sebelo2 dijo...

Esto salió hace ya unos meses, aunque no sabría precisarte cuantos. Si investigas un poquillo por ahí encontrarás fácilmente páginas para hacerte una idea del estilo de dibujo.
Saludetes Toni,
Sergio