SUPERMAN: BRAINIAC

Guión: Geoff Johns

Dibujo: Gary Frank

Editorial: DC

Formato: HC. 128 Páginas

Precio: $19.99

Calificación: 6/10

Como quiera que con los años he ido suavizando lo categórico que era en mi forma hablada (y escrita) cuando era más joven, no soy de los que afirman, sin miedo a equivocarse, que tras más de setenta años de continuidad y después de centenares de historias sobre Superman, poco se puede innovar ya acerca de un personaje que de partida no daba para mucho; pero sí de los que creen que algo de razón no les falta a los que eso afirman. Aunque Morrison con su All Star y Busiek hace unos años con el Secret Identity hayan demostrado que siempre hay un escritor con la suficiente imaginación y ganas de innovar como para darle una vuelta de tuerca al boy scout, es tanto o más cierto que por cada una de esas contadas lecturas hay decenas que no pasan el más mínimo rasero. Convencido como estaba, sobre todo después del buen sabor de boca que me había dejado el Superman and the Legion of Supeheroes (o las geniales historias que se ha sacado de la manga para el Green Lantern), de que Geoff Johns pudiera seguir en racha indefinidamente, tenía claro que este Superman: Brainiac era una de esas pocas cositas de DC que iba a pedir por el Previews (y cada vez son menos, tanto que este mes no hay nada de la editorial que vaya a encargar por el catálogo...una pena) en el momento en que apareció disponible.

La historia que Johns desarrolla en los cinco cómics incluídos en el tomo ya la hemos leído muchas veces bajo otros títulos y firmadas por otros autores. Tanto es así que si cambiamos al malo de turno (el verdadero Brainiac...uuuuh...que miedo) por unos trípodes invasores venidos de Marte podríamos estar hablando perfectamente de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells. Como podréis comprender, el que la premisa básica que sigue el guionista a lo largo de ciento veintiocho páginas sea una que tiene más de cien años resulta algo lamentable. Si para colmo a eso añadimos que el desarrollo de la historia es un compendio de lugares comunes, y que para colmo estos están puestos totalmente al servicio de dos golpes de efecto final, es obvio discurrir que, llegado el momento, la lectura pase de ser medianamente interesante a formar parte del grueso de aventuras de Superman que no llegan a ninguna parte.

El estilo de dibujo de Frank, que caracteriza a Superman como Christopher Reeve, cada vez más crispado por las tintas de Jon Sibal (cuyo trabajo, tan cargado de "rayitas", hace que añoremos, y cómo, a Cam Smith) resulta además sorprendentemente confuso en algunos momentos del discurrir de la historia, algo inaudito en un artista cuyos trabajos siempre han hecho gala de una claridad narrativa clásica muy similar a la de ese Alan Davis que le sirvió de inspiración en sus comienzos. Aunque al final se eleve como lo mejor de la lectura, lo acomodado del trabajo del británico parece revelar cierta desgana a la hora de dibujar una historia cuyo interés sólo reside, como decía antes, en varias de las páginas finales. En ellas se desgranan, por una parte, los forzados acontecimientos (toda la aventura es una gran excusa) que llevarán a la aparición de esa nueva serie llamada New World of Krypton; y por la otra algo que, habiéndolo visto en otros medios ajenos al tebeo, termina por carecer de la fuerza dramática que se supone debería ostentar, algo imperdonable no sólo por tratarse de lo que se trata (perdonen ustedes mi vaguedad descriptiva) sino por venir de un guionista del que esperaba mucho más a estas alturas.

Sergio Benítez (227)