Dibujo: Didier Crisse
Editorial: Norma
Formato: Álbum Cartoné. 240 Páginas
Precio: 32€
Calificación: 5.5/10
Hace muchos años, cuando en España se traficaba con peseticas y no con euros, a un servidor le dió por comprarse los cinco tomillos de La Espada de Cristal conforme fueron apareciendo en la Colección Pandora de Norma Editorial. Y en aquélla época gastarse el equivalente a seis euros en cuarenta y ocho páginas era algo que dolía un poco bastante. Hoy en día, por desgracia, nuestro inconsciente ya está inmunizado a nivel de precios.
La serie estaba dividida en cinco tomos. Cada uno hacía referencia a uno de los cinco sentidos que tienen los humanos. A ver quien se acuerda del cole: oído, olfato, vista, gusto y... tacto ¡Muy bien!. Aunque ya sabemos que hay algunos con un sexto sentido, ya sea ver muertos o que te zumbe la cabeza cuando estás en peligro, por citar un par de ejemplos. Y ésto de los cinco sentidos tiene su ídem porque el eje de la saga es la reconstitución del pentáculo que hace que los humanos (aquí llamados anthonomos) no den rienda suelta a sus instintos malvados y se pongan a destrozar todo lo que pillen por banda.
Así que por un lado tenemos a Zorya, la típica heroína buenorra que nos enseñará cacho a la menor ocasión, que es la que se va a encargar de visitar tomo a tomo a los cinco señores de los sentidos para pedirles sus máscaras y así con ellas regenerar el pentáculo antes de que la antigua guardiana la palme. Y por otro tenemos al malo maloso de turno: la nada. Que no hace falta que os diga qué es lo que pretende... No, no es coger el autobús a tiempo para llegar a comprar comics antes de que le cierren la tienda. Pretende impedir que el pentáculo se restaure. Es que hay que explicároslo todo...
El guión corre a cargo de Goupil y los dibujines son de Crisse. ¿De qué queréis que os hable antes? ¿Del dibujo? Pues entonces os diré que el guión está hecho con plantilla. Es bastante plano y predecible. En su día debo confesar que me gustó más, pero al releerlo para haceros esta recomicdación me he quedado un poco despagado. De todas formas tiene alguna sorpresilla que otra, incluso al final. Pero ni tan siquiera ésto le salva demasiado.
Por otra parte tenemos los dibujines. ¡¡Aquí sí que el tebeo merece la pena!! El señor Crisse nos crea un variado elenco de seres de naturaleza fantástica (me niego a referenciarme en obras de éste tipo de literatura, cada cual que use su imaginación), nos dibuja preciosamente el mundo dónde transcurre la trama (hasta dónde Goupil nos quiere contar, pues tampoco está muy desarrolado) con unos fondos bastante cargados de detalles, de los que podemos encontrar normalmente en la obras europeas, y un estilo bastante cercano a los que podríamos ver en una serie de dibujos animados. De hecho si superamos el aprobado es gracias a la labor gráfica de éste señor.
Resumiendo: una historia de aventuras de corte fantástico, un poco flojilla de guión pero "bonitamente" ilustrada. Me dejó mejor sabor de boca hace años. Quizá es que el público al que va dirigida es más joven que yo ahora y más cercano a mi yo de entonces...
Con esta reflexión de tres al cuarto y desde mi retiro espiritual, les dejo hasta la próxima semana. ¿Quieren ustedes que rematemos Los combates Cotidianos o hacemos otra cosa?
Saludos!
La serie estaba dividida en cinco tomos. Cada uno hacía referencia a uno de los cinco sentidos que tienen los humanos. A ver quien se acuerda del cole: oído, olfato, vista, gusto y... tacto ¡Muy bien!. Aunque ya sabemos que hay algunos con un sexto sentido, ya sea ver muertos o que te zumbe la cabeza cuando estás en peligro, por citar un par de ejemplos. Y ésto de los cinco sentidos tiene su ídem porque el eje de la saga es la reconstitución del pentáculo que hace que los humanos (aquí llamados anthonomos) no den rienda suelta a sus instintos malvados y se pongan a destrozar todo lo que pillen por banda.
Así que por un lado tenemos a Zorya, la típica heroína buenorra que nos enseñará cacho a la menor ocasión, que es la que se va a encargar de visitar tomo a tomo a los cinco señores de los sentidos para pedirles sus máscaras y así con ellas regenerar el pentáculo antes de que la antigua guardiana la palme. Y por otro tenemos al malo maloso de turno: la nada. Que no hace falta que os diga qué es lo que pretende... No, no es coger el autobús a tiempo para llegar a comprar comics antes de que le cierren la tienda. Pretende impedir que el pentáculo se restaure. Es que hay que explicároslo todo...
El guión corre a cargo de Goupil y los dibujines son de Crisse. ¿De qué queréis que os hable antes? ¿Del dibujo? Pues entonces os diré que el guión está hecho con plantilla. Es bastante plano y predecible. En su día debo confesar que me gustó más, pero al releerlo para haceros esta recomicdación me he quedado un poco despagado. De todas formas tiene alguna sorpresilla que otra, incluso al final. Pero ni tan siquiera ésto le salva demasiado.
Por otra parte tenemos los dibujines. ¡¡Aquí sí que el tebeo merece la pena!! El señor Crisse nos crea un variado elenco de seres de naturaleza fantástica (me niego a referenciarme en obras de éste tipo de literatura, cada cual que use su imaginación), nos dibuja preciosamente el mundo dónde transcurre la trama (hasta dónde Goupil nos quiere contar, pues tampoco está muy desarrolado) con unos fondos bastante cargados de detalles, de los que podemos encontrar normalmente en la obras europeas, y un estilo bastante cercano a los que podríamos ver en una serie de dibujos animados. De hecho si superamos el aprobado es gracias a la labor gráfica de éste señor.
Resumiendo: una historia de aventuras de corte fantástico, un poco flojilla de guión pero "bonitamente" ilustrada. Me dejó mejor sabor de boca hace años. Quizá es que el público al que va dirigida es más joven que yo ahora y más cercano a mi yo de entonces...
Con esta reflexión de tres al cuarto y desde mi retiro espiritual, les dejo hasta la próxima semana. ¿Quieren ustedes que rematemos Los combates Cotidianos o hacemos otra cosa?
Saludos!
Nacho (10)
3 comentarios:
Saludos Nacho desde tu retiro.
Yo este comic no lo recuerdo mucho, eso si, me lo saque de la biblioteca y me imagino que me entretenería su rato.
Que no esta mal, por otro lado.
Pues yo recuerdo con amargor el final, me dejó muy, muy frío.
Bien cierto es que era en la época en la que lo europeo no me tiraba mucho, así que lo mismo una lectura ahora ganaría.
Lo mismo me lo vuelvo a comprar y todo :O
Saludetes,
Sergio
Precisamente lo releeí hace unos días... y coincido en general. De hecho me ha pasado lo mismo en cuanto a parecerme bastante peor en la segunda lectura, imagino sobretodo por la pérdida de los pocos giros ineseperados.
Y sí, el dibujo es la hostia.
Publicar un comentario