jueves, 12 de febrero de 2009

SUPER SPY


Guión y Dibujo: Matt Kindt

Editorial: Norma

Formato: Libro Rústica. 336 Páginas

Precio: 24€

Calificación: 8.5/10

Directamente derivada de mi pasión por todo aquello que rodea a la 2ª Guerra Mundial, la afición por las historias de espías ha sido una constante desde hace muchos (pero muchos) años. Suplida en un princio por las películas de James Bond (etapa Roger-sólosearquearlascejas-Moore) conforme fui creciendo y accediendo a un cine más adulto, los tiros, gadgets, persecuciones imposibles y frivolidad de 007 fueron sustituidos por la seriedad de cintas como El Espía que Vino del Frío, El Tercer Hombre, El Ojo de la Aguja, Los Tres Días del Condor, El Cuarto Protocolo, Cortina Rasgada o la magistral Con la Muerte en los Talones. Huelga pues decir que ante el anuncio de Norma de la edición de Super Spy, la boca se me hacía agua, máxime si tenemos en cuenta las extraordinarias apreciaciones que de ella se hacían en La Cárcel o Zona Negativa.

Con un reclamo visual al que le es imposible pasar desapercibido, lo que más me ha llamado la atención de Super Spy una vez leído es su tono, la forma en la que Kindt trata la miríada de historias que se entremezclan de forma magistral durante las cerca de trescientas cincuenta páginas: no se si se dice en algunas de las recomicdaciones enlazadas más arriba, pero el autor norteamericano logra mezclar el género del espionaje con el slice of life que encontraríamos en Alex Robinson o Terry Moore. Ello no implica en ningún momento que Kindt banalice a sus personajes y las situaciones por los que lo hace pasar, antes bien, dota a las mismas de tal realismo y cercanía que es imposible no pasar algo de angustia cuando alguno de ellos se encuentra en peligro.

Un detalle que ayuda sobremanera a que ese tono reluzca con fuerza, es la secuenciación de las historias. Aquí, Kindt huye de cualquier linealidad y cada uno de los "informes" es tanto una historia por separado con su principio y su final, como una pieza más del inmenso puzzle que construye con Super Spy. A este respecto, resulta asombroso ir pasando las páginas y notar con qué facilidad te va introduciendo el artista en su intrincado mundo de claves, códigos, traiciones, asesinatos, asesinos y asesinas y personas, sobre todo personas. Dando un guantazo a todas aquellas historias (ya sean escritas o filmadas) que han ataviado a los espías de un carácter casi sobrehumano, Kindt arrastra a sus personajes a una naturalidad extrema, hasta tal punto que muchos de ellos podríamos ser perfectamente cualquiera de los lectores si las circunstancias así lo exigieran. Este matiz hace que la lectura cobre más intensidad si cabe, al sentirnos identificados con esa mujer que está casada con un militar alemán para sacar información, ese hombre cuyo amor por otra espía llevará a la ruina, o aquél al que las circunstancias dan la oportunidad de renacer como esposo y padre de familia tras una misión fallida.

Y detrás de cada personaje y cada historia Kindt va ofreciendo un recital visual que, como decía más arriba, es imposible ignorar. Con un diseño de página, aviñetado y narrativa que va cambiando constantemente de un "informe" a otro, y en el que podemos ver innumerables referencias (la más obvia a el gran Will Eisner), el único pero que le pondría a la labor del artista es su confusa definición de los personajes en ciertos momentos: cuando no echa mano de algún rasgo característico (una cicatriz, el color del pelo, el hecho de que fume con pipa o que lleve gafas) resulta complicado seguir la acción de Super Spy, puesto que el trazo de Kindt no juega a definir, sino a esbozar, muchas veces hasta tal punto en que hay que leer una misma página un par de veces a fin de aprehender lo que en ella se nos narra.

Mal menor si se le compara con la grandeza de lo que cuenta y cómo lo estructura, Super Spy resulta una lectura estimulante, a la que hay que prestarle la máxima atención para no perderse un mínimo detalle, ya que todo lo que Kindt introduce en cada página forma parte del tapiz en el que se mueven los implicados en el cómic, tanto los que están impresos en papel como los que estamos a este lado, haciendo el autor casi imposible el discernir cuál de los dos es más real.

Sergio Benítez (107)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues este es un tebeo que realmente me apetece leer. Lo tuve en mis manos una tarde pero no me decidí a llevármelo, aunque creo que es posible que acabe cayendo.

Me interesa sobre todo el tratamiento centrado más en la parte humana de la historia, en los personajes y además siendo un crisol de historias puede ser más enriquecedor, aunque se pierda definición.

Eso sí, cuando lo tienes en tus manos y ves lo chiquito que es y el precio que tiene, bufff...

P.D. Por cierto, Sergio, Roger Moore no sé si sería muy expresivo, pero me parece el Bond más cómico de todos. ¡Sus pelis me encantan!

sebelo2 dijo...

Yo me quedo con Connery y, of course, con el Sr. Daniel Craig. A Moore como 007 la verdad es que, con los años, cada vez lo soporto menos.
Cuestión de gustos, como todo.
Y el precio echará un poco para atrás, pero la lectura bien lo vale.
Saludetes David,
Sergio

Anónimo dijo...

No se no se.....eso de que la confusa definición de personajes que hace que tengamos que leer dos veces la página me tira para atras. Tendré que tener el comic en mis manos para verlo.( !!uyyy que selectivo me he vuelto de repente!!).
En fín.
Hace poco vi la película del agente Flint, el cutre bond que sacaron los americanos (que es ni más ni menos que el gran James Coburn)

sebelo2 dijo...

De Flint siempre recordaré la secuencia del Ballet y la socarronería de Coburn y, por supuesto, la música de Goldsmith, una coña continua.
Saludetes Toni,
Sergio