Guión: Dan Jolley
Dibujo: Tony Harris
Editorial: Planeta DeAgostini
Formato: Tomo Rústica. 264 Páginas
Precio: 18.95€
Calificación: 6/10
¿Sergio comentando un tebeo de pijamas?...el mundo debe estar a punto de acabarse, o algo peor, fijo.
Desde siempre, las historias que más me han gustado de cuantas han visto la luz en el Universo DC han sido los cada vez más inusuales Elseworlds (de los que ya hablé algo en la recomicdación de Batman:Reign of Terror). Así que no debe resultaros extraño que, aunque mis compras habituales cada vez se alejen más de terrenos pijameros, la adquisición de este volumen autoconclusivo de la JSA fuera algo inevitable. Máxime si además tenemos en cuenta que se desarrolla en una reimaginada Segunda Guerra Mundial (que por si hay alguien que no se haya enterado todavía, es mi época favorita de la historia).
El gran problema que se le aprecia al volumen, y del que no hay que ser muy avispado para apercibirse nada más comenzar la lectura, es el ritmo de la historia y cómo Jolley va desarrollando esta. Comenzando en tierra de nadie, y con la (falsa) suposición de que vamos a conocer a los personajes sí o sí, el guionista de Obergeist (que recibió una inmerecida nominación a la mejor serie limitada con la segunda de las miniseries recogidas en este Archivos Libertad) nos ofrece un relato que avanza a trompicones, dando saltos innecesarios y presentando a los personajes de forma abrupta y con muy poco seso. Además, el solito se las apaña para marear la perdiz en cuanto al objetivo de la primera parte del tomo (la primera miniserie) incluyendo una trama absurda de espionaje que se podía haber arreglado en muchas menos páginas. Con cierto tufillo autocomplaciente que perdura en la segunda miniserie, Jolley introduce un "sorprendente" giro en esta que, pensado en frío, desmorona todo lo relatado anteriormente, y que, a la postre, ni sorprende tanto, ni es tan genial como él pretende.
Arreglando el desaguisado del guión como buenamente puede, la labor de Tony Harris denota claramente la evolución sufrida por el autor desde el estilo crispado con el que le conocimos en Starman al de referencias fotográficas que se le puede observar mes a mes en Ex Machina, la fantástica serie de Vaughan (que en un par de semanas recomicdaremos por aquí): esa variación en la forma de dibujar permite apreciar que con el cambio, la narrativa del dibujante ha perdido algo de dinamismo y ganado un ápice de realismo. Personalmente me quedo con sus primeros trabajos, y aunque tenga que reconocer que su trazo actual le va que ni pintado al fantástico verismo de la citada Ex Machina, no se puede decir lo mismo sobre el ajuste de este con la segunda miniserie incluida en el presente volumen.
JSA: Los Archivos Libertad queda en definitiva como una lectura para pasar el rato y sirve para reforzar aún más esa impresión que los últimos cómics de superhéroes han ido dejando en mi poco a poco y que se puede resumir en una afirmación de la que nunca he sido amigo: cualquier tiempo pasado fue mejor. De todas formas, y más que nada porque después de tantos años me resisto a dejar de leer a hombres y mujeres con poderes imposibles enfundados en mallas, seguiré intentando dar con algo que salvar de la quema. Esperemos que no tarde mucho en encontrarlo, que ya empiezo a impacientarme...
Desde siempre, las historias que más me han gustado de cuantas han visto la luz en el Universo DC han sido los cada vez más inusuales Elseworlds (de los que ya hablé algo en la recomicdación de Batman:Reign of Terror). Así que no debe resultaros extraño que, aunque mis compras habituales cada vez se alejen más de terrenos pijameros, la adquisición de este volumen autoconclusivo de la JSA fuera algo inevitable. Máxime si además tenemos en cuenta que se desarrolla en una reimaginada Segunda Guerra Mundial (que por si hay alguien que no se haya enterado todavía, es mi época favorita de la historia).
El gran problema que se le aprecia al volumen, y del que no hay que ser muy avispado para apercibirse nada más comenzar la lectura, es el ritmo de la historia y cómo Jolley va desarrollando esta. Comenzando en tierra de nadie, y con la (falsa) suposición de que vamos a conocer a los personajes sí o sí, el guionista de Obergeist (que recibió una inmerecida nominación a la mejor serie limitada con la segunda de las miniseries recogidas en este Archivos Libertad) nos ofrece un relato que avanza a trompicones, dando saltos innecesarios y presentando a los personajes de forma abrupta y con muy poco seso. Además, el solito se las apaña para marear la perdiz en cuanto al objetivo de la primera parte del tomo (la primera miniserie) incluyendo una trama absurda de espionaje que se podía haber arreglado en muchas menos páginas. Con cierto tufillo autocomplaciente que perdura en la segunda miniserie, Jolley introduce un "sorprendente" giro en esta que, pensado en frío, desmorona todo lo relatado anteriormente, y que, a la postre, ni sorprende tanto, ni es tan genial como él pretende.
Arreglando el desaguisado del guión como buenamente puede, la labor de Tony Harris denota claramente la evolución sufrida por el autor desde el estilo crispado con el que le conocimos en Starman al de referencias fotográficas que se le puede observar mes a mes en Ex Machina, la fantástica serie de Vaughan (que en un par de semanas recomicdaremos por aquí): esa variación en la forma de dibujar permite apreciar que con el cambio, la narrativa del dibujante ha perdido algo de dinamismo y ganado un ápice de realismo. Personalmente me quedo con sus primeros trabajos, y aunque tenga que reconocer que su trazo actual le va que ni pintado al fantástico verismo de la citada Ex Machina, no se puede decir lo mismo sobre el ajuste de este con la segunda miniserie incluida en el presente volumen.
JSA: Los Archivos Libertad queda en definitiva como una lectura para pasar el rato y sirve para reforzar aún más esa impresión que los últimos cómics de superhéroes han ido dejando en mi poco a poco y que se puede resumir en una afirmación de la que nunca he sido amigo: cualquier tiempo pasado fue mejor. De todas formas, y más que nada porque después de tantos años me resisto a dejar de leer a hombres y mujeres con poderes imposibles enfundados en mallas, seguiré intentando dar con algo que salvar de la quema. Esperemos que no tarde mucho en encontrarlo, que ya empiezo a impacientarme...
Sergio Benítez (109)
7 comentarios:
Por culpa de messiah complex,me desenganché de Factor-x.Está bastante bien la serie con los dobles de Madrox metiéndole en problemas al pobre(ya sea beneficiándose a las féminas del grupo o emborrachándose hasta morir)
P.D:¿Te atrae la II guerra mundial?,¿has visto La Cruz de Hierro de Sam Peckimpah?
Agur
¿Salvar de la quema? Los Ultimates de Loeb y Madureira. Son tan "maravillosos" que seguro que lo acercas al fuego y la llama sale corriendo...
Ahora en serio. En éste par de series que Planeta ha unido en un sólo tomo se juntaban dos debilidades personales: la JSA y El sr. Harris, así que su adquisición por mi parte era inevitable.
No me llega a parecer una gran aberración, pero reconozco la prescindibilidad del tomo. Pero, al fín y al cabo, ¿no lo son casi todos los elseworlds?
Saludos!
Ali, no entiendo la referencia a ¿¿Messiah Complex??.
Y creo que si he visto La Cruz de Hierro, pero hace tanto tiempo que ni me acuerdo, tendré que revisarla.
Saludetes,
Sergio
Ya los probé (a los Ultimates digo) y todavía tengo pesadillas.
Y en cuanto a los Elseworlds, hombre hay alguno que esta medio bien (Gotham by Gaslight, Kal o, si se le considera Elseworlds, el Kingdom Come), pero si es bien cierto que hay mucha basurilla sacada bajo dicho "sello".
Saludetes Nacho,
Sergio
Si, estoooo.... hola.
Na más era pa constatar que sigo vivo y os leo diariamente, pero estoy hasta arriba, y no posteo como debiera (o debiese)
Un abrazo y felicidades again por el blog.
PD. Espero ansioso la recomicdación de Ex Machina. Que pasó con la Y? Sí, me pirra Vaughan...
Te veo, Sergio, comentando en un futuro próximo aquello de yo joven empeze con los superheroes.;)
Yo, a ratos prefiero la II guerra mundial, a ratos la Gran Guerra.
La cruz de hierro:
Coronel Nazi: vas a ver como pelea un soldado prusiano, como conquistamos las cruces de hierro.(dice algo asi)
Sargento nazi(James Coburn con cara de lastima): acompañeme, le voy a enseñar donde nacen las cruces de hierro.
Soy un estudioso de Sam Peckimpah.
Saludos.
Nada Jose, nada, se te echa de menos, pero las obligaciones son las obligaciones.
Y sí Toni, en breve estaré en plan abuelete con los tebeos pijameros ;P En cuanto a La Cruz de Hierro, si Ali ya había picado mi recuerdo, tú has terminado de convencerme de que tengo que volver a verla.
Saludetes a los dos,
Sergio
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