Dibujo: Christophe Gaultier
Editorial: Ediciones SM
Formato: Libro Rústica. 142 Páginas
Precio: 14.95€
Calificación: 6.5/10
En su empeño por acercar los clásicos de la literatura a los jóvenes, motivándolos para ello a través del indudable atractivo que siempre suponen los cómics a cierta edad, la Editorial SM no está escatimando en esfuerzos. Y por si los muchos títulos que ya han editado en cuidados volúmenes en tapa dura firmados por autores españoles sobre obras literarias de nuestra piel de toro, no fueran suficientes, ahora se lanza a publicar material traído del país vecino, optando para la ocasión por encuadernarlos de forma diferente en unos atractivos tomos en tapa blanda que recogen tres álbumes editados en Francia por Delcourt. En este nuevo formato, dos son los títulos que han abierto fuego, Robinson Crusoe y Frankenstein.
Tengo que admitir que de la inmortal novela de Daniel Defoe nunca he leído ni una sola palabra (aunque creo recordar haber visto la cinta de Buñuel y la miniserie con Pierce Brosnan) así que la curiosidad hacia esta adaptación en formato aviñetado no provenía tanto de saber si la traslación del relato escrito sería fiel, como de acercarme de una manera diferente a una historia que conocía, aunque fuera por mor de la imagen en movimiento, bastante bien.
El resultado de la lectura no se deja esperar: Gaultier adapta de forma intensa y (hasta donde puedo afirmar) sin dejar muchos detalles, el relato de Defoe. Y lo hace construyendo un tebeo cuyo inicio resulta algo arduo, teniendo en cuenta que hasta el momento del naufragio que definirá al personaje pasan casi cincuenta páginas en las que la novela cuenta los avatares (algo tediosos, todo hay que decirlo) de la disoluta vida del protagonista. A partir del momento en que Crusoe llega a la isla, el ritmo de la narración cambia levemente, haciéndose más ágil conforme se va acercando el final. Pero no es el guión y el cómo adapta Gaultier la historia lo que resulta más llamativo de este Robinson Crusoe, sino su aspecto visual. Con claras cualidades Sfarianas en el trazo, la soltura de Gaultier en el dibujo unido a su fuerte expresionismo y la singular paleta de colores elegida dota a la lectura de una identidad muy característica, que se torna como idónea en los momentos más alucinógenos de la vida de Crusoe en la isla y, en contra de lo que podría parecer, eleva bastantes enteros lo que en manos de otros habría sido un producto bastante más impersonal.
Tengo que admitir que de la inmortal novela de Daniel Defoe nunca he leído ni una sola palabra (aunque creo recordar haber visto la cinta de Buñuel y la miniserie con Pierce Brosnan) así que la curiosidad hacia esta adaptación en formato aviñetado no provenía tanto de saber si la traslación del relato escrito sería fiel, como de acercarme de una manera diferente a una historia que conocía, aunque fuera por mor de la imagen en movimiento, bastante bien.
El resultado de la lectura no se deja esperar: Gaultier adapta de forma intensa y (hasta donde puedo afirmar) sin dejar muchos detalles, el relato de Defoe. Y lo hace construyendo un tebeo cuyo inicio resulta algo arduo, teniendo en cuenta que hasta el momento del naufragio que definirá al personaje pasan casi cincuenta páginas en las que la novela cuenta los avatares (algo tediosos, todo hay que decirlo) de la disoluta vida del protagonista. A partir del momento en que Crusoe llega a la isla, el ritmo de la narración cambia levemente, haciéndose más ágil conforme se va acercando el final. Pero no es el guión y el cómo adapta Gaultier la historia lo que resulta más llamativo de este Robinson Crusoe, sino su aspecto visual. Con claras cualidades Sfarianas en el trazo, la soltura de Gaultier en el dibujo unido a su fuerte expresionismo y la singular paleta de colores elegida dota a la lectura de una identidad muy característica, que se torna como idónea en los momentos más alucinógenos de la vida de Crusoe en la isla y, en contra de lo que podría parecer, eleva bastantes enteros lo que en manos de otros habría sido un producto bastante más impersonal.
Sergio Benítez (364)
2 comentarios:
Curiosas estas adaptaciones de SM. Por cierto, creo que he tenido en mis manos, no se si de la misma coleccion, El Monte de las Animas por David Rubin. ¿Puede ser?
Eso puede ser algo serio, ¿no?.
Estos son como los famosos Historias Ilustradas, o como se llamen, esas que leiamos de niños, pero un poco actualizadas. El desfase hay que salvarlo.
Saludazos
Confirmo todo Mario: fue SM la que hace unos meses sacó El Monte de las Ánimas por David Rubín. Y hombre, sin llegar a ser nada del otro mundo, si que era una muy buena adaptación de la obra de Bécquer.
Saludetes,
Sergio
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