Dibujo: John Cassaday
Editorial: Norma
Formato: 3 Álbumes Cartoné. 56-64 Páginas
Precio: 15-16€
Calificación: 5.5/10
Mira que lo tenían fácil para haberme ganado. Para empezar un tebeo europeo dibujado por uno de los artistas actuales que más me gusta, el gran John Cassaday, al que lo último que le había leído era su fantástica estancia en Astonishing X-Men. Pero sobre todo, una historia ambientada en una Europa convulsa por la Segunda Guerra Mundial y con seres inmortales de por medio. En serio, ¿qué podía fallar?.
A la vista de los resultados la respuesta es muy clara: el guión. Confuso, obscuro, con continuos en inexplicados saltos geográficos y personajes desdibujados que entran y salen de la acción sin que el lector tenga conciencia clara del papel que juegan en el conjunto, lo escrito por Nury cumple a rajatabla esa máxima de "si algo puede fallar, fallará", "y de qué manera" me atrevería a añadir. Hilando muy fino y prestando mucha atención al baile de nombres, fechas y lugares que el guionista francés maneja en los tres volúmenes de que se compone la serie, se pueden entresacar, al menos, un par de detalles acerca de la historia principal, dividida, por una parte, en la búsqueda mutua que dos hermanos, Vlad (Tepes, el temido Drácula) y Radu llevan inmersos varios siglos, y que finalmente propiciará un encuentro de consecuencias fatales; por la otra, Nury intenta colarnos un remedo de Operación Walkiria (de actualidad gracias al magnífico filme de Bryan Singer) sin explicar casi nada de la complejidad que dicho plan encerraba, y metiendo para colmo de males algún que otro patón histórico por el camino como colocar a Von Stauffenberg en el intento de atentado contra Hitler con la caja de coñac.
Teniendo claro que el guión funciona por los pelos lo que resta es disfrutar del dibujo de un Cassaday (excelentemente coloreado por Laura Depuy) que, no obstante, se hace eco de las mediocridades del trabajo de Nury y no llega alcanzar el potencial que si le hemos observado en la citada Astonishing o en la grandiosa Planetary. Aún así, un John Cassaday en horas bajas supera con mucho lo que otros dibujantes habrían logrado conseguir con tan paupérrimo material, y el artista logra que lleguemos a interesarnos por lo que sucederá en la página siguiente, aunque no lo suficiente como para hacer que la valoración final de Yo Soy Legión quede muy por encima del aprobado raspado. Una pena, la verdad.
A la vista de los resultados la respuesta es muy clara: el guión. Confuso, obscuro, con continuos en inexplicados saltos geográficos y personajes desdibujados que entran y salen de la acción sin que el lector tenga conciencia clara del papel que juegan en el conjunto, lo escrito por Nury cumple a rajatabla esa máxima de "si algo puede fallar, fallará", "y de qué manera" me atrevería a añadir. Hilando muy fino y prestando mucha atención al baile de nombres, fechas y lugares que el guionista francés maneja en los tres volúmenes de que se compone la serie, se pueden entresacar, al menos, un par de detalles acerca de la historia principal, dividida, por una parte, en la búsqueda mutua que dos hermanos, Vlad (Tepes, el temido Drácula) y Radu llevan inmersos varios siglos, y que finalmente propiciará un encuentro de consecuencias fatales; por la otra, Nury intenta colarnos un remedo de Operación Walkiria (de actualidad gracias al magnífico filme de Bryan Singer) sin explicar casi nada de la complejidad que dicho plan encerraba, y metiendo para colmo de males algún que otro patón histórico por el camino como colocar a Von Stauffenberg en el intento de atentado contra Hitler con la caja de coñac.
Teniendo claro que el guión funciona por los pelos lo que resta es disfrutar del dibujo de un Cassaday (excelentemente coloreado por Laura Depuy) que, no obstante, se hace eco de las mediocridades del trabajo de Nury y no llega alcanzar el potencial que si le hemos observado en la citada Astonishing o en la grandiosa Planetary. Aún así, un John Cassaday en horas bajas supera con mucho lo que otros dibujantes habrían logrado conseguir con tan paupérrimo material, y el artista logra que lleguemos a interesarnos por lo que sucederá en la página siguiente, aunque no lo suficiente como para hacer que la valoración final de Yo Soy Legión quede muy por encima del aprobado raspado. Una pena, la verdad.
Sergio Benítez (243)
3 comentarios:
Yo reconozco que con este primer número fui benigno, todos esos ingredientes hicieron que leyera ese primer numero con gusto, pensando que, pese al desajuste de guion, los autores arreglarían todo en el segundo, el que para disgusto mío siguio el desajuste, apañando muy pocas cosas, convirtiendose con la lectura del tercero en un fracaso estrepitoso.
Saludos.
Pues que quieres que te diga Toni, si básicamente me pasó lo mismo.
Saludetes,
Sergio
Pude disfrutar dle dibujo de esta historia hace un par de años pero aparte de eso... no tiene más, es un coñazo. En realidad nisiquiera lo acabe de leer, me quedé a mitad de la segunda parte ¡es que no me enteraba de nada!
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