Dibujo: Giorgio Cavazzano
Editorial: Planeta DeAgostini
Formato: Rústica. 80 Páginas
Precio: 7.95€
Calificación: 6/10
Como decíamos en la recomicdación del primer volumen de la Biblioteca de Carl Barks, los aficionados al tebeo recibíamos como agua de mayo la noticia de que Planeta se lanzaba de pleno a la edición de cómics Disney. Con un catálogo que desde su lanzamiento ha ido engrosándose mes a mes con tomos especiales, era evidente que la editorial española no tardaría en echar mano de productos que nada tienen que ver con Mickey, Donald y compañía. Así, consciente de que el material procedente de Italia es casi inagotable, la editorial española ha comenzado a abrir opciones con tebeos que, sin jugar con personajes Disney, han sido guionizados y dibujados por profesionales asociados a ellos. Es en esta línea donde encontramos Jungle Town.
Antes incluso de abrir el cómic, es imposible no encontrar lugares comunes con Blacksad: por más que el dibujo de Cavazzano no tenga aboslutamente nada que ver con el de nuestro Guarnido, la temática noir del argumento, y el hecho de estar protagonizado por animales antropomorfizados es más que suficiente para que las magistrales aventuras imaginadas por Díaz Canales vengan a nuestra mente. Lamentablemente, Tito Faraci, por muy reconocido que pueda estar en su país, no es Díaz Canales, y la resolución del misterio que se plantea en Jungle Town es de una torpeza y precipitación sonadas. Ello no quita para que el desarrollo de la historia sea interesante, alternando Faraci las pesquisas de los dos policias con las tribulaciones familiares de uno de ellos sin que el ritmo de la lectura se resienta ni un ápice. Pero llegada la hora de concluir, el atropello con el que se resuelve todo aborta de forma súbita el interés que el resto de la lectura había planteado. Parece como si Faraci se hubiera visto obligado a recortar una historia que habría necesitado unas cuantas páginas más para su mejor planteamiento.
Lo que no defrauda en absoluto, si se sabe lo que nos vamos a encontrar, es el dibujo de Cavazzano. Aunque la definición entre perros y gatos, los protagonistas principales del relato, no sea tan clara y precisa como la que Guarnido lleva a cabo en Blacksad, el dibujo del italiano es de una frescura y dinamismo tal que se le perdona cualquier pequeño fallo en una mayor diferenciación entre los animales que pueblan sus páginas. El tomo además se completa con diseños y bocetos de personajes, todo un lujo siempre demandado por los aficionados, y pocas veces ofertado por las editoriales, sobre todo en lanzamientos que no sean "de lujo".
Aunque su lectura no deje una huella indeleble, Jungle Town es un fresco divertimento que sirve de vehículo a su dibujante para salir del encorsetamiento que supone dibujar siempre a los mismos personajes. No es Blacksad, pero tampoco importa mucho.
Antes incluso de abrir el cómic, es imposible no encontrar lugares comunes con Blacksad: por más que el dibujo de Cavazzano no tenga aboslutamente nada que ver con el de nuestro Guarnido, la temática noir del argumento, y el hecho de estar protagonizado por animales antropomorfizados es más que suficiente para que las magistrales aventuras imaginadas por Díaz Canales vengan a nuestra mente. Lamentablemente, Tito Faraci, por muy reconocido que pueda estar en su país, no es Díaz Canales, y la resolución del misterio que se plantea en Jungle Town es de una torpeza y precipitación sonadas. Ello no quita para que el desarrollo de la historia sea interesante, alternando Faraci las pesquisas de los dos policias con las tribulaciones familiares de uno de ellos sin que el ritmo de la lectura se resienta ni un ápice. Pero llegada la hora de concluir, el atropello con el que se resuelve todo aborta de forma súbita el interés que el resto de la lectura había planteado. Parece como si Faraci se hubiera visto obligado a recortar una historia que habría necesitado unas cuantas páginas más para su mejor planteamiento.
Lo que no defrauda en absoluto, si se sabe lo que nos vamos a encontrar, es el dibujo de Cavazzano. Aunque la definición entre perros y gatos, los protagonistas principales del relato, no sea tan clara y precisa como la que Guarnido lleva a cabo en Blacksad, el dibujo del italiano es de una frescura y dinamismo tal que se le perdona cualquier pequeño fallo en una mayor diferenciación entre los animales que pueblan sus páginas. El tomo además se completa con diseños y bocetos de personajes, todo un lujo siempre demandado por los aficionados, y pocas veces ofertado por las editoriales, sobre todo en lanzamientos que no sean "de lujo".
Aunque su lectura no deje una huella indeleble, Jungle Town es un fresco divertimento que sirve de vehículo a su dibujante para salir del encorsetamiento que supone dibujar siempre a los mismos personajes. No es Blacksad, pero tampoco importa mucho.
Sergio Benítez (56)
2 comentarios:
Será "Blacksad", ¿no?
Impacientes Saludos.
Pozi, se me ha ido una a ;S.
Gracias por el chivatazo, Pablo.
Saludetes
Sergio
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