Editorial: Dark Horse
Formato: HC. 98 Páginas
Precio: 12,95 $
Calificación: 8/10
No se si ustedes sienten lo mismo que yo al enfrentarse a un comic en cuyos créditos figuren algunas “leyendas” vivas modernas. Permítanme explicarme mejor. Miedito me da cada vez que leo algo de Gibbons, Lloyd o, en menor medida, Miller. Estos autores están relacionados directamente con esas biblias del Noveno Arte, ya sea Watchmen, V De Vendetta o El Regreso Del Caballero Oscuro. Y es que todos estos títulos y su consabida fama pueden acabar con la posterior carrera del más pintado. Muchos podrían pensar que la calidad de esas obras, en concreto las guionizadas por Moore, se deben exclusivamente al buen hacer de nuestro peludo amigo menoscabando de manera brutal el aporte que los dibujantes imprimieron al resultado final. Al Cesar lo que es del Cesar.
La calidad de David Lloyd ha quedado demostrada en muchos de sus trabajos, nadie lo puede poner en duda. Ya sea en su Territorio, The Horrorist, Hellblazer o este Kickback. Si algo queda claro tras ver los proyectos en los que Lloyd se ve envuelto, es el tono de la historia y la reacción que quiere provocar en el lector. Aún recuerdo sus dos números de Hellblazer guionizados por Morrison (Planeta DeAgostini Nº13) y los recordaré por mucho tiempo. La idea, muy Morrisoniana, de un pueblo que rinde culto a bombas, un carnaval pagano y demás derramamientos de sangre, es ilustrada de manera magistral por Lloyd. No solo la planificación de la página es perfecta, sino que la paleta de colores es de lo más acertado para provocar una sensación de incomodidad realmente insoportable.
Todo ésto y mucho más nos vamos a encontrar en Kickback. Una historia policíaca plagada de conspiraciones, policías corruptos y pactos rotos. La trama principal no es nada del otro mundo: el cuerpo de policía de Franklin City tiene un pacto con la gente chunga del lugar. Tú nos rascas la espalda y nosotros te la rascamos a ti. Alguien decide saltarse el guión y es cuando empiezan a morir elementos de los dos bandos. Joe Canelli será el encargado de intentar esclarecer dichas muertes, y ya de paso, salvar su propio trasero. Canelli no es ni mucho menos un policía ejemplar, pero sí que tiene un pasado bastante interesante, y es este pasado lo que utiliza Lloyd para introducir ese puntito paranoico y raro que hay en toda su obra: la infancia del protagonista.
Lloyd introduce unas escenas-sueño, claramente diferenciadas del resto por su peculiar estilo: personajes sin rostros, escenarios oscuros y un tono azul grisáceo marca de la casa. Al final todo enlazará y cada cosa estará relacionada de manera bastante creíble con otras. Quizás el estilo de Lloyd ha evolucionado poco desde aquel V De Vendetta, pero tampoco lo necesita. Sí ha experimentado más con la forma de colorear sus trabajos. Da la impresión de que ha descubierto algunos programas de ordenador y se ha puesto a “jugar” con ellos y no ha parado hasta sacarle todo el partido posible.
Y básicamente Kickback es ésto. Aquí un servidor siempre ha tenido debilidad por este tipo de historias desde que Expediente X puso de moda los abrigos largos negros y las gafas de sol oscuras entre los polis corruptos y los conspiradores en la sombra. De eso sí van a encontrar en este comic. Pero pelos largos, barbas interminables y adicción a la magia no, para eso hay que buscar en otro sitio. Aunque eso, a Mr Lloyd, no le hace falta para nada. ¿Qué no? Comprueben, comprueben.
La calidad de David Lloyd ha quedado demostrada en muchos de sus trabajos, nadie lo puede poner en duda. Ya sea en su Territorio, The Horrorist, Hellblazer o este Kickback. Si algo queda claro tras ver los proyectos en los que Lloyd se ve envuelto, es el tono de la historia y la reacción que quiere provocar en el lector. Aún recuerdo sus dos números de Hellblazer guionizados por Morrison (Planeta DeAgostini Nº13) y los recordaré por mucho tiempo. La idea, muy Morrisoniana, de un pueblo que rinde culto a bombas, un carnaval pagano y demás derramamientos de sangre, es ilustrada de manera magistral por Lloyd. No solo la planificación de la página es perfecta, sino que la paleta de colores es de lo más acertado para provocar una sensación de incomodidad realmente insoportable.
Todo ésto y mucho más nos vamos a encontrar en Kickback. Una historia policíaca plagada de conspiraciones, policías corruptos y pactos rotos. La trama principal no es nada del otro mundo: el cuerpo de policía de Franklin City tiene un pacto con la gente chunga del lugar. Tú nos rascas la espalda y nosotros te la rascamos a ti. Alguien decide saltarse el guión y es cuando empiezan a morir elementos de los dos bandos. Joe Canelli será el encargado de intentar esclarecer dichas muertes, y ya de paso, salvar su propio trasero. Canelli no es ni mucho menos un policía ejemplar, pero sí que tiene un pasado bastante interesante, y es este pasado lo que utiliza Lloyd para introducir ese puntito paranoico y raro que hay en toda su obra: la infancia del protagonista.
Lloyd introduce unas escenas-sueño, claramente diferenciadas del resto por su peculiar estilo: personajes sin rostros, escenarios oscuros y un tono azul grisáceo marca de la casa. Al final todo enlazará y cada cosa estará relacionada de manera bastante creíble con otras. Quizás el estilo de Lloyd ha evolucionado poco desde aquel V De Vendetta, pero tampoco lo necesita. Sí ha experimentado más con la forma de colorear sus trabajos. Da la impresión de que ha descubierto algunos programas de ordenador y se ha puesto a “jugar” con ellos y no ha parado hasta sacarle todo el partido posible.
Y básicamente Kickback es ésto. Aquí un servidor siempre ha tenido debilidad por este tipo de historias desde que Expediente X puso de moda los abrigos largos negros y las gafas de sol oscuras entre los polis corruptos y los conspiradores en la sombra. De eso sí van a encontrar en este comic. Pero pelos largos, barbas interminables y adicción a la magia no, para eso hay que buscar en otro sitio. Aunque eso, a Mr Lloyd, no le hace falta para nada. ¿Qué no? Comprueben, comprueben.
Marione (28)
1 comentario:
hummmm, parece interesante. Habrá que darle una oportunidad.
Saludos!
Publicar un comentario