martes, 15 de diciembre de 2009

NEXUS. SPACE OPERA

Guión: Mike Baron

Dibujo: Steve Rude


Editorial: Rude Dude Productions


Formato: 3 Comic-books. 32-60 Páginas


Precio: $2.99-$4.95


Calificación: 6.5/10

Cuando dejamos el devenir editorial de Nexus en la recomicdación de The Origin, Dark Horse iniciaba su tímida andadura con el personaje de Baron y Rude anunciando que lejos de ver la luz en una serie regular y, qué duda cabe, cubriéndose las espaldas, las futuras aventuras de Horatio Hellpop y compañía se recogerían en miniseries de dos a cuatro números. Y así fue como, un año después de la publicación del especial que narraba el orígen del personaje, la editorial publicaba Alien Justice (de tres números) a la que seguirían Wages of Sin (de cuatro), Executioner's Song (también de cuatro), la hilarante God Con (de dos) y, por último, Nightmare in Blue, impresa en blanco y negro debido a las malas ventas del personaje y que daba carpetazo temporal a la serie (y en la que los lectores debían decidir con sus votos quién moriría en el último de los cuatro números). Y así habría seguido sino fuera por dos lanzamientos. El primero, en 2005, y de mano de Dark Horse en la forma de unos lujosos Archives en tapa dura que (con diez volúmenes hasta la fecha) han ido recopilando todo el material del personaje desde sus inicios en Capital. El segundo, y realmente interesante, lo hacía Steve Rude a principios del pasado 2007: Nexus continuaría sus aventuras llegando al número 102 con una miniserie de cuatro números llamada Space Opera...cuatro números que han tardado dos años en poder ser leídos al completo.

Comentaba en un párrafo de The Origin que la lentitud de Rude a los lápices es proverbial, aunque más me habría valido afirmar que homérica, puesto que el dibujante ha necesitado todo ese tiempo para concretar las cien páginas que al final ha abarcado el que se alza por méritos propios como el arco argumental más flojo de cuantos han formado parte de la larga trayectoria de la serie. Y de ello sólo se puede apuntar a un responsable, su guionista, Mike Baron. Con todas las virtudes que arrastra desde siempre (su grato sentido del humor, lo bien que ha logrado definir a cada uno de los personajes, la facilidad con la que se mueve tanto en lo épico como en lo íntimo) resulta paradójico que, después de cerca de treinta años, aparezca un defecto de bulto como el que lastra a Space Opera.

La etimología de tan curioso título es la que sirve a Baron para orquestar el despropósito que llega a ser en algunos momentos la miniserie: usado con regularidad desde los años veinte del pasado siglo y con raíces que nos llevarían a finales del XIX, el término space opera se ha usado normalmente para definir a un sub-género de la ciencia ficción en el que se relatan aventuras espaciales vistas desde el sentido romántico de las aventuras y con la épica que muchas veces se ha asociado a ésta. Siempre que se habla del género se pone como ejemplo en el cine a la saga de Star Wars, siendo su mejor ejemplo en el cómic el Flash Gordon de Alex Raymond. Y si bien Baron echa mano de enormes enfrentamientos estelares, traiciones, venganzas o intrigas políticas (características todas del género) para ir animando la acción, donde realmente hace aguas esta serie es en su asociación con un término primo hermano de aquél del título, el de soap opera, que aduce en la lengua anglosajona a los culebrones. Y es que los bruscos saltos de escenas de aquí para allá, los cortes de diálogos sin venir a qué para trasladar el escenario a otra localización, la poca coherencia argumental de la que alardea el cómic, ese falso sentido del drama y de la relevancia con el que se caracteriza hasta el pedo de un secundario...son todas características propias de esos seriales interminables con los que ciertos paises sudamericanos nos han castigado durante muchos años y que, trasladados al papel impreso, hacen de la lectura de la miniserie una ardua prueba de paciencia: ya sea en ese complot que pretende asesinar al hijo de Horatio y Sundra, o en el destino del personaje que organiza dicho crimen (de risa teniendo en cuenta su pasado), ya sea en la aparición fortuita in extremis de ciertas ayudas, o la forma en la que al final se resuelve todo queda claro que el guión de este Nexus es de un Baron en horas muy bajas.

De nuevo, al igual que pasaba con The Origin pero sin duda alguna con mayor fuerza, es la labor de Rude la que consigue paliar, aunque no lo suficiente, los desastres del guión. Llegado a un punto en que cada página suya sería digna de estudio y admiración, y teniendo en cuenta lo mucho que ya hablamos de su trabajo en la anterior recomicdación del personaje, sólo puedo incidir en expresar mi consternación por el hecho de que esta miniserie
ponga un punto y aparte largo en las andanzas del personaje (esperemos que no tan largo como los diez años que pasaron desde Nightmare in Blue) ya que, como dice el dibujante en la carta de despedida del número doble 101-102, son muchos los planes que hay, no sólo para el futuro del personaje, sino también para el resto de colecciones agrupadas bajo el nuevo sello editorial (The Moth, Origami, The Silencer) y no se sabe cuándo volveremos a ver a Horatio en papel. Hasta entonces quedan muchas historias atrás que volver a disfrutar y el deseo firme de que cuando Nexus reaparezca sea el que siempre hemos conocido y no este pálido remedo.

Sergio Benítez (332)

9 comentarios:

. . dijo...

¿Recuerdas mi comentario en Nexus: The Origin?

Tranquilo, que le doy a copia-pega...

¿Sabes ésa sensación que tienes en cuanto ves un comic, te llama la atención, te resulta atractivo y sabes que irremediablemente te va a encantar?

Pues nunca la he tenido con Nexus.

Siempre ha habido algo que me ha repelido y no me he decidido jamás de los jamases a comprar nada del personaje. Es algo parecido a lo que me pasa con Madman...

Pues eso, que sigo igual.

Saludos!

sebelo2 dijo...

No sólo da miedo que me acordara de tu comentario anterior, sino que sabía que ibas a hacer referencia a él de esta forma tan vaguísima.
Miedito más grande coñe...
Saludetes,
Sergio

Marione dijo...

Espera que le doy al copia-pega...

¿Sabes ésa sensación que tienes en cuanto ves un comic, te llama la atención, te resulta atractivo y sabes que irremediablemente te va a encantar?

Pues siempre la he tenido con Nexus.

Siempre ha habido algo que me ha atraido y me he decidido siempre de los siempreses a comprar todo del personaje. Es algo parecido a lo que me pasa con Madman...

Pues eso.

Gracias a Macho por su anterior comentario.

Saludazos

Marione dijo...

Quise decir Nacho, aunque no creo que se moleste.

Saludazos

Anónimo dijo...

A ver que no me enterado bien, ¿esto esta dentro de los tomos de los archivos de nexus?

¿o es una miniserie de despues?


Jesus

Ali dijo...

Si tuviera dinero, me pillaba todos los tomos de Norma. Tengo alguna grapa suelta de First Comics, de cuando era un criajo, y es un tebeo que me hipnotiza. No sé qué tiene de especial porque la temática sci-fi me suele echar para atrás, no me atrae nada. Pero Nexus tiene algo que la hace especial...

Saludos

sebelo2 dijo...

Jesús,
es una miniserie fuera de los tomos. De hecho, me da que nunca será recopilada por Dark Horse, dado que ha sido editada bajo el sello del propio Rude.
Pues yo te puedo aclarar qué tiene de especial Ali....se llama el efecto ¡DUDE! ;P
Saludetes a todos,
Sergio

Unknown dijo...

No haré copy and paste como Nacho, solo diré: IDEM!

Y con reseñas como estas más aún xD.

Chuwa dijo...

Respondiendo a un anónimo, Space Opera se consideran los números 99-102 de la colección.
Sobre la calidad de la serie para mi es incuestionable al igual que Madman, tanto Rude como Allred son un ejemplo de comic independiente dentro del mainstream, si no te gusta simplemente es cuestión de sensibilidad, por que Nexus es una obra maestra para el resto del mundo. Seis premios Eisner, no digo más. ^_^