domingo, 5 de octubre de 2008

GUS volúmenes 1 & 2

Guión y Dibujo: Christophe Blain

Editorial: Norma

Formato: Álbum Cartoné. 80 y 88 Páginas

Precio: 16 y 17€

Calificación: 9/10

De todos los géneros que el cine ha cultivado a lo largo de estos ciento y pico años de historia, siempre ha habido uno que me ha cautivado especialmente, el western. Supongo que algo tendrá que ver que todas aquellas veces que me quedaba en casa de mis abuelos (se os sigue echando de menos muchísimo) mi querido abuelo me obligara a sentarme con él a ver la película de "convoys" de turno cuando yo lo que realmente quería hacer era jugar con mis Clicks de Famobil. A fuerza de ver decenas de "películas de vaqueros" el género terminó por convertirse en uno por el que me inclinaba especialmente a la hora de decidir cuál iba a ser la película a alquilar el fin de semana (una decisión que normalmente causaba la exasperación de mi hermana pequeña, más dada a ñoñerías tipo Sissi).

El caso es que con los años, y después de que esas decenas se hayan transformado en cerca de dos centenas, sigo devorando cualquier western que caiga entre mis manos, ya sea en celuloide o, de un tiempo a esta parte, en nuestro querido noveno arte. Y aunque todavía no he tenido la oportunidad de hincarle el diente a Blueberry (todo se andará), la recomicdación de Álvaro Pons sobre este Gus hubiera sido pasada por alto sino fuera por el género al que pertenece.

Teniendo en cuenta que por no reventarme nada había leído muy por encima lo que el Carcelero había escrito sobre el segundo de los tomos que nos ocupa, esperaba de la lectura de Gus un relato animado acerca de un grupo de bandidos que se dedican a robar bancos y trenes y poco más. Nada podría haberme preparado para la apasionante disertación aviñetada que Cristophe Blain arroja a la cara del lector acerca del amor.

Por más que le he dado vueltas antes de comenzar a escribir esta reseña, me resulta imposible valorar por separado la doble tarea de Blain como escritor y dibujante. El trabajo del artista es uno de esos rara avis que de cuando en cuando surgen en este mundillo, no se puede hablar del guión sin hacer referencia a su personalísimo trazo y su vibrante y genial narrativa; no se puede hablar del dibujo sin dejar de mencionar lo que se pone en juego en el desarrollo de la historia.

Ya desde el primer volumen queda claro que las reflexiones que Blain hace acerca del más hermoso de los sentimientos humanos giran en torno a lo sorprendente y obsesivo del mismo, a la capacidad que tenemos las personas para comportarnos de las más excéntricas maneras sin que en ese momento pensemos si lo que estamos haciendo tiene mucho sentido o no. Rotando alrededor de los tres integrantes de la banda, y haciendo especial hincapié en el alocado Gus que da nombre a la serie, Blain compone un primer volumen a base de pequeñas historias hiladas con sutileza que se cierran en un capítulo final con el que el autor dota de un brillante carácter cíclico a todo lo leído con anterioridad.

Tras arrancar el segundo tomo otra vez con Gus como protagonista, Blain pronto deja atrás a su narigudo personaje para centrarse en Clem y convertirlo en eje central y único del grueso de la historia. La decisión de Blain es inmejorable, y esa doble vida del bandido a caballo entre su familia y su amante, robando bancos y siempre con esa conciencia polifémica persiguiéndolo, es reflejada con maestría en unas páginas plenas de recursos narrativos que en no pocas ocasiones parecen sacados del mejor John Ford.

Sonora recomicdación donde las haya, lo único que resta lamentar es lo larga que se va a hacer la espera hasta que se publique el tercer volumen de una gran historia cuya universalidad trasciende, y de qué manera, las fronteras de cualquier género que se le quiera aplicar...y eso no es algo que se pueda decir todos los días.

Sergio Benítez (31)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ummmm, tendré que probar con este Gus, de lo que he oido hablar de él.
Y una recomendación que no debe esperar: ataca Blueberry, veras como es la madre de todos los westerns. El Giraud comedido, detallista y con un pulso narrativo que no cesa y uno de los grandes guionistas de todos los tiempos, el gran Charlier.

sebelo2 dijo...

Lo se, lo se, tengo que meterle mano. En cuanto me lea todo lo que tengo pendiente, que no es poco, empezaré a comprarlo.
Gracias por el comentario y por la recomicdación, caracrater.
Saludetes
Sergio