Editorial: Glénat
Formato: Rústica. 168 Páginas
Precio: 7.2€
Calificación: 6/10
Con la férrea voluntad de resarcirme con todos aquellos potenciales lectores que pudieran haberse ofendido por mi reseña de Next World (de la que no cambio ni una coma, cuidado), me fui a mi tienda habitual de cómics para hacerme con los tres volúmenes que completarían las primeras obras de Tezuka junto con la citada anteriormente. Así, ya están en mi posesión y esperando a ser leídos Lost World, La Nueva Isla del Tesoro y me dispongo a valorar lo que ha dado de sí la lectura de la tercera en discordia, Metrópolis. El porqué elegí esta obra en primer lugar tiene una explicación bastante sencilla: cuando hace seis años acudí al cine para ver la versión de animación de la presente obra, debo confesar que, por más que visualmente fuera fascinante y respetara el estilo del maestro nipón, no me enteré de nada (o al menos eso es lo que recuerdo). Es por ello que la lectura de Metrópolis arrancaba con una mezcla entre curiosidad y un cierto temor acerca de lo que podría encontrarme.
Al llegar a la mitad de la lectura todos mis temores se habían disipado pues, a diferencia de Next World, esta si era una obra compacta y de lectura fluida, aunque lógicamente impregnada de ese tono infantil y naïf que durante mucho tiempo ostentó la obra de Tezuka. Publicada en 1949, en Metrópolis comienzan a aparecer personajes que serán recurrentes en la obra del autor, como el detective Mostacho o Kenichi (ambos presentes en Next World) algo que respondía al concepto teatral que el maestro tenía acerca de sus obras. Esa tesitura, mezclada con los más que obvios homenajes a Disney (los ratones gigantes) y una casual referencia al Metrópolis de Lang son los ingredientes que Tezuka utiliza para contar una historia en la que, más que nunca, se nota la cercana influencia de los estragos de la Segunda Guerra Mundia a través de ese primitivo miedo a que la ciencia suponga el final de la civilización, un mensaje que queda considerablemente diluido por el tono ligero de la lectura pero sobre el que el autor no tardará en volver.
Sigo instando desde este particular púlpito a que, aquellos mangakas que sigan sintiéndose ofendiendos por las bajas calificaciones otorgadas, permanezcan atentos a este su blog, no tardaré mucho en dejar atrás las aproximaciones a las primerizas obras de Tezuka para sumergirme de pleno en sus trabajos más adultos. Espero no defraudarles entonces.
Al llegar a la mitad de la lectura todos mis temores se habían disipado pues, a diferencia de Next World, esta si era una obra compacta y de lectura fluida, aunque lógicamente impregnada de ese tono infantil y naïf que durante mucho tiempo ostentó la obra de Tezuka. Publicada en 1949, en Metrópolis comienzan a aparecer personajes que serán recurrentes en la obra del autor, como el detective Mostacho o Kenichi (ambos presentes en Next World) algo que respondía al concepto teatral que el maestro tenía acerca de sus obras. Esa tesitura, mezclada con los más que obvios homenajes a Disney (los ratones gigantes) y una casual referencia al Metrópolis de Lang son los ingredientes que Tezuka utiliza para contar una historia en la que, más que nunca, se nota la cercana influencia de los estragos de la Segunda Guerra Mundia a través de ese primitivo miedo a que la ciencia suponga el final de la civilización, un mensaje que queda considerablemente diluido por el tono ligero de la lectura pero sobre el que el autor no tardará en volver.
Sigo instando desde este particular púlpito a que, aquellos mangakas que sigan sintiéndose ofendiendos por las bajas calificaciones otorgadas, permanezcan atentos a este su blog, no tardaré mucho en dejar atrás las aproximaciones a las primerizas obras de Tezuka para sumergirme de pleno en sus trabajos más adultos. Espero no defraudarles entonces.
Sergio Benítez (47)
6 comentarios:
Coñe, yo tambien recuerdo la película muy bonita pero muy confusa. De tan bonita y tanto colorido, esfuerzos tuve que hacer para no dejarme llevar al país de Little Nemo.
Del manga no opino que no he tenido el placer ....
Más o menos me pasó lo mismo, se me hizo taaaan larga, que casi no me quedo dormido.
Gracias por el comentario y bienvenido seas.
Saludetes
Sergio
P.D: añadido queda a los enlaces
hola, me gusto tu blog, te he votado en 20 minutos , si quieres puedes hacer lo mismo, soy categoria ficcion en el blog "masacre en la fabrica de ositos", gracias y suerte
Muchas gracias. Ni siquiera he publicitado por aquí que me había inscrito.
Gracias de nuevo.
Sergio
Pues yo he leído el manga pero no he visto la película... :p
Léete Akira, hombre, eso sí es un manga que merece la pena ser leído...
(Sobre todo si te gusta la peli... ¡¡aunque renegarás de ella!!XD)
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Me he leído Akira, y he visto la peli. Y mientras el primero me parece una Obra Maestra, la segunda es bastante flojilla....por ser benévolos ;).
Saludetes
Sergio
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