Dibujo: Ethan Van Sciver
Editorial: DC Comics
Formato: Prestigio 48 Páginas
Precio: 5,95 $
Calificación: 8/10
Quizás sea cuestión de gustos personales, pero las historias con cárceles de por medio chiflan a casi todo el mundo, y no solo en cuanto a comic se refiere (Hard Time, The Damned, Punisher Círculo de Sangre), también en la gran pantalla (La Milla Verde, Cadena Perpetua) o en la pequeña (Oz, Prison Break).
Sería demasiado fácil enfocar esta reseña haciendo una comparación entre este Iron Heights y el Arkham Asylum de Batman (tranquilo José María, no levantaré más polvareda alrededor de tu sacra obra). Fácil y bastante acertado, para que nos vamos a engañar. Desde luego que Iron Heights no tiene la intensidad psicológica de Arkham pero sí que posee la claustrofóbica atmósfera de una cárcel malsana.
Si hay algo que une a todas estas propuestas carcelarias es lo enfermizo que puede ser el cerebro de un guionista a la hora de retratar este tipo de ambiente. Es cierto que a la cárcel ya se sabe quienes van, pero… ¿no hay nadie medio buena gente? ¿Es qué todos los reclusos son una sarta de chungones?. Pues sí, y es en parte, gracias a esta gentuza, por lo que sufrimos y disfrutamos tanto. El pensar que nuestro héroe se va a tener que enfrentar a estos malosos nos pone, y mucho.
Flash no iba a ser menos. Si Batman envía una y otra vez al Joker, Dos Caras y otros tantos al Asilo Arkham, Wally West hace lo propio en Iron Heights. Pongámonos en situación, una cárcel en la que encierran a los villanos que han sido caneados por Flash y cuya dirección corre a cargo de un tipo llamado Gregory Wolfe, el cual da más mal rollo que el escaparate de una ortopedia. Problemas: virus suelto por la prisión que pone a la gente muy malita y, por supuesto no podía faltar, el consabido motín de los presidiarios.
Historia muy correcta de Geoff Johns, algo que no nos sorprende a estas alturas, en la que nos presenta a una serie de personajes que más tarde utilizará en la serie regular del velocista. A los lápices un Ethan Van Sciver que ya apuntaba bastante alto, gran cantidad de detalles en sus ilustraciones, mostrándonos unos pasillos y unas celdas realmente enfermizas aunque con un único pero a su trabajo: la musculatura con la que dibuja a los personajes. No son lógicos esos brazos y espaldas en unos personajes que deberían guardar más similitudes con un conejo que con un mozo de mudanzas. Esta serie de detalles los ha ido puliendo hasta convertirse en el grandísimo dibujante que es hoy en día.
En cualquier caso, el cómic del que hoy nos ocupamos, un prestigio de 48 páginas, es ideal para pasar un buen rato, o malo, según se mire, disfrutando de unos personajes que ponen los pelos de punta y una historia de esas que nos suena de algo pero muy bien contada.
Hace poco nos dejaban un mensaje preguntándonos si nos gustaba el trabajo de Geoff Johns, con cierta ironía, todo hay que decirlo, ya que estamos en la semana Johns. Pues bien, la respuesta es que no solo nos gusta sino que nos apasiona y si sigue en esta línea ya caerán más especiales sobre sus divinas obras, porque, cuando alguien tiene un don, ¿no debemos apoyarlo? Si esa persona ha decidido compartir su sapiencia con nosotros, ¡Oh simples mortales! ¿Cómo vamos a negársela?. Si…bueno, eso, que está mu bonito el tebeo.
Sería demasiado fácil enfocar esta reseña haciendo una comparación entre este Iron Heights y el Arkham Asylum de Batman (tranquilo José María, no levantaré más polvareda alrededor de tu sacra obra). Fácil y bastante acertado, para que nos vamos a engañar. Desde luego que Iron Heights no tiene la intensidad psicológica de Arkham pero sí que posee la claustrofóbica atmósfera de una cárcel malsana.
Si hay algo que une a todas estas propuestas carcelarias es lo enfermizo que puede ser el cerebro de un guionista a la hora de retratar este tipo de ambiente. Es cierto que a la cárcel ya se sabe quienes van, pero… ¿no hay nadie medio buena gente? ¿Es qué todos los reclusos son una sarta de chungones?. Pues sí, y es en parte, gracias a esta gentuza, por lo que sufrimos y disfrutamos tanto. El pensar que nuestro héroe se va a tener que enfrentar a estos malosos nos pone, y mucho.
Flash no iba a ser menos. Si Batman envía una y otra vez al Joker, Dos Caras y otros tantos al Asilo Arkham, Wally West hace lo propio en Iron Heights. Pongámonos en situación, una cárcel en la que encierran a los villanos que han sido caneados por Flash y cuya dirección corre a cargo de un tipo llamado Gregory Wolfe, el cual da más mal rollo que el escaparate de una ortopedia. Problemas: virus suelto por la prisión que pone a la gente muy malita y, por supuesto no podía faltar, el consabido motín de los presidiarios.
Historia muy correcta de Geoff Johns, algo que no nos sorprende a estas alturas, en la que nos presenta a una serie de personajes que más tarde utilizará en la serie regular del velocista. A los lápices un Ethan Van Sciver que ya apuntaba bastante alto, gran cantidad de detalles en sus ilustraciones, mostrándonos unos pasillos y unas celdas realmente enfermizas aunque con un único pero a su trabajo: la musculatura con la que dibuja a los personajes. No son lógicos esos brazos y espaldas en unos personajes que deberían guardar más similitudes con un conejo que con un mozo de mudanzas. Esta serie de detalles los ha ido puliendo hasta convertirse en el grandísimo dibujante que es hoy en día.
En cualquier caso, el cómic del que hoy nos ocupamos, un prestigio de 48 páginas, es ideal para pasar un buen rato, o malo, según se mire, disfrutando de unos personajes que ponen los pelos de punta y una historia de esas que nos suena de algo pero muy bien contada.
Hace poco nos dejaban un mensaje preguntándonos si nos gustaba el trabajo de Geoff Johns, con cierta ironía, todo hay que decirlo, ya que estamos en la semana Johns. Pues bien, la respuesta es que no solo nos gusta sino que nos apasiona y si sigue en esta línea ya caerán más especiales sobre sus divinas obras, porque, cuando alguien tiene un don, ¿no debemos apoyarlo? Si esa persona ha decidido compartir su sapiencia con nosotros, ¡Oh simples mortales! ¿Cómo vamos a negársela?. Si…bueno, eso, que está mu bonito el tebeo.
Marione (26)
4 comentarios:
Cómo???? Un Comic de Geoff Jhons, y encima de Flash que no ha sido comentado???
Pues nada, aquí estamos para lo que haga falta.
A decir verdad, deberíais recomicdar la etapa completa de Johns en Flash, pero bueno, mejor no saturar al guionista, que luego la gente se queja...
A mi esta comic en particular me pareció "raro". Más que nada por el formato, ya que tenía sitio de sobra en la serie mensual para contar lo que quisiese... supongo que era por aquello de sacarnos las pelas...
La historia está bastante bien, y a mi me sirvió para refrescar esa galería de villanos que tanto juego le daría a la serie en años venideros.. El dibujo, coincido con los defectos que apunta mario, pero tiene ese toque "enfermizo" que le viene como anillo al dedo al prestigio.
En resumen, lectura muy recomendable, para enganchar a lo que estaba por venir.
Mario, lo de Arkham Asylum, además del comic en sí, supongo que fue cosa del momento en el que lees algo... Debía tener 15 o 16 años, y por aquelllo entonces los comics eran mucho mas tranquilos y luminosos, e incluso llevaban el Boom incorporado en las explosiones... Son cosas que te marcan, como "Una muerte en la familia", que leída hoy es una birria...
Gran y necesario comentario.
No añado nada más, que Mario se las entienda contigo acerca del ya conocido como "Affair Arkham Asylum" ;P.
Un abrazo,
Sergio
Totalmente cierto todo lo que comentas.
La etapa de Flash espero comentarla en un futuro no muy lejano, quizas cuando salga ese Omnibus con todo ella, menudo tomazo será.
En cuanto al otro tema, tu ya me entiendes, de verdad que no tengo nada en contra del Arkham A., solo que hace tiempo que no me lo leo y el Secretos de Kieth me resultó muy bueno. Es más, me comprometo a reseñarlo proximamente, ahora, no quiero mosqueos despues. ¿OK?
Saludos y un placer, como siempre, leer tus comentarios.
Mi muy estimado D. mario.
Conste de antemano que encajaré la crítica de Arkham Asylum con entereza, y prometo alejarme de la violencia física.
Lo realmente grande de la página a la que tantas horas dedicais Sergio y tú es esa división de opiniones, que en ocasiones nos hace descubrir un comic, en otras, coincidir en las alabanzas sobre algo, y en otras, discrepar.
Pero vamos, mientras se trate de seguir leyendo comics, bienvenido sea.
Un abrazo pa los dos y enhorabuena por el blog.
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