CERO ABSOLUTO

Guión: Richard Marazano

Dibujo: Christophe Bec

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Libro Cartoné. 144 Páginas

Precio: 14.95€

Calificación: 4/10

Aunque sea un comentario que ya he repetido en más de una ocasión, parece que, de cuando en cuando, me vea abocado a reiterar que "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra". En el caso que hoy nos atañe, esa piedra tiene nombre y apellidos, Christophe Bec, el dibujante de aquella lectura llamada Santuario que tan indiferente me dejaba allá por agosto del pasado 2008. Ignorando las voces de alarma que me llamaban a alejarme de esta Cero Absoluto, preferí fiarme de aquellas que me acercaban a ella por mor de su guionista, un Richard Marazano al que recientemente le había leído la más que correcta Cuervos.

Como fácilmente se puede inferir por la paupérrima calificación, debería haber hecho caso omiso de las segundas y haber atendido a las primeras, aunque, curiosamente, es responsabilidad última de la historia el que esta lectura no sea gran cosa. Para empezar, y siguiendo esa estela tan cinematográfica de la que hacía gala Santuario, Marazano cuaja un guión perfectamente definible como un cruce entre Aliens y La Cosa. Con muchas más referencias a la magistral cinta de Carpenter que a la de Cameron, Cero Absoluto arranca calcando las secuencias iniciales en la Sulaco de la segunda para después pasar a la helada superficie de un planeta que retrotrae de forma directa a los parajes polares en los que se desarrollaba la inquietante cinta protagonizada por Kurt Russell. Añadiendo a la mezcla la presencia de una entidad invisible que va diezmando a los protagonistas (de nuevo La Cosa) y cosiéndolo todo con unos diálogos que hacen gala de una verborrea incontenible, Marazano intenta, para colmo de males, jugar a ser el Alan Moore de Watchmen al incluir de cuando en cuando, páginas de una historia que se está leyendo uno de los protagonistas y que, supuestamente, tienen relación con el desarrollo de la acción como el Tales of the Black Freighter en la magna maxiserie de DC.

Combinado con un trabajo de Bec de fuertes concomitancias con el que ya le viéramos en Santuario, esto es, un storytelling algo confuso con acusada inclinación por calcar fotos de actores para dar mayor "realismo" al conjunto (lo de Tom Cruise es de un descarado vergonzoso), el resultado es un cómic mediocre, muy confuso tanto en lo visual como en lo argumental, aunque el macguffin sea de lo más típico, y que deja con ninguna gana de acercarse a otro trabajo en el que aparezca la firma de Bec. A Marazano si le daremos alguna oportunidad más, pero no muchas, no crean.

Sergio Benítez (333)