martes, 1 de diciembre de 2009

ADAM STRANGE. PLANET HEIST

Guión: Andy Diggle

Dibujo: Pasqual Ferry

Editorial: DC

Formato: TPB. 192 Páginas

Precio: S19.99

Calificación: 8.5/10

Los años 50 fueron para la ciencia ficción una de las épocas más fértiles de la historia, y muchas de las grandes cintas del género que hoy tienen la consideración de clásicos, vieron la luz en aquellos años: Ultimatum a la Tierra, La Invasión de los Ultracuerpos, La Mosca, El Increible Hombre Menguante, la serie En los Límites de la Realidad...parecía que la ferviente imaginación de escritores como Bradbury, Matheson o Clarke no tenía fin. Esta corriente cinematográfica y literaria terminaría llegando, como no, al mundo del cómic.

Aunque Flash Gordon había sido creado por Alex Raymond en 1934, no sería hasta la citada década de los cincuenta cuando la todopoderosa DC se decidiría a lanzar varios nuevos personajes en el ámbito del citado género. Así, en 1957 nacían dos héroes: Space Ranger y Adam Strange. Ambos aparecerían primero en las páginas de Showcase, una colección dedicada a explorar nuevos personajes antes de darles una serie exclusiva. Tras los números dedicados a Space Ranger, el personaje de Strange debutaba en el diecisiete de dicha colección, publicado en 1958.

Adam Strange era un arqueólogo embarcado en unas excavaciones en algún lugar de Sudamérica. Huyendo de unos nativos iría a caer por un barrando...siendo automáticamente catapultado a años luz de la Tierra. Al parecer, Adam había sido atrapado por un rayo Zeta envíado desde el planeta Rann (en la galaxia Alfa-Centauri) en un intento por establecer comunicación con nuestro planeta. Como solía pasar en las historias de ficción de la época, Adam se enamoraría de Alanna (hija de Sardath, el inventor del rayo Zeta) y todos las aventuras del nuevo personaje responderían a un mismo esquema: Adam tenía que salvar a Rann de innumerables amenazas y al final (antes de que Alanna pudiera agradecérselo convenientemente) era transportado de vuelta a la Tierra.

El personaje de Strange fue acogido con agrado por el público, pero no lo suficiente como para granjearle una colección propia. De Showcase, nuestro héroe pasaría a Mistery in Space en 1959, siendo su estrella principal hasta la incorporación de Hawkman en 1963. Un año después, el hombre halcón conseguiría colección propia y su lugar en Mistery in Space pasaría a ser ocupado por el Space Ranger. Desde entonces el personaje de Strange iría apareciendo en diversas series (incluso en la JLA) y miniseries, sin llegar a tener nunca una colección propia.

Con la revisión a la que fueron sometidos todos los personajes de DC tras las Crisis en las Tierras Infinitas, Strange obtuvo un nuevo pasado de manos de Alan Moore en una de sus mejores colecciones: La Cosa del Pantano. Según este nuevo origen, Strange habría sido llevado a Rann por motivos menos altruistas que el mero contacto interplanetario, su presencia en Rann se debía a que su raza había perdido la capacidad de engendrar, convirtiendo así al arqueólogo en una suerte de super-semental. Este hecho, junto con el de la presencia permanente de Strange en Rann y su matrimonio con Alanna era confirmado a principios de los noventa en la miniserie llevada a cabo por Richard Brunning y los hermanos Kubert (y que fue recomicdada en su momento por Mario AQUI).

Y así llegamos a 2005. Casi cincuenta años separan a Strange de sus comienzos y ya es hora de redefinirlo para una nueva generación. Los elegidos para el trabajo son Andy Diggle, guionista conocido por su labor en la nueva serie de La Cosa del Pantano o en Losers; y el español Pasqual Ferry, del que creo, sobran las presentaciones. La excusa para traer de vuelta al personaje la encontramos en los acontecimientos que DC lleva preparando desde hace casi dos años y que tendrán su punto álgido en la miniserie Infinite Crisis.

Los ocho números que ocupa Adam Strange. Planet Heist comienzan con el personaje siendo interrogado en una comisaría de Gotham donde se le acusa de haber causado un altercado enorme y de haber destrozado su propio apartamento. Adam cuenta su historia pero, claro está, no le creen. Es entonces cuando Diggle desvela el hilo argumental que conducirá a nuestro héroe durante las páginas que se suceden: Rann ha desaparecido y a Strange le ha sido imposible trasladarse al planeta donde su mujer y su hija lo esperan. Aparecen entonces en acción dos cazarrecompensas buscando el artilugio que Adam utiliza para transportarse a Rann y a partir de ahí los acontecimientos se suceden de forma vertiginosa: Adam se transporta a Alfa Centauri donde descubre que en el lugar que antes estaba Rann ahora hay una supernova. Allí, casi moribundo, es rescatado por una nave de Thanagar (el planeta de Hawkman), encontrándose tras un incidente en dicho planeta, con los Omega Men y la L.E.G.I.O.N. Todo eso y mucho más ocurre en una miniserie que se lee con pasión, en la que Diggle va decantando con paciencia las pistas que guían a Adam de un lugar a otro de la galaxia, encontrándonos con un guión que recupera para los más veteranos el gusto añejo de la ciencia-ficción.

Pero sin duda alguna lo mejor de la miniserie es el espectacular dibujo de Ferry. Para los que le conocemos desde La Balsa de la Medusa o Sebastián Gorza no sorprende la evolución que Ferry ha ido experimentando a lo largo de los años, pero ello no quita para disfrutar como un enano con las páginas que el dibujante trabaja con tesón: un rítmico storytelling unido a un dibujo de trazo limpio y sabor inequívocamente europeo caracterizan las casi doscientas páginas que componen esta lectura. Si a la magnificencia del dibujo unimos el hecho de que está increíblemente coloreado por Dave McCaig sobre los lápices de Ferry (sin la inclusión de tintas) obtenemos uno de los mejores (si no el mejor) trabajos de nuestro compatriota y el inicio del estilo que tanto le hemos podido ver después en sus diversos trabajos para Marvel.

Aún con la imposición que implicaba la unión de esta miniserie a la de Rann/Thanagar War, Diggle y Ferry conseguían con Adam Strange una lectura más que amena que moderniza a un personaje de más de un lustro de vida sin perder un ápice de la esencia que lo caracterizará cuando vio la luz en 1957. Una tarea nada sencilla de la que el equipo creativo puede sentirse más que orgulloso.

Sergio Benítez (323)

4 comentarios:

Ali dijo...

No soy muy de ciencia-ficción, salvo alguna cosa suelta, pero éste me lo leí muy a gusto. Gran dibujo de Ferry sin ser su mejor trabajo.

Ah! muy buena reseña, Sergio.

Saludos

sebelo2 dijo...

De Ferry hay poco que no me guste, ya sean sus primeras obras (el Octubre es compra obligada) como las que ha hecho desde que se fue a yanquilandia, con ese cambio de estilo tan bestial.
Saludetes y gracias Ali,
Sergio

Toni dijo...

Yo de la etapa americana de Ferry no controlo mucho, pero cuando cuando cayo en mis manos el de Octubre descubri a un gran autor.
Sergio, cuando has puesto lustro, te querias referir a media centena de años, me parece a mí.
Saludos.

Unknown dijo...

Grán repaso de este personaje tan desconocido (almenos para mi). ¿Entonces este personaje es carne de cañon de miniseries? Me recuerda a cierto ex-doctor... aunque este si tubo serie propia hace lustros.