lunes, 30 de noviembre de 2009

MAGASIN GÉNÉRAL v.4: Confesiones

Guión: Régis Loisel & Jean-Louis Tripp

Dibujo:
Régis Loisel & Jean-Louis Tripp

Editorial: Norma

Formato: Álbum Rústica. 72 Páginas

Precio: 17.00€

Calificación: 9/10

Bienvenidos de nuevo a Notre Dame des Lacs. La vida no es que haya cambiado demasiado por aquí. Bueno, tenemos lo típico, algún nacimiento, alguna defunción, los típicos chismes que suelen surgir en cualquier pueblo... pero poco más.

Esta es una de las series que año a año espero con más ganas, paladeo hoja a hoja, sin prisa alguna, y me cago en tó lo que se menea porque me queda otro año de espera para seguir con la historia. Una historia de la que os podría hablar y hacer un pequeño resumen pero, ¿para qué tenemos al amigo Sergio? Pulsen ustedes mismos en éste enlace y a deleitarse con su sabiduría. ¿Cómo? ¿Que tengo poca vergüenza? Nop, la justa sólo.

Bueno, pues tras la puesta al día que nos ha realizado mi compañero, en éste cuarto volumen comienza la que sería segunda trilogía de la historia. Aunque tal y como está todo enlazado y narrado podríamos considerarlo tan sólo un seguir adelante. Los rumores y chismorreos sobre la cohabitación de Serge y Marie corren como la pólvora prendida entre los habitantes de Notre Dame des Lacs. La situación comienza a hacerse insostenible. Hay que hacer algo al respecto, pero ¿el qué?.

Una de las confesiones a las que hace alusión el título hará que el cura del pueblo se trastorne totalmente, sólo para descubrir que algunos habitantes más le confiesan que ya sabían de antemano el contenido de la confesión que ha escuchado. ¿Demasiado lío y confesiones. Confieso que sí, pero no iba a confesaros a todos en qué consisten las confesiones porque entonces os estaría confesando el contenido del tomo en sí. ¿Confesado... digo, comprendido? Pues sigamos...

Las páginas siguen estando maravillosamente dibujadas. El cómic mismo nos va marcando su lectura, alternando escenas de diálogo con magistrales páginas mudas en las que vemos el tiempo pasar. Detalles simpáticos como el triunvirato formado por un perro, un gato y unos patitos van salpicando las viñetas mientras avanzamos por el tomo. Y ése ambiente de familiaridad que nos rodea durante su lectura, como si fuesemos un habitante más de ésa pequeña población, dado lo ridículamente sencillo que es apreciar a todos y cada uno de los personajes.

Una vez más me refiero a la obra como una de ésas historias en las que parece que no pasa nada, pero en realidad pasa de todo. Y además tenemos una sorpresa inesperada justo al final del tomo y una pregunta al aire ¿Y ahora qué? Pues si eso ya os lo cuento el próximo año.

Saludos!

Nacho (28)

CUERVOS

Guión: Richard Marazano

Dibujo: Michel Durand

Editorial: Glénat

Formato: Libro Cartoné. 192 Páginas

Precio: 24€

Calificación: 7/10

Siguiendo con su política de recuperación en asequibles tomos de series que ya fueron editadas en su día en formato álbum, Glénat nos trae ahora Cuervos, una obra de la que servidor no había escuchado absolutamente nada hasta el momento de verla anunciada en las novedades de Octubre de la editorial. Un error que el integral subsana descubriéndome en un único volumen una serie intensa cuya premisa de partida es tan atípica como atractiva.

Así, Marazano y Durand sitúan la acción de Cuervos en Medellín, una ciudad cuya mayor connotación para todos aquellos que la hemos oído nombrar alguna vez tiene que ver con el cártel de la droga allí instaurado. Y es precisamente en ese duro mundo en el que los autores desarrollan una ambiciosa obra que sigue a Juan, un niño que pasará de ser un vagabundo esnifador de pegamento, a un sicario a las órdenes del cártel y, en última instancia, a ser el que mueva los hilos del funcionamiento, no sólo de la organización, sino de gran parte de su Colombia natal. Personaje complejo y atractivo donde los haya, lo que resulta hasta cierto punto más inaudito de la lectura es ver como, de forma irremisible, uno siente cierta empatía con un protagonista cuyas acciones son, a todas luces, execrables y moralmente cuestionables desde cualquier punto de vista que pueda plantearse. Aún así, el trabajo de Marazano a los guiones logra que el lector haga suyo el inevitable trágico destino de todo lo que rodea a Juan, desde el trabajador social que intenta protegerlo en vano cuando niño, hasta la madre que nunca quiso saber nada de él, pasando por aquél que por primera vez le dió la oportunidad de matar y terminando en su mujer e hijos, una familia de la que poco o nada quiso saber. Definido a través de todos ellos, Juan es dibujado por el guionista, utilizando una expresión shakesperiana, como una "marioneta del destino" que poco o nada puede controlar los hilos que lo maneja, desprendiendo toda la lectura una carga de fatalidad que ya se pone de relieve desde su título, un Cuervos sacado de ese refrán que afirma "Cría cuervos y te sacarán los ojos".

Pero si atractiva resulta la labor de Marazano a los guiones, no se puede decir menos de un Durand que se deja la piel en la minuciosa y precisa traslación que hace de todos los entornos en los que se mueve al acción. Aunque en la caracterización de personajes se le pueda poner alguna falla, el trazo del artista, en lo que a fondos se refiere, es brillante; aunque más resulta lo arriesgado, no de su narrativa, que experimenta lo justo con la rotura de la estructura cerrada, sino de los encuadres y angulaciones que usa a lo largo y ancho de la lectura, disfrutando como un crío con los picados, los contrapicados y los ángulos oblícuos.

Sin ser un cómic denuncia (a ojos de un ciudadano de a pie una historia tan rocambolesca parece tan de ficción como lo pueda ser La Guerra de las Galaxias) Cuervos sirve a la perfección para ilustrar la complicada situación en la que viven cientos de miles de colombianos, obligados de una forma u otra a trabajar para unos cárteles a los que poco les importa la muerte de quien se ponga por medio si al final obtienen sus preciados porcentajes de beneficios.

Sergio Benítez (322)

viernes, 27 de noviembre de 2009

The ULTIMATES

Guión: Mark Millar

Dibujo: Bryan Hitch

Editorial: Panini

Formato: Libro Cartoné. 368 Páginas

Precio: 34.95€

Calificación: 9/10


Cuando mi compañero de blog me dijo que la recomicdación de Ultimates no existía aun me llamó la atención bastante. Primero porque juraría que yo la había visto y leído, y segundo porque no me podía creer que un pedazo de cómic como este no tuviera su lugar en nuestro particular Hall Of Fame.

¿Cómo pude confundir una recomicdación de otro tebeo con la de la obra de Millar y Hitch? Muy sencillo. Aquella que leí en su día era ni más ni menos que la del segundo volumen de Authority. Cosa, por otra parte, completamente comprensible e igualmente inevitable. Cuando allá por el 96 Ellis tomó las riendas de la apestosa creación de Wildstorm Stormwatch poco se podía imaginar lo que se le venía encima. Redefinir el concepto de cómic superheroico no es algo que esté al alcance de cualquiera. Pero Ellis ha demostrado en más de una ocasión que no es cualquiera.

Tras esos catedráticos doce números Ellis abandona la colección y le pasa el testigo a un, por aquél entonces, casi desconocido Mark Millar. ¿Sería capaz este escocés recién llegado al comic americano de mantener el nivel impuesto por el loco y visionario inglés? La etapa de Millar en Authority será recordada por ser igual de cafre que la de Ellis y si no fuera por el baile de dibujantes de esos números quizás estaríamos hablando de otra cosa.

Y entre cafrada y cafrada llega el primer volumen de Ultimates junto a, esta vez sí, Bryan Hitch. Fue quizás estos Ultimates la serie del universo supermolón creado por Marvel que mejor captó la filosofía de la línea. Su estructuración en series de doce o trece números era perfecta para lo que Millar quería contar y como lo quería contar.

Actualizando un grupo icónico de Marvel como son Los Vengadores, el resultado no puede ser más espectacular. Leyendo la historia uno no puede dejar de pensar si lo que está viendo es realmente lo que nos contaron Lee y Kirby hace ya algunos años. Y es que está todo: el Capitán América en la Segunda Guerra Mundial, el millonario Tony Stark siempre pegado a una copa, Thor y su inseparable martillo, los problemas conyugales entre Hank Pym y Jan, la avispa. Todo. Pero adaptado a los tiempos que corren.

Como si de una supreproducción de Hollywood se tratara, el comic tiene escenas que dejan con la boca abierta al más pintado. La amenaza salvaje de Hulk, la pelea entre los Pym, LA, así en mayúsculas, invasión alienígena y la destrucción por la que se deja acompañar. Mucha destrucción y entretenimiento.

Si la labor de Millar en los guiones está planeada milimétricamente, qué decir de los lápices de Hitch. Imposible pedirle más. Poco queda de aquel dibujante que se empeñaba en “homenajear”, ejem, ejem, a Alan Davis en sus primeros trabajos. La espectacular épica destructiva de Los Vengadores del siglo XXI palidecería si a los lápices estuviera otro dibujante. Y quien no me crea solo tiene que echarle un vistazo al volumen tres, dibujado por Madudeira o al cuatro, por nuestro Pacheco. Nada que ver oigan.

A la hora de calificar este primer volumen de Ultimates le estuve preguntando a Sergio cuanto le cayó al Absolute de la Authority de Millar. ¿Por qué? Sintiéndolo mucho, por más que me guste la obra de Millar y Hitch, creo que no sería correcto ni justo que tuviera más nota que la serie de Wildstorm. No es que sean iguales pero sí que la una bebe de la otra. Eso sí, nadie habló de darle la misma puntuación y que cada uno elija la que más le guste. Yo ya lo he hecho…

…¡Mentira gorda! Soy incapaz. Saben aquello de preguntarle a un niño a quién quiere más, si a papá o a mamá. Pues lo mismo. Otra cosa muy distinta sería preguntar cual es tu preferido entre papá Ellis y tito Millar. ¿No creen?.

Marione (2ª Época #14)

jueves, 26 de noviembre de 2009

HISTORIAS del OLVIDO

Guión: Javier de Isusi & Saracino

Dibujo: VVAA

Editorial: Dolmen

Formato: Libro Cartoné. 132 Páginas

Precio: 15€

Calificación: 8/10


Antes de empezar la reseña quería hacer un breve comentario sobre lo que para mi significó hace ya unos dos años la lectura de esta novela gráfica. Hasta entonces el termino “novela gráfica” me sonaba a algo muy lejano, era como una cosa que solo unos pocos podían y sabían usar y yo no terminaba de entender y tampoco era algo que me interesara mucho. Pero un día, en una de mis visitas a la biblioteca, el destino quiso que me fijara en la que sería (o al menos para mi lo es) la primera novela gráfica que he leído. Este libro que hoy forma parte de mi biblioteca particular y de algo más.

Historias del olvido es (como su nombre indica) un conjunto de once historias centradas en distintos personajes que a simple vista no parecen tener nada en común pero poco a poco vamos descubriendo que además de cruzarse sus caminos (de forma casi siempre anecdótica) les une también su extraña relación con los olvidos y los recuerdos. A lo largo de las historias de estos personajes se nos va dibujando, poco a poco, la imagen de un lugar (si es que se puede llamar así), el sitio donde los recuerdos van y vienen, a veces cambiados, alterados tal vez por nuestro propio subconsciente. O también puede ser el sitio del cual nunca regresen, dejando en su lugar algo a lo que llamamos olvido.

Este lugar se va detallando mediante pequeñas pinceladas y detalles que los guionistas y dibujantes nos van dando a lo largo de las diferentes tramas. Y es este uno de los grandes alicientes de la obra, la gran cantidad de artistas que pasan por aquí dejando su huella particular. Nombres conocidos por casi todos como David Rubín, David Lafuente, Abril Barrado, Paco Roca y unos cuantos más, son los dibujantes encargados de dar vida a los dramas de los personajes, siendo en ocasiones estos dramas más realistas (como un enfermo de alzhéimer) y en otras ocasiones más irreales (como intercambiar recuerdos de una manera absurda e imposible).

Cuando acabas la lectura del libro, es imposible no pensar que acabas de leer un capitulo inédito de la maravillosa historia de la familia de Sandman. Como si a Gaiman se le hubiera olvidado contar la historia de este mundo donde se almacenan cada uno de los recuerdos que hemos tenido a lo largo de nuestra vida. Tal vez en ese mismo lugar se encuentra el recuerdo olvidado de Gaiman de esta historia. Tal vez ese mismo recuerdo fue recuperado por el autor que nos ha regalado esta obra.

“¿Qué estás mirando papá? ¿algún recuerdo que se te escapa para siempre? ¿tienes tiempo de decirle adiós? ¿y cómo es un olvido, papá? ¿tiene alguna forma en especial o es como un nadie?".

Sebastián (5)

HISTORIAS TREMENDAS

Guión: Enrique Sánchez Abulí

Dibujo: Oswal & Darko

Editorial: Glénat

Formato: Libro Cartoné. 256 Páginas

Precio: 19.95€

Calificación: 6.5/10

Las comparaciones son odiosas. Es una de esas máximas con las que siempre procuro estar de acuerdo. Pero hay ocasiones en las que recurrir a una comparación es inevitable. Y esta es una de ellas, ya que resulta imposible leer Historias Tremendas y no recordar con el paso de cada página a esa otra obra de Abulí llamada también de nombre Historias, pero apellidada Negras, esa que recomicdara Toni hace unos meses y cuya lectura no dejaba asomo de duda acerca de su carácter de tebeo sobresaliente; algo que al volumen que nos ocupa se le escapa entre las viñetas conforme avanza la lectura.

La primera y más notable diferencia que surge de la (odiosa) comparación, es la que atañe al aspecto gráfico, ya que en lugar de Bernet, tenemos a Oswal y Darko. Y no quiero malentendidos. La frase anterior no viene a decir que en comparación con el dibujante catalán, el trabajo del argentino o del serbio sea muy inferior, porque no estaría siendo justo con ninguno de ellos: tanto el primero con su trazo suelto y desenfadado, quizás algo caótico, pero muy personal, como el segundo, mucho más comedido y definido, logran con su narrativa seguir de forma precisa las historias que Abulí va hilvanando. La diferencia real estriba en que si bien ambos artistas cuajan un trabajo más que correcto, se limitan (en la opinión del que esto suscribe, huelga decirlo) al mero traslado, sin llegar a añadir ningún tipo de los matices que Bernet si conseguía arrancar del frío papel impreso con los guiones de Abulí. Y ello es palpable en todas las historias, siendo la tónica general que describe el volumen (muy bien editado como ya es costumbre por Glénat) la de la normalidad.

Pero claro, no vamos a achacarle toda la responsabilidad a Oswal y Darko cuando Abulí tiene mucho que decir al respecto. La sardónica genialidad que el escritor desarrollaba en sus Historias Negras (no había ninguna de ellas que no te dejara demolido al finalizar su lectura) se queda aquí en lo anecdótico y la gran mayoría de los relatos aquí incluidos desatan como mucho una tímida expresión de asombro o una disimulada sonrisa que quedan lejos, muy lejos, de los ojos como platos y las cáusticas carcajadas que su colaboración con Bernet provocaba. Intentando diversificar la temática de las historias, Abulí llega incluso a caer en el chiste fácil, aquél que en la primera viñeta ya se sabe como va a terminar, y eso en el autor de Torpedo resulta casi imperdonable. Aún así, algún ramalazo de brillantez salva al conjunto de una menor puntuación, quedando al final una sensación global de agradable intrascendencia.

Sergio Benítez (321)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

De MANO en MANO

Guión: Emilio Ruiz

Dibujo: Ana Miralles

Editorial: Edicions de Ponent

Formato: Álbum Cartoné. 48 Páginas

Precio: 18€

Calificación: 7.5/10

Comienza como un tebeo costumbrista, se desarrolla a base de suscitar la curiosidad del lector por la suerte de su "protagonista", continua como una cínica disección de la realidad social de nuestro país, y acaba con unas reflexiones existencialistas acerca de nuestro protagonismo como individuos en el gran guiñol de la vida. Eso es, en pocas líneas lo que nos ofrece De Mano en Mano en sus intensas cuarenta y ocho páginas. Una propuesta que, para ser la primera vez que leo algo de Ana Miralles, me ha dejado un estupendo sabor de boca.

Con un estilo naturalista, cierta pasión por el detalle y por que los decorados de las viñetas sean tan importantes como los personajes que por ellas pululan. Lo que ello provoca es que la lectura tenga un matiz hiperrealista de bastante entidad que hace que la miríada de personajes que se pasean por la acción se sientan tan cercanos como cualquier conocido nuestro, o cualquier persona de carne y hueso que podamos encontrarnos en la calle. Además, la genialidad del tebeo reside también en huir de emitir juicios de valor acerca de todas aquellos que quedan implicados en la narración por culpa del "protagonista". En este sentido resulta admirable tanto el que Miralles se esfuerce por que ningún personaje sea más desagradable a nuestros ojos que el resto (ni siquiera unos skin que aparecen en un momento dado) como que Ruiz los describa desde la neutralidad propia de un observador imparcial.

El no dejarse llevar por pasiones redunda en que sea el lector el que tenga que ir extrayendo sus propias conclusiones acerca de lo que va desarrollándose ante sus ojos por acción directa o indirecta del "protagonista" y es encomiable la gran variedad de situaciones diferentes que el guionista es capaz de inventar para hacer virar la acción hacia un destino u otro, sin que ello suponga un perjuicio en el ritmo de la lectura y en la comprensión de la misma. Antes bien, la capacidad de guionista y dibujante para definir con cuatro líneas y otros tantos trazos a sus personajes es de gran ayuda para crear esa ilusión de cercanía que comentaba más arriba, cuajando un trabajo estupendo, ameno y que se lee en un suspiro.

¿Que quién es ese misterioso "protagonista"?. Pues un billete. Un billete de 20€. Y no me digáis que después de esta revelación no os ha entrado cierta curiosidad por saber más sobre De Mano en Mano. Pues ya sabéis. A la tienda a comprarlo. Que hay que levantar el tebeo patrio.

Sergio Benítez (320)

La ESTACIÓN de las FLECHAS

Guión: Samuel Stento

Dibujo: Guillaume Trouillard

Editorial: Sins Entido

Formato: Álbum Cartoné. 104 Páginas

Precio: 18€

Calificación: 9/10

Por mucha experiencia que uno llegue a acumular en escribir sobre cómics, siempre llegará el momento en que un tebeo lo deje sin palabras, o al menos le obligue a expresarse en modos y términos diferentes a los que está acostumbrado. En el año y pico que llevamos de blog, muy contadas son las ocasiones en las que esto me ha ocurrido, y a vuelapluma podría llegar a nombrar títulos como Fun Home, George Sprott, Mi Pequeño o Fueye, la ganadora de la primera edición del Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Sins Entido y predecesora en estas lides de la que hoy nos ocupa, esta Estación de las Flechas. Comentábamos el pasado año en la recomicdación de Fueye que la obra de Jorge González arrancaba nuevos sintagmas de significado a la palabra cómic, aportando a la lectura todo la musicalidad que unas páginas aviñetadas son capaces de trasnmitir. Y aunque con el ganador de la segunda edición no podemos hablar de musicalidad, si que lo podemos hacer en unos términos que, a fin de cuentas, hablan de lo mismo que afirmábamos en esencia con Fueye: transgresión y exploración.

La Estación de las Flechas transgrede el significado normal y más clásico de la palabra cómic y, en un mismo movimiento oscilatorio, juguetea con acercarse y alejarse de las connotaciones que se asocian a novela gráfica para, en el interín, crear una nueva y compleja entidad que sirve de crisol para muchas y muy diferentes formas narrativas. Así, el trabajo de Stento y Trouillard establece desde su singular y surrealista comienzo un diálogo distinto para con el lector, uno que no proporciona a aquél que se sienta cómodamente en su sofá todas las herramientas necesarias para la interpretación de lo que se nos narra, exigiendo de nosotros mucha más implicación de la que solemos encontrar en el papel impreso. Ese surrealismo al que hacía referencia antes es quizás la principal y más explotada cualidad de la que hace gala el guión del volumen pues, ¿cómo si no podríamos definir a una historia que parte de la premisa de que un matrimonio recibe en su casa una anhelada lata de conservas con una familia india dentro?. A partir de tan esperpéntico comienzo, Stento va desarrollando poco a poco y sin ningún tipo de prisas una historia que se mueve entre lo lisérgico y lo onírico y que, en su exposición, no desdeña acudir a cuantos más recursos mejor para estimular una y otra vez a un lector que, como poco, se quedará atónito ante lo que se despliega, página a página, delante de sus narices.

En ese titánico esfuerzo, Stento se descubre como un guionista hábil en extremo a la hora de introducir en La Estación de las Flechas muchas más lecturas de las que aparentemente se podrían encontrar. Yendo de lo más simple a lo más complejo, podemos encontrar en el discurso del tebeo desde un peculiar pero sentido homenaje al género del western (ya sea en el cómic como en el cine) hasta toda una feroz crítica hacia esa sociedad de consumo que un día terminará por manufacturarnos en serie, pasando por una soterradas pero sensibles denuncias hacia la sistemática desaparición de la raza india en los Estados Unidos por una parte y el grave problema que supone la inmigración ilegal por la otra, o un bellísimo canto, ya sea hacia un modo de vida que se perdió en el tiempo (en el que el hombre era la medida de sí mismo) o hacia una naturaleza con la que cada vez estamos menos en contacto. En todas ellas Stento hace gala de una enorme sensibilidad que se apoya de forma constante y sin ningún tipo de reparos en la soberbia labor gráfica de Trouillard.

Es gracias a éste que podemos hablar de ese otro término que comentábamos antes: la exploración. El artista francés compone con cada página (o par de páginas) de La Estación de las Flechas todo un ejercicio de superación constante de las formas narrativas habituales, trascendiendo en muchas ocasiones las fronteras de lo que normalmente consideraríamos como parte del noveno arte, para elevarse como una pieza única y autocontenida. De esta forma, y con un diseño fascinante que no conoce la palabra limitación, Trouillard se aproxima a la ejecución de cada página como un nuevo reto a superar, estableciendo un complejo diálogo entre estructura individual y estructura global en el que las variaciones sobre la composición tradicional de viñetas ofrecen un rosario de genialidad inusitado: partiendo del esquema básico (con unas acuarelas magníficas que saben aprovechar la complejidad de la técnica de la veladura en toda su magnitud) Trouillard aborda lo que el guión de Stento le exige desde muchos y muy diferentes puntos de vista, ya sea en la forma de diario del protagonista, ya como los manuales que se acercan al invento de "el indio en conserva", ya en las muchas páginas que rompen el sentido de léctura lógico y ofrecen más de un acercamiento al mismo.

La conjugación de ambos aspectos de una misma entidad, conforman a La Estación de las Flechas como un fascinante ejercicio narrativo ante al que al lector le es imposible permanecer impasivo dada la magnitud y calidad de lo que se despliega en el volumen, concretando, qué duda cabe, uno de los tebeos imprescindibles de este 2009 que toca a su fin.

Sergio Benítez (319)

martes, 24 de noviembre de 2009

PLUTO vol.1

Guión: Urasawa adaptando a Tezuka

Dibujo: Naoki Urasawa

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: Libro Rústica. 192 Páginas

Precio: 7.95€

Calificación: 8/10

Antes de comenzar, deciros que hace años que el manga no conseguía interesarme demasiado. Habían pasado ya algunos años desde que Planeta iniciara ese primer desembarco, y los recuerdos de aquellos Crying Freeman, Ranma ½ o Battle Angel Alita, estaban ya borrosos, y en su mayoría, correctamente enterrados en mi memoria, por no pasar de ser simplemente entretenidos y olvidables.


Curiosamente, la primera de mis criticas en este blog fue sobre un manga, algo atípico, eso sí, llamado Soy una Matagigantes, pero siempre he mantenido una discreta distancia del manga ya sea por mi exacerbado pijamismo, por la falta de historias que llamasen mi atención, como por aquello del orden de lectura orientalizado, que se me antojaba confuso e incómodo.


Pero claro, todo aficionado a los comics sabe que, de vez en cuando, debe intentar expandir sus horizontes, y leer algo europeista, o manga, o de lo contrario, corre el riesgo de perderse buenas obras como la que nos ocupa, que andan por ahí escondidas en las estanterías de las tiendas, bajo un formato de bolsillo, en blanco y negro, y justo al lado de Naruto.


De Naoki Urasawa poco conocía, mas allá de ser el consagrado autor de obras como 20th Century Boys, o Monster, todas editadas hace algún tiempo en nuestro país, pero que he ido descubriendo recientemente, privado ya de mis prejuicios hacia el manga. De su dibujo, algo occidentalizado, detallista, preciso y elegante, poco tengo que decir, ya que fue una de las razones que me convenció de la compra.


Del guión, pues poco menos que alabanzas tengo para esta obra, de la que sólo he leído el primer volumen cuando escribo esto, pero que ha conseguido fascinarme y engancharme como pocas. Y es que Urasawa sabe utilizar parte del universo creado por Osamu Tezuka y su Astroboy, allá por los años 50, y al mismo tiempo hacerlo accesible aquellos que, como un servidor, hayan leído poco más que Akira o Dragon Ball. De hecho, puedo asegurar que sin haber leído una sola página del Astroboy original, he podido disfrutar y mucho con este manga.


En un futuro menos lejano de lo que creemos, robots y humanos conviven en armonía, hasta el punto de que no es sencillo distinguirlos a simple vista. Allí, los ciudadanos lloran la perdida del robot Montblanc, querido por todos y utilizado como ayuda en las tareas de extinción de incendios, que ha aparecido destrozado y mutilado, lo que pronto se revela como la primera en una serie de muertes de las mismas características. Pronto conoceremos al inspector Gesicht, encargado del caso, que nos introducirá en la fascinante historia de Pluto.


Como nos tiene acostumbrados Urasawa, la historia hace gala de una asombrosa capacidad de presentarnos a los personajes en pocas paginas y conseguir que sintamos que llevamos años leyéndolos. En ocasiones a través del uso de flashbacks, de textos de apoyo, o de simples miradas, sus personajes tienen la virtud de resultar reales y creíbles, a pesar de que, en este caso, formen parte de una aventura con tintes fantásticos.


Poco más puedo contaros de esta obra sin destripar nada, pero sí que durante la investigación de Gesicht, en la que pienso acompañarle, conoceremos otras muchas caras de la convivencia entre robots y humanos, y es a través de esas historias, pequeñas y cercanas, como Urusawa consigue seguir sorprendiéndonos a cada página. Además, a fuerza de leer hardcovers y ediciones Premiere, casi había olvidado el gustazo que supone llevarte a casas casi doscientas paginas de lectura por ocho euros, un verdadero lujo en los tiempos que corren.


Jose (25)

MARVEL KNIGHTS 4 vols. 1 y 2

Guión: Roberto Aguirre Sacasa

Dibujo: Steve McNiven y Jim Muniz


Editorial: Marvel


Formato: 2 TPB. 168/120 Páginas


Precio: $13.99/16.99


Calificación: 7.5/10 y 5.5/10

El momento de bonanza que disfrutó la primera familia de Marvel hace unos años fue un rara avis en el panorama del cómic. Al éxito de la serie dedicada a los 4 en la línea Ultimate se sumaban los casi tres años de buenos números que Mark Waid y Mike Wieringo (con la ayuda de Howard Porter y Paco Medina ) se llevaron al frente de la colección madre. Por ello, no fue de extrañar que, cuando el inefable Bill Jemas anunciaba que el equipo creativo se retiraba de la colección, la reacción de los fans no se hiciera esperar y las quejas ante tal decisión empezaran a ocupar sitio en los correos de los responsables de la editorial. La respuesta de la misma no se hizo esperar, y tan sólo un mes más tarde de dicho anuncio los lectores recibíamos la grata noticia de que Waid y Wieringo se quedaban...al menos por el momento. Pero Marvel tenía un grave (o no tanto) problema entre manos. Debido a que el proceso de creación de un comic se hace normalmente de 3 a 6 meses de antelación (desde que el guionista lo escribe hasta que lo tenemos entre las manos puede pasar incluso un año), la editorial ya tenía contratada al nuevo equipo creativo que habría de encargarse de la colección una vez que el guionista de Kingdom Come y el dibujante de Tellos la abandonaran. Ni cortos ni perezosos, los responsables de la editorial decidían que para aprovechar el material que tenían entre manos, ¿qué mejor que lanzar una nueva colección al mercado? Así nacía este Marvel Knights 4 .

Lo de Marvel Knights fue una excusa como otra cualquiera que Joe Quesada (director editorial de Marvel ) se inventó en su momento para albergar ciertas colecciones con temática o enfoque más adulto que no tenían cabida dentro del mainstream de la editorial. Así, pronto pasarían a publicarse bajo el sello, las cabeceras de Punisher o Daredevil, viéndose al final la idea inicial un tanto pervertida y revelándose a la postre como una maniobra comercial (otra más) de la editorial para sacarle las perras al respetable. Y eso se nota (y mucho) en la colección que ahora mismo nos ocupa. 4 parte de una premisa que perfectamente podría explicarse como "Los 4 Fantásticos , una producción HBO". Para aquellos un poco perdidos explicar que HBO es una cadena de televisión privada norteamericana que se caracteriza (al margen de la inmensa calidad de sus producciones) por el contenido adulto de las series que emite. De ella nos han llegado excelentes productos como Band of Brothers (lo mejor que se haya filmado nunca sobre la Segunda Guerra Mundial), Sex and the City, The Sopranos o la sorprendente Carnivale (por no hablar de Rome, Deadwood o su último éxito, True Blood).

No es de extrañar entonces, que la intención de la nueva colección fuera (en principio) apartarse del toque fantástico que siempre ha mantenido la serie principal para resituar a la famosa familia en un ambiente más urbano. Y para ello el primer golpe de efecto que el jovencísimo Aguirre-Sacasa se sacaba de la manga: el grupo está en la más absoluta de las quiebras. La huida de su financiero con la mayor parte de su fortuna, y el hecho de que la ciudad les reclame los daños que durante años han tenido que sufrir a raíz de sus constantes intentos por salvarlos del malo de turno provocan que el grupo se vea abocado a abandonar el edificio Baxter y buscar trabajo en el mercado laboral normal. La premisa de partida no puede ser más original, y la verdad es que durante los cuatro primeros números es donde Aguirre- Sacasa obtiene el mayor partido de la misma, mostrándonos como cada miembro del grupo lidia con la incómoda situación que les ha tocado vivir: Reed tiene que trabajar para una compañía como informático; Sue se ve obligada a dar clases; Ben entra a trabajar en la construcción, y Johnny ...eso lo dejo para que lo descubráis por vosotros mismos. El guionista saca el mayor jugo posible al nuevo status de sus personajes y el primer arco argumental se lee con avidez.

Pero los cuatro no son nada sin alguna amenaza en ciernes y es por ello que los números 5 al 7 discurren en un bosque en el que Reed, Ben y Sue deben enfrentarse a una leyenda urbana hecha realidad. Aquí, el guionista consigue, aún apartándose de la tónica que supuestamente iba a llevar toda la serie, una lectura amena, con detalles acerca de las personalidades de nuestros héroes nunca antes explorados. La estupenda lectura que suponen estos siete primeros números no es ajena a la increíble labor de su dibujante, Steve McNiven . Recién llegado a Marvel, el artista explota con fuerza en las páginas de 4 su ya más que conocido estilo (reminiscente del genial Travis Charest). Así, entre el realismo y la caricatura, McNiven realza con un dibujo muy potente los guiones de Aguirre-Sacasa, dejándonos un trabajo sin mácula.

Un hecho del que Marvel parece no querer darse cuenta es que la continuidad de un mismo equipo creativo, ayuda a que los lectores permanezcan en una colección durante más tiempo. Percatándose del diamante en bruto que tienen entre manos, los jefazos de la editorial deciden que derrochar el talento de McNiven en una colección secundaria es perder dinero, así que, sin más, a partir del número 8 el dibujante es sustituido por Jim Muniz. Y el cambio se nota (y cómo). Muniz no está a la altura de su antecesor (por más que intente imitarlo) y no sé si es por esa razón o por que Aguirre-Sacasa falla en los guiones, que el tercer arco argumental, de tan sólo dos números, es de una lectura cansina. La enésima aparición de Namor y sus trifulcas con Reed ya no tienen gracia ninguna, y el ritmo de la colección se resiente de forma considerable. Menos mal, que en los tres números restantes el escritor recupera a uno de los villanos de siempre del grupo, reincorporándolo en una trama que explora una vez más la nueva situación de la primera familia para cerrar el primer año de una colección por la que tanto la editorial como el público iría perdiendo el interés hasta cerrarse, casi de tapadillo, entre su segundo y tercer año de existencia.

Sergio Benítez (318)

lunes, 23 de noviembre de 2009

DESPUÉS de la LLUVIA



Guión: André Juillard

Dibujo: André Juillard

Editorial: Norma

Formato: Álbum Rústica. 56 Páginas

Calificación: 5.5/10

Después de la lluvia salen los caracoles. Después de la lluvia a mi crío le encanta chafar los charcos. Después de la lluvia a mi perra le cuesta más hacer "sus cositas" porque se han limpiado los olores de sus compañeros de calle. Y Después de la Lluvia es la segunda obra de Andre Juillard como autor completo que un servidor leyó.

La gente se empeña en decir que es una continuación de El Diario Azul, pero os puedo asegurar que nada o muy poco tienen que ver la una con la otra. El único punto comun entre ellas es un cameo de un par o tres personajes del primer album. Si bien es cierto que son ellos los culpables del desencadenamiento de la trama, pero de ahí a considerar una como continuación de la otra... Sería como si pensásemos que ¡Vaya Santa Claus! es una continuación de Milagro en la Calle 34 porque en las dos sale Papá Noel y tiene que ver con la trama.

Bueno, pues el desencandenante al que os hacía referencia es una fotografía. Una fotografía que aparece en el escaparate de una exposición que realiza un personaje de El Diario Azul. Y al verla por casualidad un peatón fortuito, éste decide comprarla e interrogarle sobre cuándo y dónde se tomó la instantánea, ya que en ella aparece un conocido suyo que lleva varios meses desaparecido.

Nuestro comprador de la fotografía nos relatará entonces su relación con el desaparecido, amigo suyo desde la infancia. Nos cuenta cómo crecieron juntos. Nos habla de la evolución de ambos. Nos dice que cada semana se solían reunir puntualmente. Hasta que su amigo dejó de hacerlo. Y ahora que lo ha encontrado en ésa foto está dispuesto a buscarlo.

A partir de aquí se desplega una trama de investigación, celos, amistad, infidelidades, amor, etc. De hecho, si en la anterior obra Juillard nos deleitaba con un ritmo tranquilo y pausado, avanzando lentamente en las relaciones humanas, aquí los acontecimientos hay momento en los que se me antojan excesivamente acelerados. Demasiado tiempo planteado una buena trama y mucha velocidad en resolverla.

De todas formas, a pesar de lo flojo de la historia (seguimos, como siempe, bajo mi punto de vista) el grafismo de Juillard sigue siendo impecable, asistiendo a un espectáculo de escenarios, exteriores, edificios, vehículos, paisajes... una maestría en cuanto a fondos. Y todos ellos al servicio de sus personajes perfectamente elaborados. Un espectáculo para la vista, vamos...

Si bien tengo que reconocerla como una obra menor y un poco floja, mi devoción hacia el autor me impulsa a recomicdarla, aunque sea sólo por pasar un rato agradable mirando los dibujos.

Saludos!

Nacho (27)

Hank Ketcham's COMPLETE DENNIS the MENACE vol.1

Guión: Hank Ketcham

Dibujo: Hank Ketcham

Editorial: Fantagraphics

Formato: Libro Cartoné. 672 Páginas

Precio: $24.95

Calificación: O.M

La promesa de Fantagraphics era todo un hito. Durante once años ininterrumpidos iban a publicar, a ritmo de un tomo al año, los cincuenta años de historia de las que probablemente son las mejores tiras cómicas del noveno arte, o al menos, las que mejor supieron captar el American Way of Life e inmortalizar una época, la de los dorados años 50, que hoy es parte del recuerdo. Los aficionados a los tebeos por entregas estábamos de enhorabuena, Dennis the Menace por fin iba a ver la luz en un formato como Dios mandaba.

Contaba el creador de la serie, antiguo dibujante de los estudios Disney (donde colaboró en cintas como Pinocho o Bambi), que la idea de la serie se le ocurrió un día en su casa mientras trabajaba en una ilustración para el Saturday Evening Post (uno de los más famosos periódicos de los Estados Unidos): "...de repente escuche un tremendo ruido que provenía de las habitaciones y mi mujer entró hecha una furia en el estudio gritándome "¡Tú hijo es una amenaza!". Un hilo de pensamiento llevó al otro y Ketcham habría creado en menos de cinco minutos a uno de los personajes más reconocibles de la inconografía americana. Un año después de estos acontecimientos, Dennis era presentado al público en 16 periódicos, pasando al centenar de rotativas a finales de 1951. Y eso sólo era el comienzo. La popularidad del personaje creció de forma desmesurada en los años que siguieron a su aparición, siendo adaptada a televisión en 1959, convirtiéndose más tarde en serie de animación y finalmente en película en 1993. Para entonces el travieso niño contaba ya con publicaciones en más de 1000 periódicos a lo largo de 48 países.

Pero, ¿cual es el secreto de tan inmenso éxito?. A mi entender, la tremenda repercusión que Dennis the Menace tuvo en sus primeros años de vida se debió a tres razones: por una parte a que reproducía en sus viñetas una de las más queridas épocas de la historia americana: los años 50. Tras los horrores de la guerra, el estado del bienestar promovido por el gobierno de Truman primero y Eisenhower después, provocó un relanzamiento a escala mundial del producto americano, y todavía hoy forman parte de su cultura y de los sueños del americano medio la típica casita con vallas blancas y un Dodge en la entrada; los cafés con las máquinas pinchadiscos y las fuentes de Coca-Cola...en fin, todo aquello que Zemeckis mostraba con sumo detalle en la primera parte de Regreso al Futuro.

Sin embargo, ese éxito no hubiese traspasado las fronteras de Norteamérica sino huibiese sido por la universalidad de los temas tratados por Ketcham en su creación, pues, ¿quien no tenía un hijo/hermano/primo de cinco años de edad que no paraba de hacer trastadas?. Cualquiera que lea las páginas de Dennis the Menace verá reflejada más de una situación vivida en sus propias carnes. Un hecho más que lógico si tenemos en cuenta que muchas de dichas tiras (sino la mayoría) salían de experiencias propias de Ketcham o cualquiera de sus colaboradores.

Pero lo que, bajo mi punto de vista, supone el mayor acierto de esta obra cumbre es su genialidad gráfica. Coetáneo con los Peanuts de Charles M. Schulz, la diferencia entre ambos es que mientras la tira de Snoopy desarrollaba una historia en tres o cuatro paneles (dándole al lector un inicio, un nudo y un desenlace) la de Dennis elimina la primera y la útlima etapa, convirtiéndose en una instantánea en la que Ketcham se asomaba al microuniverso de su "hijo" y dibujaba lo que "veía". Así, es trabajo del lector el dar un inicio a la situación que estamos viendo, y poner un final (casi siempre desastroso para la temporal victima de las travesuras del terrorífico niño) a dicha viñeta y cada página de las muchas que se llegaron a publicar se convierte en una historia autocontenida que dependiendo de la persona tendrá uno u otro final.

En cuanto al formato elegido para perpetuar la obra de Ketcham, Fantagraphics se cubría de gloria con un tomo en tapa dura de reducidas dimensiones -14'5 x 16'5 cm- y un papel de alto gramaje que cuida al máximo, en sus más de 600 páginas, reproducir hasta el útlimo detalle del brillante dibujo del autor. Si tenéis oportunidad de haceros con este primer tomo y creéis que podéis seguir haciéndolo durante los próximos 6 años (ya han transcurrido cinco), no lo dudéis, Dennis the Menace sigue siendo manteniendo hoy, con más de cincuenta años a sus espaldas, la misma frescura que tuviera cuando vió la luz por primera vez...y eso es algo de lo que muy pocos personajes de cómics pueden presumir.

Sergio Benítez (317)

viernes, 20 de noviembre de 2009

El ZORRO de ALEX TOTH

Guión: Alex Toth

Dibujo: Alex Toth

Editorial: Azake

Formato: Libro Rústica. 240 Páginas

Precio: 18.50€

Calificación: 9/10


Quien nos ha visto y quien nos ve. En la última de mis escapadas a terreno algecireño tuvo lugar algo inaudito hace algunos años. Rebuscábamos en las atestadas estanterías del suegro de mi compañero de blog Sergio, Don José María, cuando de repente apareció de la nada un volumen con una portada bastante maja y con una sobrecubierta bastante molona por aquello de jugar con los recortables. El volumen en cuestión contenía toda la etapa de Alex Toth al frente del cruzado enmascarado. ¿De dónde ha salido esto? ¿Es antiguo o moderno? ¿Español o Inglés? Lo quiero. Y lo quiero ya.

En cuestión de un par semanillas El Zorro de Alex Toth ya formaba parte de la colección y esperaba a ser disfrutado. ¿Que por qué era un hecho poco probable hace algunos años?. Ya se sabe que uno debe evolucionar y no cerrarse nunca a nada. Y la verdad es que el dibujo de Toth para un jovenzuelo cegado por los colorines dados con ordenador pues como que no.


Pero rectificar es de sabios y aquí estoy unos años después disfrutando como cerdo en cochiquera de las aventuras de Diego de la Vega y su inseparable criado Bernardo. Delicioso. Simplemente exquisito. Y algunos calificativos más se merece el volumen editado por Azake Ediciones.


De Alex Toth poco se puede añadir a estas alturas de la película. Maestro de las luces y sombras, pero sobre todo, de la simplificación. Que nadie se sorprenda si encuentra ciertas reminiscencias “Tothistas” en autores más modernos como Rude, Mazzuchelli, Altuna o el siniestro Mignola. Trazo simple y claro, nada de recargar las viñetas con rayitas innecesarias. Para esta edición el color se ha sustituido por unas tramas grises aplicadas bajo la supervisión y dirección del propio Toth.


Y que se puede decir del guión. Pues que las historias cortas escritas por el de Nueva York en ocasiones suelen tener cierta continuidad de una a otra pero que nadie se espere tramas complicadas ni interminables sagas de varios números. Por lo general se produce algún hecho injusto en el que un conocido del Señor de la Vega se ve envuelto. ¿A quién llamarán ustedes? A los Cazaf… Estoooo. No. Al Zorro, que a lomos de su caballo Tornado dejará en evidencia una y otra vez al capitán Monasterio y sus corruptos hombres sedientos de poder, dinero y borracheras.


La edición de Azake, editorial completamente desconocida para un servidor pero que a partir de ahora habrá que seguir de cerca, es sencillamente perfecta. Buen papel, buena reproducción y mejor contenido. El trabajo de Toth se completa con un par de introducciones a cual mejor: una del propio autor y otra de Jordi Bernet (no olvidemos que la primera aventura del no menos legendario Torpedo fue dibujada por Toth). Para cerrar el tomo algunos autores españoles dedican unas palabras explicando la influencia del maestro neoyorquino en sus trabajo: Beá, Pellejero, Fonteriz, Font, Yugo o Martín. Sin olvidar el buen hacer de Álvaro Pons redactando un gran artículo biográfico sobre el autor americano.


Recuperación de clásicos. Ya no sabemos como reivindicarlos. Foráneos y patrios, que hay donde elegir. No dejemos que la injusticia triunfe. Aquí, por desgracia, no podemos esperar que un tipo con un antifaz y capa negra venga a rescatarnos de los malvados.


Marione (2ª Época#13)

jueves, 19 de noviembre de 2009

THOR: RAGNAROK

Guión: Michael Avon Oeming

Dibujo: Andrea Divito

Editorial: Panini

Formato: Libro Rústica. 144 Páginas

Precio: 9€

Calificación: 8.5/10

Ragnarok, el Apocalipsis, el fin de los dioses nórdicos. Es irónico que este cómic fuera el primero que leí sobre Thor, hace unos años gracias a la biblioteca de Murcia (alabada sea la sección de comics/tebeos/manga que tanto dinero me ha ahorrado). En aquel momento me gustó, me pareció épico y emocionante, pero releyéndolo ahora, después de haberme “mamado” algo de historia sobre el personaje (entre Biblioteca Marvel y la serie actual) y en general sobre Marvel Comics puedo decir sin dudar que si alguna vez han pensado en escribir la historia Thor: El Fin no hace falta que lo piensen mucho, solo tienen que hacer copy and paste con esta historia.

No he leído nada del anterior volumen de Thor (editado en diez tomos) y ni falta que hace para entender esta historia donde se nos narra el fin de todo lo que el dios del trueno y los dioses nórdicos representan. Todo empieza con otro plan "maestro" de
Loki para acabar con su hermanastro y dominar Asgard (ohh ¿en serio? ¿otra vez? ¿pero es que no te aburres de fracasar?) pero esta no sería la última historia de Thor si Loki no ganara esta vez, o al menos es lo que en principio parece, pues desde el primer momento el pérfido asgardiano lleva la delantera por mucho, dándole a la historia grandes dosis de dramatismo a lo que ayuda ver un Thor convencido de que esta será su última batalla. Pero a pesar de todo, a pesar de la muerte, la destrucción y la desolación, a pesar de todo eso y más, el rubiales del martillo se levanta y sigue adelante, sigue luchando hasta el final.

Para añadirle más miga al asunto descubrimos que en esta batalla no solo se luchará contra el dios de las mentiras, sino contra el destino, contra la eterna y cíclica historia que va desde el nacimiento hasta la muerte de los dioses nórdicos y que convierte al Ragnarok en una broma pesada de aquél. Esta lucha llevará al dios del trueno mucho más lejos de lo que jamás había pensado que iría y lo mejor, le llevará más lejos de lo que llegó su padre, Odín.

Una cosa que me gustaría destacar es el dibujo del cómic. Todos estamos de acuerdo en que Oliver Coipel y Marko Djurdjevic han hecho un papel espectacular dibujando a Thor, pero a pesar de ello el dibujo de Andrea Divito no tiene nada (bueno, vale, no tiene mucho) que envidiar al de estos artistas, ya que el artista hace un gran trabajo dibujando tanto dioses de muy variadas vestimentas como ingentes cantidades seres mitológicos de todos los tamaños y formas. Y sobre todo destaco las peleas. Hay una entre Thor y Loki que me encanta donde los puñetazos, patadas y martillazos se suceden en viñetas que cambian de forma y tamaño según la fuerza de los golpes. Lo mejor, al final de dicha pelea cuando las viñetas cada vez se ven más y más pequeñas pero se puede distinguir perfectamente los puñetazos y las patadas de Thor. Simplemente genial.

Tanto como si eres seguidor de las aventuras del Thor de Marvel como si no, esta historia está al alcance de todos, ya que como he dicho al principio lo leí hace años sin tener ni la más remota idea de quien era quien y lo disfruté bastante.

Sebastián (4)

EXTERIOR NOCHE

Guión: Gipi

Dibujo: Gipi


Editorial: sins entido


Formato: Álbum Rústica. 96 Páginas


Precio: 15€


Calificación: 9.5/10


Tanto si eres de los que lleva cierto tiempo pasándose por este blog de forma más o menos asidua como si te encuentras en ese reducido grupo que ya no puede vivir sin su ración de recomicdaciones diarias, es muy probable que hayas tenido la oportunidad de observar qué bien hemos tratado por estos lares en cuestiones de calificación a los tomos recopilatorios de historias cortas. Llaménse El Circo del Desaliento o La Tetería del Oso Malayo de David Rubín, o responda al nombre de Dándole Vueltas con Peeters como autor. Sea El Ólmo del Cáucaso de Taniguchi o el En Pocas Palabras de Jason, lo cierto es que ningún volumen de los citados ha bajado del notable, encontrándose de hecho la mayoría de en la acomodada posición del sobresaliente. El que todos los títulos citados formen parte de tan selecto grupo de cómics parece que debiera ser óbice para que, al menos a priori, este Exterior Noche de Gipi, que supone la cuarta lectura que le hacemos al italiano en esta bitácora, tuviera que entrar en la misma categoría que los demás por el mero hecho de recoger varias historias de diverso talante del autor. Pero, aunque esto fuera cierto, no lo sería menos que si el volumen mete la cabeza como lo hace en el grupo de elegidos es por que se lo gana a pulso, y de qué manera.

Con el común denominador que supone un estilo artístico único, en el que Gipi explora las posibilidades del óleo en tonos azulados y grises mezclado con tintas, algo de aguadas y su característico trazo, Exterior Noche es un compendio de lo mejor que le he podido leer al artista desde que lo descubriera en S. Y aunque no me suele gustar ser muy explícito en mis comentarios sobre un cómic, y menos aún desglosar una por una las historias de un volumen para comentarlas, aunque sea brevemente, en este caso me veo obligado por la enorme calidad de cada una de ellas a si quiera apuntar una suerte de serie de mini-recomicdaciones que traten de capturar (dentro de mis limitaciones) su magnificencia.

La Historia de Cara: de una parte el narrador, que puede ser el propio Gipi, u otra persona. De la otra, un personaje muy peculiar que responde al nombre de Cara. En medio, la historia que el primero quiere contar con un tono poético que se aleje del realismo que siempre le caracteriza, pero que el segundo no permite que se eleve por encima de la altura del gris asfalto y la dura vida de la calle. El encuentro entre uno y otro da como resultado una narración brillantemente entrecortada en la que una voz pisa a la otra cuando así le conviene para tomar las riendas de lo que se nos cuenta.

Calle de las Adelfas: a los que hayan leído Mi Vida Mal Dibujada les debería sonar el recuerdo que Gipi pone aquí en viñetas. Como si de una buena historia de terror se tratara (y en realidad lo es, no sabéis hasta que punto) la narración comienza de forma casual, con el autor recordando las calles donde pasaba su infancia, los vecinos que tenía y con quién jugaba y no. Y así, con ese azaroso sentido que tiene la vida cuando uno es pequeño, es como el italiano nos da el mazazo final, tan abrupto como necesariamente inconcluso para que sea nuestra imaginación la que ponga conclusión a tan terrible hecho.

Las Caras Bajo el Agua: aún ostentando un cierto carácter fantástico, sobre todo en su resolución, Las Caras bajo el Agua se acerca mucho a los postulados de lo que Gipi desarrollaría después en Apuntes para una Historia de Guerra, esto es, una historia de corte realista enmarcada en el ámbito de un conlficto armado desconocido. A través de tres personajes, que el autor consigue definir de forma brillante en muy pocas líneas de diálogo, se nos acerca a un sesgo de la crudeza que cualquier guerra encierra, suavizado, qué duda cabe, por ese giro final que, lejos de chirríar con respecto al resto de la narración, la concluye con un esperanzador tono.

Coche Bajo la Lluvia: experimento narrativo prodigioso, el autor comienza articulando la rotura del cuarto muro de una forma bastante peculiar. Sí, uno de los protagonistas es consciente de que no es él quien mueve los hilos de su destino, sino una fuerza superior llamada guionista. Pero no, no lo expresa hablando directamente al lector, sino contándoselo a su compañero de vehículo. En paralelo, Gipi desarrolla una anécdota argumental que, condensada por lo escueto del desarrollo del relato, no ve alterada la ironía de su trasfondo en ningún momento.

Las Cinco Curvas: indignado y cabreado por la inconsciencia de los jóvenes de su pueblo, que se matan en las cinco peligrosas curvas que hay por la carretera por culpa de unas arriesgadas carreras de ciclomotores. Haciendo gala de una conciencia social que ya quisieran para si muchos políticos de tres al cuarto, Gipi da toda una lección de humanidad y preocupación hacia lo que le rodea, demostrando además en cuatro viñetas que, aún atado a la triste realidad que narra, tiene la capacidad de mostrarse tremendamente poético.

Muttererde: tierra madre en alemán. Así es como se llama el carguero en el que el italiano sitúa la historia más larga de todo el volumen. Una en la que Gipi es capaz de saltar del intimismo que le otorga el que el narrador sea la voz anónima del diario de uno de los tripulantes, hasta el desgarrador brutalismo con el que unos militares a los que él llama nazis, no sabemos si porque lo son en realidad -el relato huye de temporalidades - o por las connotaciones que ello conllevan, tratarán una situación de polizontes. Situación cuyos dramáticos resultados llevarán al autor a convertirse en digno heredero de Gabriel García Márquez para, emulando al escritor en Relato de un Náufrago, llevar el final de la historia a terrenos muy diferentes de aquellos donde arrancó.

Pocas conclusiones son necesarias que no redunden en alabar las muchas virtudes del magnífico trabajo que despliega el italiano, algo que resultaría reiterativo a estas alturas de la recomicdación, así que mejor cortamos y les invitamos a que se hagan con este excelente volumen que, por si fuera poco, es una ganga en cuanto a relación calidad (y no he comentado la estupenda edición de sins entido, con un papel e impresión de aquí te espero) precio.

Sergio Benítez (316)

miércoles, 18 de noviembre de 2009

INSIDE MOEBIUS

Guión: Moebius

Dibujo: Moebius

Editorial: Norma

Formato: Libro Cartoné. 220 Páginas

Precio: 29€

Calificación: 8/10

Cuando uno ha viajado con un cómic en la mano por casi todos los países europeos desde que era muy chaval hasta nuestros días, el nombre de Jean Giraud "Moebius" causa cierta reverencia. Más o menos como Futre para los atléticos, Elvis Presley para los rockers o Adriá para los gastrónomos.


Como lector suyo desde los tiempos de Blueberry siendo Jean Giraud, a sus delirios de ciencia ficción tipo El Garaje Hermético o El Incal conociéndose aquí como Moebius, siempre he creído que el artista tiene uno de los más excelsos y portentosos trazos, a la par que un dominio de la narrativa sencillamente brutal e incluso un guionista de gran solidez, desoyendo a aquellos que le adjudicaban ser un guionista normalito y que Charlier era el verdadero alma de Blueberry; algo que el francés ha demostrado con el último arco argumental del teniente, el del duelo del O.K. Corral y el apache Gerónimo, un guión que fácilmente habría podido firmar el gran Charlier, si no hubiera muerto hace diez años.


El clasicismo efervescente de Giraud y el vertiginoso delirio de Moebius, ¿como alguien puede conjugar dos sensibilidades tan contradictorias sin dejarse arrastrar por el desequilibrio, sin perderse en el viaje?. Con ya más de setenta años, y después de haber vivido intensamente a golpe de viñeta, el autor publica ahora su última obra, Inside Moebius, a la vez que aprovecha para poner ciertas cosas en su sitio, ajustando cuentas con sus fantasmas personales.El mismo lo aclaraba hace años diciendo que Giraud trabaja dentro de las limitaciones de la lógica narrativa impuesta por el guión de Charlier, donde hay unas reglas a respetar. Moebius es poesía libre, e inventa sus propias reglas a medida que dibuja.


La obra en cuestión va a constar de seis tomos que Norma va a agrupar de dos en dos, por lo que se supone que serán tres. Sobre este lo primero que hay que comentar es que Moebius ha dejado la marihuana tras treinta y tantos años dándole a la rica hierba, por lo que sobre todo el tebeo sobrevuela una connotación alucinógena realmente importante, al estar continuamente los distintos personajes recordándole su enganche, para bien o para mal.


En el primer libro se nos presentan los personajes, a decir, Jean Giraud de joven y Jean Giraud ahora (este es el protagonista), y luego van apareciendo Mayor Gruber, ese enigmático colonialista que pulula por las paginas del Garaje Hermético y su exuberante compañera Malvina, Arzak, personaje taciturno y mudo con su improbable pterodáctilo blanco, el teniente Mike S. Blueberry y los personajes de los mundos de Edena, maestro Bug, Atan y Stel. Con un trazo sencillo y a la vez cautivador, hecho con un simple rotulador Pilot V 2000 y unos colores cálidos, Moebius nos adentra, con una narrativa sublime, en su Desierto B particular, en el que en un acto brutal de improvisación van apareciendo sus distintos personajes advirtiéndole y recordándole, muchas veces agobiándole, las dificultades de la creación, la dureza del dibujante de comics, la integridad del demiurgo, adonde piensa llegar con tal personaje (para un amante de Blueberry como yo, pone los pelos de punta las quejas y el cabreo del personaje sabedor que su creador ya no va a seguir con su vida,……destila tristeza). En el segundo tomo añade nuevos personajes, parecidos y distintos a la vez; uno es suyo, el indio Gerónimo, el otro es Bin Laden (sí, sí, estáis oyendo bien, el mismísimo Bin). Lo que parece una ida de olla se convierte en una deliberación lúcida y valiente sobre todo lo que supuso en 11-S y la hipocresía que se destila de todo esto.


En conclusión, aun siendo un ejercicio de egocentrismo realmente importante, Inside Moebius es un tebeo necesario, que destila improvisación y frescura, despojado de toda imposición comercial y con un halo de alucinación psicotrópica que se convierte en toda una reflexión sobre los paradigmas de la creación y de la energía que un artista siente cuando es libre. Un cómic imprescindible y necesario para los lectores de Jean Giraud "Moebius".


Toni (14)