lunes, 23 de noviembre de 2009

Hank Ketcham's COMPLETE DENNIS the MENACE vol.1

Guión: Hank Ketcham

Dibujo: Hank Ketcham

Editorial: Fantagraphics

Formato: Libro Cartoné. 672 Páginas

Precio: $24.95

Calificación: O.M

La promesa de Fantagraphics era todo un hito. Durante once años ininterrumpidos iban a publicar, a ritmo de un tomo al año, los cincuenta años de historia de las que probablemente son las mejores tiras cómicas del noveno arte, o al menos, las que mejor supieron captar el American Way of Life e inmortalizar una época, la de los dorados años 50, que hoy es parte del recuerdo. Los aficionados a los tebeos por entregas estábamos de enhorabuena, Dennis the Menace por fin iba a ver la luz en un formato como Dios mandaba.

Contaba el creador de la serie, antiguo dibujante de los estudios Disney (donde colaboró en cintas como Pinocho o Bambi), que la idea de la serie se le ocurrió un día en su casa mientras trabajaba en una ilustración para el Saturday Evening Post (uno de los más famosos periódicos de los Estados Unidos): "...de repente escuche un tremendo ruido que provenía de las habitaciones y mi mujer entró hecha una furia en el estudio gritándome "¡Tú hijo es una amenaza!". Un hilo de pensamiento llevó al otro y Ketcham habría creado en menos de cinco minutos a uno de los personajes más reconocibles de la inconografía americana. Un año después de estos acontecimientos, Dennis era presentado al público en 16 periódicos, pasando al centenar de rotativas a finales de 1951. Y eso sólo era el comienzo. La popularidad del personaje creció de forma desmesurada en los años que siguieron a su aparición, siendo adaptada a televisión en 1959, convirtiéndose más tarde en serie de animación y finalmente en película en 1993. Para entonces el travieso niño contaba ya con publicaciones en más de 1000 periódicos a lo largo de 48 países.

Pero, ¿cual es el secreto de tan inmenso éxito?. A mi entender, la tremenda repercusión que Dennis the Menace tuvo en sus primeros años de vida se debió a tres razones: por una parte a que reproducía en sus viñetas una de las más queridas épocas de la historia americana: los años 50. Tras los horrores de la guerra, el estado del bienestar promovido por el gobierno de Truman primero y Eisenhower después, provocó un relanzamiento a escala mundial del producto americano, y todavía hoy forman parte de su cultura y de los sueños del americano medio la típica casita con vallas blancas y un Dodge en la entrada; los cafés con las máquinas pinchadiscos y las fuentes de Coca-Cola...en fin, todo aquello que Zemeckis mostraba con sumo detalle en la primera parte de Regreso al Futuro.

Sin embargo, ese éxito no hubiese traspasado las fronteras de Norteamérica sino huibiese sido por la universalidad de los temas tratados por Ketcham en su creación, pues, ¿quien no tenía un hijo/hermano/primo de cinco años de edad que no paraba de hacer trastadas?. Cualquiera que lea las páginas de Dennis the Menace verá reflejada más de una situación vivida en sus propias carnes. Un hecho más que lógico si tenemos en cuenta que muchas de dichas tiras (sino la mayoría) salían de experiencias propias de Ketcham o cualquiera de sus colaboradores.

Pero lo que, bajo mi punto de vista, supone el mayor acierto de esta obra cumbre es su genialidad gráfica. Coetáneo con los Peanuts de Charles M. Schulz, la diferencia entre ambos es que mientras la tira de Snoopy desarrollaba una historia en tres o cuatro paneles (dándole al lector un inicio, un nudo y un desenlace) la de Dennis elimina la primera y la útlima etapa, convirtiéndose en una instantánea en la que Ketcham se asomaba al microuniverso de su "hijo" y dibujaba lo que "veía". Así, es trabajo del lector el dar un inicio a la situación que estamos viendo, y poner un final (casi siempre desastroso para la temporal victima de las travesuras del terrorífico niño) a dicha viñeta y cada página de las muchas que se llegaron a publicar se convierte en una historia autocontenida que dependiendo de la persona tendrá uno u otro final.

En cuanto al formato elegido para perpetuar la obra de Ketcham, Fantagraphics se cubría de gloria con un tomo en tapa dura de reducidas dimensiones -14'5 x 16'5 cm- y un papel de alto gramaje que cuida al máximo, en sus más de 600 páginas, reproducir hasta el útlimo detalle del brillante dibujo del autor. Si tenéis oportunidad de haceros con este primer tomo y creéis que podéis seguir haciéndolo durante los próximos 6 años (ya han transcurrido cinco), no lo dudéis, Dennis the Menace sigue siendo manteniendo hoy, con más de cincuenta años a sus espaldas, la misma frescura que tuviera cuando vió la luz por primera vez...y eso es algo de lo que muy pocos personajes de cómics pueden presumir.

Sergio Benítez (317)

2 comentarios:

. . dijo...

Este es otro ejemplo de cómo la mediatización posterior del personaje termina haciendo que le tengas tirria y no te interese lo más mínimo.

Y es que tanto la serie de animación como las películas dedicadas al personaje no le han hecho un gran favor que digamos, a los ojos de mi persona...

Saludos!

sebelo2 dijo...

Llevas toda la razón en cuanto a lo que comentas de lo horrible que fueron la serie de televisión y las pelis. Pero eso no quita para que las tiras sean la leche.
Saludetes,
Sergio