Dibujo: Oswal & Darko
Editorial: Glénat
Formato: Libro Cartoné. 256 Páginas
Precio: 19.95€
Calificación: 6.5/10
Las comparaciones son odiosas. Es una de esas máximas con las que siempre procuro estar de acuerdo. Pero hay ocasiones en las que recurrir a una comparación es inevitable. Y esta es una de ellas, ya que resulta imposible leer Historias Tremendas y no recordar con el paso de cada página a esa otra obra de Abulí llamada también de nombre Historias, pero apellidada Negras, esa que recomicdara Toni hace unos meses y cuya lectura no dejaba asomo de duda acerca de su carácter de tebeo sobresaliente; algo que al volumen que nos ocupa se le escapa entre las viñetas conforme avanza la lectura.
La primera y más notable diferencia que surge de la (odiosa) comparación, es la que atañe al aspecto gráfico, ya que en lugar de Bernet, tenemos a Oswal y Darko. Y no quiero malentendidos. La frase anterior no viene a decir que en comparación con el dibujante catalán, el trabajo del argentino o del serbio sea muy inferior, porque no estaría siendo justo con ninguno de ellos: tanto el primero con su trazo suelto y desenfadado, quizás algo caótico, pero muy personal, como el segundo, mucho más comedido y definido, logran con su narrativa seguir de forma precisa las historias que Abulí va hilvanando. La diferencia real estriba en que si bien ambos artistas cuajan un trabajo más que correcto, se limitan (en la opinión del que esto suscribe, huelga decirlo) al mero traslado, sin llegar a añadir ningún tipo de los matices que Bernet si conseguía arrancar del frío papel impreso con los guiones de Abulí. Y ello es palpable en todas las historias, siendo la tónica general que describe el volumen (muy bien editado como ya es costumbre por Glénat) la de la normalidad.
Pero claro, no vamos a achacarle toda la responsabilidad a Oswal y Darko cuando Abulí tiene mucho que decir al respecto. La sardónica genialidad que el escritor desarrollaba en sus Historias Negras (no había ninguna de ellas que no te dejara demolido al finalizar su lectura) se queda aquí en lo anecdótico y la gran mayoría de los relatos aquí incluidos desatan como mucho una tímida expresión de asombro o una disimulada sonrisa que quedan lejos, muy lejos, de los ojos como platos y las cáusticas carcajadas que su colaboración con Bernet provocaba. Intentando diversificar la temática de las historias, Abulí llega incluso a caer en el chiste fácil, aquél que en la primera viñeta ya se sabe como va a terminar, y eso en el autor de Torpedo resulta casi imperdonable. Aún así, algún ramalazo de brillantez salva al conjunto de una menor puntuación, quedando al final una sensación global de agradable intrascendencia.
La primera y más notable diferencia que surge de la (odiosa) comparación, es la que atañe al aspecto gráfico, ya que en lugar de Bernet, tenemos a Oswal y Darko. Y no quiero malentendidos. La frase anterior no viene a decir que en comparación con el dibujante catalán, el trabajo del argentino o del serbio sea muy inferior, porque no estaría siendo justo con ninguno de ellos: tanto el primero con su trazo suelto y desenfadado, quizás algo caótico, pero muy personal, como el segundo, mucho más comedido y definido, logran con su narrativa seguir de forma precisa las historias que Abulí va hilvanando. La diferencia real estriba en que si bien ambos artistas cuajan un trabajo más que correcto, se limitan (en la opinión del que esto suscribe, huelga decirlo) al mero traslado, sin llegar a añadir ningún tipo de los matices que Bernet si conseguía arrancar del frío papel impreso con los guiones de Abulí. Y ello es palpable en todas las historias, siendo la tónica general que describe el volumen (muy bien editado como ya es costumbre por Glénat) la de la normalidad.
Pero claro, no vamos a achacarle toda la responsabilidad a Oswal y Darko cuando Abulí tiene mucho que decir al respecto. La sardónica genialidad que el escritor desarrollaba en sus Historias Negras (no había ninguna de ellas que no te dejara demolido al finalizar su lectura) se queda aquí en lo anecdótico y la gran mayoría de los relatos aquí incluidos desatan como mucho una tímida expresión de asombro o una disimulada sonrisa que quedan lejos, muy lejos, de los ojos como platos y las cáusticas carcajadas que su colaboración con Bernet provocaba. Intentando diversificar la temática de las historias, Abulí llega incluso a caer en el chiste fácil, aquél que en la primera viñeta ya se sabe como va a terminar, y eso en el autor de Torpedo resulta casi imperdonable. Aún así, algún ramalazo de brillantez salva al conjunto de una menor puntuación, quedando al final una sensación global de agradable intrascendencia.
Sergio Benítez (321)
5 comentarios:
Mira tu por donde que aqui toca ahorro de eurillos. Y eso que estas Historias Tremendas estaban en un principio en la lista negra. Quizas mas movido por la posible semejanza a las Historias Negras con Bernet.
Por cierto, por ahi rula tambien unas Historias Negras de Font. ¿Alguien puede decir algo al respecto?
Saludazos
Mira tu por donde que aqui toca ahorro de eurillos. Y eso que estas Historias Tremendas estaban en un principio en la lista negra. Quizas mas movido por la posible semejanza a las Historias Negras con Bernet.
Por cierto, por ahi rula tambien unas Historias Negras de Font. ¿Alguien puede decir algo al respecto?
Saludazos
Unas cuantas veces habre tenido en la mano estas historias tremendas, a puntito de llevarla al mostrador de la libreria, guiado claro esta con la comparación con Historias negras y ver el nombre de Abulí. Pero sin querer desmerecer a los dibujantes, se que lo mejor de Abuli es con el maestro Bernet a los lapices. Y eso, y sobre todo, esta recomicdación del jefe, me hacen quitar este título de mi lista.
Gracias Sergio.
(ah Mario, el de Font, tb ha rondado por mi mano unas cuantas veces en la libreria.....que alguien lo lea y diga algo ;)
Saludos.
Yo el historias negras lo tengo de la edición de Norma (colección El Muro nº 1 / 750 ptas) y eran historias breves de dos páginitas en blanco y negro con muchííííííííísima mala leche.
Es que Font también es una pequeña debilidad... (otra más)
Saludos!
El de Font, como tantos otros ha pasado varias veces por mis manos y se ha vuelto a quedar en las estanterías siempre pensando eso de "al final me lo terminaré comprando".
Ay.....si es que hay tanto por comprar....
Saludetes,
Sergio
Publicar un comentario