Dibujo: Ana Miralles
Editorial: Edicions de Ponent
Formato: Álbum Cartoné. 48 Páginas
Precio: 18€
Calificación: 7.5/10
Comienza como un tebeo costumbrista, se desarrolla a base de suscitar la curiosidad del lector por la suerte de su "protagonista", continua como una cínica disección de la realidad social de nuestro país, y acaba con unas reflexiones existencialistas acerca de nuestro protagonismo como individuos en el gran guiñol de la vida. Eso es, en pocas líneas lo que nos ofrece De Mano en Mano en sus intensas cuarenta y ocho páginas. Una propuesta que, para ser la primera vez que leo algo de Ana Miralles, me ha dejado un estupendo sabor de boca.
Con un estilo naturalista, cierta pasión por el detalle y por que los decorados de las viñetas sean tan importantes como los personajes que por ellas pululan. Lo que ello provoca es que la lectura tenga un matiz hiperrealista de bastante entidad que hace que la miríada de personajes que se pasean por la acción se sientan tan cercanos como cualquier conocido nuestro, o cualquier persona de carne y hueso que podamos encontrarnos en la calle. Además, la genialidad del tebeo reside también en huir de emitir juicios de valor acerca de todas aquellos que quedan implicados en la narración por culpa del "protagonista". En este sentido resulta admirable tanto el que Miralles se esfuerce por que ningún personaje sea más desagradable a nuestros ojos que el resto (ni siquiera unos skin que aparecen en un momento dado) como que Ruiz los describa desde la neutralidad propia de un observador imparcial.
El no dejarse llevar por pasiones redunda en que sea el lector el que tenga que ir extrayendo sus propias conclusiones acerca de lo que va desarrollándose ante sus ojos por acción directa o indirecta del "protagonista" y es encomiable la gran variedad de situaciones diferentes que el guionista es capaz de inventar para hacer virar la acción hacia un destino u otro, sin que ello suponga un perjuicio en el ritmo de la lectura y en la comprensión de la misma. Antes bien, la capacidad de guionista y dibujante para definir con cuatro líneas y otros tantos trazos a sus personajes es de gran ayuda para crear esa ilusión de cercanía que comentaba más arriba, cuajando un trabajo estupendo, ameno y que se lee en un suspiro.
¿Que quién es ese misterioso "protagonista"?. Pues un billete. Un billete de 20€. Y no me digáis que después de esta revelación no os ha entrado cierta curiosidad por saber más sobre De Mano en Mano. Pues ya sabéis. A la tienda a comprarlo. Que hay que levantar el tebeo patrio.
Con un estilo naturalista, cierta pasión por el detalle y por que los decorados de las viñetas sean tan importantes como los personajes que por ellas pululan. Lo que ello provoca es que la lectura tenga un matiz hiperrealista de bastante entidad que hace que la miríada de personajes que se pasean por la acción se sientan tan cercanos como cualquier conocido nuestro, o cualquier persona de carne y hueso que podamos encontrarnos en la calle. Además, la genialidad del tebeo reside también en huir de emitir juicios de valor acerca de todas aquellos que quedan implicados en la narración por culpa del "protagonista". En este sentido resulta admirable tanto el que Miralles se esfuerce por que ningún personaje sea más desagradable a nuestros ojos que el resto (ni siquiera unos skin que aparecen en un momento dado) como que Ruiz los describa desde la neutralidad propia de un observador imparcial.
El no dejarse llevar por pasiones redunda en que sea el lector el que tenga que ir extrayendo sus propias conclusiones acerca de lo que va desarrollándose ante sus ojos por acción directa o indirecta del "protagonista" y es encomiable la gran variedad de situaciones diferentes que el guionista es capaz de inventar para hacer virar la acción hacia un destino u otro, sin que ello suponga un perjuicio en el ritmo de la lectura y en la comprensión de la misma. Antes bien, la capacidad de guionista y dibujante para definir con cuatro líneas y otros tantos trazos a sus personajes es de gran ayuda para crear esa ilusión de cercanía que comentaba más arriba, cuajando un trabajo estupendo, ameno y que se lee en un suspiro.
¿Que quién es ese misterioso "protagonista"?. Pues un billete. Un billete de 20€. Y no me digáis que después de esta revelación no os ha entrado cierta curiosidad por saber más sobre De Mano en Mano. Pues ya sabéis. A la tienda a comprarlo. Que hay que levantar el tebeo patrio.
Sergio Benítez (320)
4 comentarios:
Lo de levantar el tebeo patrio es una verdad como un templo. Las buenas cosas que hay y que uno desconoce.
De todas formas hay veces que nos lo ponen peliagudo: 18 euros por 48 páginas.
Saludos.
Yo veo también muy bien apoyar el cómic de aquí,pero a ese precio,me parece que ésta vez,..No.
Yo siempre que puedo compro cómic patrio,y respecto a eso,Planeta está haciendo una labor últimamente muy buena(para las pocas cosas buenas que tienen,pues habrá que reseñarlas),publicando obras de Esteban Hernández,Luis Bustos,..A precios realmente competitivos y asequibles para casi cualquier bolsillo.
Pero repito,18 euros por 48 páginas,..Con éste que no cuenten.
Además con el problema de espacio que tengo desde hace tiempo por la compra casi compulsiva de cómics,siempre intento decirme que se compra lo imprescindible,..Pero cuánto cuesta elegir,..Eh?
A vosotros no os pasa lo mismo con el dichoso espacio?
Saludos!
Claro que no...¡qué no lo dudes! ;)
El problema del espacio y de dónde narices meter los cómics que uno se van comprando es una constante en nuestras vidas. En mi caso la soluciono haciendo limpiezas periódicas y siendo muy pragmático: todo aquello que no sea susceptible de volver a ser leído en algún momento es vendido sin ningún tipo de remordimientos. No es que compense todo lo que entra, pero al menos de vez en cuando algún huequillo se saca.
Y al cómic patrio hay que apoyarlo dentro de los límites de la cartera, claro está. Y en este caso, quizás los dieciocho euros sean algo desmesurados, pero bien valen la pena.
Saludetes a los dos,
Sergio
Sí,es cierto.La forma más efectiva de hacer espacio es vender los que ya no aguantan demasiadas lecturas más.
Yo también lo hago,porque sino,se hace imposible el seguir haciendo huecos.
¡El mal del coleccionista!
Saludos!
Publicar un comentario