Dibujo: Tanaka
Editorial: La Cúpula
Formato: Libros Rústica. 60-180 Páginas
Precio: 5.1-6.6€
Calificación: 8/10
Vamos a ver. Hemos hablado de un comic infantil, otro de humor, uno de erotismo y finalmente de pijamismo. ¿Qué me queda? ¿El manga? ¿Yo hablando de manga? Pero si siempre he renegado de ellos... Bueno, pero igual se puede hacer trampa ¿o no?
Comencemos utilizando la máquina del tiempo del Dr. Muerte para viajar unos dieciséis años en el pasado. Estamos ahora en el año 1993 y aquel tipo de allí tan guapo, atractivo, sensual y demás, que está en el Salón de Barcelona soy yo mismo hace algo más de tres lustros. ¿Cómo he podido estropearme tanto?
Bueno, a lo que vamos, en aquel año el Saló de Barna estaba ubicado todavía en el Mercado del Borne. El manga no era ni remotamente el fenómeno que es en la actualidad. Se traficaban con fotocopias de Dragon Ball, se publicaba Akira y poco más. Las editoriales aún no explotaban el mercado japonés. Y paseando con mi hermano por aquellos lares descubrimos en el stand de La Cúpula un cómic japonés titulado Gon, cuyo protagonista era un pequeño dinosaurio cabezón que al parecer tenía una fuerza tremenda y una mala leche considerable.
Sus aventuras eran mudas, es decir que no había ni diálogos, ni textos de apoyo, ni nada por el estilo. Bueno, hay algo que supongo que serán onomatopeyas, pero como están en japonés, pues ni idea de lo que pone. Las historias eran breves y autoconclusivas, carentes de continuidad y caracterizadas por un sentido del humor un poquito cafre. Tras estar un ratito hojeando el tomo nos dimos cuenta de que había un tipo con los ojos rasgados haciendo garabatos. Como tampoco era muy caro, y una firma es una firma, sin pensarlo mucho más agarré por banda el tomito y me puse a la cola.
Los dependientes del stand te daban un papelito para que pusieras tu nombre, se lo pasaban a Tanaka y éste te dibujaba un dinosaurio y copiaba lo que le habías escrito en la hoja. Inevitable era la broma entre mi hermano y yo de que podríamos haberle puesto una palabra malsonante en lugar de mi nombre, pero seguro que los de La Cúpula lo habrían evitado. En su día me hizo gracia ver que el japo se había colado al firmarme el tomo en la última hoja. Hoy en día, esto ya lo veo totalmente lógico. Como anécdota final, comentaros que en ése mismo Saló me compré un peluche de Gon, que todavía conservo con cariño y del que nunca jamás en mi vida he vuelto a ver alguno similar ni en salones ni librerías.
Ahora comencemos a avanzar poco a poco en nuestra máquina del tiempo. Según pasan los años La Cúpula continua publicando las aventuras del pequeño dinosaurio con mala leche hasta un total de ocho volúmenes y algún que otro cuadernillo en grapa que se daba de regalo en determinados números de El Víbora (creo recordar), que un servidor va acumulando religiosamente según van apareciendo.
En cuanto a las historias en sí mismas, comienzan con un Gon cabronazo y canalla como él solo, pero van endulzándose poco a poco según avanzan los tomos y el protagonista termina siendo una especie de defensor de los desvalidos, con su peculiar y bestiajo estilo de hacer las cosas, por supuesto.
Todos y cada uno de los protagonistas de las historias son animales. Pero no animales antropomórficos de ésos con los ojos grandes y enormes como cabría de esperar en un manga. Son animales muy realistas y cualquiera de las viñetas de cualquier aventura, si obviamos el tema de que sale un dinosaurio, podrían ilustrar perfectamente un libro de escuela de ciencias naturales. Tanaka se muestra como un maestro en el retrato del mundo animal (y vegetal), e incluso nos incluye en cada historia una ilustración de cada animal que aparece en la misma con su nombre científico al pie como si de un cuaderno de un dibujante naturista a la caza de imágenes de animales se tratase.
Bueno, regresemos ya de nuestro viaje a través del tiempo. Espero que ninguno de nuestros pasajeros sufra jet-lag. Y ya emplazados en la actualidad, os invito a todos y cada uno de vosotros a intentar encontrar alguno de los tomos de Gon, cosa que creo que es aún posible. La lectura no os va a resultar agradable, más que nada porque no hay nada que leer, sólo mirar dibujines (sip, la calidad del chiste demuestra que he vuelto a dejar de tomar la medicación) pero, ¡qué dibujines!.
Saludos!
Comencemos utilizando la máquina del tiempo del Dr. Muerte para viajar unos dieciséis años en el pasado. Estamos ahora en el año 1993 y aquel tipo de allí tan guapo, atractivo, sensual y demás, que está en el Salón de Barcelona soy yo mismo hace algo más de tres lustros. ¿Cómo he podido estropearme tanto?
Bueno, a lo que vamos, en aquel año el Saló de Barna estaba ubicado todavía en el Mercado del Borne. El manga no era ni remotamente el fenómeno que es en la actualidad. Se traficaban con fotocopias de Dragon Ball, se publicaba Akira y poco más. Las editoriales aún no explotaban el mercado japonés. Y paseando con mi hermano por aquellos lares descubrimos en el stand de La Cúpula un cómic japonés titulado Gon, cuyo protagonista era un pequeño dinosaurio cabezón que al parecer tenía una fuerza tremenda y una mala leche considerable.
Sus aventuras eran mudas, es decir que no había ni diálogos, ni textos de apoyo, ni nada por el estilo. Bueno, hay algo que supongo que serán onomatopeyas, pero como están en japonés, pues ni idea de lo que pone. Las historias eran breves y autoconclusivas, carentes de continuidad y caracterizadas por un sentido del humor un poquito cafre. Tras estar un ratito hojeando el tomo nos dimos cuenta de que había un tipo con los ojos rasgados haciendo garabatos. Como tampoco era muy caro, y una firma es una firma, sin pensarlo mucho más agarré por banda el tomito y me puse a la cola.
Los dependientes del stand te daban un papelito para que pusieras tu nombre, se lo pasaban a Tanaka y éste te dibujaba un dinosaurio y copiaba lo que le habías escrito en la hoja. Inevitable era la broma entre mi hermano y yo de que podríamos haberle puesto una palabra malsonante en lugar de mi nombre, pero seguro que los de La Cúpula lo habrían evitado. En su día me hizo gracia ver que el japo se había colado al firmarme el tomo en la última hoja. Hoy en día, esto ya lo veo totalmente lógico. Como anécdota final, comentaros que en ése mismo Saló me compré un peluche de Gon, que todavía conservo con cariño y del que nunca jamás en mi vida he vuelto a ver alguno similar ni en salones ni librerías.
Ahora comencemos a avanzar poco a poco en nuestra máquina del tiempo. Según pasan los años La Cúpula continua publicando las aventuras del pequeño dinosaurio con mala leche hasta un total de ocho volúmenes y algún que otro cuadernillo en grapa que se daba de regalo en determinados números de El Víbora (creo recordar), que un servidor va acumulando religiosamente según van apareciendo.
En cuanto a las historias en sí mismas, comienzan con un Gon cabronazo y canalla como él solo, pero van endulzándose poco a poco según avanzan los tomos y el protagonista termina siendo una especie de defensor de los desvalidos, con su peculiar y bestiajo estilo de hacer las cosas, por supuesto.
Todos y cada uno de los protagonistas de las historias son animales. Pero no animales antropomórficos de ésos con los ojos grandes y enormes como cabría de esperar en un manga. Son animales muy realistas y cualquiera de las viñetas de cualquier aventura, si obviamos el tema de que sale un dinosaurio, podrían ilustrar perfectamente un libro de escuela de ciencias naturales. Tanaka se muestra como un maestro en el retrato del mundo animal (y vegetal), e incluso nos incluye en cada historia una ilustración de cada animal que aparece en la misma con su nombre científico al pie como si de un cuaderno de un dibujante naturista a la caza de imágenes de animales se tratase.
Bueno, regresemos ya de nuestro viaje a través del tiempo. Espero que ninguno de nuestros pasajeros sufra jet-lag. Y ya emplazados en la actualidad, os invito a todos y cada uno de vosotros a intentar encontrar alguno de los tomos de Gon, cosa que creo que es aún posible. La lectura no os va a resultar agradable, más que nada porque no hay nada que leer, sólo mirar dibujines (sip, la calidad del chiste demuestra que he vuelto a dejar de tomar la medicación) pero, ¡qué dibujines!.
Saludos!
Nacho (5)
13 comentarios:
Pues mira tú que a mi el Gon de Tanaka ni fu ni fa. Me vi en su tiempo algunas historietas y no me terminó de convencer.
Por cierto, una recomicdación de Manga con claras referencias a un icono del pijamismo como es el Dr Muerte. No se si será por la medicación o es que estas pasandote al lado oscuro.
Ya me veo a Jose reseñando todo lo europeo de Norma y a ti esperando las novedades de Panini. Tiempo al tiempo.
saludazos
Jejejeje.
Y a mi, ¿dónde me dejas a mi? ;P.
Esta feo que yo lo diga, pero estupenda recomicdación Nachete.
Saludetes,
Sergio
Mario, lo que parece es que a éste paso vamos a acabar todos semi lobotomizados. En dos días Toni leerá a Loeb, Jose a Jodorowsky, el jefe lee de todo así que igual termina abandonando la lectura de comics en favor de los programas del corazón televisivos, tú mismo terminarás devorando manga y yo voy a morir joven (más o menos) para pasar a ser una leyenda como James Dean, Marilyn Monroe, Curt Kobain o Torrebruno (que no murió joven, pero es una leyenda)
Saludos!
¡Tigres!, ¡Leones!, ¡Todos quieren ser los campeones!.
Legendaria la canción del Torrebruno.
Y lo del corazón lo veo complicado (me dan arcadas cada vez que huelo algo estilo DEC) pero lo mismo dejo los cómics y me hago cartujo......
.......NAAAAAAAA.
Ni de coña.
Saludetes,
Sergio
solo añadir que los jugones con solera conocemos a Gon por su aparición Tekken 3. Aquí el video de su ending
Realmente es el típico personaje que suele perderse en la edición PAL al ser desconocido, pero nos llego y era bastante gracioso jugar con el y matar a tu rival a peos xD
No sé por qué pero yo soy más de Rocky Chaparro que de Tigres y Leones...
Conocía el hecho del Tekken, pero nunca lo jugué...
Saludos!
Cachondo el video Rasel, muy cachondo. Desde luego que aburridos están estos japoneses ;)
Saludetes y bienvenido,
Sergio
A mi hoy no me convences, Nacho.
Pero he de reconocer haber pasado un buen rato con tu reseña.
Que duro eres Juan ;).
Yo puedo añadir que Gon es una "lectura" muy entretenida, cafre, divertida y que, además, te serviría pero que muy bien para una de tus entradas de animalitos ;P
Saludetes,
Sergio
Muy buenas, Nacho.
Aunque con un poco de retraso, te felicito por la recomicdación. De Gon tengo algún tomo perdido por ahí, y entretenido era.
El problema que tiene eran los 2 minutos que te duraba leyendo cada tomo en las manos...
Desconocía que el dragón gracioso del Tekken fuera un personaje de manga. Una pena que ya no tengamos la PS2 en el txoko.
Buena reseña, como es habitual en ti, Nacho. Que pelota que me ha quedado.
Saludetes
Pues alguna cosilla tengo del lagarto cabezón este y nostamal pero tampoco me sulibeya.
Yo es que como no tengo problemas con el manga alguna cosa he leído, y europeo y pijamista, independiente, la parte trasera del champú... a mi mientras la historia me interese lo de menos es el estilo del dibujante (Mientras sea un estilo que me agrade, claro)
Nacho leyendo manga... que pocas cosas me quedan por ver en esta vida xD
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