martes, 7 de julio de 2009

DÁNDOLE VUELTAS

Guión: Frederik Peeters

Dibujo: Frederik Peeters

Editorial: Astiberri

Formato: Libro Rústica. 184 Páginas

Precio: 19€

Calificación: 9.5/10

Autoimponerse, o que te impongan, una extensión breve para contar una historia (o escribir una crítica, ensayo o lo que a ustedes se les ocurra) nunca suele traducirse en que la labor se facilite. En mi caso - que quieren, es el ejemplo que tengo más cercano - durante años tuve la suficiente libertad en Cine & Bso para que las críticas, tanto de cine como de bandas sonoras, tuvieran la longitud que se me antojara. Pero con el paso al periódico, de repente me vi constreñido a que lo que antes decía en un "folio y medio" de word, ahora tenía que decirlo en dos columnas de texto. Ello te obliga a prescindir de la paja, ir al grano, y deshacerte de las estructuras mentales adquiridas con el tiempo ( de nuevo en mi caso, comentario de la película por encima - director - actores - guión - música - conclusiones finales) para dotar de vida propia y originalidad a cada una de las creaciones que salen de tu cerebro en ebullición. Lo curioso, y voy a dejar de mirarme el ombligo para centrarme en el noveno arte, es que si se llega a dominar la técnica, una historia corta puede excitar (en el sentido más amplio de la palabra, no me seáis gorrinos) mucho más la imaginación que una narración prolongada. Ello se debe al curioso funcionamiento de los mecanismos de atención del cerebro que, dependiendo del individuo, permiten tener aquélla centrada en lo que está consumiendo sea de la extensión que sea, o todo lo contrario.

Como quiera que el mío se acostumbró in hilo tempore a trabajar en multitarea (cuando escribo estas líneas estoy hablando con Nacho por el Gtalk y escribiendo también la crítica de la irregular Ice Age 3) leer en pequeñas dosis se ha convertido en una costumbre, lo que no significa que no sea capaz de consumir un tebeo de más de doscientas páginas de una sola sentada, cuidado. De esta costumbre se derivó en su momento mi debilidad por las tiras de prensa y ella es la que explica, al menos inicialmente, el merecidísimo sobresaliente que consigue esta recopilación de historias cortas a través de las cuáles podemos corroborar, sin miedo a equívocos, que Peeters es un genio de la narrativa, da igual con lo que se atreva.

Veintiséis historias de desigual longitud y temáticas ajenas son las que componen este volumen. Veintiséis historias que nos acercan a la personalidad de un autor complejo y poseedor de un intelecto tan atractivo como intrigante. Asistiendo a través de las páginas de Dándole Vueltas a la evolución de un artista en constante búsqueda de nuevas fórmulas narrativas, las pequeñas dosis de genio que Peeters nos regala en cada uno de los relatos que conforman este mapa fragmentado e incompleto de su personalidad permiten hacernos una idea, aunque sólo sea en parte, de ciertos posicionamientos vitales del autor suizo: desde su fino sentido de la ironía y su enorme capacidad para el humor negro - esa historia que abre el volumen, en la que compara a los duendes de Santa Claus con una pervertida versión de los judíos de Auschwitz es clara muestra de hasta dónde es capaz de llegar el autor - hasta la analítica y clínica mirada (siempre cargada de ironía y cierto pesar por cómo discurren las cosas en este mundo nuestro) que es capaz de arrojar sobre los hechos más cotidianos, como la vida de una familia de inmigrantes en Suiza o la evolución urbanística de una playa vista a través de los ojos de un perro.

Entre medio, y haciendo gala siempre de un estilo visual que como mínimo se debe calificar de portentoso y que explora una y otra vez las fronteras del noveno arte - las páginas dedicadas a la historia de las drogas en Suiza son ASOMBROSAS - Peeters nos ofrece un rosario inmenso de géneros y tipologías narrativas que incurren una y otra vez en cambiar el uso de uno, dos (o varios) elementos, alejarse un paso y observar, cual científico, como se articulan entonces los mecanismos del tebeo. Los más evidentes son aquellos que eliminan el texto del normal discurrir de los relatos, para que sean las imágenes (¡y qué imagenes!) las que transmitan por ellas solas lo que Peeters imagina. Los menos evidentes se van traduciendo en lo intricado de alguno de los capítulos, que hay que releer varias veces - como si eso importara mucho - para poder extraer todos los sintagmas de significado que el suizo introduce.

He nombrado dos o tres capítulos que sirven como ejemplo de la genialidad de lo que queda recogido en este magnífico volumen (editado como siempre de forma brillante por Astiberri), pero lo que aquí ha sido citado es sólo una minúscula muestra de lo que llegan a ocultar las muchas viñetas de las ciento ochenta y cuatro páginas. Todo un viaje que además, puede servir de travesía inicática para aquellos que aún no hayan navegado por las maravillosas aguas del autor. Sinceramente, ¿a qué estáis esperando?.

Sergio Benítez (204)

12 comentarios:

. . dijo...

Aaainnss! Cómo se nota que estabas en el Gtalk charrando conmigo durante la reseña. Algo de mi magnificiencia, saber hacer y genialidad se respira en toda ella. ¿Que si tengo abuela? Pues no ¿por qué lo preguntas?

Creo que debería de volver a ir a la librería. Llevo tres semanas (¿o son cuatro?) sin ir y me parece que se me acumulan las cosas. Luego el simpático librero te canta una cantidad de tres cifras y la queridísima te mira de reojillo frunciendo el ceño...

Saludos!

sebelo2 dijo...

Pues no se porque lo dices, en serio. Yo no veo tu influencia por ninguna parte ;P.
Y si, va a ser mejor que vayas yendo a la tienda, que sino después no vas a tener tiempo de leerte las cosas y recomicdarlas...ho ho ho.
Saludetes,
Sergio

Jose dijo...

Pues no tiene mala pinta, no...

Y vosotros dos, a trabajar y ,menos chatear!!!!

Vamos, hombre...

. . dijo...

A ver, el pijamero interesado en lo Astiberro, Toni y Angux les llama la atención el pijamismo...

¿Estoy en un episodio de La Dimensión Deconocida?

Saludos!

sebelo2 dijo...

Ninoninoninoninonino.....welcome to...¡¡¡The Twilight Zone!!!
¡¡Que viva Rod Serling!!
Saludetes a los dos,
Sergio

Jose dijo...

Estamos viviendo tiempos extraños, nacho. Ya leí ayer que tu critica de Invincible ha convencido a propios y extraños...

Sergio, se te ha visto el plumero con la musiquita...

Abrazos

sebelo2 dijo...

Jejejejej...¡¡QUE VIVA JERRY GOLDSMITH!!...uff, que tranquilo me he quedado ;P.
Saludetes,
Sergio

Marione dijo...

Bueno, después de la cantidad de comentarios en la recomicdación de Invencible, cada día estoy más seguro de que este blog va camino de convertirse en la Ryder Cup bloguera. Americanos y Europeos usando palos de metal para golpearse las pelotas. Todo un clásico.

De Invencible me he leido poco, pero ese poco es una maravilla. Buena reseña Nacho, si has conseguido despertar el demonio que hay dentro de Toni, se puede considerar todo un exito.

Y este Dandole Vueltas, si está en la línea de lo que nos tiene acostumbrados el bueno de Peeters, peaso tebeo que tie que ser.

Saludazos

sebelo2 dijo...

La Ryder Cup Bloguera...¡¡¡¡¡bwahahahahahahaha!!!!!. Muy buena metáfora Mario.
Y el Dándole Vueltas a tu lista negra sí o sí.
Saludetes apañero,
Sergio

Unknown dijo...

Buff, este tebeo es la reoxtia, así que poco más que añadir a lo que ya habéis dicho. Sólo que mis historias favoritas en este tomo son 'El país de la felicidad' y 'La víctima'; y que el señor Peeters es de lo mejor que hay ahora en el cómic europeo.

Caracrater dijo...

uffss, llego a casa de la piscina y las cañitas, dandole vueltas a que se habra recomicdado hoy(empiezo a estar deliciosamente subyugado por este blog y me encuentro que se ha recomicdado el comic que llevo debajo del brazo y que me he comprao esta mañana.
Me dan ganas de preparar mi frugal cenita y a leer a Peeters que siempre es un goce.
Menos mal que me voy otra semana de vacaciones y se apaciguare el demonio ese que dice Mario,
Saludillos.

Angux dijo...

¿Como he podido olvidarme de Peeters en las compras de este mes? ¿Coooomooo?
En fin, caerá el siguiente.
sinf.