Dibujo: Charlie Adlard
Editorial: Image
Formato: TPB. 136 Páginas c/u
Precio: $14.99 c/u
Calificación: 9/10
Como quiera que Jose hablaba hace dos semanas de Astounding Wolfman y Nacho la semana pasada daba buena cuenta de Invincible, no podía desaprovechar la oportunidad de completar la terna sin dar un buen repaso a lo que ha ido sucediendo en una de las mejores series regulares de cómics que tengo el placer de seguir desde que Mario recomicdara el volumen ocho hace ya casi un año. Y es que con tanto material europeo de por medio, pocas son las ocasiones que un servidor tiene para comentar colecciones americanas, y menos aún de la calidad que ostenta, desde el primer número, esta Walking Dead, una serie que ha demostrado con cada nuevo giro de guión, cada nuevo personaje y cada nueva situación que la desidia que producen los títulos actuales de DC y Marvel salvo contadísimas ocasiones, está claramente causada por la poca capacidad para la sorpresa que cualquiera de sus títulos gordos puede llegar a ofrecer. Porque a ver, ¿cuántos tebeos publicados en sendas editoriales sois capaces de citarme sobre los que podáis afirmar que un personaje cuando muere, muere de verdad?....¿alguien?...¿nadie?....lo imaginaba.
Ya que he citado la última recomicdación que se hizo en esta bitácora acerca de la serie, le tomo el relevo a aquello que comentaba mi compañero acerca del cambio de rumbo del devenir de los personajes a partir del número cincuenta para que me sirva como pie de arranque de lo que va a seguir. Tras el demoledor final del número cuarenta y ocho, con el que Kirkman hacía tabula rasa con respecto a los cuatro años que quedaban atrás, el futuro de la serie quedaba en un enorme interrogante acerca de lo que el hábil guionista sería capaz de sacarse de la manga para continuarla hacia un cierre sobre el que todavía no se ha pronunciado (y esperemos que tarde mucho en hacerlo). Con el sobrecogedor espectáculo de fuegos artificiales, pompa y circunstancia que suponía el citado finalazo, es de agradecer que los dos números que reconducen la serie sean planteados por el escritor como una calma chicha antes de la siguiente tempestad. En ellos, Rick e hijo huyen por los bosques de un pasado dramático a un futuro incierto. Por el camino dan con una casa en la que se refugian, momento que Kirkman aprovecha para avanzar pasos de gigante con el personaje de Carl, que hasta ahora había tocado de puntillas. Lo que el guionista es capaz de conseguir en las veintitrés páginas del tebeo (que una vez más huye de convencionalismos al no ser más grueso por ostentar un número tan significativo) es de tal envergadura que se me ponen los pelos como escarpias con sólo recordarlo.
A partir del número cincuenta y uno, las cosas comienzan a cambiar lentamente, siempre bajo el auspicio del magnífico trabajo de los dos artistas responsables del estilo visual tan personal que ha ido adquiriendo la serie, ya sea Adlard a los lápices como Rathburn en los impresionantes tonos grises. Poco a poco Kirkman van recuperando a ciertos personajes fijos de la serie, dándoles a todos una pequeña vuelta sin que pierdan su idiosincrasia y presentando a algunos nuevos que en pocas páginas quedan perfectamente insertados en la sinergia existente entre los demás, continuando por supuesto con la máxima que hasta ahora parece haber seguido: ser inmisericorde hasta el dolo. Detesto ser tan vago en detalles, pero no es esta una serie sobre la que se pueda detallar mucho de la trama, ya que la intensidad de la misma, los constantes golpes de efecto que su creador va introduciendo y la brillante manera con la que sabe dotar a cada uno de sus "intérpretes" de voz propia es algo que no se puede explicar, por mucho espacio que pudiera llegar a ocupar. The Walking Dead hay que vivirlo, y hay que vivirlo bien, como se deben vivir las lecturas que valen la pena, sentados en un sofá cómodo, con una luz más adecuada al tono de la historia que al umbral de visibilidad de nuestros ojos y con una buena banda sonora de fondo, nada de esas estridentes sonoridades heavy metal que el cine de terror actual se ha empeñado en vendernos como el "sonido del terror", no, mejor algo inquietante, como el Alien de Jerry Goldsmith, o algo que sepa destilar el miedo pero a la vez consiga transmitir ternura o calma en ciertos momentos, como The Omen, también del maestro de la coleta o Signs o I Am Legend de Newton Howard por poner algunos ejemplos a vuelapluma. U olvídense del sofá, la luz y la música y centrénse en disfrutar en una de las mejores (sino la mejor) serie regular que se edita hoy por hoy al otro lado del charco, que no es poco.
Ya que he citado la última recomicdación que se hizo en esta bitácora acerca de la serie, le tomo el relevo a aquello que comentaba mi compañero acerca del cambio de rumbo del devenir de los personajes a partir del número cincuenta para que me sirva como pie de arranque de lo que va a seguir. Tras el demoledor final del número cuarenta y ocho, con el que Kirkman hacía tabula rasa con respecto a los cuatro años que quedaban atrás, el futuro de la serie quedaba en un enorme interrogante acerca de lo que el hábil guionista sería capaz de sacarse de la manga para continuarla hacia un cierre sobre el que todavía no se ha pronunciado (y esperemos que tarde mucho en hacerlo). Con el sobrecogedor espectáculo de fuegos artificiales, pompa y circunstancia que suponía el citado finalazo, es de agradecer que los dos números que reconducen la serie sean planteados por el escritor como una calma chicha antes de la siguiente tempestad. En ellos, Rick e hijo huyen por los bosques de un pasado dramático a un futuro incierto. Por el camino dan con una casa en la que se refugian, momento que Kirkman aprovecha para avanzar pasos de gigante con el personaje de Carl, que hasta ahora había tocado de puntillas. Lo que el guionista es capaz de conseguir en las veintitrés páginas del tebeo (que una vez más huye de convencionalismos al no ser más grueso por ostentar un número tan significativo) es de tal envergadura que se me ponen los pelos como escarpias con sólo recordarlo.
A partir del número cincuenta y uno, las cosas comienzan a cambiar lentamente, siempre bajo el auspicio del magnífico trabajo de los dos artistas responsables del estilo visual tan personal que ha ido adquiriendo la serie, ya sea Adlard a los lápices como Rathburn en los impresionantes tonos grises. Poco a poco Kirkman van recuperando a ciertos personajes fijos de la serie, dándoles a todos una pequeña vuelta sin que pierdan su idiosincrasia y presentando a algunos nuevos que en pocas páginas quedan perfectamente insertados en la sinergia existente entre los demás, continuando por supuesto con la máxima que hasta ahora parece haber seguido: ser inmisericorde hasta el dolo. Detesto ser tan vago en detalles, pero no es esta una serie sobre la que se pueda detallar mucho de la trama, ya que la intensidad de la misma, los constantes golpes de efecto que su creador va introduciendo y la brillante manera con la que sabe dotar a cada uno de sus "intérpretes" de voz propia es algo que no se puede explicar, por mucho espacio que pudiera llegar a ocupar. The Walking Dead hay que vivirlo, y hay que vivirlo bien, como se deben vivir las lecturas que valen la pena, sentados en un sofá cómodo, con una luz más adecuada al tono de la historia que al umbral de visibilidad de nuestros ojos y con una buena banda sonora de fondo, nada de esas estridentes sonoridades heavy metal que el cine de terror actual se ha empeñado en vendernos como el "sonido del terror", no, mejor algo inquietante, como el Alien de Jerry Goldsmith, o algo que sepa destilar el miedo pero a la vez consiga transmitir ternura o calma en ciertos momentos, como The Omen, también del maestro de la coleta o Signs o I Am Legend de Newton Howard por poner algunos ejemplos a vuelapluma. U olvídense del sofá, la luz y la música y centrénse en disfrutar en una de las mejores (sino la mejor) serie regular que se edita hoy por hoy al otro lado del charco, que no es poco.
Sergio Benítez (210)
9 comentarios:
Yo me sé de personajes que salen en Marvel que se han muerto para siempre jamás. El niño que coleccionaba Spiderman, el amigo de Hulk que tenía SIDA, el tío Ben...
Si uno rebusca siempre sale alguien.
De DC no digo nada, porque con lo de la nochescura seguro que resucitan a to cristo...
Y de Walking Dead... es que es imposible decir nada sin resultar cansino de tanto alabarla!!
Saludos!
Pero eso no se vale...seguro que de esa entidad también hay de DC. Yo me refería a personajes con serie propia de esos que matan y resucitan cada dos por tres.
Y puedes alabarla cuanto quieras, que para eso lo vale.
Saludetes,
Sergio
Ese es mi jefe!!!
Rseñando TPB que todavía no han salido... !!!! Con un par...
Efestivamente, nacho, podemos ser cansinos, pero es que la serie lo merece... Yo sigo esperando el tomo 10, pal mes que viene.
Por cierto, ayer me llegó, y cayó de una sentada, el tomo 13 y ultimo de 100 balas. Muy grande, la verdad. A ver si tengo tiempo, y si nadie se lo pide antes, le hago una recomicdación como Dios manda.
Uffff....100 Balas....esa serie que quiero leerme del tirón en cuanto tenga el último tomo. Ya hablaremos de quién lo recomienda (¿hace una conjunta? pero sin mariconadas, ¿eh? ;P).
Y sí, los tengo cuadrados y por eso puedo sacar una recomicdación adelantada.
Saludetes,
Sergio
¿Se pueden hacer recomicdaciones adelantadas? Odó! Yo no lo sabía.
Pues con ustedes la reseña de la próxima obra de Loeb:
En esta nueva obra Loeb nos sorprende de nuevo realizando una caca exactamente igual a las cacas anteriores.
Puntuación: cero patatero.
Saludos!
vamos a ver, he tenido que hacer de tripas corazón para no leer la reseña ¿qué es eso de reseñar volúmenes que aún no se han publicado de esta pedaso serie en España? Por diso, que no todos compramos material americano, un poquito de aviso por favor, que uno no es de piedra y después de lo que pasó en el último volumen español..... pufffffff, bueno, para evitar tentaciones no me pasaré por el blog hasta que publiquen los siguientes números, aunque conociendo el nivel de publicación que lleva últimamente PdA, puede ser mucho, mucho, mucho tiempo. ;)
Saludos!
Jejeje...podías haberla leído con total tranquilidad, no hay spoilers, al menos no de los que dan ganas de coger al que haya escrito la reseña y matarlo a mordiscos. Detesto reventarle a la gente acontecimientos futuros. Así que lee, lee con tranquilidad que no te va a pasar nada ;P.
Saludetes,
Sergio
P.D: y espero que no digas en serio eso de no pasarte por el blog, no estaría bonito ;)
Como se sale esta serie. Y el grupo que se encuentran y que dicen saber... upps!!! a ver si Planeta se pone al día. Podrían haberla editado en grapa mensualmente, así no nos perderíamos las maravillosas portadas.
Saludos
Y que lo digas Ali, y que lo digas, obras de arte todas ellas.
Y lo del grupo aquél que revela esto y todos se quedan de aquella manera es BRUTAL (toma comentario libre de spoilers) ;).
Saludetes,
Sergio
Publicar un comentario