miércoles, 8 de julio de 2009

BRANCACCIO

Guión: Giovanni di Gregorio

Dibujo: Claudio Stassi

Editorial: Norma

Formato: Rústica. 96 Páginas

Precio: 12€

Calificación: 7/10

María López de Paz (corresponsal de La Vanguardia en Italia) lo deja muy claro en el prólogo que abre la edición española de Brancaccio: la vida cotidiana de la gente afectada por la mafia nada tiene que ver con las mitificaciones que cintas como El Padrino han hecho de ellas. Es por ello que parece de justicia terminar nuestra semana dedicada a la mafia en el cómic con una historia alejada por completo de la labor realizada por Chauvel en La Cosa Nostra, que entra de lleno en dotar de ese halo de épica a los peligrosos criminales, o Videras en Asuntos Pendientes, muy cinematográfico, sí, pero alejado de la realidad.

En Brancaccio, que lleva el mismo nombre del pequeño pueblo de Sicilia donde se desarrolla el volumen, no vamos a encontrar a criminales carismáticos, ni grandes enfrentamientos entre bandas, ni mucho menos una historia bigger than life. No, Brancaccio muestra otra realidad, la que cada día debe vivir la gente normal, los que se ven obligados a pagar los "impuestos" que la mafia exige para "su protección" y que contemplan impotentes como sus vidas son controladas por gente cuyo único interés es embolsarse unos cuantos miles de euros.

Los autores del tebeo, unos inspirados Di Gregorio y Stassi, dejan de lado cualquier arrope estilístico que pueda ensuciar la verdad que pretenden narrar. Di Gregorio cuenta una historia cruda sobre la que hay que reflexionar mucho más allá de la parquedad con la que se nos muestra. Stassi, cuyo dibujo muestra muchas similitudes con el de Gipi, la plasma de forma descarnada sin recurrir a más artificios visuales que unas ajustadas aguadas grises que refuerzan el tono sombrío y desesperanzador por el que se mueve el relato.

Tres personajes, tres tiempos y tres historias que son una sola, la de un pueblo que sufre, de forma directa o indirecta, la incesante presión de un pequeño grupo de personajes que se creen con el suficiente poder como para obrar a placer. Un mensaje universal encerrado en un espacio geográfico reducido y mostrado con un medio que poco a poco sigue asomándose a un mundo cuyas realidades necesitan ser aireadas. Si decíamos hace (bastantes) meses que La Cuenta Atrás era un tebeo necesario, lo mismo podríamos llegar a afirmar de este Brancaccio.

Sergio Benítez (205)

4 comentarios:

. . dijo...

Hoy no me hagas demasiado caso, al crío le están saliendo las muelas y no he pegado ojo en toda la noche. Pero ¿Qué tiene que ver la serie semanal cutre y salchichera de DC guionizada por Paul Dini y compañía con todo ésto?

Saludos!

sebelo2 dijo...

Venga, no voy a hacerte caso. La cuenta atrás es el tomo sobre la catástrofe del Prestige que salió el año pasado de Portela y San Julián.
Ainsss, que malo es no pegar ojo.
Saludetes,
Sergio

. . dijo...

Pues yo estaba seguro de que La Cuenta Atrás era la serie semanal que iba de 52 hasta la Crisis Final...

Saludos!

sebelo2 dijo...

Jejeje, no, si también lo es, pero no hacía referencia a semejante chusco de cómic.
Saludetes,
Sergio