Dibujo: Bernar Yslaire
Editorial: Norma
Formato: Álbum Cartoné. 64/96 Páginas
Precio: 15 /19€
Calificación: 5.5/10
Oteando el vasto panorama del cómic europeo para ir conociendo a todos esos autores a los que durante tantos años he dado la espalda, era inevitable en un momento u otro recalar en Yslaire. Tras consultar por la red qué obras eran las que se habían editado en España del artista belga, decidí que empezaría por hacerme con Sambre, de la que casi todo el mundo hablaba bastante bien. Dispuesto a desembolsar los cuartos me acerqué presto a mi tienda habitual de cómics para adquirir los cuatro volúmenes que editó Glènat en su momento pero, oh sorpresa, sólo estaba disponible el cuarto. Con la resolución tomada de tener que llevarme algo de Yslaire de la tienda, repasé las estanterías y sólo había una obra de las tres del artista que estaba disponible de forma completa (de Cielo XX.com sólo había dos tomos), así que finalmente fue este Cielo Sobre Bruselas el que terminó formando parte de la colección.
Sin saber muy bien que iba a encontrarme en cuanto a historia, y habiendo sólo ojeado por encima el dibujo, un imposible cruce de influencias entre Kyle Baker y Enki Bilal, me dispuse a leer los dos tomos. Para empezar, lo primero que llama la atención es el uso descarado (sobre todo en el segundo volumen) de fotogramas sacados de la caja tonta: queriendo ilustrar de la manera más verídica posible los días previos al comienzo de la guerra de Irak, Yslaire se toma la licencia (y una muy grande) de calcar directamente muchas de las imágenes que pudimos ver en esos aciagos momentos. Esto, que en principio no debería ser una molestia si se hubiera hecho con algo de contención, acaba por lastrar la lectura hasta límites insospechados, dedicando el belga más interés en muchos momentos a la correcta elección del fotograma que a la narración en sí.
En cuanto a la historia, Yslaire no podría ser más tendencioso y manipulador. Por más que diga en el epílogo del segundo volumen, que ha intentado ser lo más objetivo posible, se nota que el mensaje de paz y amor que pretende lanzar no es uno que pretenda hacer mella por la intensidad de su contenido, sino más bien, por la potencia de su continente. Y es ahí donde el tebeo comienza a tener serios problemas. Lo último que esperaba encontrarme (aunque bien podría haber inferido algo por la portada) es un cómic que mezclara de forma tan ramplona un mensaje medio político, medio humanitario, con imágenes de alto contenido sexual. Si el autor se hubiera limitado a su inclusión de forma sutil como hace en el primer tomo, no estaría escribiendo estas líneas. El problema se plantea cuando en el segundo volumen abandona toda sutileza y comienza a incluir viñetas totalmente explícitas de las relaciones carnales entre los dos protagonistas. ¿Necesario para la historia?, lo dudo mucho.¿Justificado para que esta funcione por contraposición de mensajes?, lo dudo aún más. Lo único que consiguen dichas viñetas es que de un mensaje pacifista, que tampoco es nada novedoso, se pase a uno que quedaría resumido en "¿Por qué guerrear cuando podemos follar?".
Lo único que termina salvando in extremis a la lectura es lo agradecido a la vista que resulta el trazo del artista belga. Más allá de eso, buscarle sentido a una historia que (siempre para el que esto suscribe) carece de él, es como buscar la piedra filosofal, un acto fútil. Huelga decir que mi contacto con Yslaire ha comenzado y terminado con este cómic. Ni haré por comprar Cielo XX.com, ni por rebuscar en las tiendas para hacerme con Sambre (aunque sepa que es su mejor obra). Quedan todavía muchos artistas por descubrir para perder el tiempo (y el dinero) con uno en concreto. Agur.
Sin saber muy bien que iba a encontrarme en cuanto a historia, y habiendo sólo ojeado por encima el dibujo, un imposible cruce de influencias entre Kyle Baker y Enki Bilal, me dispuse a leer los dos tomos. Para empezar, lo primero que llama la atención es el uso descarado (sobre todo en el segundo volumen) de fotogramas sacados de la caja tonta: queriendo ilustrar de la manera más verídica posible los días previos al comienzo de la guerra de Irak, Yslaire se toma la licencia (y una muy grande) de calcar directamente muchas de las imágenes que pudimos ver en esos aciagos momentos. Esto, que en principio no debería ser una molestia si se hubiera hecho con algo de contención, acaba por lastrar la lectura hasta límites insospechados, dedicando el belga más interés en muchos momentos a la correcta elección del fotograma que a la narración en sí.
En cuanto a la historia, Yslaire no podría ser más tendencioso y manipulador. Por más que diga en el epílogo del segundo volumen, que ha intentado ser lo más objetivo posible, se nota que el mensaje de paz y amor que pretende lanzar no es uno que pretenda hacer mella por la intensidad de su contenido, sino más bien, por la potencia de su continente. Y es ahí donde el tebeo comienza a tener serios problemas. Lo último que esperaba encontrarme (aunque bien podría haber inferido algo por la portada) es un cómic que mezclara de forma tan ramplona un mensaje medio político, medio humanitario, con imágenes de alto contenido sexual. Si el autor se hubiera limitado a su inclusión de forma sutil como hace en el primer tomo, no estaría escribiendo estas líneas. El problema se plantea cuando en el segundo volumen abandona toda sutileza y comienza a incluir viñetas totalmente explícitas de las relaciones carnales entre los dos protagonistas. ¿Necesario para la historia?, lo dudo mucho.¿Justificado para que esta funcione por contraposición de mensajes?, lo dudo aún más. Lo único que consiguen dichas viñetas es que de un mensaje pacifista, que tampoco es nada novedoso, se pase a uno que quedaría resumido en "¿Por qué guerrear cuando podemos follar?".
Lo único que termina salvando in extremis a la lectura es lo agradecido a la vista que resulta el trazo del artista belga. Más allá de eso, buscarle sentido a una historia que (siempre para el que esto suscribe) carece de él, es como buscar la piedra filosofal, un acto fútil. Huelga decir que mi contacto con Yslaire ha comenzado y terminado con este cómic. Ni haré por comprar Cielo XX.com, ni por rebuscar en las tiendas para hacerme con Sambre (aunque sepa que es su mejor obra). Quedan todavía muchos artistas por descubrir para perder el tiempo (y el dinero) con uno en concreto. Agur.
Sergio Benítez (218)
9 comentarios:
No soy quien para dar consejos a nadie, pero sí que me gustaría que leyeras Sambre (aunque no lo compres, pues imagino que en las bibiliotecas de tu lugar de residencia lo tendrán, al menos en Burgos ocurre así), para conocer tu opinión que cada vez valoro más (Sin que suponga que siempre esté de acuerdo con las mismas, como es lógico).
Y dijo esto de una forma totalmente egoísta e interesada, para decidir si me lo compro o no, pues llevo muchos años dubitativo al respecto, y creo que ahora (tras si no me equivoco el quinto tomo) la serie está acabada.
Me ha encantado la conclusión. POrque guerrear si podemos follar. No he leído esta obra pero si cielo xx y sambre, y efectivamente, no voy a contradecirte, hay cosas mucho mejores que descubrir o releer. Sambre tiene un argumento más solido pero no me enganchó en ningún momento, para mi el autor se recrea en su estilo pero descuida los argumentos. Cielo xx es sencillamente un brindis al sol, entre esotérico y absurdo.
Miguel
Hombre, Sergio. No queremos ser malos ni que el señor Ramoncín se nos lance al cuello pero... ¿ni tan siquiera darle la oportunidad en descarga?
Yo no tengo muy claro qué es eso ni cómo funciona, pues hasta hace cinco minutos que he visto un comentario en otra web desconocía la posibilidad de bajarse comics, pero igual es una forma de conocer la obra y decidirse por su compra ¿no?
Saludos!
Sr.Anónimo, haré un esfuerzo e intentaré pillármelo (porque la opción biblioteca de Algeciras no es factible, tendrías que verla para saber de qué te hablo). En cuanto pueda la sacaré (la recomicdación) por aquí.
Y lo que me dices de Cielo XX entronca con lo que ya sabía de la serie, así que se queda aparcada sine die.
Y Nacho, sinceramente, no se de que me estas hablando, ¿descarg...qué?. En serio, exprésate con mayor claridad que no me entero ;P.
Saludetes a los tres,
Sergio
Por aclarar, el Anónimo del primer comentario (que soy yo, de Burgos) no tiene nada que ver con el Anónimo del segundo comentario (que obviamente es otro). No he leído ni Cielo XX ni la obra reseñada (sí he leído parte de Sambre, hace tiempo, y en tomos sueltos, por lo que no me puedo formar una opinión).
Si luego no le gusta Sambre no me eche las culpas ..... aunque debo decirle que en la página bedetheque está relativamente bien situada entre el Top 100 de la BD (Tampoco sé si eso es muy importante, pero la primera es Blacksad, de autores españoles, incluso por delante de Astérix, que es 2ª)
Un saludo y muchas gracias.
Efectivamente, a mi entender claro esta, Sambre es bastante superior a la ida de olla de XX(que me la saque de la biblioteca y no pude pasar de la mitad del primero) ni a lo de Bruselas que tengo los dos tomos y efectivamente esos fotogramas de tele y ese tono confuso entre follisqueo y realidad hace que naufrague la obra totalmente.
Pero Sambre pese a no ser una obra maestra es otra cosa, otro nivel.
Saludos.
No se preocupe usted, querido Anónimo (mira que no firmar los comentarios...ainssss ;), no le echaré las culpas si Sambre me parece un truño, aunque la verdad, difícil lo veo si Toni le da su visto bueno.
Ya os contaré.
Saludetes,
Sergio
hombre, a lo mejor si ya le has cogido algo de tirria al belga Yslaire, no te termine de entrar lo de este hombre, que, todo hay que decirlo, dibuja tan bien como flojea a los guiones. Sambre fue guionizado el primero por Balac(se nota) y luego por Yslaire ya en solitario y aunque tenga bajones mantiene dignamente el nivel de la serie.
De todas formas lo que esta claro que Sambre es muy superior a las demás obras del belga.
Lo dicho, tendré que echarle un vistazo con buenos ojos.
Saludetes,
Sergio
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