Dibujo: Jeff Smith
Editorial: Cartoon Books
Formato: Álbum Rústica. 112 Páginas
Precio: $13.00
Calificación: 8.5/10
Muchas cosas quedaban clara cuando Jeff Smith concluía Bone hace ahora cinco años. La primera y fundamental es que, casi sin pretenderlo, había creado una Obra Maestra del noveno arte a la que además se le veía a la legua su carácter imperecedero. Mezclando fantasía heróica, romance, mucho humor y toques de drama épico con un estilo de dibujo que recordaba de forma inmediata al de Walt Kelly (creador de Pogo), el autor legaba para las generaciones futuras un cómic al que las muchas lecturas que se le han hecho (en sus variadas ediciones, desde la grapa a los tomos en color, pasando por los TPB o el One Volume Edition) no han afectado en cuanto a frescura e interés se refiere. En segundo lugar, y teniendo en consideración el mastodóntico éxito que había cosechado la serie a lo largo de sus trece años de publicación, en los que le dió tiempo a amasar diez premios Eisner y once Harvey, es que Smith lo iba a tener muy complicado para dar con un nuevo título mediante el que proseguir su carrera.
Complicado porque salir de debajo de la inmensa sombra que proyecta Bone es algo a lo que muy pocos estarían dispuestos. Complicado porque las comparaciones con las aventuras del simpático personaje y la cohorte que lo acompañó durante tantos años iban a ser inevitables. Y complicado sobre todo porque encontrar una historia que se alejara lo suficiente de la de su obra magna (con todo lo que esta llega a abarcar) se antojaba desde fuera como una tarea tan titánica como difícil. Pero eso sería sino contáramos con el hecho de que Smith es un genio capaz de sacarse de la manga lo que le venga en gana. Y así, como por arte de magia, el norteamericano nos regala ahora RASL.
La trama de la nueva serie, de la que poco se puede desvelar, sigue a un ladrón interdimensional que utiliza una máquina por él inventada para hacerse con obras de arte que en otras realidades no están tan bien custodiadas como en la nuestra. A partir de tan original premisa de partida, Smith construye, en los tres números de que consta el presente volumen, una historia apasionante, llena de matices, giros inesperados, personajes carismáticos (marca de la casa) y una trama que mezcla a placer la ciencia-ficción, el romance, el cómic noir y unas gotas nada desdeñables de drama. Y todo ello en, repito, ¡sólo tres números!. Acompañado de ese dibujo que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar en el pasado, y con una narrativa visual que no se cansa de explorar las fronteras del medio, RASL es un señor tebeo que se devora con avidez en poco menos de media hora, demostrando más allá de toda duda razonable que al sr.Smith aún le quedan muchas ideas en el tintero como para seguir llenando momentos inolvidables de lectura. Una auténtica gozada.
Complicado porque salir de debajo de la inmensa sombra que proyecta Bone es algo a lo que muy pocos estarían dispuestos. Complicado porque las comparaciones con las aventuras del simpático personaje y la cohorte que lo acompañó durante tantos años iban a ser inevitables. Y complicado sobre todo porque encontrar una historia que se alejara lo suficiente de la de su obra magna (con todo lo que esta llega a abarcar) se antojaba desde fuera como una tarea tan titánica como difícil. Pero eso sería sino contáramos con el hecho de que Smith es un genio capaz de sacarse de la manga lo que le venga en gana. Y así, como por arte de magia, el norteamericano nos regala ahora RASL.
La trama de la nueva serie, de la que poco se puede desvelar, sigue a un ladrón interdimensional que utiliza una máquina por él inventada para hacerse con obras de arte que en otras realidades no están tan bien custodiadas como en la nuestra. A partir de tan original premisa de partida, Smith construye, en los tres números de que consta el presente volumen, una historia apasionante, llena de matices, giros inesperados, personajes carismáticos (marca de la casa) y una trama que mezcla a placer la ciencia-ficción, el romance, el cómic noir y unas gotas nada desdeñables de drama. Y todo ello en, repito, ¡sólo tres números!. Acompañado de ese dibujo que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar en el pasado, y con una narrativa visual que no se cansa de explorar las fronteras del medio, RASL es un señor tebeo que se devora con avidez en poco menos de media hora, demostrando más allá de toda duda razonable que al sr.Smith aún le quedan muchas ideas en el tintero como para seguir llenando momentos inolvidables de lectura. Una auténtica gozada.
Sergio Benítez (275)
6 comentarios:
A mi también me sorprendió muy gratamente este tomo...
Me parece una idea muy original, y sólo cabe esperar que la cosa se siga publicando (varios meses hace que no sale ni en grapa), y que pronto nos regalen un segundo tomo...
Porque el cliffhanger de este ha sido la leche.
Un abrazo
Pues igual debería de ponerme las pilas, porque los hojeé un poco por encima y la cosa no terminaba de llamarme la atención...
Saludos!
Smith es proverbialmente lento y aún así se las apañó para que Bone tuviera un atisbo de regularidad. Con RASL parece estar tomándoselo con más calma. Pero como bien dices, con cliffhangers como el de este volumen dan ganas de cortarse las venas a pellizcos ;)
Saludetes,
Sergio
¿Hay edición española?. En grapa o tomo, me da lo mismo...
Saludos
Pues no Ali, aún no. Pero si las cosas tuvieran algo de lógica, sería de recibo pensar que Astiberri pudiera conseguir los derechos (por aquello de que publico Bone).
Supongo que tocará esperar.
Saludetes,
Sergio
Es extraño, pero la idea de usar una máquina del tiempo para robar obras de arte... el año pasado hojeé uno de Superlópez en el que Escariano Avieso intentaba eso mismo, en concreto transportarse a la época de Van gogh para robarle cuadros.
¿Me equivoco?
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