Dibujo: Kerascöet
Editorial: Planeta DeAgostini
Formato: Libro Cartoné. 96 Páginas
Precio: 10.95€
Calificación: 7/10
"O como hacer caso a las reseñas de internet cuando el noventaycien por cien de los blogs dicen que algo merece la pena".
Con la gracia que siempre le caracteriza así se expresaba nuestro compañero Nacho en el correo que nos envió con motivo de Lo Mejor de 2008. Tan clara recomicdación de tan insigne blogero no podía caer en el olvido, y así fue como La Vírgen del Burdel llegó a mis manos tras haberla ignorado cuando salió publicada el verano pasado.
La trama urdida por Hubert se sitúa en el París de los años 30, en una ciudad entre guerras donde la frivolidad, los policías corruptos y las casas de prostitución de alto standing se mezclan con un asesino en serie que, cual Jack el Destripador, va matando meretrices y descuartizándolas salvájemente. En este ambiente, el escritor nos presenta a dos hermanas que se ganan la vida como limpiadoras en casa de una ricachona. Cuando la mayor de ellas muere, asesinada la pequeña, impelida a vengarse, se adentrará en el sórdido mundo de los prostíbulos, yendo a parar a uno en el que ejercerá de dominatrix. Aunque el punto de partida no sea nada del otro mundo - muchas veces se ha jugado ya con la mitología que rodea al Destripador - el devenir de la historia, y como Hubert va construyendo la intriga y a su protagonista principal, llena de contradicciones (es virgen y trabaja en un prostíbulo, tímida pero se ceba en sus "clientes"), si que consiguen enganchar al lector lo suficiente como para que este pase por alto las suficientes evidencias que apuntan hacia el final del tomo. Hubert además se permite juguetear con algún personaje histórico como Josephine Baker, a la que trastoca de forma radical transformándola, no se sabe muy bien por qué, en un transexual, convirtiéndola a la postre en personaje fundamental en el desenlace de la acción.
Plasmado en el trazo ora caótico e inquieto, ora ajustado a las necesidades del guión, de Kerascoët (pseudónimo de Marie Pommepuy y Sébastien Cosset) y su clara cualidad Sfariana, La Virgen del Burdel se destapa como una lectura agradable, de muy fácil consumo y que tiene la sana intención de no pretender llegar a ser más que un buen pasatiempo. Tan bueno que no me importará echarle el guante al tercer (publicado en Francia en septiembre pasado) y cuarto volumen una vez Planeta los edite por nuestras tierras.
La trama urdida por Hubert se sitúa en el París de los años 30, en una ciudad entre guerras donde la frivolidad, los policías corruptos y las casas de prostitución de alto standing se mezclan con un asesino en serie que, cual Jack el Destripador, va matando meretrices y descuartizándolas salvájemente. En este ambiente, el escritor nos presenta a dos hermanas que se ganan la vida como limpiadoras en casa de una ricachona. Cuando la mayor de ellas muere, asesinada la pequeña, impelida a vengarse, se adentrará en el sórdido mundo de los prostíbulos, yendo a parar a uno en el que ejercerá de dominatrix. Aunque el punto de partida no sea nada del otro mundo - muchas veces se ha jugado ya con la mitología que rodea al Destripador - el devenir de la historia, y como Hubert va construyendo la intriga y a su protagonista principal, llena de contradicciones (es virgen y trabaja en un prostíbulo, tímida pero se ceba en sus "clientes"), si que consiguen enganchar al lector lo suficiente como para que este pase por alto las suficientes evidencias que apuntan hacia el final del tomo. Hubert además se permite juguetear con algún personaje histórico como Josephine Baker, a la que trastoca de forma radical transformándola, no se sabe muy bien por qué, en un transexual, convirtiéndola a la postre en personaje fundamental en el desenlace de la acción.
Plasmado en el trazo ora caótico e inquieto, ora ajustado a las necesidades del guión, de Kerascoët (pseudónimo de Marie Pommepuy y Sébastien Cosset) y su clara cualidad Sfariana, La Virgen del Burdel se destapa como una lectura agradable, de muy fácil consumo y que tiene la sana intención de no pretender llegar a ser más que un buen pasatiempo. Tan bueno que no me importará echarle el guante al tercer (publicado en Francia en septiembre pasado) y cuarto volumen una vez Planeta los edite por nuestras tierras.
Sergio Benítez (264)
3 comentarios:
Oooooh! Si se me menciona y todo...
Por una vez asistimos al fenómeno del recomicdador recomicdado, en el que parece ser que la modesta opinión de su humilde servidor ha ayudado un poquete.
Me alegro de que te haya gustado. Pero ahora que ya te hemos engañado y puede que te fies remotamente de mi criterio, no bajes la guardia. Puede que a la proxima no de en la diana.
Saludos!
Pues si que me gustó, y tu opinión fue la determinante, ya que sin ella no me lo habría comprado.
Me mantendré en guardia no obstante no vaya a ser que me la quieras dar con queso ;P
Saludetes,
Sergio
¿Con queso? En absoluto... Si fuese con atún, quizá. Pero con queso de momento no...
Saludos!
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