Dibujo: Gipi
Editorial: sins entido
Formato: Álbum Rústica. 112 Páginas
Precio: 15€
Calificación: 7/10
Uno de los filmes que más me impactó el pasado 2008 fue, sin duda alguna, Gomorra, brillante traslación por parte de Mateo Garrone de la arriesgada novela de Roberto Saviano, periodista y escritor calificado por Umberto Eco como "héroe nacional" y que debido a las amenazas de los retratados en su novela se vió obligado a abandonar Italia. De todos los aspectos relacionados con la Camorra italiana que la cinta toca el que más llamó mi atención fue, al margen de la diáfana claridad con la que exponía que el pueblo italiano ha llegado a un punto en el que la indignación puede más que el miedo a la muerte, las ganas de protestar más que las amenazas que puedan atenazar su lengua, la forma en que mostraba como los jóvenes se sentían atraídos por la vida al límite que supone formar parte de tan temida organización. Y en cierto sentido eso, y algunas cosas más es lo que nos ofrece Gipi en estos Apuntes para una Historia de Guerra.
Previa a las dos lecturas que ya hemos recomicdado del italiano (S y Mi Vida Mal Dibujada), este álbum publicado por sins entido abandona el carácter autobiográfico o semi-autobiográfico de las citadas obras para entrar de lleno en el realismo de ficción. La historia que nos cuenta el autor se enmarca en una guerra imaginaria que afecta al país en forma de bota presentándonos a tres jóvenes que intentan sacar tajada a la continua destrucción de los pueblos cercanos a ellos para vender piezas de coches que han robado. Cada uno de ellos es definido por Gipi de forma precisa tanto desde el diálogo (con unas pocas líneas nos hacemos una idea de cómo son cada uno de los personajes) como desde el dibujo, con ese trazo suelto que tan bien le caracteriza y que aquí acompaña de aguadas grises. Una vez presentados, el artista plantea el que será punto de inflexión para el devenir de los chavales, el encuentro con un mercenario que vende su talento para la guerra al mejor postor y que encargará a los muchachos una misión en "la ciudad".
Vista como la madre de toda la corrupcción, la gran urbe servirá para que el autoproclamado caudillo de los tres amigos saque a la luz toda la rabia contenida que llevaba guardando durante mucho tiempo. Con un Gipi convertido a partir de ese momento en una suerte de observador de la naturaleza humana casi documentalista, Apuntes para una Historia de Guerra se torna entonces en una lectura en la que el autor no ofrece conclusiones, limitándose a que sean sus "actores" los que hablen por si solos y que el público saque las conclusiones que tenga que sacar, ya de lo absurdo de la guerra visto por la mirada de esos adolescentes que se meten en ella por un mal entendido sentido del deber, o porque creen que van a poder sacar tajada, ya de lo maleable del carácter de los jóvenes, arcilla en manos de los adultos si estos así lo pretenden. Estructurado como si de un guión cinematográfico se tratara, en tres actos que suponen claramente la exposición, el nudo y el desenlace, resulta curioso (a la par que lógico y consecuente) observar el giro que dan las personalidades de dos de los tres jóvenes en el último de ellos, cerrando Gipi a través de un extenso flashback un trabajo que, sin llegar a la maestría de los dos títulos que citábamos más arriba, si que estimula lo suficiente el diálogo interno del lector, algo que, de cuando en cuando, es deseable encontrarse en un tebeo.
Previa a las dos lecturas que ya hemos recomicdado del italiano (S y Mi Vida Mal Dibujada), este álbum publicado por sins entido abandona el carácter autobiográfico o semi-autobiográfico de las citadas obras para entrar de lleno en el realismo de ficción. La historia que nos cuenta el autor se enmarca en una guerra imaginaria que afecta al país en forma de bota presentándonos a tres jóvenes que intentan sacar tajada a la continua destrucción de los pueblos cercanos a ellos para vender piezas de coches que han robado. Cada uno de ellos es definido por Gipi de forma precisa tanto desde el diálogo (con unas pocas líneas nos hacemos una idea de cómo son cada uno de los personajes) como desde el dibujo, con ese trazo suelto que tan bien le caracteriza y que aquí acompaña de aguadas grises. Una vez presentados, el artista plantea el que será punto de inflexión para el devenir de los chavales, el encuentro con un mercenario que vende su talento para la guerra al mejor postor y que encargará a los muchachos una misión en "la ciudad".
Vista como la madre de toda la corrupcción, la gran urbe servirá para que el autoproclamado caudillo de los tres amigos saque a la luz toda la rabia contenida que llevaba guardando durante mucho tiempo. Con un Gipi convertido a partir de ese momento en una suerte de observador de la naturaleza humana casi documentalista, Apuntes para una Historia de Guerra se torna entonces en una lectura en la que el autor no ofrece conclusiones, limitándose a que sean sus "actores" los que hablen por si solos y que el público saque las conclusiones que tenga que sacar, ya de lo absurdo de la guerra visto por la mirada de esos adolescentes que se meten en ella por un mal entendido sentido del deber, o porque creen que van a poder sacar tajada, ya de lo maleable del carácter de los jóvenes, arcilla en manos de los adultos si estos así lo pretenden. Estructurado como si de un guión cinematográfico se tratara, en tres actos que suponen claramente la exposición, el nudo y el desenlace, resulta curioso (a la par que lógico y consecuente) observar el giro que dan las personalidades de dos de los tres jóvenes en el último de ellos, cerrando Gipi a través de un extenso flashback un trabajo que, sin llegar a la maestría de los dos títulos que citábamos más arriba, si que estimula lo suficiente el diálogo interno del lector, algo que, de cuando en cuando, es deseable encontrarse en un tebeo.
Sergio Benítez (291)
8 comentarios:
Gipi, Gipi, Gipi, Gipi. Asignatura pendiente en mi lista negra. No me canso de escuchar las alabanzas de mi compañero de blog sobre este autor y su obra. Y caerá. Vaya si caerá.
Precisamente ayer era nombrado en un comentario. Curioso trazo el de este hombre, sobre todo el del último tomo publicado por aquí.
Quizás empiece por el de la banda de rock en un garage. A uno que le tira la música macarra y no lo puede evitar.
Saludazos
gran autor y gran comic, no está a la altura de "S", ni de "mi vida mal dibujada" pero solo por el apartado gráfico ya merece la pena leerlo,recomendar la lectura de "exterior noche", donde el guión y dibujo son sobrecogedores, un saludo!!!
Puedes empezar por cualquiera Mario, pero ya que Neufert (¿eres arquitecto?) lo ha comentado, yo de ti intentaría pillarme el Exterior Noche....PARA FLIPARLO, en serio. Y sino me crees, espera a la recomicdación, que saldrá en breve.
Saludetes a los dos,
Sergio
exterior noche fue mi entrada a Gipi, me acuerdo que me impacto el apartado gráfico y me lo compre.
Tremenda y nada convencional obra.
A mi me dejó fuera de juego.
Y nada más hablar de ella dan ganas de volver a leerla.
Con eso lo digo todo.
Saludetes,
Sergio
mi nombre delató mi profesión jejej,sigo tu blog todos los días muchas gracias por las recomicdaciones diarias, intentaré hacer comentarios más a menudo.
Muchas de nadas, y que sepas que compartimos algo más que la afición, yo también soy arquitecto.
Saludetes,
Sergio
mira que esto no me lo esperaba, ya pensaba yo que los comics y los arquitectos estaban peleados y que yo era el único que los encontraba apasionantes jeje, un saludo y seguiré leyendote con mucha atención!!!
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